La doctrina de Bush respecto
a Oriente Medio: siempre cambiante, siempre la misma
Majed Nassar y Nassar Ibrahim*
Julio de 2002. Traducción:
Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org)
"La 'lógica'
de Bush es clara: hay que acabar con el sufrimiento israelí.
Hay que acabar con la causa de este sufrimiento, a saber, el
movimiento de resistencia ('terrorismo') palestino. Puesto que
la dirección palestina (la Autoridad Palestina) es incapaz
de detener el movimiento de resistencia, la dirección
tiene que ser cambiado. Este cambio debe producirse por medio
de elecciones democráticas, siempre y cuando la recién
elegida nueva dirección no tenga nada que ver con el movimiento
de resistencia a la ocupación. Para asegurar una nueva
dirección 'apropiada', las elecciones se deben celebrar
de acuerdo con criterios estadounidenses e israelíes y
mientras continúa la ocupación"
Bush habló finalmente [1]. Y el pueblo palestino,
a pesar de su experiencia de la política exterior de EEUU
durante los últimos quince años, escuchó
atentamente, esperando que oír algo nuevo, algo esperanzador.
En su ingenuo optimismo pensaban que quizá la Administración
estadounidense había modificado ligeramente su política
antipalestina. O que quizá, tras todas las visitas, encuentros
y aclaraciones, había reconsiderado su política
exterior y podía ofrecer algo equilibrado y moralmente
justo, equiparado con su aclamado estatuto moral en la arena
internacional.
Sin embargo, durante esos cortos doce minutos quedó
muy claro que la política y las políticas nos son
el resultado de cortesías diplomáticas o de una
amable retórica intercambiada educadamente en torno a
una mesa de negociación. Las políticas y la política
se fundan en la protección de los intereses de los poderosos
-que harán, por lo demás, todo lo posible para
mantener su poder.
Bush y la Administración estadounidense tuvieron una
oportunidad única de recuperar algo del respeto y la credibilidad
que habían perdido frente a los millones de personas que
sufren a causa de la opresión e injusticia resultantes
del doble rasero de la política exterior de EEUU. La simplista
visión para resolver el conflicto que Bush entregó
a los palestinos no sólo pone en evidencia la mentalidad
colonial en la que se basa la política exterior estadounidense,
sino también una parcialidad total a favor de Israel.
Su primera premisa es que los israelíes, en tanto que
víctimas del terrorismo, tienen derecho a defenderse a
sí mismos. Obviamente esto se traduce en la creencia de
que el movimiento de resistencia palestino es un movimiento terrorista
y que como tal es la raíz del problema. Por supuesto,
no se hace mención alguna a que la ocupación ilegal
israelí de las tierras palestinas pueda ser la raíz
del problema. Según parece, Israel tiene derecho a utilizar
como autodefensa todas y cada una de las tácticas necesarias
para combatir el terrorismo -asesinato, asedio brutal de una
población civil cautiva, restricción arbitraria
de movimientos, etc.
Durante el poco tiempo que le llevó a Bush articular
su visión, el ejército de ocupación
israelí había asesinado a seis palestinos de Gaza,
tres de ellos hermanos. Y nada más acabar el discurso,
los tanques israelíes invadieron Hebrón y mataron
a otros cuatro palestinos. Israel ocupa actualmente casi todos
los pueblos y ciudades palestinos de Cisjordania y está
imponiendo a dos millones de personas un toque de queda de 24
horas [2].
Un nuevo liderazgo palestino
Bush se enorgullece de su descubrimiento de la fórmula
de paz para Oriente Medio: se debe encontrar a un nuevo
dirigente palestino para que pueda nacer un Estado palestino.
Bush ha decidido, de forma muy conveniente para él, que
el presidente Arafat es un obstáculo para la paz. No lo
es la ocupación israelí; ni los asentamientos israelíes
ilegales en tierra palestina. Según parece, Bush cree
que la solución al conflicto se producirá a pesar
de la ocupación israelí y de la continua presencia
del ejército de ocupación. Y está dispuesto
a trabajar con Israel para obligar a los palestinos a aceptar
su solución.
La lógica de Bush es clara. Hay que acabar con
el sufrimiento israelí. Hay que acabar con la causa de
este sufrimiento, a saber, el movimiento de resistencia (terrorismo)
palestino. Puesto que la dirección palestina (la Autoridad
Palestina) es incapaz de detener el movimiento de resistencia,
la dirección tiene que ser cambiado. Este cambio debe
producirse por medio de elecciones democráticas, siempre
y cuando la recién elegida nueva dirección no tenga
nada que ver con el movimiento de resistencia a la ocupación.
Para asegurar una nueva dirección apropiada, las
elecciones se deben celebrar de acuerdo con criterios estadounidenses
e israelíes y mientras continúa la ocupación.
