¿Es necesario publicar la imagen de una agresión sexual para concienciar a la sociedad?

Locas del Coño 06-12-2016

Sábado por la mañana. Qué bien, no hay cole y nos levantamos más tarde. Desayunamos y recogemos un poco (lo justito para que no se nos coma la mierda, hoy estamos vagas) y me conecto a Twiter. Nada nuevo bajo el sol: Cristiano defrauda a Hacienda, Inda no paga la pensión de sus hijos, y todas rabiamos por el último desahucio. ¡¡Bien!! La mani de Alcorcón es todo un éxito, la sigo por streaming mientras contesto a un par de desfasados que se indignan por que hay padres desnaturalizados que llevan a sus hijos a semejante espectáculo.

Y entonces me topo con un reproche de una chica (La Peich) a el diario “el español”* y en concreto a su artículo “‘La Manada’ del ‘Prenda’ en el coche de Pozoblanco: las imágenes que hablan por sí sola”:

Y pienso que lo que estoy viendo no es verdad, que no pueden haberse atrevido. Que esa foto tiene que ser un fake, un montaje, una forma de llamar la atención para incitar a hacer click en el artículo. No puede ser real, no me puedo creer que hayan utilizado la imagen real de la víctima de uno de los vídeos grabados mientras la estaban agrediendo. Tan bajo no se puede caer, ¿verdad? No hago click en el enlace pero me meto en la conversación:

Voy al lavabo a vomitar. No puedo, me supera. Me repito a mi misma el mantra, la palabra que me ha sacado de más de una discusión con mi hija adolescente: Sororidad, sororidad, sororidad…

Y la imagen me sigue asaltando.

Al asco le sigue la indignación, y más cuando veo en mi tl que Pedro Jota retuitea la noticia como “una gran exclusiva”. Tengo pocos seguidores en twiter, y menos amigos en facebook, así que me dedico a enviarles una pregunta a varios de los periodistas que sigo e incluso a algunos de los ingeniosos tuitstars que me deleitan a veces con esa fina ironía de la que yo carezco. ¿Podríais pedirle a los de el español que retiren esas imágenes? Y cuanto más larga se hace la espera más se revientan las costuras de la esperanza: absolutamente NADIE me contesta.

Y veo la imagen y no puedo parar de pensar que no está bien, que no es justo, que esa chica ya ha sufrido bastante. Pero para la carroña el término “bastante” es muy subjetivo. Para ellos no es bastante que la drogaran, que la manosearan mientras estaba inconsciente, que le hicieran mil y una perrerías hasta el punto de dejarle cardenales en los muslos. Para ellos no es bastante que cuando se despertara no pudiera recordar que había pasado, porque estaba marcada, porque aquellos tíos la echaron del coche después de que ella se negara a hacerles una felación. Para ellos no es bastante que algunas de sus amistades no la creyera, porque ya sabemos todos que en el fondo lo que quería era llamar la atención, histérica, que eres una histérica.

No, no es bastante así que vamos a volver a abusar de ella, vamos a difundir esas imágenes, pero para que no se note que lo que queremos es ver a la mujer humillada le damos la vuelta y decimos que qué malos son ellos, la manada, como si quienes difunden estas imágenes no fueran otra manada. Ni mejor ni peor: iguales, porque se nutren del miedo, porque mandan un mensaje: “esto es lo que os pasa por querer ser libres, miradlo bien“.

Ese mensaje y no otro es el que nos están mandando Pedro Jota y toda la manada: No queráis ser lo que nosotros no os permitamos porque acabareis así, porque nosotros tenemos el poder, podemos destruiros individual y colectivamente. Seremos generosos siempre y cuando cumpláis las normas que os dictemos, y si no mirad. Mirad bien y aprended. Y si para que las mujeres aprendamos tienen que destruir a una persona, pues ¿qué se le va a hacer? Los daños colaterales siempre han existido.

¿Cómo se justifican interiormente para reproducir algo así? Con el interés público. Al parecer es de interés público ver con nuestros propios ojos los tocamientos a los que sometieron a esta chica mientras estaba inconsciente, los gestos obscenos, las caras de burla, las lenguas fuera… Y hay que verla a ella con el cuerpo desmadejado sin participar de estos tocamientos para que consideremos que realmente existió el abuso. Porque no nos basta con la palabra de la víctima. Ni siquiera nos basta con que un juez haya visto las imágenes y las haya considerado de una evidencia tal que todos los detenidos continúan aún en prisión provisional. Nada de esto nos vale. Para poder creer el testimonio de una víctima de agresiones sexuales tenemos que verlo con nuestros propios ojos, y con todo y con eso aún hay quien duda sobre si tal vez disfrutó, sobre si se dejó hacer porque en realidad le gustaba, sobre si “a lo mejor le iba ese rollo“. Y aún tendréis el valor de negar que exista la cultura de la violación.

Pero yo no puedo dejar de pensar en ese daño colateral. En esa chica que ve cómo su violación ahora es carne de revista carroñera, que no sabe si se va a atrever a salir a la calle porque vale, sí, su cara estaba pixelada (que gran detalle, Pedro Jota, la humanidad te desborda), pero aunque nadie la reconociese, ella lo sabe. Y volverá a verse en boca de todos. Y volverá a sentirse sucia, si es que alguna vez desde la violación logró dejar de sentirse así.

Y me repito el mantra: Sororidad, sororidad, sororidad. Es lo que esta mujer a la que han violado dos veces va a necesitar más que nadie. Quiero decirte que YO TE CREO, que no necesito ver las fotos de la agresión para saber que no mientes. Quiero decirte que NO ESTÁS SOLA, que nosotras también somos manada y que te vamos a arropar y proteger de estos carroñeros.

De la primera violación se está encargando un juez. De la segunda… De la segunda todavía estoy esperando una respuesta no automática de la unidad de delitos informáticos de la guardia civil. Porque lo que el español ha hecho es un delito:

“La intimidad y la propia imagen como un derecho fundamental de las personas:

La Constitución española garantiza en su artículo 18.1 el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Este conjunto de derechos son objeto de protección, en la esfera del derecho civil, con la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, sobre Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen.El art. 197.7 del Código Penal señala:

Será castigado con una pena de prisión de 3 meses a 1 año o multa de 6 a 12 meses el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes o grabaciones audiovisuales de aquélla que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe gravemente la intimidad personal de esa persona.

La pena se agrava cuando sean cometidos por el cónyuge o por persona que esté o haya estado unida por análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, la víctima fuera menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de especial protección, o los hechos se hubieran cometido con una finalidad lucrativa”.

Pero claro la mía puede que sea una denuncia falsa. Como la de esta chica. Como la de la chica de los sanfermines que les denunció por no invitarla a unas cervezas. Una más de los millones de denuncias falsas que ponemos todos los días. Las mujeres, y las feministas sobre todo, es lo que tenemos: que abortamos por capricho, ponemos denuncias falsas por hobbie y quitamos la custodia de los hijos para que nos den una paguita que gastarnos en la peluquería. Menos mal que hay medios de comunicación que muestran las imágenes cuando nos agreden DE VERDAD para que puedan creer a las víctimas DE VERDAD, que si no pensaríais que somos todas unas mentirosas que nos inventamos agresiones sexuales para llamar la atención y para joderles la vida a ellos, pobres víctimas, porque las mujeres somos así de malvadas.

* Si, he escrito el nombre del diario en minúsculas. Porque es lo que son: minúsculas motas de mierda.

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