Evaluación crítica
de la nueva 'Estrategia de Seguridad Nacional' de la Administración
Bush
Carl Messineo y Mara Verheyden-Hilliard*
7 de septiembre de 2002, ANSWER.
Traducción de Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"La política
de guerra preventiva y la amenaza de un nuevo asalto militar
contra Iraq violan la legislación interna de EEUU y el
Derecho Internacional. El belicismo, los preparativos para la
guerra y las amenazas de violencia que proceden de Bush, Cheney,
Rumsfeld, Rice y otros 'halcones' de la Casa Blanca y del Pentágono
son, por sí mismos, violaciones del Derecho Internacional
y constituyen crímenes contra la paz".
George Bush ha declarado su intención de
lanzar una guerra "preventiva" contra Iraq y está
buscando en la actualidad forzar a la comunidad internacional,
a NNUU y al Congreso al acatamiento y la sumisión. Al
tiempo que algunos miembros del Congreso corren para mostrar
su obediencia y algunos estados miembros de NNUU se alinean para
recibir anticipadamente los despojos de la guerra, la Administración
está lanzando una campaña para convencer al pueblo
de EEUU de que se conforme y financie con su dinero y su sangre
esta guerra lanzada para la conquista en beneficio de los intereses
corporativos y petroleros que forman la verdadera base electoral
de Bush.
La guerra preventiva de Bush es una guerra de agresión.
La política estadounidense de apoyar la guerra no se corresponde
con el gobierno de la ley sino con el gobierno de la fuerza.
Pero ninguna resolución de NNUU o del Congreso
puede legitimar una guerra ilegal. Al respaldar una empresa criminal,
con el apoyo de sus votos están incurriendo en una ratificación
deliberada haciéndose cómplices y responsables
de una acción ilegal.
Una guerra de agresión viola la Constitución
de EEUU, la Carta de NNUU y los principios del Tribunal de Nüremberg.
Viola igualmente la ley humanitaria colectiva que reconoce el
inconmensurable daño y el inconcebible sufrimiento humano
[que se produce] cuando un país se compromete en una guerra
de agresión para anteponer lo que su gobierno percibe
como intereses nacionales.
La 'Estrategia de la Seguridad
Nacional': anteproyecto del imperio global
El 20 de septiembre de 2002, la Administración
Bush hizo público su anteproyecto para la dominación
global y las incesantes intervenciones militares en su declaración
política global titulada "Estrategia de Seguridad
Nacional de EEUU".
La Estrategia de Seguridad Nacional expone las
ambiciones del complejo de la industria militar estadounidense
para seguir siendo la superpotencia mundial con capacidad de
dominio político, económico y militar [1]
e impedir que cualquier otra entidad internacional o unión
de estados "persiga un desarrollo militar con la esperanza
de superar o igualar el poder de EEUU" [2].
Los planes estratégicos elevan el libre comercio y el
libre mercado al rango de "principio moral [...] y libertad
real" [3] y respaldan una estrategia de conquista
global y absoluta sirviéndose de la Organización
Mundial de Comercio, el Acta de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
entre otros mecanismos.
The Washington Post informa que la Estrategia
de Seguridad Nacional otorga a EEUU "un papel casi mesiánico"
en su búsqueda del dominio global" [4].
La Estrategia de Seguridad Nacional confirma y
elabora lo que se ha reflejado en la revista Nuclear Posture
de enero de 2002, al respecto de que la Administración
Bush mantiene una política de guerra preventiva que contempla
el uso de armas de destrucción masiva no convencionales
como primera medida en un ataque.[5]
Invirtiendo la lógica
La política de guerra preventiva de Bush
es una guerra sin causa justa. Desde el marco del Derecho Internacional
y tras siglos de derecho consuetudinario, una guerra preventiva
puede justificarse como un acto de auto-defensa solo cuando existe
una amenaza inminente y genuina de ataque físico.
La guerra preventiva de Bush contra Iraq ni siquiera
pretende prevenir un ataque físico. Pretende prevenir
una amenaza que ni se ha declarado ni se ha formulado. Iraq no
ha lanzado amenazas de ataques contra EEUU. Es EEUU quien únicamente
amenaza con la guerra.
No se trata de una guerra por el desarme. Es EEUU
quien ha almacenado armas nucleares, biológicas y químicas.