Mientras tanto los diferentes servicios de seguridad palestinos
deben ser reestructurados. La función principal de esos
servicios sería dominar al pueblo palestino y sus actividades
de resistencia, así como en garantizar la seguridad de
la población israelí. Lo que Israel ha sido incapaz
de conseguir en 35 años de ocupación militar con
su ejército superior, su policía secreta y sus
métodos de opresión colectiva no se logrará
por medio de una nueva Autoridad Palestina y sus reestructurados
servicios de seguridad. Su éxito posiblemente se mida
por el número de palestinos encarcelados o asesinados
mientras resisten a la ocupación israelí. Hace
unos años, muchos activistas políticos temieron
que los Acuerdos de Oslo produjeran un pequeño gobierno
de Vichy, aun cuando se implementaran adecuadamente. Ahora parece
que este gobierno de Vichy está siendo establecido.
Dio la casualidad de que Bush mencionó el establecimiento
del Estado palestino. Pero más que ser fundado como resultado
del movimiento de resistencia, llegaría a cobrar vida
por medio de la gracia de EEUU y sólo después de
que Bush decida que está satisfecho con el resultado de
las elecciones palestinas y con el nuevo (títere) dirigente.
¿Es ésta la democracia que ofrece Bush?, ¿qué
ocurre si Arafat es reelegido?
Bush ha estipulado que se deben llevar a cabo tres tareas:
1. La aniquilación del movimiento de resistencia nacional
palestino, puesto que ha sido declarado organización terrorista.
Esto incluye la supresión de todos los partidos políticos
palestinos históricos que se oponen a la política
estadounidense, así como la elección de un nuevo
dirigente palestino que pueda ofrecer seguridad a Israel.
2. La reestructuración de los servicios de seguridad
palestinos, que entonces se utilizarían para oprimir a
la población -una situación sorprendentemente similar
a la de muchos otros regímenes árabes.
3. La creación de un sistema económico inspirado
en la visión estadounidense y bajo un control total del
FMI, del Banco Mundial y de otras entidades similares.
Para asegurar el éxito de este proceso, EEUU debe seguir
mandando. Esto significa que:
1. Cualquier Estado palestino con posibilidades de ser aprobado
por Bush debe ser provisional. Esto permite a EEUU retirar fácilmente
su apoyo si los dirigentes elegidos no se ajustan a la política
estadounidense.
2. Todo el proceso de las elecciones se llevaría a
cabo mientras los palestinos permanecen bajo una completa ocupación
israelí. (Quizá esto es lo que Bush quiere decir
cuando habla de elecciones libres y democráticas.)
3. El espacio de tiempo de tres años estipulado para
el proceso asegura que se pueda controlar suficientemente cualquier
resultado.
Por debajo de todo ello está, desde luego, la amenaza
de que si los dirigentes palestinos se niegan a seguir estas
reglas, se les expulsará del juego. (Recuerda ligeramente
al ultimátum de Clinton a Arafat de enero de 2001: si
no firmas el acuerdo, Israel entablará la guerra contra
vosotros con ayuda de EEUU.)
Una negociación 'abierta'
Hasta aquí todo está claro. Pero cuando Bush
intenta articular el objetivo final de su visión, nos
encontramos con una ambigüedad que parece indicar el hecho
de que no quiere adoptar una postura definitiva. Lo que nos queda
es lo siguiente: las negociaciones entre ambas partes determinarán
el resultado.
¿Cómo debemos interpretar una conclusión
tan ambigua ante un plan de acción que es, por lo demás,
totalmente cristalino? Dio la casualidad que Bush mencionó
que según las resoluciones 242 y 338 de NNUU debía
acabar la ocupación israelí empezada en 1967. Incluso
declaró que Israel se tenía que retirar a unas
fronteras claras y reconocidas que se determinarían por
medio de negociaciones entre ambas partes. Sin embargo, lo que
no mencionó fue que en el contexto de una ocupación
militar de treinta y cinco años, sólo recientemente
había empezado el fenómeno de los atentados suicidas.
¿Qué tiene esto que decir acerca de la "raíz
del problema"?
Bush sabe que Israel está confiscando más tierra
y construyendo más asentamientos. Ve los esfuerzos que
se dedican a continuar la ocupación. Y sin embargo, el
leguaje paternalista que emplea cuando habla con Israel sólo
puede ser entendido como palabras de apoyo incondicional y de
comprensión -el lenguaje de un aliado y de un cómplice.
Incluso la petición a Israel de que cumpla y ejecute el
Plan Mitchell [3] -patentado por EEUU- se relaciona ahora
con el acatamiento palestino de las condiciones de EEUU.
Hace dos meses, cuando se le preguntó por la ejecución
del Plan Mitchell y la retirada israelí, Bush contestó
muy claramente: Israel debe retirarse ahora, no mañana,
ni la semana que viene... sino inmediatamente. Sin embargo,
su "nueva visión" no tiene ninguna relación
aparente con las demandas previas. En cambio, sin mencionar espacio
de tiempo alguno se limita a afirmar que el ejército israelí
se tiene que retirar completamente a las posiciones que tenía
antes del 28 de septiembre de 2000.
