Tras la invasión de
Iraq
Research Unit for Political Economy*
Research Unit for Political Economy,
núms. 33 y 34, diciembre, 2002
Traducción de Paloma Valverde (CSCAweb: www.nodo50.org/csca)
"EEUU está
contemplando la posibilidad de utilizar la invasión iraquí
como trampolín para una drástica limpieza política
en toda la región, y esto unido a las líneas de
actuación de un largo y callado proceso en los Balcanes
que continuará en Afganistán y Pakistán.
En realidad [EEUU] está deseoso de provocar, como consecuencia
de la invasión de Iraq, levantamientos en otros Estados
de la región para así tener el motivo para invadir
esos países. Todo esto no son especulaciones, son cuestiones
explicitadas en varios documentos políticos escritos
-o autorizados- por quienes están al frente de la política
exterior y de las fuerzas militares estadounidenses".
El imperialismo
estadounidense ha anunciado su intención de lanzar una
invasión contra Iraq y cambiar el régimen político
del país. La inminente invasión supone la culminación
de los esfuerzos de Estados Unidos (EEUU) en esta última
década.
El ataque de EEUU contra Iraq en 1991 en nombre de la liberación
de Kuwait no sólo causó de forma inmediata la terrible
pérdida de vidas humanas, sino que sistemática
y deliberadamente arrasó por completo la totalidad de
la infraestructura civil de Iraq. Doce años de sanciones
ya han provocado una destrucción sin igual en la vida
económica del país y han provocado lo que un portavoz
de NNUU denominó "genocidio" gracias a la sistemática
eliminación de los elementos indispensables para la vida.
Iraq no tiene libertad para invertir las ganancias provenientes
de la venta de su petróleo. Las "zonas de
exclusión aérea" y los bombardeos continuos
-carentes de ningún tipo de cobertura legal-, han violado
no sólo la soberanía del país sino su seguridad.
Bajo la protección de EEUU y Reino Unido, las fuerzas
kurdas [iraquíes] aliadas de EEUU mantienen su influencia
al norte de Iraq. Bajo el disfraz de "inspecciones de armamento"
EEUU, Reino Unido e Israel han llevado a cabo un descarado espionaje.
Ahora, sin embargo, lo que estamos a punto de presenciar es
un nuevo desarrollo de los acontecimientos con consecuencias
de mayor alcance: la ocupación imperialista de la totalidad
de Iraq. Es más, en la prensa estadounidense la noticia
que se ha difundido ampliamente es que los planes de EEUU consisten
en utilizar la invasión de Iraq como punto de partida
para una drástica reorganización de Oriente Medio
[1]. La administración Bush está considerando
seriamente invadir una serie de países, y reemplazar sus
regímenes políticos, en toda la región.
Irán, Arabia Saudí, Siria, Libia, Egipto y Líbano
están entre los países susceptibles de ser objetivo
estadounidense. Esto iría en paralelo con algún
tipo de medida que tomaría Israel para una "solución
final" a la "cuestión Palestina", ya fuera
en forma de expulsión masiva [de los palestinos de Palestina]
o de colonización.
Las justificaciones del imperialismo de EEUU para continuar
con el inminente asalto a Iraq son absurdas, a veces contradictorias.
A diferencia de la Guerra del Golfo de 1991 o de la invasión
y bombardeo de Afganistán en 2001, esta vez EEUU no posee
siquiera ni la sombra de una mínima excusa para su agresión.
Una vez más, los medios de comunicación más
relevantes de EEUU y Reino Unido han sido los soldados de a pie
de la campaña [belicista].
