Edición 1987, licencia No. 002357 del Ministerio de Gobierno. 

Quincena del 22 de julio al 4 de agosto de 1998. 
 

SUMARIO 

Resumen VOZ 15 DÍAS 
 
 Editorial: Maguncia y la Convención Nacional
(por Jaime Caycedo Turriago)

Enfoque: Aportes para una visión de conjunto
(por Alvaro Vásques del Real)

Mirador: El caso Marey
(por Carlos A. Lozano Guillén)
 
Informe técnico de la crisis hospitalaria: 
La mercantilización de la salud

Ante el Gobierno de Pastrana.
Resistencia al ajuste económico, acción por la paz y por un cambio democrático y social

El encuentro de las FARC con el Presidente electo.
Vital e histórico

Encuentro de Maguncia
Un paso importante hacia la negociación
 

BREVES

Tercer Congreso de la Mujer Trabajadora del 3 al 6 de agosto.
Empujando el vagón del género
 

Del 30 de julio al 1 de agosto. Ahora, Subdirectiva CUT en Bogotá y Cundinamarca
 

En España.
Crece solidaridad con Colombia
 

¿Cuánto puede resistir un pueblo la masa de desplazados?
 

Recrudece la guera contra la USO y el pueblo de Barrancabermeja.
El reino de la impunidad
 

Recomendaciones peligrosas: 14%
Salarios de miedo
 

Tercer Congreso de la Mujer Trabajadores del 3 al 6 de agosto.
 

Empujando el vagón del género
 

Las mujeres trabajadoras continúan impulsando el tren de la lucha sindical, con innovadoras formas de ver y entender el mundo para proponerse cambios en la conducción del país y las organizaciones gremiales de los asalariados. En 1.500 se estima el número de delegados que asistirán al evento, incluidas las invitadas internacionales. 
 

Si algún frente de acción de los trabajadores ha mostrado dinamismo y empuje desde el nacimiento de la Central Unitaria de Trabajadores en noviembre de 1986, ha sido el femenino. Basta comprobar que del 3 al 6 de agosto venideros realizará el Tercer Congreso de la Mujer Trabajadora, nivelándose de esta manera con los congresos realizados por la CUT hasta ahora, adelantándosele al cuarto congreso de la principal central obrera colombiana, previsto para el año entrante, víspera del nuevo milenio. 
Ha sido bien significativo el esfuerzo del Departamento de la Mujer, al frente de Patricia Buriticá, educadora de profesión. Las mujeres de la CUT, acostumbradas, tal vez, a la doble jornada en una sociedad machista como la nuestra, parecen haber doblado también la lucha organizativa de los trabajadores —y las trabajadoras, será menester escribir en homenaje a ellas— desde esa central: a la vez que impulsaban las tareas diarias de los trabajadores organizados, empujaban también su propio vagón, cargado de género con sentimiento social.
Ha sido igualmente innovadora la meto-do-logía utilizada para confluir en el Tercer Congreso, cuyas sesiones tendrán lugar en el auditorio de la biblioteca Luis Angel Arango, de Bogotá: los 1.500 delegados y delegadas participantes habrán decantado sus inquietudes a lo largo de 53 talleres regionales , donde empezaron debatiendo los problemas del liderazgo y la autoestima, de género y de sindicalismo, abrebocas de discusiones de mayor calado que se decantarían un poco más en cuatro talleres de carácter nacional.
Los siguientes dos niveles preparatorios del Congreso confluyeron en disertaciones acerca de género, gestión, modelo económico y hasta negociación colectiva con equidad de género.
El género ligado al quehacer del sindicalismo en un país donde el 51 por ciento de su población son mujeres que cada vez se vinculan más a la fuerza laboral: si a finales de la década del 70 la participación laboral femenina era del 26.1 por ciento, en 1997 llegaba al 49 por ciento, copando todas las esferas de la vida productiva.
Inusitado aumento de la fuerza laboral femenina que viene pagando altos costos por dicho ascenso: ganan menos que los hombres por actividades similares o exactamente idénticas —así sus niveles de formación y preparación sean superiores—, y llevan sobre sus hombros las peores cargas de la pauperización del empleo.
En situaciones de reacomodamiento de la economía y la guerra es igual. El neoliberalismo y los fenómenos de desindustrialización y maquila terminan afectando con mayor intensidad a las mujeres, convertidas en cabezas de familia en proporciones ascendentes por efectos de los procesos de desintegración del núcleo familiar, también de la guerra que las convierte en viudas.
Cuando hasta hace uno o dos años la masa de desplazados se estimaba en 41.675 familias, para un total de 700 mil personas, el 53 por ciento de ellas eran mujeres, muchas de ellas viudas y cabezas de familia, por efectos de la guerra infame que desangra y enluta al país.
Lamentablemente, tan descarnada realidad no se refleja en ninguna instancia de dirección nacional, oficial, no gubernamental, empresarial o sindical. En el magisterio, donde el 72 por ciento de los afiliados son mujeres, la representación femenina en los cargos de dirección de Fecode escasamente llega al 14 por ciento.
Excelente oportunidad, pues, la del Departamento de la Mujer de la Central Unitaria, a cuyo frente se encuentra la educadora Patricia Buriticá, en procura de consolidar el trabajo desarrollado a lo largo de estos años, ligado a la lucha sindical desplegada por la CUT y el Comando Nacional Unitario, con el acento puesto en la búsqueda de la paz.