Es EEUU quien está amenazando directamente con utilizar
esas armas contra otro país. Es EEUU quine ha bombardeado
Iraq implacablemente durante más de diez años matando
a muchísimos civiles inocentes.
La Administración Bush transforma la lógica
a su favor torciendo la realidad con el fin de crear un pretexto
para su guerra de agresión. La Administración estima
que el requisito necesario de una amenaza inminente de ataque
puede hallarse en el hecho de que no hay evidencias de un ataque
inminente, y por ello, la amenaza es aún más siniestra
porque es una amenaza oculta. La ausencia de amenaza se convierte,
así, en la amenaza, lo que deriva en causa para la guerra.
De acuerdo con las propias afirmaciones del gobierno
de EEUU, el 80% de la capacidad armamentística de Iraq
fue destruido por EEUU en la anterior Guerra del Golfo y posteriormente
el 90% de la restante capacidad mediante el proceso de inspecciones
de armas.
No hay evidencia de que Iraq tenga capacidad de
atacar EEUU, mucho menos de que tenga intención de llevar
a cabo tal ataque.
La propuesta de guerra
de Bush: contra la Constitución, la Carta de NNUU y el
Derecho Internacional
La política de guerra preventiva y el propuesto ataque
contra Iraq no pueden justificarse al amparo de ninguna ley establecida.
La política de guerra preventiva y la amenaza de un nuevo
asalto militar contra Iraq violan la legislación interna
de EEUU y el Derecho Internacional. El belicismo, los preparativos
para la guerra y las amenazas de violencia que proceden de Bush,
Cheney, Rumsfeld, Rice y otros halcones de la Casa Blanca y del
Pentágono son, por sí mismos, violaciones del Derecho
Internacional y constituyen crímenes contra la paz.
El artículo VI de la Constitución de EEUU establece
que los tratados [internacionales] ratificados, como el de la
Carta de NNUU, son "la ley suprema de la tierra".
El artículo 1 de la Carta de NNUU establece
que "los propósitos de NNUU son [...] mantener la
paz internacional y la soberanía, y para tal fin: tomar
medidas colectivas efectivas para la prevención y desaparición
de las amenazas a la paz, y para la supresión de los actos
de agresión u otras perturbaciones de la paz, y para promover
por medios pacíficos y de conformidad con los principios
de la justicia y el derecho internacional, resoluciones o arreglos
de las disputas internacionales o de situaciones que pudieran
conducir a perturbar la paz".
El artículo II declara que todos los estados
miembros "deberán actuar de acuerdo con los siguientes
principios:
"Todos los miembros deben arreglar sus disputas
internacionales por medios pacíficos de tal modo que la
paz internacional, la seguridad y la justicia no se pongan en
peligro".
"Todos los miembros deberán abstenerse
en sus relaciones internacionales de amenazar o usar la fuerza
contra la integridad territorial o la independencia política
de cualquier Estado, o de cualquier otro modo inconsecuente con
los propósitos de las NNUU".
Bajo este marco, los actos de agresión -como
la amenaza de ataque de Bush- deben ser suprimidos y la fuerza
debe usarse solo como recurso último e inevitable.
La Carta de NNUU se promulgó en 1945 al
término de la devastadora y dramática Segunda Guerra
Mundial. La Carta se promulgó para poner fin a los actos
de agresión "para salvar a las generaciones venideras
del azote de la guerra que por dos veces en nuestro tiempo ha
traído pesares inenarrables al género humano".
Las disputas que puedan conducir a la perturbación
de la paz deben ser resueltas por 'medios pacíficos'.
El capítulo VI de la Carta de NNUU, "Arreglo
pacífico de las disputas" requiere a los países
para "en primera instancia, buscar una solución mediante
la negociación, la información, la mediación,
la conciliación, el arbitrio, la resolución judicial,
el recurso a las agencias regionales o al acuerdo, u otros medios
pacíficos de su propia elección".
Ninguna resolución
del CS puede legitimar una 'guerra preventiva'
Bush ha solicitado al CS de NNUU que apoye la ejecución
de la política de su Administración de guerra de
prevención potencialmente nuclear, como si dicho CS pudiese
respaldar una guerra de agresión. El CS de NNUU carece
de autoridad legal para otorgar tal permiso. El CS de NNUU, mediante
un voto afirmativo o mediante la aquiescencia con la política
de Bush no puede abrogar su propio mandato. Ninguna acción
colectiva de los 15 miembros permanentes y temporales del CS
de NNUU puede legalmente violar la Carta que es la única
fuente de su autoridad colectiva.
