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Paz, la herrera andaluza en un mundo de hombres que trabaja en una forja con un mazo del siglo XVIII

Lunes 24 de abril de 2023

En el concejo asturiano de Santa Eulalia de Oscos, Paz Prieto forma parte de los Ferreiros de Mazonovo, un pequeño grupo de herreros que siguen preservando el trabajo tradicional del hierro.

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Paz Prieto, trabajando en el taller de Mazonovo. — Cedida por Eloy Couceiro

MADRID 23/04/2023 ARIANE SUÁREZ Público

Calentar un hierro al fuego y, a golpe de mazo, comenzar a darle forma hasta obtener una figura, un clavo, una sartén o cualquier cosa que esté diseñando su mente es el día a día de Paz Prieto del Álamo (39 años, Castellar, Jaén). Cuando alguien escucha hablar de la herrería o la forja, probablemente lo relaciona de forma instantánea con una ambientación medieval, la antigüedad o fábulas populares. Sin embargo, en una pequeña aldea de Santa Eulalia de Oscos (Asturias), Paz es una de las pocas personas que se dedican al trabajo tradicional del hierro en la región.

Concretamente, la artesana es herrera en los Ferreiros de Mazonovo desde hace casi cinco años. Ella relata a Público que conoció el proyecto e, impresionada por el oficio, decidió quedarse; aunque eso supusiera aprender el desde cero. Así, de la mano de su maestro, Friedrich Bramsteidl, Fritz, comenzó a iniciarse en el mundo del trabajo del hierro.

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Paz Prieto del Álamo, trabajando en Mazonovo. — Cedida por Eloy Couceiro

No obstante, la artesanía es un tema que siempre le ha apasionado y, de hecho, podría decirse que corre por sus venas. "Mi familia es carpintera. Yo veía a mi padre en el taller, a mi abuelo, a mi tío... Supongo que eso te marca un montón", explica. Asimismo, movida por su interés en la cultura y el patrimonio, estudió Conservación y Restauración de Bienes Culturales.

"Trabajamos desde gran formato hasta pequeño. Hacemos barandillas, lámparas, sartenes, triángulos, arpas de boca...", enumera Paz al explicarnos en qué consiste su trabajo. Para la artesana, las piezas que más le gustan son aquellas que le han supuesto un reto. "Los [trabajos] de agudizar el ingenio, resolver o que me dan más problemas son los que después me dan más satisfacción", confiesa.

"También he tenido momentos muy emocionales", comenta la herrera, y pone como ejemplo a una mujer que, conmovida por lo bonita que era la pieza que encargó, no pudo evitar derramar unas lágrimas al transmitir su agradecimiento. Sin embargo, confiesa que no sería capaz de escoger un solo trabajo como su favorito, pues para ella todos tienen algo único. "Son todos como hijos", ríe Paz.

Su oficio envuelve diversas actividades y destrezas, por lo que cada obra tiene sus propias características y trabajo propio. Se necesita "ser muy flexible y estar abierto a aprender muchas cosas", defiende. Se requiere de habilidades técnicas y manuales, ser resolutivos, conocimientos matemáticos y demás capacidades, aunque ella destaca que nunca dejas de aprender.

Junto con esa flexibilidad, otro de los aspectos que Paz más valora de su profesión es el trabajo en equipo. Al final, pasan largo tiempo trabajando juntos en el taller y, como ella explica, es muy necesaria la comunicación. "Para mí es muy importante que seamos un equipo de verdad. [...] Eso es algo que en otros trabajos no se fomenta y no se le da el valor que tiene", reconoce.

El trabajo en un mazo hidráulico

Además de la labor en la forja, otra parte muy importante del trabajo de Paz es la divulgación del patrimonio histórico de Mazonovo. Y es que los Ferreiros trabajan un mazo hidráulico restaurado del siglo XVIII, uno de los pocos que sigue en activo en Europa. El proyecto lo dirige Bramsteidl -herrero de origen austriaco procedente de una familia que lleva al menos seis generaciones dedicada a este oficio-, quién tomó las riendas del mazo en 2006 para su restauración, puesta en marcha y apertura al público.

