Recomendación semanal: el caso de Cyntoia Brown

Barbijaputa 16-10-2020 Público

A los 16 años, Cyntoia estaba perdida. Los depredadores sexuales y los proxenetas saben perfectamente cuando una chica es vulnerable. Por eso ella acabó siendo novia de un hombre que la prostituía, y siendo víctima de un pederasta que la recogió con su camioneta una tarde de 2004.

Lo que pasó aquella noche en casa del pederasta solo lo sabe Cyntoia, pero el resultado lo conocemos todos: el pederasta que abusó sexualmente de ella mientras era obligada a prostituirse acabó tiroteado y asesinado por su víctima con una de las muchas armas que decoraban su casa.

El documental Crimen y perdón: el caso de Cyntoia Brown trata los hechos de aquel día y también la vida en prisión de Cyntoia, que fue condena a cadena perpetua a pesar de ser menor. Nos cuentan cómo tanto el fiscal, como el jurado, como el juez, tuvieron a bien considerar al pederasta una pobre víctima de Cyntoia, una prostituta malvada y fría.

El caso saltó hace unos años a la opinión pública, y personas mundialmente conocidas, como Rihana, pedían en sus redes sociales la libertad para Cyntoia. El mismo juez que la encarceló, rechazó años después, su petición para un nuevo juicio, donde se habían obviado factores vitales para su defensa.

Cyntoia, con poco más de 20 años dijo ante la cámara una frase que te hiela la sangre: "Me siento vieja, cansada y abatida". Muchas vivencias, culpas y caminos recorridos para una chica que desde antes de nacer no fue tomada en consideración por nadie: su madre biológica bebió alcohol cada día del embarazo y luego la entregó en adopción. Tampoco fue tenida en cuenta en el juicio, donde el fiscal le otorgó al pederasta muerto el papel de pobre víctima de una joven perversa, un hombre "querido por su comunidad" al que nada malo se le podía atribuir. Años después, volvería a usar la misma estrategia para impedir que Cyntoia tuviera opción a un nuevo juicio.

Sobre el final de Cyntoia solo diré que bendito feminismo, que por todos lados se cuela, y en todas las mentes acaba entrando de una forma u otra. Y nos une para denunciar, para presionar, para salvar vidas, para liberar a mujeres en todos los sentidos en los que se puede entender esta palabra. Esta lucha nos hace avanzar social y moralmente, y quienes se oponen hace tiempo que no tienen nada que hacer contra nosotras. Son el pasado. Nosotras el futuro.