Ello queda claro en la propia Carta de NNUU que
establece en al artículo 24 que
"En cumplimiento de estas obligaciones, el CS debe actuar
de acuerdo con los Propósitos y Principios de Naciones
Unidas". En tanto que existen procedimientos por medio de
los cuales el uso de la fuerza colectiva puede ser autorizado
por el CS para mantener o restaurar la paz internacional (artículos
41 y 42), dichos procedimientos no deben ser utilizados para
respaldar agresiones que violan el propósito primero de
la Carta de NNUU. El artículo 51 de la Carta de NNUU reconoce
el derecho a la autodefensa "si un ataque armado tiene lugar
contra uno de los miembros de NNUU hasta que el CS tome las medidas
necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales".
Ninguna de las provisiones permiten la autorización a
los planes de guerra de Bush ni a la estrategia de atacar primero.
Cualquier resolución que autorice una guerra preventiva
de agresión debe ser considerada 'ultra vires' o nula
e inválida.
La propia publicación de la doctrina de
guerra preventiva de Bush e incluso la amenaza de lanzar una
guerra contra Iraq son, por si mismos, una violación del
Derecho Internacional [constituyendo] un crimen contra la paz,
definido por la Carta de Nuremberg como "Planear, preparar,
iniciar o lanzar una guerra de agresión o una guerra en
violación de los tratados, acuerdos o garantías
internacionales".
Responsabilidad por Crímenes
de Guerra
Ni el Congreso ni el presidente tienen derecho
a comprometer a EEUU en una guerra de agresión y cualquier
voto de respaldo, lejos de legalizar o legitimar los planes de
guerra global, sirven únicamente como ratificación
de los Crímenes de Guerra.
Bajo los principios de responsabilidad universal
establecidos en Nüremberg, "el hecho de que una persona
que haya cometido un acto que constituye un crimen desde el punto
de vista del Derecho Internacional, actúe como jefe de
Estado o responsable de gobierno no le exime de responsabilidad
según la legislación internacional. [6]
La ejecución de sanciones económicas
por las administraciones de Bush padre, Clinton y Bush hijo,
que han causado las muertes de más de un millón
de personas, fundamentalmente menores y ancianos, es igualmente
sancionable como crimen contra la humanidad según la Carta
de Nüremberg y el Estatuto del Tribunal Penal Internacional
[definido ]como "el castigo intencionado sobre las condiciones
de vida, [...], la privación de acceso a los alimentos
y a las medicinas calculado para producir la destrucción
de parte de la población. [7]
La Administración Bush ha rechazado el Tribunal
Penal Internacional firmado por más de 130 países.
Este rechazo constituye una admisión de la conciencia
de la Administración de culpabilidad y [de albergar] intenciones
criminales. La Administración Bush actúa con indiferencia
consciente ante las leyes humanitarias y con una declarada intención
de evitar la responsabilidad por sus crímenes en el marco
de la legislación internacional relativa a los crímenes
de guerra y contra la humanidad. La Estrategia de Seguridad Nacional
promulgada por la Administración Bush declara que EEUU
"tomará las acciones necesarias para garantizar que
nuestros esfuerzos para alcanzar nuestros compromisos de seguridad
global y de proteger a los estadounidenses no sean deteriorados
por potenciales investigaciones, enjuiciamientos o procedimientos
judiciales [ejercidos] por el Tribunal Penal Internacional,
cuya jurisdicción no alcanza a los estadounidenses y no
aceptamos".
Guerra interminable, agresión
y terror
Una vez que esta política de guerra de agresión
preventiva sea invocada por la Administración Bush para
justificar ataques no provocados contra centros de población
en Iraq, la doctrina será utilizada por los halcones
de la Administración con posterioridad y será igualmente
adoptada internacionalmente por otras naciones e individuos como
justificación para el uso preventivo de la violencia catastrófica
contra centros de población en cualquier parte del mundo.
La legitimación de las guerras preventivas de agresión
será utilizada para justificar ataques contra centros
de población de EEUU y ocasionará mayor violencia
a las ciudades y a la población de EEUU por las acciones
que el gobierno ejerce en su nombres sin su consentimiento debido.
