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*Luis Mesa y Rodobaldo Isasi son, respectivamente investigador y colaborador del Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente (CEAMO) de La Habana, Cuba

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Paremos la guerra


El 'Eje del Mal' y la vocación unilateralista de la Administración Bush:
Una perspectiva analítica múltiple

Luis Mesa y Rodobaldo Isasi *

CSCAweb 8 de marzo de 2002 (www.nodo50.org/csca)

Incluir a Iraq, Irán y Corea del Norte dentro de un mismo "Eje del Mal" resulta bastante difícil en la medida en que no abundan los elementos comunes entre ellos. Sin embargo, la necesidad de mantener latente una amenaza exterior considerable favorece la solicitud de un notable incremento del presupuesto de defensa: Bush ha solicitado un aumento de 48 mil millones de dólares para el 2003, con lo cual se elevaría a un total de 379 mil millones, el mayor incremento en defensa desde la etapa Reagan y equivalente al 40% de los gastos militares mundiales. Ello beneficia notablemente al complejo militar-industrial, con estrechos vínculos con la Casa Blanca.

1. La reciente propuesta del "Eje del Mal" (The Axis of Evil) [1] -dada a conocer por el presidente Bush en su discurso sobre el Estado de la Unión el pasado 29 de enero- ha generado de manera inmediata un sinnúmero de reacciones y cuestionamientos. Al identificar a Iraq, Irán y Corea del Norte como los integrantes de este eje "maléfico", el presidente recurre al manejo de visiones estereotipadas, fuertemente arraigadas dentro de la sociedad y en parte del pensamiento estadounidense.

2. El nuevo Axis of Evil, en buena medida reactiva la visión de los Rogue States ("Estados villanos") asumida durante buena parte de la Administración Clinton, concepción que incluso a fines de ese mismo mandato, fue sustituida por una visión menos tremendista: States of concern ("Estados preocupantes") [2]. Es también un mecanismo semejante al de otras definiciones en etapas anteriores como la del "Arco de Crisis" de Brzezinski [3], el "Imperio del Mal" de Reagan para denominar a la Unión Soviética, e incluso para muchos es un ejercicio que pretende remitirse a la historia, y buscar rechazos semejantes a los logrados durante los años de guerra contra el fascismo internacional, y su Eje Berlín-Roma-Tokio.

3. La propuesta del "Eje del Mal", puede ser también el resultado de la búsqueda de una legitimidad individual del presidente Bush ante sus detractores, acerca de su posibilidad o no de un ejercicio pleno al frente del liderazgo de EEUU. Desde un momento tan anterior como significó la conformación de su Comité Electoral Nacional, el entonces gobernador de Texas identificaba como su arquetipo ideológico a la personalidad del ex presidente Ronald Reagan, a quien consideraba el más genuino exponente de la corriente que posteriormente él identificó como "conservadurismo compasivo". Aunque hoy sigue siendo algo enigmático en lo conceptual, ha tenido un valor incuestionable, desde la perspectiva de derecha, para identificar el derrotero mucho más movilizador, que la superpotencia global requiere en el actual escenario de posguerra fría. Curiosamente, los diferentes sondeos de opinión, revelan un comportamiento análogo al alcanzado por Reagan en la lucha contra Moscú. Previo al 11 de septiembre, esos sondeos expresaban una relativa confianza en la posibilidad de que su liderazgo individual, ofreciera seguridad al país frente a una dudosa capacidad para encarar los retos económicos, sin embargo, el ataque terrorista contra objetivos en New York y Washington, han favorecido notablemente la prioridad del primer tema frente al segundo, al menos coyunturalmente.

4. La exitosa actuación militar contra el gobierno talibán en Afganistán parece ser la principal fuente de inspiración del tono amenazante expresado no sólo por el presidente Bush, sino también por parte de algunos otros relevantes miembros de su Administración, como Rumsfeld, Rice, Wolfowitz, Tenet, e incluso con algunas reservas, hasta el propio Collin Powell [4]. Recordemos que un marcado unilateralismo estuvo presente desde los primeros momentos del período Bush, con medidas tales como el incremento de la presión militar contra Iraq, el rechazo al Tratado de Kyoto y a otros documentos de alto consenso dentro de Naciones Unidas (NNUU), y el más representativo de todos: el proyecto del Escudo de Defensa Antimisil. No obstante, para responder a los ataques terroristas del 11 de septiembre, y para golpear a la red al-Qaeda y al gobierno talibán que le brindó amparo, Washington se vio obligado a recurrir a la concertación multilateral, tanto para la ejecución de las acciones militares, como para la imprescindible recolección de información de inteligencia. Para ello no sólo fue importante negociar con aliados occidentales y otros grandes actores internacionales como Rusia y China, sino que se convirtió en imprescindible lidiar con muchos de los "exóticos" actores de la región centroasiática y medioriental.