Dejando aparte países como Reino Unido e Israel, otros
países del resto del mundo o bien se han opuesto al asalto
premeditado [de EEUU sobre Iraq] o al menos han intentado distanciarse
de él; la opinión pública, aparte de la
de EEUU e Israel, está posicionada contra la guerra; pero
incluso dentro de EEUU capas altamente despolitizadas están
cambiando rápidamente su postura; en realidad el mundo,
incluyendo EEUU, ha sido testigo de una importante ola de protestas
antes del comienzo de la guerra. Más importante aún,
hay indicios de que un estallido de protestas, largamente demorado,
sea algo inminente en Oriente Medio. Mientras varios países
árabes bajo presión de EEUU están ahora
modificando sus posturas, y otros ofrecen sus instalaciones para
el asalto [2], ambos grupos temen, evidentemente, la rabia
de sus propios pueblos. Está claro que para los dirigentes
estadounidenses la operación no sólo requerirá
grandes esfuerzos económicos, sino también graves
riesgos políticos. Pese a ello están determinados
a continuar con sus presiones.
A pesar de que varias voces de alerta, provenientes de figuras
responsables estrategas políticos estadounidenses, se
han alzado por primera vez, parece que ahora existe un mayor
consenso entre la clase dirigente estadounidense en relación
con este extraordinario afán de aventura y de agresión
unilateral. La manera en la que el presidente de EEUU fue capaz
de hacer entender al Congreso su exigencia de poderes ilimitados
para la guerra deja claro que el sector empresarial como un todo
-no sólo el sector del petróleo- está vitalmente
interesado en la guerra [3]. Es significante que a pesar
de la recesión y de la incertidumbre económica,
a pesar del presupuesto [para la guerra] cada vez mas elevado
y del déficit en la balanza de pagos, EEUU esté
deseoso de correr con los gastos de una indefinida operación
militar. Evidentemente las empresas estadounidenses creen que
la potencial recompensa justificará la guerra; dicho de
otro modo, que el hecho de que la guerra no se produzca tendrá
graves consecuencias para ellos.
En mayor o menor medida se reconoce públicamente que
la inmediata recompensa [de la guerra] es una maravillosa oportunidad
para obtener petróleo a una escala desconocida desde los
días del colonialismo. [El volumen de] Las prospecciones
en el [mar] Caspio palidecen en comparación con la riqueza
petrolífera iraquí. Iraq posee las segundas reservas
mundiales de petróleo (actualmente 115 billones de barriles,
pero después de estar largo tiempo sin explotar a fondo
los pozos se pueden alcanzar los 220-250 billones de barriles).
Es más, el petróleo iraquí es con mucho,
junto con el de Arabia Saudí, Kuwait e Irán, el
más barato de extraer. EEUU está ofreciendo abiertamente
a Francia y a Rusia, que ha tenido contratos multimillonarios
con el régimen actual [iraquí] -contratos que no
pueden realizarse bajo el régimen de sanciones- porciones
del pastel "post-invasión" a cambio de su voto
afirmativo [a la intervención militar] en el Consejo de
Seguridad (CS).
El control de los recursos petrolíferos y de las rutas
de los oleoductos es evidentemente un elemento básico
en los afanes imperialistas de EEUU en el mundo. No hay que
olvidar la instalación de fuerzas estadounidenses a largo
plazo desde Afganistán hasta los Balcanes, atravesando
Asia Central [4]; la entrada de las tropas estadounidenses
en Filipinas y la presión sobre Indonesia para poder introducirse
[EEUU] en una campaña contra el fundamentalismo islámico
en la región; y por último la intervención
militar en Colombia y el intento de derrocar a Chávez
en Venezuela (la sistemática intervención de EEUU
en Latinoamérica tiene importantes paralelos con su campaña
en Oriente Medio [5].) EEUU está particularmente
ansioso por instalar un gran contingente de tropas cerca de Arabia
Saudí, anticipando la caída o el cambio drástico
de régimen allí. Arabia Saudí posee las
mayores reservas petrolíferas del mundo. En realidad,
EEUU está contemplando la posibilidad de utilizar la invasión
iraquí como trampolín para una drástica
limpieza política en toda la región [6],
y esto unido a las líneas de actuación de un largo
y callado proceso en los Balcanes que continuará en Afganistán
y Pakistán. En realidad [EEUU] está deseoso de
provocar, como consecuencia de la invasión de Iraq, levantamientos
en otros Estados de la región para así tener el
motivo para invadir esos países. Todo esto no son especulaciones,
son cuestiones explicitadas en varios documentos políticos
escritos -o autorizados- por quienes están al frente
de la política exterior y de las fuerzas militares estadounidenses.