El riesgo de sufrir daños debido a esta
doctrina, desde luego, no se distribuye equitativamente entre
todos los residentes de EEUU. Aquellos que perderán sus
vidas luchando en guerras de agresión serán los
jóvenes, en buena parte, personas de color y aquellos
que se alistan en el ejército de EEUU a causa de sus
escasas oportunidades económicas. Aquellos cuyo bienestar
y seguridad derivan de las transacciones de la guerra, del aumento
de los precios del petróleo causado por la inestabilidad
global o por la conquista de las regiones petrolíferas,
y de la constante reconstrucción y el constante rearme
necesarios para llevar a cabo guerras interminables contra innumerables
pueblos acusados de ser amenazas imperceptibles, esos, dispondrán
de los medios para aislarse, protegerse y tener aún mayor
seguridad.
La guerra preventiva no parará en Iraq.
Las intervenciones militares constantes son necesarias para aplicar
la estrategia de dominación global política, económica
y militar defendida por Bush. Sólo cuatro días
después de los ataques del 11 de septiembre, la CIA presentó
su "Lista de ataques internacionales" en el que se
identificaban a numerosos países sobre los cuales la CIA
quería permiso para atacar. Bush aprobó la lista
de la CIA y autorizó la cobertura inmediata para ejecutar
operaciones letales en más de 60 países.
Tomar las calles
En tanto que [la Administración de] EEUU
va contra la paz ejecutando su declarada política de dominación
global y de abiertas intervenciones militares, es urgente que
el pueblo de EEUU actúe.
El Congreso no parará esta política de guerra agresiva
y dominación global. Muchos congresistas están
bien retribuidos por los beneficios de la guerra y de sus patrocinadores
corporativos que ven la dominación militar de EEUU como
el mecanismo para fortalecer sus intereses, para explotar el
trabajo humano a cambio de hambre en el exterior y para reducir
los salarios en el interior, para minar vastas fuentes de recursos
medioambientales globales y para imponer y expandir la riqueza
de su libre mercado.
El marco constitucional de EEUU establece que con
independencia de quien ostenta temporalmente la responsabilidad
del gobierno, todos los poderes pertenecen al pueblo. Ha llegado
el momento de que el pueblo excluya de las riendas del poder
a aquellos que han declarado su intención de actuar violando
todas las leyes por las que el ser humano ha luchado, para poner
fin a la conflagración global y para prohibir las guerras
de agresión.
Cando las leyes no disuaden al gobierno, el pueblo
debe hacerlo. Tenemos que tomar las calles masivamente en actos
de resistencia espontáneos y organizados. El mensaje
debe transmitir claramente que si la Administración Bush
rechaza atenerse a la legislación interna de EEUU, a la
Carta de NNUU, al Derecho Internacional, a todos los principios
de conducta justa reconocidos, entonces el pueblo consciente
de EEUU demandará que se atenga. Y el mensaje debe ser
que el pueblo de EEUU no permitirá a la Administración
Bush que malgaste la sangre del pueblo de EEUU y del pueblo de
Iraq, que no es nuestro enemigo, en una innecesaria guerra por
el petróleo.
Notas de CSCAweb:
1.
Documento Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU, septiembre,
2002, p. 29. [Véase al respecto en CSCAweb: Mientras
la Administración Bush da a conocer el contenido de la
nueva estrategia de seguridad nacional de EEUU, Israel da por
iniciada la guerra contra Iraq desencadenando su ataque final
contra Arafat y los palestinos]
2. Op. cit., p. 30.
3. Op. cit., p. 18.
4. Karen de Young y Mike Allen, "Bush Shifts Strategy from
Deterrence to Dominance," The Washington Post, 21
de septiembre de 2002.
5. Walter Pincus, "U.S. Nuclear Arms Stance Modified by
Policy Study," The Washington Post, 23 de marzo de
2002; Thomas E. Ricks y Vernon Loeb, "Bush Developing Military
Policy of Striking First," The Washington Post, 10
de junio de 2002.
6. Principio III, Principios de Derecho Internacional reconocidos
en la Carta del Tribunal de Nuremberg y en el Juicio del Tribunal
(adoptado por la Comisión de Derecho Internacional de
EEUU, 1950).
7. Estatuto del Tribunal Criminal Internacional, artículo
7, párrafo 2.
8. Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU, p. 31.
9. Bob Woodward y Dan Balz, "At Camp David, Advice and Dissent,"
The Washington Post, 31 de enero de 2002; Bob Woodward,
"President Broadens Anti-Hussein Order," The Washington
Post , 16 de Junio de 2002.
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