5. Incluir a Iraq, Irán y Corea del Norte dentro de un mismo "Eje del Mal" resulta bastante difícil en la medida en que no abundan los elementos comunes entre ellos [5], excepto en lo que se refiere a la fabricación y transferencia tecnológica en materia de misiles de mediano y largo alcance, algunos otros proyectos bélicos, y en sus difíciles relaciones con EEUU. En ello parecería encontrar Washington una buena justificación, para poder continuar con el proyecto Rumsfeld del Escudo de Defensa Antimisil [6], altamente cuestionado, incluso desde antes de los acontecimientos del 11 de septiembre, en la medida en que se hacen evidente necesidades de seguridad al estilo mucho más tradicional, en vez de la remota posibilidad de un ataque con misiles contra Estados Unidos, desde alguno de estos países mencionados. En palabras de Bush, hay que seguir bien de cerca a estos regímenes más peligrosos que desarrollan programas de misiles y armas de destrucción masiva, que podrían ser empleadas en ataques contra Estados Unidos. La necesidad de mantener latente una amenaza exterior considerable, propicia la solicitud de un notable incremento para el presupuesto de defensa. Bush ha solicitado un aumento de 48 mil millones de dólares para el 2003, con lo cual se elevaría a un total de 379 mil millones de dólares, constituyendo el mayor incremento en gastos de defensa desde la etapa Reagan, y equivalente al 40% de los gastos militares mundiales [7].Ello beneficia notablemente al conocido complejo militar-industrial, con estrechos vínculos con la Casa Blanca. Ya es evidente la euforia para la construcción y perfeccionamiento de armamentos, como los aviones por control remoto y las bombas inteligentes, entre otros, en línea con las propuestas "transformadoras" de Rumsfeld, readaptadas al calor de la guerra contra los talibán. En la actual coyuntura, también se hace necesario no sólo restituir los inventarios bélicos empleados en Afganistán, sino que de nuevo el sector militar de la economía estadounidense está llamado a desempeñar un papel importante en momentos de desaceleración.

Corea del Norte e Irán

6. Considerar a Corea del Norte como una amenaza de tal magnitud resulta sorprendente, en la medida en que Pyonyang ha congelado desde 1994 su programa nuclear, avanzan las negociaciones con Seúl, e incluso el canal de intercambio con Washington se vio favorecido desde los últimos años del período Clinton. La propia Administración Bush, a partir de las iniciativas de Powell, ha dado cierta continuidad a esta línea, como queda patente en el proyecto KEDO para la reconversión energética, y las entregas de ayuda alimentarias. En su reciente visita a Seúl, el presidente norteamericano se vio obligado a reconocer la utilidad de la política de reconciliación nacional seguida por Kim Dae Jung, propulsor de la fórmula de distensión hacia Pyonyang, en menoscabo de las tradicionales posturas antagonistas de los sectores militares del sur, lo que no contradice en modo alguno, la continuidad de la aplicación de una política de seguridad nacional surcoreana, que se fundamenta en la presencia militar norteamericana. También llama la atención, que los voceros de Corea del Norte reclamen su rechazo al "Eje del Mal", al mismo tiempo que dan "fe" de su voluntad de seguir la política de diálogo con Seúl y Washington.