Imperialismo económico mediante
control militar
Relacionado con todo lo anterior, existe una dimensión
estratégica de futuro respecto a la política de
agresión de EEUU no sólo relacionada con la dependencia,
cada vez mayor, del petróleo de Oriente Medio para el
consumo, sino que al apoderarse del petróleo de la zona
EEUU pretende obtener además la supremacía sobre
el resto de los poderes imperialistas.
La crisis global de la sobreproducción está
mostrando y subrayando con claridad la debilidad real de la economía
de EEUU, resultado de lo cual la caída de la industria
estadounidense y el déficit presupuestario son galopantes.
El euro es ahora una alternativa real a la posición del
dólar como reserva mundial de moneda en curso, amenazando
la tremenda habilidad que EEUU tiene para tapar su déficit
bebiéndose los ahorros del mundo. EEUU anticipa
que la toma de Iraq, y toda la riqueza acumulada en la región,
beneficiará directamente a sus empresas (petrolíferas,
armamentísticas, de ingeniería, financieras) de
la misma manera que si expulsara de EEUU a todas las empresas
de los otros países imperialistas. Además, [EEUU]
intenta evitar que el grueso de la industria petrolífera
sea controlado en euros y así mantener la supremacía
del dólar. En un sentido amplio, EEUU cree que tal reafirmación
de su supremacía (en términos militares y de control
estratégico de los recursos) evitará que emerja
cualquier reto imperialista serio, como el de la Unión
Europea. En ese sentido, la campaña actual está
en línea con la Guía de Planificación de
la Defensa hecha por el Pentágono en 1992, que lanzaba
una advertencia de estar prevenidos contra cualquier poder importante
que adquiriera la fuerza suficiente para suponer un reto real
a la supremacía única de EEUU. Un pie europeo en
Irán podría incluso llegar a tener como consecuencia
una economía petrolífera basada en el euro; esto
quizás explica la sorprendente inclusión de Irán
en el "Eje del Mal" [7].
Por todas estas razones, EEUU está enfrentándose
a una seria oposición por parte de Francia, Alemania y
Rusia en la cuestión de Iraq, mucho más de lo que
jamás se hayan enfrentado a cualquier otra estrategia
[estadounidense] en el pasado. Desde la disolución de
la Unión Soviética no ha existido ningún
poder imperialista que haya tenido la fuerza de oponerse al unilateralismo
de EEUU. Mientras tanto otros poderes, por el contrario, se han
centrado en obtener las migajas de los restos del primitivo imperio
soviético y de las intensificadas rapiñas en el
Tercer Mundo. Sin embargo, estos poderes ven que la presente
campaña pretende precisamente acallarles y, a la larga,
dejarles al margen de una situación igualitaria con EEUU.
La discusión de tal situación es la autentica razón
de la existencia de EEUU.
Al mismo tiempo, un control directo sobre los recursos petrolíferos
de la región dará a EEUU otro importante medio
de presión para usar contra China, que se volverá
considerablemente más dependiente de las importaciones
de petróleo durante la próxima década. EEUU
además ve a la China capitalista como una amenaza potencial
para sus planes de dominación del sureste asiático
y de Oriente Medio. EEUU ha tomado varias medidas para bloquear
los planes de China en sus intentos de obtener un acceso independiente
(no controlado por EEUU) y estable al petróleo del oeste
asiático o del Caspio. EEUU ya ha instalado sus fuerzas
militares a lo largo de todas las rutas de petróleo y
de gas- de la rica Asia Central; ahora está en proceso
de hacerlo en el más grande y rico oeste asiático.