"El mazo es súper especial. Entras allí y es un edificio en el que te trasladas a otro siglo", describe Paz con un tinte de emoción en la voz. De hecho, ella es la encargada de dar la bienvenida a los visitantes y de explicar el funcionamiento de los distintos ingenios del lugar.

Tal y como relata la herrera, todo el mecanismo de la forja funciona con agua. Gracias a unas estructuras de madera, el agua de un río cercano es canalizada y conducida para hacer girar una rueda en el exterior del edificio que, a su vez, activa el mecanismo que hace funcionar el mazo en el interior del taller. En el caso de la fragua, esta "funciona por un efecto físico". "El agua entra por una tubería, crea una presión negativa porque pasa por un embudo y después entra el aire. A partir de ahí, por una tubería se separa el agua del aire y este entra a la fragua", relata la artesana.

Se trata de una construcción tan llamativa como ingeniosa que, como bromea la artesana: "La gente, cuando entra, piensa que no va a funcionar. Esta es una de las preguntas que me suelen hacer: ¿Todavía funciona?".

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Paz Prieto y Friedrich Bramsteidl. — Cedida por Eloy Couceiro

Las mujeres en el oficio

Paz es una de las pocas mujeres que se dedican a la profesión en Asturias. En el registro de artesanos de la comunidad, se encuentran inscritos en el oficio una artesana, una Sociedad Limitada y seis artesanos, según responde a Público la Dirección General de Comercio, Emprendedores y Economía Social de la Consejería de Industria del Principado.

Aunque se conozca poco de su labor, la artesana defiende que existen escritos y documentos que reflejan que la figura de la mujer en el oficio de la herrería ya existía en la antigüedad, pero que se conoce poco de ellas porque existe "una invisibilidad de la mujer, especialmente en el rural, donde siempre aparece más la figura del hombre". "Yo creo que ya existían mujeres con estas habilidades en el pasado y que se las ha invisibilizado", argumenta la entrevistada.

En su caso, Paz reconoce que a ella le gusta visibilizarse y que las niñas digan que quieren ser herrera o que se vean capaces de desempeñar cualquier otra profesión. "Si te propones algo, que no te bloquee el género ni lo social; porque la sociedad también marca un montón", incide. No obstante, la artesana matiza: "La gente te dice que rompes estereotipos, pero eso es lo que viene después, es el siguiente paso. [...] Tu fin es sentirte a gusto en lo que realmente quieres hacer".

Paz reconoce que en algunos trabajos existen ciertos estereotipos sociales que pueden dificultar el acceso a ellos; y es por eso por lo que la herrera defiende que "cualquier persona pueda desarrollarse en cualquier trabajo". Según explica, existen profesiones que son socialmente identificadas o asociadas a un género u otro, pero que realmente las personas no deben limitarse a la hora de trabajar en aquello que quieren por culpa de estos estereotipos. "No es una cuestión de género, sino de ganas de hacer lo que tú realmente quieres", concluye.

Otra gran invisibilizada para Paz es la artesanía. "No nos preguntamos si está hecho a mano, si es a máquina, no tenemos ni idea del tiempo que se tarda en hacer una pieza manualmente... Al final todo esto nos afecta, pero claro, eso está en la base: la educación", menciona la entrevistada. Sin embargo, sí que admite que la situación está cambiando y existe "un pequeño poso de que la gente empieza a valorar la artesanía".

Además, la artesana se muestra emocionada con los próximos proyectos que llevarán a cabo los Ferreiros. Por el momento, en Mazonovo continuarán con trabajos como la elaboración de esculturas (ya cuentan con una en la ciudad de Ribadeo dedicada a las mujeres), las preparaciones para el próximo encuentro de herreros, que se celebrará en Santa Eulalia, o con iniciativas como el Proyecto Avareira, en el que fabrican arpas de boca.

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