7. Colocar de nuevo a Irán en un plano con tal grado de amenaza, también resulta contradictorio si tomamos en consideración los paulatinos pasos de diálogo que se han venido dando entre Teherán y Washington, desde los años finales del mandato Clinton, los que no se han abandonado durante la etapa Bush, y que han tenido como momento más importante, la cooperación iraní durante los meses de las operaciones en Afganistán. El tema resulta uno de los más controvertidos en materia de política exterior norteamericana. El "lobby iraní", interesado en un proceso de reconciliación Washington-Teherán, y aprovechando la presencia del gobierno moderado de Jatamí, ha contribuido a llamar la atención de los principales medios de difusión estadounidenses y a un segmento de su comunidad de pensamiento, para rechazar la inercia antagonista hacia Irán. A pesar de algunos gestos importantes constatados en años recientes, Washington no ha logrado articular una política de compromiso constructivo que brinde frutos inmediatos. Por otra parte, el tema de las relaciones con Estados Unidos sigue constituyendo un gran reto para Teherán, haciéndose evidente que hasta hoy, el gobierno de Jatamí no logra neutralizar a la corriente más radical antinorteamericana a ultranza, la que utiliza en su provecho dos importantes temas: el afgano y el palestino. Algunas inquietudes iraníes se han expresado, a partir de no haber visto satisfechas sus expectativas respecto a la composición del nuevo gobierno afgano, e incluso han surgido notables tensiones, a partir de que Washington ha llamado la atención respecto al movimiento en la frontera iraní, asegurando que Teherán había brindado refugio a miembros de al-Qaeda y los talibán. Irán no sólo ha respondido con una negativa tajante, sino que ha procedido paralelamente a desarrollar una investigación al respecto y a detener decenas de sospechosos en la frontera. Probablemente, también las constantes presiones del lobby judío en EEUU, han surtido efecto coyuntural tomando en consideración la agudización extrema del conflicto israelo-palestino, y las acusaciones de Tel Aviv a Teherán por supuestamente suministrar material bélico al movimiento palestino [8]. Pese a los reiterados pronunciamientos antiiraníes formulados por el segmento ultra radical derechista, y por medios de inteligencia y militares de Israel, cabe recordar que otros sectores de pensamiento, e incluso el propio ministro de Exteriores Shimon Peres, rechazan la idea de ver a Teherán como un enemigo acérrimo con el cual sea imposible llegar a algún tipo de arreglo. La inclusión entonces de Irán como miembro importante del "Eje del Mal", se convierte en un elemento de presión política, aunque se hace muy difícil pensar que efectivamente Washington esté valorando tomar acciones más enérgicas contra ese país. De hecho, en la reciente visita de Bush a Japón, el mandatario solicitó al primer ministro Junichiro Koizumi, el ejercicio de sus buenos oficios para facilitar mejores canales para el diálogo indirecto con Teherán, habida cuenta que Japón tiene buena relaciones con Irán y un elevado nivel de dependencia de los energéticos del Golfo Pérsico [9].

Intervenir contra Iraq

8. Iraq parece ser el objetivo más importante para Estados Unidos en estos momentos. Tras el rápido éxito en Afganistán y del anuncio de una guerra de 10 años contra el terrorismo, Washington está necesitado de identificar con inmediatez nuevos objetivos, así las incipientes acciones en Filipinas contra la guerrilla islámica de Abu Sayyaf, el anunciado incremento de asistencia militar norteamericana para lucha antiterrorista en Yemen [10], o valorar a la caótica Somalia como otro blanco para la acción, parecen inscribirse en tal ejercicio. En estos escenarios, es probable que se reafirmen experiencias probadas recientemente en Afganistán respecto al empleo de tropas especiales, como rectificación del diseño militar del Pentágono bajo la actual Administración, aunque en estos mismos casos habrá que prescindir de las grandes operaciones militares de bombardeo, ablandamiento y destrucción de formaciones enemigas, con empleo de armamento inteligente. Por el contrario, el escenario iraquí puede en buena medida reproducir semejanzas con las acciones en Afganistán: un vasto territorio para golpear con el equipamiento bélico high tech más avanzado, lo cual tendría que ser acompañado del fortalecimiento de actores locales en rivalidad con el poder central (principalmente los divididos y débiles kurdos y chiítas), y con posibles acciones puntuales ejecutadas por las fuerzas más avanzadas del ejército de EEUU. Tal vez, un escenario hipotético de acción militar contra Iraq, podría aplicar viejas tesis del general Norman Schwarzkopf, que contemplaba una operación de envergadura con todos los medios, incluyendo el empleo de fuerzas especiales, como elemento particularmente útil y significativo.

