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Las ’malas madres’ como Carmen Borrego

Jueves 18 de abril de 2024

ANA BERNAL TRIVIÑO 17/04/2024 Público

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Carmen Borrego, en ’¡De viernes!’.- Mediaset

Desde hace días, Carmen Borrego se ha posicionado como trending topic en varias ocasiones. Más allá del fondo de prensa rosa, estamos ante otro caso típico de una persona conocida sobre quien se vierte un estigma y se participa en un linchamiento público. Así pasa al debate social, que desvela toda nuestra cultura machista y se amplifica con consecuencias sobre otras mujeres.

El estigma que ha caído sobre ella, a raíz de unas declaraciones de su hijo, es que no se ha portado bien como madre. Y no hay nada que guste más en la cultura popular que señalar de mala madre a una mujer, sobre todo cuando otras se dignan a dar clases sobre este tema. Lo de la pureza maternal algunas lo llevan en vena. Muchas que, sin haber vivido la experiencia de otras, pontifican qué es ser buena madre. Y de paso, obedecer. Que para eso el patriarcado se ha encargado durante siglos en definir que están bien o mal en lo que hacemos. Así se promueve el enfrentamiento entre las mujeres, para ver quién cumple o no con lo que nos han dictado culturalmente.

El caso es que cada vez que Carmen Borrego era trending topic me encontraba con dos tipos de mensajes. Uno, de mujeres con conciencia feminista. Muchas de ellas padecen relaciones difíciles con sus hijos o hijas, tengan la edad que tengan, donde circunstancias del pasado, a veces marcadas por la violencia de género o por separaciones traumáticas, les llevan a empatizar con otras mujeres. Son ellas las que rescataban entrevistas pasadas de Carmen Borrego, donde recordaba la dureza de su separación y los problemas que tuvo para pelear por la custodia de sus hijos. A veces, según se contaba, en un camino no exento de falsas acusaciones que trascendían a la opinión pública.

Pero frente a estas mujeres teníamos el grupo de las "purísimas madres", que dejaban comentarios como: "Si tan deprimida estás, no te pones pintada y bien arreglada en la tele", "mucho hablar en el plató pero ese tiempo mejor que lo dediques en hablar a tu hijo, que lo has tenido abandonado toda tu vida", "ten un poco de dignidad y cuenta todo, que los hijos siempre dicen la verdad", "hay que llamarte ‘dolorcitas’, en tu vida todo es angustia". Esto son solo comentarios al azar que, guste o no una persona en televisión, conlleva unos juicios que van más allá.

Para empezar, lo de no hablar si tienes depresión o ansiedad. Porque ya sabemos... tienes que estar en casa a punto de cortarte las venas. El estigma que estos comentarios vierten sobre la salud mental, esa que luego se reivindica a la primera de cambio, afecta a todo el mundo. Porque sí, puedes estar deprimida o con ansiedad, y medicada, no querer salir de la cama o querer que se acabe el mundo y que tengas momentos de hacer un esfuerzo sobrehumano para trabajar, para cumplir con contratos que de lo contrario solo te traerán problemas o para asistir a encuentros porque si no vas serás la comidilla de medio mundo. Casualmente, quienes dicen esto son los que luego usan como "atenuante" esas depresiones cuando hay padres que matan a sus hijos.

Segundo... no, los hijos no siempre dicen la verdad, como cualquier otra persona. Pero así se nutre el mito de que calladita estás más guapa, porque buena madre es la que calla, la que sufre, la que traga todo lo que se diga de ella, la que tiene que decir sí a todo. Enseguida serás mala madre cuando te defiendes y, como madre que eres, incluso aunque te hagan daño y pudieras hablar más, terminas tendiendo una mano a tu hijo o hija, defendiendo que es una víctima de otras personas u otras circunstancias. Y quizás no hables más porque tengas o miedo de él o miedo de quienes contribuyeron a alejarlo de ti, aunque ese silencio aumente ese señalamiento. Por eso, ellas acaban muchas veces contando verdades a medias, porque saben que si hablaran de todo, sería reabrir heridas que cicatrizaron en el pasado y les harían más daño.

Tercero, para las que llaman "dolorcitas" a las madres que comparten su drama porque se ven sorprendidas por unas reacciones de sus hijos... Lo sabemos. Muchas de esas personas que comentaban con ataques a este tema no era solo por Carmen Borrego. Era la oportunidad de azuzar y malmeter contra otras madres, seguir dejando juicios contra ellas, alimentar mitos sobre otras "malas madres". Sobre todo con aquellas que, como Carmen, terminan por decir que hay un límite y "hasta aquí". A todas ellas solo un mensaje: recordad que la vida es muy larga, a veces muy injusta, y da muchas sorpresas. Quizás un día se arrepienten de haber señalado a otras, cuando las señaladas sean ellas mismas.

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