Xarxa Feminista PV

La alarmante continuidad de los malos tratos

“Te doy mis ojos" una mirada inteligente y cautelosa a lo dramático

Viernes 14 de enero de 2005

La alarmante continuidad de los malos tratos

“Te doy mis ojos” una mirada inteligente y cautelosa a lo dramático

por Ana Herrero

Para Iciar Bollain -su directora-, resultaba difícil no posicionarse de antemano tratando un tema tan espinoso, pero optó por un guión sutil que plantease interrogantes. En “Te doy mis ojos” no hay escenas de violencia explícita, pero se sale dolorida y con gran estupor. Afortunadamente fomenta más la reflexión progresiva que inmediatas reacciones fácilmente recuperables a través de los medios. No en vano, el mayor grado de tensión narrativa llega a través de un tipo de agresión “no demostrable”, seguramente más devastadora que las palizas.

Aparecen personajes con actitudes reconocibles, incluido el sentido del humor, dotados de aparente “normalidad”. Y es que, como traslucen las estadísticas, se fraguan terribles escenas en muchos hogares insospechados. Iciar ha intentado un acercamiento objetivo. ¿Qué puede llegar a removerse en las entrañas de un hombre que supuestamente quiere tanto a su mujer para convertirse en su mayor provocador de desasosiego?

Aunque duela ver esta película, parece recomendable y necesario, no sólo porque en el fondo todas somos potencialmente vulnerables sino como postura solidaria en una sociedad “entumecida” en donde acumulamos cenas frente al televisor, viendo impasibles o impotentes tantas dosis de dolor ajeno.

De qué sirven las titánicas acciones de nuestras predecesoras si estamos iniciando un siglo XXI donde tantas son tratadas como ciudadanas de segunda bajo las retrógradas imposiciones de la violencia? Quizá ya es hora de que la educación se ocupe de hacernos más dueñas de nuestras emociones aunque sepamos menos cosas, y nos acerque más, incluyendo en el pack la capacidad de demostrar debilidades prescindiendo del sexo que se tenga. En una sociedad presuntamente avanzada, fomentadora de estéticas ambiguas, se remueven poco los cimientos.

Si aún no la habéis visto, no os perdáis esta peli. Podréis comprobar además la gran solvencia de las actrices: Laia Marull muestra un complejo ejercicio de matices interpretativos. Junto a ella, un más que convincente Luis Tosar y el acertado contrapunto de Candela Peña.

3 de marzo de 2004

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