9. El subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz, ha advertido que como EEUU se consideran en guerra, "la misión determina la coalición", por lo que podrán formarse distintas coaliciones para distintas misiones. Sin embargo, al mismo tiempo, ha insistido en la vocación unilateralista de Washington, al considerar que "como hemos sido atacados, no necesitamos el apoyo de NNUU para nuestra autodefensa". Igualmente el secretario de Estado Powell, ha expresado que "Estados Unidos estaría dispuesto a atacar a Iraq en solitario". Estos postulados aumentan considerablemente el peligro sobre Iraq, bajo la lógica de que el problema de Iraq tiene que ser resuelto e ir más allá de la opinión pública internacional, el mundo árabe y las resoluciones de NNUU. No obstante, es difícil pensar que Washington se lance a una operación de este tipo, a pesar del tajante rechazo expresado por la comunidad internacional en general, sus propios aliados europeos, los actores de la región medioriental [11], y del creciente cuestionamiento a la prolongación de las genocidas sanciones económicas contra Bagdad.

10. Para una operación de tal magnitud Washington necesita nuevos argumentos, o al menos retomar viejos elementos, más allá del discurso repetitivo de Condoleeza Rice considerando a "Sadam Husein como amenaza para todo el mundo". Todos los intentos por vincularlo con los atentados de septiembre, con la red al-Qaeda, o con los ataques con anthrax, fracasaron, por lo que Estados Unidos se ha quedado sin un casus belli palpable [12]. El próximo mes de mayo, se discutirá nuevamente en NNUU el régimen de sanciones impuesto a Iraq bajo el programa de "petróleo por alimentos". En realidad en los últimos años, tal régimen sólo se ha podido mantener a partir de la voluntad norteamericana dentro de Consejo de Seguridad, pues hasta su aliado británico ha expresado ocasionalmente dudas al respecto. Es bien conocido que la labor de los inspectores de NNUU fue interrumpida desde fines de 1998, a partir de la operación Zorro del Desierto desarrollada por la Administración Clinton, y del deterioro de la legitimidad del equipo de investigadores, por las confesas vinculaciones de algunos de sus miembros con los servicios de inteligencia estadounidenses. También hay que tener en cuenta, que las propuestas de Powell encaminadas a implantar un nuevo régimen de "sanciones inteligentes", fracasaron en el seno de NNUU en el 2001. Entonces, frente a todo esto, es posible que Washington arrecie su campaña y presiones militares contra Iraq para, con el argumento de que la comunidad internacional necesita hoy garantías para saber si existe o no un proyecto bélico no convencional iraquí, lograr un clima tenso, el apoyo de varios de los miembros del Consejo de Seguridad, y al menos, obligar a Bagdad a que nuevamente acepte las inspecciones internacionales, sustituir las actuales sanciones económicas por otras "inteligentes" que afecten en menor medida al pueblo iraquí, y concentrarse en bloquear el desarrollo de programas bélicos. Igualmente Washington estará muy atento para convertir en justificación ideal, cualquier nuevo error que cometa la dirección iraquí, o cualquier tipo de intransigencia que no sea exactamente respaldada por la comunidad internacional. De ahí la importancia que Washington otorga al periplo del vicepresidente Dick Cheney por la región del Medio Oriente.

11. Fuentes militares israelíes especulan también respecto a mayo como fecha probable para acciones militares contra Iraq, solicitan oficialmente a la Casa Blanca que le avisen de tales contingencias, y realizan maniobras conjuntas para aumentar los niveles de operatividad de sus baterías de misiles antimisiles, evitando la repetición de un escenario semejante al de la Guerra del Golfo [13] de 1991. Paralelamente, el presidente Bush ha solicitado a la CIA nuevos planes para poder derrocar al régimen de Sadam Husein, se han reactivado los contactos con la oposición del Congreso Nacional Iraquí (CNI) y otros grupos, y se ha designado al ex general Nizar Jazraji [14] como posible líder del Iraq post-Sadam. Igualmente han circulado especulaciones, respecto a la futura necesaria concentración de 100 mil a 200 mil efectivos en territorio kuwaití, al mismo tiempo en que todos los máximos responsables militares norteamericanos de la Fuerza Aérea, Ejército, Marina, y Comando Central, aparecen hoy instalados en la región del Golfo, concentración que no había sido ordenada por el Pentágono desde la guerra del Golfo de 1991.

