'La ocupación israelí
es como un cáncer'
Carta del Dr. Mayed Nasar, de la Unión de
Comités de Trabajadores de la Salud de Palestina
"Como médico, comparo la ocupación
israelí, en general, y los asentamientos, en particular, con el cáncer.
El que una vez fuera un cuerpo joven, activo y vigoroso sufre el ataque
de células cancerosas que lo destruyen y lo deforman transformándolo
en una miserable estampa de lo que fue..."

Beit Sahur (Palestina), 12 de julio de 2001 (Traducción del CSCA)
Estimados amigos:
El bombardeo de Beit Sahur de hace unos días ha causado un tremendo
escándalo . Los soldados israelíes y sus tanques se situaron
delante de la parte oriental de Beir Sahur y bombardearon varias veces seguidas
dos casas, creando devastación y pánico. A pesar de que la
policía palestina trató de resistir la invasión, hay
que decir que no ha habido contra-ofensiva palestina. Todos en Beit Sahur
escuchamos el bombardeo y recibimos las noticia con aparente calma. Lo estábamos
esperando.
Conocida en el exterior, Beit Sehur tiene cierto renombre entre mucha
gente extranjera, bien de oídas o porque han hecho visitas repetidas
a esta bella ciudad palestina. Es una ciudad pequeña, con solo 13.000
habitantes, pero es una ciudad viva, activa y cosmopolita, con una población
de posiciones relativamente avanzadas. Se hizo "famosa" durante
la primera Intifada, cuando sus gentes pagaron un alto precio por su movimiento
de resistencia civil no violenta contra la ocupación israelí
expresado en el rechazo al pago de impuestos. En 1989 la ciudad fue sometida
al toque de queda durante 44 días consecutivos durante los cuales
los soldados israelíes repetidamente arrasaron más de 200
tiendas y negocios palestinos. Mucha gente fue detenida y encarcelada entonces.
La devastación actual, sin embargo, no afecta sólo a Beit
Sahur. Esta semana, en el campamento de refugiados de Shufat, se han destruido
14 casas. Igualmente, en Rafah otras 15 viviendas y cientos de acres de
rica tierra agrícola han sido devastadas por los buldózeres
israelíes. En Hebrón, 40.000 personas siguen viviendo la pesadilla
cotidiana de los toques de queda casi permanentes que Israel impuso hace
nueve meses. Sus movimientos están estrechamente vigilados por 400
violentos colonos judíos que actúan bajo la protección
directa del ejército israelí (aproximadamente dos mil soldados).
El acceso a Jerusalén está prohibido a los palestinos. (De
hecho, esta prohibición se ha mantenido invariable desde la Guerra
del Golfo en 1991). El movimiento entre las ciudades y las aldeas palestinas
está severamente restringido y casi siempre es imposible. Incluso
nuestros equipos médicos deben hacer frente día si y día
no a situaciones que amenazan sus vidas al tener que desplazarse a aldeas
remotas que no cuentan con centros de atención médica. La
actividad de la extensión de los asentamientos de colonos continúa
igual que siempre y Sharon ha prometido incluso construir más.
Y ayer, [11 de julio] a las 11.30 horas, los soldados israelíes
prohibieron a Firyal Mahmud Idris y a su marido cruzar el puesto de control
fronterizo de Taysir al norte de Cisjordania. La Sr. Idris, una madre de
30 años con dos hijos, estaba de parto y se dirigía al Hospital
de Nablus para dar a luz. Tras ser obligada a esperar durante más
de una hora en el puesto de control, dio a luz en el coche. El bebé
murió un poco más tarde cuando se dirigían a nuestro
centro médico de Tubas. La Sra. Idris padeció un fuerte shock
y sufría una fuerte hemorragia vaginal. Su marido confirmó
que los soldados israelíes sabían lo que estaba ocurriendo
y, sin embargo, les retuvieron esperando en el puesto de control.
Como médico, comparo la ocupación israelí, en general,
y los asentamientos, en particular, con el cáncer. El que una vez
fuera un cuerpo joven, activo y vigoroso sufre el ataque de células
cancerosas que lo destruyen y lo deforman transformándolo en una
miserable estampa de lo que fue. Mientras tanto, las células cancerígenas
crecen y prosperan y siguen destruyendo todo lo que encuentran a su alrededor.
¿Qué decimos los médicos a nuestros pacientes? Les
decimos que hoy no hay cura posiblepara el cáncer pero que tal vez
algún día en el futuro la haya. Les alentamos para que sean
fuertes aunque tengan que hacer frente a un dolor insoportable. Les asistimos
para que se preparen a morir animándoles a que estén en paz
consigo mismos, con sus familias y con sus amigos. A veces incluso les hacemos
saber las "buenas noticias" de que quizá, algún
día sus hijos serán beneficiarios de un tratamiento que la
investigación médica sacará adelante. También
llegamos a decirles claramente que no deben rendirse a la enfermedad. Que
deben luchar y hacer frente con todas sus fuerzas, con todo el aire que
queda en sus pulmones, con toda la sangre que circula aún por sus
venas. Y ellos luchan con dignidad. No pueden morir como el recién
nacido de la Sra. Idrid... inerme y desamparado.
Esto es lo que digo a mis pacientes y esto es lo que espero y deseo del
pueblo palestino.
Dr. Mayed Nasar
Director médico del Hospital de Beit Sahur
Comités de los Trabajadores de la Salud
(Texto difundido en Internet desde el Centro Médico de Beit Sahur)
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