Un monumento a la hipocresía
Edward Said*
17 de febrero de 2003. Al Ahram Weekly,
13-19 de febrero de 2003, núm. 625
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Es un hecho grande
y noble que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial se
estén llevando a cabo protestas masivas contra la guerra
antes y no durante la propia guerra. Esto no tiene precedentes
y debe convertirse en el hecho político central de la
nueva era globalizada a la que nuestro mundo ha sido empujado
por EEUU y por su estatuto de superpotencia."
Al final se ha hecho intolerable escuchar o ver las noticias
en este país. Me he dicho a mi mismo una y otra vez que
hay que ojear la prensa diaria y mirar la TV para las noticias
nacionales cada noche, solo para descubrir lo que piensa y planifica
"el país", pero la paciencia y el masoquismo
tienen sus límites. El discurso de Powell en Naciones
Unidas (NNUU), diseñado obviamente para alarmar al pueblo
estadounidense y coaccionar a NNUU para ir a la guerra, me parece
que ha sido una nueva bajeza de la hipocresía moral y
de la manipulación política. Pero las conferencias
de Rumself en Munich la semana pasada fueron aún más
lejos que el inepto de Powell en su afectado sermoneo y sus amenazadoras
mofas. Por el momento, dejaré a un lado a George Bush
y a su camarilla de asesores, mentores espirituales y directores
políticos como Pat Robertson, Franklin Graham, and Karl
Rove: me parecen esclavos del poder perfectamente enfundados
en la monotonía repetitiva de su portavoz colectivo, Ari
Fliescher (quien creo que es también ciudadano israelí).
Bush está, así lo ha dicho, en contacto directo
con Dios, o, si no con Dios, si al menos con la Providencia.
Quizá solo los colonos israelíes puedan conversar
con El. Pero los secretarios de Estado y de Defensa parecen emanar
del mundo laico de los hombres y mujeres reales, de modo que
podría ser de algún modo más oportuno detenerse
un momento en sus palabras y sus actividades.
Primero, algunos preliminares. EEUU ha decidido claramente
la guerra: no parece que haya dos vías sobre eso. Sin
embargo, que la guerra vaya o no a tener lugar (dada toda la
actividad comenzada no por los Estados árabes, que, como
siempre parecen vacilar y estar paralizados a la vez, sino por
Francia, Rusia y Alemania) es otra cosa.
Segundo, los planificadores de esta guerra, como Ralph Nadre
ha manifestado enérgicamente, son halcones-pollo,
esto es, halcones que son demasiado cobardes como para luchar.
Wolfowitz, Perle, Bush, Cheney y otros de todo este grupo civil
hicieron piña a favor de la Guerra de Vietnam, aunque
cada uno de ellos consiguió una prórroga basada
en sus privilegios y, por ello nunca lucharon o ni tan siquiera
sirvieron en las fuerzas armadas. Su beligerancia resulta por
ello moralmente repugnante y, en su sentido literal, extremadamente
antidemocrática. Lo que esta camarilla que no representa
a nadie busca en la guerra contra Iraq no tiene nada que ver
con consideraciones realmente militares. Cualesquiera que sean
las cualidades de su deplorable régimen, Iraq no constituye
una amenaza inminente o creíble para vecinos como Turquía,
Israel o incluso Jordania (los tres podrían dominarlo
fácilmente vía militar), mucho menos para EEUU.
Cualquier argumento en sentido contrario es simplemente ridículo,
completamente frívolo. Con escasos y caducos Scuds
y con una pequeña cantidad de material biológico
y químico, la mayor parte suministrado por EEUU en el
pasado (como Nader ha señalado, sabemos eso porque tenemos
las facturas de lo que las compañías estadounidenses
vendieron a Iraq), Iraq es, y ha sido fácilmente, contenida
a un precio desmedido por el prolongado sufrimiento de la población
civil. Debido a este terrible estado de la cuestión, creo
que es absolutamente cierto decir que se ha producido una colusión
entre el régimen de Iraq y los promotores occidentales
de las sanciones.
Tercero, una vez que las grandes potencias comienzan a soñar
con el cambio de régimen un proceso ya iniciado por
los Perles y Wolfowitzs de ese país -simplemente no hay
fin ni luz al final. ¿No es escandaloso que personas de
tan dudoso calibre sean de hecho quienes están diciendo
las tonterías de llevar la democracia, la modernización
y la liberación a Oriente Medio? Dios sabe que la zona
las necesita, como tantos intelectuales árabes y musulmanes
y gente de la calle han declarado una y otra vez. ¿Pero
quién designa a esos personajes como agentes del progreso?
