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Alemania: rica protesta, pobre tratamiento a contradicciones

Por: Zurdo Sietevidas

En septiembre y octubre de 2010, los habitantes de los países centrales de Europa se mostraron al mundo como pueblos bravos. Las portadas de los periódicos traían imágenes del movimiento antinuclear en lucha contra el transporte llamado “castor”. Un transporte de basura atómica de varias fábricas nucleares en Alemania. Las imágenes no solamente eran impresionantes por la pluralidad de las formas de resistencia y protesta, sino sobre todo porque la lucha popular en esta región (se llama »Wendland«) es un hecho extraordinario en un país como Alemania. Desde hace más de 25 años las y los
habitantes se enfrentan contra la basura nuclear tóxica que es arrojada en la tierra de esta región. Evidentemente es un enfrentamiento contra el gobierno, los cuerpos especiales de la Policía y el Estado mismo. La diversidad de la resistencia incluye pacifistas, ecologistas, iniciativas locales y activistas militantes de la izquierda radical. En y con este movimiento se encuentra una contradicción a la política capitalista que no quiere desarrollar conceptos de largo plazo en cuestión del abastecimiento de energía, aunque existen diversas alternativas para producir luz, como energía por viento o por sol, etc. Desde hace décadas los gobiernos alemanes siguen con la locura de las fábricas nucleares. Las siguientes generaciones tendrían que pagar por las acciones depredadoras de las grandes empresas eléctricas en busca de beneficios

Protesta ciudadana
Otra ola de protestas se produjo en este otoño, era el caso “Stuttgart 21”, un megaproyecto del Estado en conjunto con empresas de transporte y construcción. Se trata de la remodelación de la estación central de trenes en la ciudad de Stuttgart,
para convertirla en subterráneo. Un proyecto de lujo y de prestigio de los representantes del gobierno negroamarillo (partidos CDU y partido FDP*) y una empresa del transporte de trenes, que antes de la privatización pertenecía al sector de tráfico público. De una manera completamente inesperada apareció un movimiento ciudadano de oposición en la ciudad Stuttgart. Esta ciudad está ubicada en el sur de la república, y no ha tenido tradición de enfrentamiento muy activo contra el orden
público. Pero este megaproyecto ha producido una importante ola de protesta. Solo después apareció un informe en los medios de comunicación que hablaba sobre la inutilidad de este proyecto en la solución razonable del tráfico público. La protesta tenía un componente mayoritario de la clase media, que también era movilizada por la lucha contra la corrupción, tan evidente en el poder. Un fenómeno nuevo en Alemania.

Resistencia popular
Los dos escenarios muestran en varios aspectos la situación de la sociedad de Alemania. La historia de la resistencia contra proyectos nucleares en este país está vinculada con la historia del partido de “Los verdes” hace casi 30 años. Ahora la crítica fundamental de este movimiento continúa más allá de Los Verdes –también estuvo presente en la época en que este partido estuvo en el gobierno, en los años 1998 hasta 2003, en alianza con los socialdemócratas. La acción de este sector siempre
ha incluido una crítica a las concepciones generales de la política capitalista. Sobre todo por eso se ha radicalizado hasta un enfrentamiento contra el Estado. Según estadísticas aparecidas en los medios de comunicación, la gran mayoría de la población de Alemania está en contra de esta política nuclear.

Pero, a pesar de una tradición de resistencia, de propuestas valientes como alternativas frente a la política de todos los partidos (excepto el partido »la izquierda «), no había y no hay ni un cambio. Lo contrario: todos los gobiernos han aumentado el porcentaje de luz producida por las fábricas nucleares en el mercadoeléctrico nacional. Sobre todo el gobierno reciente de
los partidos CDU y FDP*, bajo la canciller Merkel, ha hecho unos contratos secretos, a puerta cerrada, con las empresas más poderosas. Por este comportamiento antidemocrático, la resistencia se ha vuelto más fuerte en los últimos años. Según las
últimas encuestas, el tema de las fábricas nucleares y la falta de una solución general al problema de la basura nuclear ahora esa más para las próximas elecciones. La gran mayoría de la población se siente simplemente engañada por el gobierno actual.