12. La propuesta del "Eje del Mal" ha sido rechazada fuertemente por las principales diplomacias europeas, mucho más inclinadas a llevar adelante políticas negociadoras y de diálogo con los países señalados, favoreciendo las proyecciones multilaterales y criticando las muestras unilateralistas de Washington [15]. Incluso dentro del propio Estados Unidos han abundado las críticas por parte de expertos y de medios de prensa. Así encontramos no sólo a la ex secretaria de Estado Albright que lo ha considerado como un "grave error" y muestra de una "política exterior enloquecida", sino a una buena cantidad de opiniones editoriales y artículos aparecidos en los principales diarios de ese país: unos se han cuestionado si tal propuesta es realista, otros han considerado a la doctrina Bush como demasiado estrecha, mientras algunos han sugerido que existen formas mucho más inteligentes de lidiar con los países señalados.


Notas

1. La idea no es original de Bush, sino de dos escritores de discursos de la Casa Blanca: Michael Gerson y David Frum. Al presidente le gustó desde el principio tal formulación. En Massimo Calabresi, "The Axis of Evil. Is it for real?, TIME, February 11, 2002, pág.12
2. La adopción del criterio "States of concern" respondió a una valoración más pragmática o reflexiva, asumida por la Administración Clinton en medio del debate sobre la estrategia exterior a adoptar, respecto a los casos más difíciles, que involucraban aplicación de bloqueos y embargos, y que podían ser sustituidos por políticas de "compromiso constructivo".
3. Quien se vio obligado a reconocer el carácter improvisado de su aporte.
4. Algunos medios estadounidenses han tratado de presentar un supuesto resquebrajamiento Rumsfeld-Powell. No obstante, la firmeza exhibida por el propio Secretario de Estado respecto al combate al terrorismo y todo lo vinculante, no sacrifica en modo alguno su posición principista de respaldo a una política multilateralista, o de internacionalismo práctico en la escena internacional.
5. Y si existen agudas contradicciones como en el caso del antagonismo irano-iraquí, cuyo clímax lo constituyó la guerra librada durante 8 años.
6. Para este proyecto se quieren destinar 200 mil millones de dólares.
7. Para los próximos cinco años se ha solicitado un aumento de 120 mil millones, con lo que el presupuesto total de defensa llegará a alcanzar los 451 mil millones de dólares. La nueva propuesta incluye 19,4 miles de millones de dólares para la guerra global contra el terrorismo, la que en la actualidad cuesta 1,8 miles de millones de dólares mensuales.
8. El pasado 3 de enero, fuerzas especiales israelíes interceptaron en el Mar Rojo al buque Karine A, el cual transportaba una voluminosa carga bélica. Según Israel, las armas habían sido cargadas en un punto de la costa iraní, en una operación dirigida por el libanés Hajj Bassem, vinculado al movimiento Hezbollah, y tendría a las playas de Gaza como destino final.
9. Powell también trató con la canciller japonesa las opciones viables para establecer este canal de comunicación con Irán.
10. Ejerciendo una curiosa presión sobre el reino saudí.
11. Países claves de la región como Turquía, Kuwait, Arabia Saudí y Jordania, entre otros, han reiterado su oposición al desarrollo de acciones militares contra Iraq. Especialmente los militares turcos han insistido en que cualquier operación contra Iraq podría desestabilizar la región, afectar la integridad territorial iraquí, y reactivar el elemento kurdo convirtiéndolo en amenaza para la seguridad nacional turca.
12. H.D.S. Greenway, "A smarter way of dealing with Saddam", The Boston Globe, January 11th, 2002, pág. A15.
13. En esa ocasión Iraq disparó 39 misiles SCUD contra territorio israelí, y los misiles Patriot mostraron un casi nulo poder de intercepción.
14. El ex general Jazraji, anterior Jefe del Estado mayor del ejército iraquí y máximo responsable de sus servicios de información, abandonó el país en 1995 y reside actualmente en Dinamarca. Fue seleccionado entre 62 oficiales iraquíes desertores. Tal selección ha sido consensuada con sectores kurdos, chiítas y sunitas de la oposición iraquí en recientes conversaciones sostenidas en Washington. Un segundo candidato es el ex general de brigada Najib As-Salhi residente en Jordania y en contacto con las autoridades norteamericanas. Diario Al-Hayat citado en
Nota informativa CSCAweb, 15 de febrero del 2002, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, Madrid: http://www.nodo50.org/csca/iraq/nota-csca_15-02-02.html
15. El canciller francés Hubert Vedrine llegó a calificar la propuesta norteamericana como "simplista".



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