Y ¿quién les autoriza para pontificar de modo tan
vergonzoso, cuando en sus país existen tantas injusticias
y abusos a los que poner remedio? Resulta particularmente mortificante
que Perle, una persona tan incompetente como quepa imaginar para
ser alguien que tenga algo que ver con cualquier cuestión
relacionada con la democracia y la justicia, haya podido ser
un asesor electoral del gobierno de la extrema derecha de Netanyahu
en el periodo 1996-1999, en el que él aconsejó
al renegado israelí desguazar todos y cada uno de los
intentos de paz, anexionar Cisjordania y Gaza, e intentar eliminar
tantos palestinos como fuera posible. Este hombre habla ahora
de llevar la democracia a Oriente Medio y lo hace sin provocar
la mínima objeción por parte de las lumbreras de
los medios de comunicación que amablemente -vilmente-
le entrevistan en la televisión nacional.
Cuarto, el discurso de Colin Powell, a pesar de sus muchas
debilidades, de su evidente plagio y manufactura, de sus confeccionados
casetes y de sus doctoradas fotografías, fue correcto
en un aspecto. El régimen de Sadam Husein ha violado numerosos
derechos humanos y resoluciones de NNUU. Eso no puede discutirse
y ninguna excusa puede permitirse al respecto. Pero lo que resulta
de una hipocresía monumental en la posición oficial
de E999EUU es que absolutamente todo aquello de lo que Powell
ha acusado a los ba'asistas es el balance de cada uno de los
gobiernos de Israel desde 1948 y, de manera flagrante, desde
la ocupación de 1967. La tortura, la detención
ilegal, el asesinato, los ataques contra civiles con misiles,
helicópteros y aviones de combate, la anexión de
territorio, el traslado de civiles de un sitio a otro con el
objeto de encarcelarlos, los asesinatos masivos (como en Qana,
Yenin, Sabra y Chatila, por mencionar solo los más obvios),
la denegación de derechos de libre paso y el impedimento
de la libertad de movimiento para los civiles, de la educación,
de la ayuda médica; el uso de civiles como escudos humanos,
la humillación, el castigo de familias, las demoliciones
de viviendas a escala masiva, la destrucción de la tierra
agrícola, la expropiación del agua, los asentamientos
ilegales, el empobrecimiento económico, los ataques contra
hospitales, personal médico y ambulancias, el asesinato
de personal de NNUU... por nombrar solo los más abusos
escandalosos. Hay que subrayar con énfasis que todos esto
ha sido llevado a cabo con el apoyo total e incondicional de
EEUU que no solo ha suministrado a Israel el armamento [necesario]
para tales prácticas y todo tipo de ayuda militar y de
servicios de inteligencia, sino que ha dotado al país
con más de 135 mil millones de ayuda económica
en una escala que reduce a la miseria la cantidad relativa per
cápita que el gobierno de EEUU gasta en sus propios
ciudadanos.
Cobardía oficial árabe
Este es un desmedido historial a mantener contra EEUU y contra
el señor Powell como su símbolo humano, en particular.
Como persona encargada de la política exterior de EEUU,
es su responsabilidad concreta defender las leyes de su país
y asegurar que la aplicación de los derechos humanos y
la promoción de la libertad -el proclamado programa político
central en la política exterior de EEUU desde al menos
1976- se aplica uniformemente, sin excepción ni condición.
El modo en que él y sus jefes y colaboradores pueden alzarse
ante el mundo y sermonear honradamente contra Iraq ignorando
a la vez, totalmente, la asociación estadounidense con
Israel en los abusos de los derechos humanos, desafía
toda credibilidad. Y sin embargo nadie, en todas las justificadas
críticas que han aparecido sobre la posición de
EEUU desde que Powell hizo su gran discurso en NNUU, ha señalado
este punto, ni siquiera los muy rectos franceses y alemanes.
Los Territorios palestinos padecen hoy el ataque de la hambruna
masiva; hay una crisis sanitaria de proporciones catastróficas;
la mortalidad de civiles alcanza al menos a 20 personas por semana;
la economía se ha colapsado; cientos de miles de civiles
inocentes no pueden trabajar, estudiar o moverse debido a los
toques de queda y a 300 barricadas (al menos) que impiden su
vida cotidiana; las casas se vuelan o se destruyen masivamente
(60 en un solo día de la semana pasada). Y todo ello [se
hace] con el equipamiento de EEUU, con apoyo de EEUU y con la
financiación de EEUU. Bush declara que Sharon (que es
un criminal de guerra desde cualquier patrón con que se
mida) es un hombre de paz, como escupiendo a las vidas inocentes
palestinas que se han perdido y destruido por Sharon y su ejército
criminal. Y tiene las agallas de decir que actúa en nombre
de Dios y que él (y su Administración) actúan
al servicio de "un Dios justo y fiel". Y para más
pasmo todavía, instruye al mundo sobre el incumplimiento
de las resoluciones de NNUU por parte de Sadam, mientras apoya
a un país, Israel, que ha violado al menos 64 de ellas
diariamente durante más de medio siglo.