El público y las fuerzas públicas
Los medios de comunicación han hecho una cobertura benevolente sobre la resistencia antinuclear en este otoño, rompiendo también el esquema del discurso que siempre ha tratado a la lucha militante como criminal o a sus activistas como gente violenta. Un aspecto también insospechado fue la reacción de la Armada de la Policía, que se quejaba sobre la dificultad
de enfrentar por largo tiempo la perseverancia de los activistas antinucleares, y también porque la mayoría de sus elementos se sentían muy cansados y maltratados. No se mencionan oficialmente las causas para este descontento, que evidentemente
tienen que ver con que la población local no está unificada a favor del Estado, y con la inseguridad que sienten las tropas de hacer daño a la resistencia, por la obviedad de que ellos se pondrían del lado de una minoría en la sociedad. Habitualmente
no tienen ningún problema de combatir fuertemente contra la resistencia,** que se funda normalmente en activistas de la
izquierda radical.**

Una causa central quizás sea el interés que a nivel internacional provocó el caso del “castor”. Con la presencia de los medios de comunicación por todos lados, la Policía no pudo actuar en la oscuridad y más bien tuvo que considerar los derechos humanos en casi cada situación. Algo muy incómodo para una Fuerza Pública que está acostumbrada a realizar sus acciones con violencia, sin respetar la integridad de los activistas en las calles y, en la mayoría de los casos, con todo el respaldo del
aparato del Estado, hasta de la justicia.

El fracaso del modelo del parlamentarismo
Los dos ejemplos, junto con el desarrollo de las últimas elecciones, muestran por lo menos dos tendencias del sistema capitalista en el territorio de Alemania. Las protestas y la resistencia se componen solo de individuos, grupos, iniciativas y organizaciones básicas que se ubican por fuera del parlamentarismo y de las organizaciones y estructuras tradicionales como los sindicatos o los partidos políticos en el congreso nacional. Lo contrario: los partidos –hasta ahora excepto el partido “La Izquierda”– no sirven para las necesidades populares ni para resolver los problemas fundamentales de una sociedad. La época
de dos partidos burgueses como los cristianos y la socialdemocracia ha pasado, no hay mayorías evidentes en las elecciones, otros partidos como “Los Verdes” y “La Izquierda” han logrado casi el mismo nivel de porcentaje, en unas provincias los partidos tradicionales son la minoría.

La resistencia alrededor del tema antinuclear muestra la posibilidad para este movimiento, de tomar por largo plazo los intereses propios en sus propias manos y buscar estrategias y espacio para otras maneras del entendimiento de la política,
más vinculado con el nivel social, más cerca a las necesidades, con más perspectiva internacional y sobre todo considerando que el capitalismo es un sistema de explotación a los trabajadores y de depredación de los recursos naturales, con el objetivo
de aumentar el beneficio para una minoría.

Las protestas en el sur de Alemania -la parte más pudiente- muestran también el fracaso de la política corrupta e insolente. Las
protestas de la clase media defraudada, en esta región, hasta hoy no incluyen posiciones profundas en el nivel analítico, en el sentido anticapitalista. Por lo menos hay una ruptura evidente de esta gente con los representantes de sus partidos. El hecho
de la brutalidad de la Policía contra la gente común ha levantado la discusión de cuestiones más vinculadas al carácter del sistema y sus representantes, que a los bajos porcentajes en elecciones o a los reportajes en la televisión. Esos reportajes se
hacen normalmente desde una silla de salón, con mucha distancia emocional. Estar en la calle es otra forma de una educación democrática, incluye movilizarse y enfrentarse. Dar unos pasos hacia la emancipación…

* El congreso nacional del Alemania incluye los siguientes partidos:
CDU | Unión democrática cristiana | conservadores | gobierno | 33,8 %
FDP | Partido democrático libre | neoliberales | gobierno | 14,6 %
SPD | Partido socialdemócrata de Alemania | oposición | 23 %
DIE LINKE | La Izquierda | oposición | 11,9 %
BÜNDNIS90/DIE GRÜNEN | Alianza90/Los Verdes | oposición | 10,7


** Resistencia significa a un lado dar una critica fundamental al sistema capitalista en el nivel analítico y al otro lado llevar intervenciones activista a la practica que también incluye rupturas con las reglas de una sociedad desde el lado progresista izquierda.


*** Izquierda radical significa la parte de la izquierda anticapitalista que se compone de diversos grupos y iniciativas de base en los diferentes movimientos políticos/sociales. entre 2-5% de la población.

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