El fin de Naciones Unidas
A pesar de que determinadas circunstancias han obligado a
EEUU a presentar una resolución sobre Iraq [la 1441] [8]
a través del CS, ahora EEUU ha declarado abiertamente
la muerte del sistema de NNUU para lo que en realidad servía,
para contener el discurso de Bush ante NNUU, tribuna ante la
que [Bush] declaró que " el organismo sería
irrelevante a menos que ratificase y sellara la supremacía
de EEUU". La nueva doctrina está contenida en el
Documento Estrategia de Seguridad Nacional [9],
que declara el derecho de EEUU a un ataque preventivo contra
una "supuesta o potencial amenaza", y advierte que
está dispuesto a actuar unilateralmente si otros poderes
imperialistas no siguen su liderazgo. En línea con esta
nueva doctrina, EEUU revisa sistemáticamente el consenso
internacional que existe hoy sobre el uso de armas nucleares.
Para poner en práctica sus planes EEUU, ya con demasiadas
obligaciones financieras, tendrá que asumir incluso muchas
más. No sólo ha multiplicado rápidamente
sus avanzadillas militares y sus implicaciones militares en todo
el planeta, desde Filipinas hasta Asia (Central, Sureste asiático
y Lejano Oriente) y América Latina, sino que ha sido el
poder ocupante de Afganistán y evidentemente pretende
seguir haciendo lo mismo, por lo menos en Iraq. Así, disemina
sus fuerzas al mismo tiempo que provoca una resistencia nacional
mucho mayor que la que existe bajo la forma indirecta de gobierno
que es común a todos los neocolonialismos. Anticipándose
a los tremendos costes de su nueva misión, los halcones-pensadores
de las clases dirigentes de EEUU y Reino Unido están muy
ocupados preparando justificaciones teóricas para este
nuevo brote de colonialismo. Al mismo tiempo, el aparato represivo
interno en EEUU está siendo fortalecido con el pánico
y la sumisión a la autoridad así como con otros
elementos del fascismo que se están poniendo en práctica.
La aparición simultánea de una oposición
y de una resistencia popular en el mundo, de una oposición
desde los poderes imperialistas, y de una profunda crisis en
la economía estadounidenses sugiere que los acontecimientos
no van a desarrollarse según los deseos imperialistas
de EEUU.
Notas:
1.- Véase
en CSCAweb: La
Administración Bush detalla el programa para instaurarse
como nueva potencia colonial en Iraq tras su invasión
militar
2.- Véase en CSCAweb: Turquía y el negocio de la invasión
de Iraq
y Jordania
colaborará con EEUU en su invasión de Iraq
3.- Véase
en CSCAweb: Texto
de la resolución propuesta por Bush al Congreso de los
EEUU para autorizar el ataque militar contra Iraq y Porqué
las elecciones al Congreso de EEUU de noviembre no son un mandato
para la guerra
4.- Véase en CSCAweb: Karen
Talbot: Afganistán: la lucha por el petróleo, Free
Arab Voice: La relación entre la guerra contra Afganistán
y el proceso de mundialización económica: un análisis
árabe contra la globalización / Primer Encuentro
Pan-Árabe Contra la Globalización y Colin
Powell vincula la guerra en Afganistán con la expansión
del 'libre comercio' y apoya las tesis de Israel frente a los
palestinos
5.- Véase en CSCAweb: Samir Amin: La ambición criminal
de EEUU: el control militar del planeta
6.- Véase en CSCAweb: Ibrahim Alloush:
Jordania y la estrategia sionista en el Mundo Árabe
7.- Véase en CSCAweb : Luis Mesa y Rodobaldo
Isasi: "El 'Eje del Mal' y la vocación unilateralista
de la Administración Bush: una perspectiva analítica
múltiple"
8.- Véase en CSCAweb: Phillys Bennis:
El nuevo borrador de resolución de EEUU sobre Iraq: negociar
para legitimar la guerra y Phillys Bennis:
Las trampas ocultas de la nueva resolución sobre Iraq
9.- Carl
Messineo y Mara Verheyden-Hilliard: Evaluación crítica
de la nueva 'Estrategia de Seguridad Nacional' de la Administración
Bush
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