Más omisiones
Bush no hizo mención alguna a los planes de Israel
de construir "muros de apartheid" [4]. Obviamente
no tiene idea de la magnitud del sufrimiento que causarán
estos muros. Probablemente ni siquiera se dé cuenta de
que estos muros se van a construir en territorio ocupado, violando
claramente todas las convenciones internacionales. Bush ni siquiera
reconoce los asesinatos y la destrucción gratuita de las
infraestructuras palestinas o los toques de queda de 24 horas
impuestos a cada niño, mujer u hombre palestino. Parece
que todo está justificado como el derecho de Israel a
autodefenderse. (Y Dios prohíbe que se pueda llamar
a los palestinos víctimas del terrorismo.)
Cuando Bush respondió a la iniciativa árabe
presentada en la Cumbre [de la Liga de Estados Árabes]
de Beirut, apeló a todos los países árabes
para que normalizaran sus relaciones con Israel incluso antes
de que éste se retirara de los territorios. Pero no se
quedó ahí. Los dirigentes árabes, declaró,
tenían que luchar contra el terrorismo (según lo
definía la Administración estadounidense). Para
parafrasear a Bush: "Aquellos que no están con nosotros,
están contra nosotros. Y aquellos que están contra
nosotros se han alineado con el 'Eje del Mal' y muy pronto sufrirán
la ira de EEUU". En vez de aprovechar la oportunidad de
desafiar a EEUU, los dirigentes árabes volvieron a su
antigua sumisión y accedieron más o menos a acatar
los dictados de EEUU.
En tanto que guardián mundial de las normas morales,
Bush no ve la necesidad de dirigirse a la Unión Europea
o a otros países. Aparentemente está satisfecho
con el papel europeo de rehacer los destrozos de la ocupación
y de pagar cuantos costes sean necesarios tras la destrucción
causada por la ocupación.
Y así, Bush habló finalmente. Desgraciadamente,
todo lo entendía mal:
1. La causa palestina y el conflicto palestino-israelí
son más complejos de lo que la simplista visión
de Bush puede captar. La ciega sumisión palestina a las
demandas de EEUU y de Israel no es una solución.
2. La lógica de poder y la ocupación militar
israelí no han sido capaces de acabar con el movimiento
de resistencia palestino durante los últimos treinta y
cinco años. La cultura palestina se ha convertido en una
cultura de resistencia a causa de la ocupación. Esta cultura
incluye una conciencia de injusticia, una experiencia de humillación,
una visión de un futuro mejor y una firme determinación
de lograr la libertad y la independencia. Se rechazarán
tajantemente mandatos injustos y soluciones impuestas, especialmente
si no consideran aspectos básicos de derechos humanos.
3. La memoria colectiva de la comunidad mundial es más
profunda y más compleja de lo que Bush puede comprender.
No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.
4. Los hechos siguen siendo simplemente: sólo la ocupación
israelí es la raíz del conflicto palestino-israelí.
Si Bush realmente comprende "la profunda ira y desesperación"
del pueblo palestino, entonces también debe comprender
que la ocupación tiene que acabar antes de que se pueda
conseguir cualquier otra cosa.
Si Bush cree sinceramente que los "intereses del pueblo
palestino permanecen como rehenes de un acuerdo de paz global
que parece que no llega nunca mientras que vuestras vidas empeoran
cada año", entonces debe comprender que la ocupación
tiene que acabar antes de que se pueda conseguir cualquier otra
cosa.
Si Bush cree sinceramente que "merecemos la democracia
y el imperio de la ley, [...] una sociedad abierta y una economía
próspera ", entonces debe comprender que la ocupación
tiene que acabar antes de que se pueda conseguir cualquier otra
cosa.
Si Bush cree que "merecemos una vida de esperanza para
nuestros hijos", entonces debe comprender que la ocupación
tiene que acabar antes de que se pueda conseguir cualquier otra
cosa.
Sólo cuando termine la ocupación podrá
"florecer la libertad en la pedregosa tierra de Cisjordania
y Gaza". Sólo cuando termine la ocupación
la libertad podrá "inspirar a millones de hombres
y mujeres de todo el planeta que están igualmente cansados
de pobreza y opresión, que tienen derecho igualmente a
los beneficios del gobierno democrático".
O acaba de una vez por todas la ocupación o las puertas
de la Historia seguirán abiertas a que continúe
el conflicto, con o sin EEUU.
Notas de CSCAweb:
1. El discurso completo del
presidente Bush del 25 de mayo puede leerse traducido en CSCAweb:
Discurso
íntegro de George W. Bush sobre Oriente Medio
2. Véase en CSCAweb: Dos
millones de palestinos bajo toque de queda
3. El texto y una valoración del Informe Mitchell puede
leerse en CSCAweb: www.nodo50.org/csca/na/na45/na45-informe_mitchell.pdf
4. Véase en CSCAweb: Israel
formaliza su política de 'apartheid' y cantonalización
de la población y los Territorios palestinos con el inicio
de la construcción de un muro en torno a Cisjordania

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