Sin embargo, los regímenes árabes son actualmente
tan cobardes e ineficaces que no se atreven a declarar ninguna
de estas cosas públicamente. Muchos de ellos necesitan
la ayuda económica de EEUU. Muchos de ellos tiene miedo
a sus propios pueblos y necesitan el apoyo de EEUU para apuntalar
sus regímenes. Muchos de ellos podrían ser acusados
de algunos de los mismos crímenes contra la humanidad.
Así que no dicen nada y simplemente esperan y rezan para
que la guerra pase y para que, al final, ellos sigan reteniendo
el poder como lo hacen ahora.
Pero es también un hecho grande y noble que por primera
vez desde la Segunda Guerra Mundial se estén llevando
a cabo protestas masivas contra la guerra antes y no durante
la propia guerra. Esto no tiene precedentes y debe convertirse
en el hecho político central de la nueva era globalizada
a la que nuestro mundo ha sido empujado por EEUU y por su estatuto
de superpotencia. Lo que esto demuestra es que a pesar del imponente
poder ejercido por autócratas y tiranos como Sadam y sus
antagonistas estadounidenses, a pesar de la complicidad de unos
medios de comunicación que (voluntaria o involuntariamente)
han acelerado las prisas para la guerra, a pesar de la indiferencia
y la ignorancia de mucha gente, las acciones y protestas masivas
sobre la base de la comunidad humana y de la sostenibilidad humana
siguen siendo aún herramientas de la resistencia humana.
Llámenlas armas de los débiles, si quieren. Pero
que hayan descompuesto al menos los planes de los halcones-pollos
y de sus partidarios corporativistas, así como de los
millones de religiosos monoteístas extremistas (cristianos,
judíos y musulmanes) que creen en las guerras de religión,
es un gran faro de esperanza para nuestro tiempo.
Nuestra labor como árabes es unir nuestra oposición
a la acción de EEUU contra Iraq con nuestro respaldo a
los derechos humanos en Iraq, Palestina, Israel, el Kurdistán
y en cualquier parte del mundo árabe - también
pedir a otros que fuercen esa misma unión en cada uno,
sea árabe, americano, africano, europeo, australiano o
asiático. Estas son cuestiones del mundo, cuestiones humanas,
no simplemente preocupaciones estratégicas de EEUU o de
otras grandes potencias.
No pedemos en ningún caso prestar nuestro silencio
a una política de guerra que la Casa Blanca ha anunciado
abiertamente incluirá la lluvia de entre tres y cinco
misiles crucero por día (800 de ellos durante las primeras
48 horas) sobre la población civil de Bagdad a fin de
producir "conmoción y pavor", o incluso un cataclismo
humano que producirá, como su jactancioso planificador,
un tal señor (¿o es Doctor?) Harlan Ullman, ha
declarado, un efecto del estilo de Hiroshima sobre la población
iraquí.
Nótese que durante la guerra del Golfo en 1991, tras
41 días de bombardeos sobre Iraq ni siquiera se alcanzó
esta escala de devastación humana. EEUU tiene 6.000 misiles
inteligentes listos para hacer el trabajo. ¿Qué
clase de Dios podría querer que esto fuese una política
formulada y anunciada para su pueblo?, ¿y qué clase
de Dios afirmaría que esto se hace para llevar la democracia
y la libertad al pueblo no solo de Iraq sino del resto de Oriente
Medio?
Preguntas sin respuesta
Estas son preguntas que ni siquiera intentaré responder.
Pero sé que si algo así ocurre sobre cualquier
población de la tierra sería un acto criminal y
sus perpetradores y planificadores, criminales de guerra de acuerdo
con las Leyes de Nuremberg para cuya formulación el propio
EEUU resultó crucial.
No es gratuitamente que el general Sharon y Shaul Mofaz han
dado la bienvenida a la guerra y lo agradecen a George Bush.¿Quién
sabe qué otros males se cometerán en el nombre
de Dios? Cada uno de nosotros debemos alzar nuestras voces, manifestar
nuestra protesta ahora y mantenidamente. Necesitamos un pensamiento
creativo y una acción valiente para rechazar las pesadillas
planeadas por un equipo dócil y profesionalizado en lugares
como Washington y Tel Aviv y Bagdad. Si lo que tienen en mente
es lo que llaman "mayor seguridad", entonces las palabras
han perdido el significado para el sentido común. Que
Bush y Sharon desprecian a los pueblos no blancos de este mundo,
está claro. La cuestión es por cuanto tiempo pueden
seguir quitándolos del medio.
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