Sin Tregua / N°12 Diciembre 2005 / Enero 2006

Sección: Clase trabajadora
1) Empresarios y Burócratas de la mano...
Ningún Pacto Social, aumento salarial

Desde hace semanas -incluso antes de la salida de Lavagna- el gobierno viene trabajando para sellar un acuerdo de "paz social" entre las cámaras empresariales y la burocracia de la CGT. El objetivo es atar de pies y manos la lucha salarial de los trabajadores.

Hace unos meses atrás, la UIA y la CGT acordaban la necesidad de realizar un "pacto social" para controlar la puja salarios-precios. Por aquel entonces desde el gobierno se desestimó tal necesidad, considerando que la inflación no estaba como problema central de la economía argentina y porque consideraba que ese diálogo no hacía más que ponerla en primer plano, lo cual era contraproducente.
Ahora, parece que el gobierno no sólo saluda esta iniciativa UIA-CGT sino que ha comenzado, también a delinear algunos proyectos que alentarían una nueva versión del Pacto Social. "El diagnóstico del titular de Hacienda (Roberto Lavagna, en ese momento) es que los precios suben porque se produjo un defasaje entre el crecimiento del consumo y la capacidad productiva para hacer frente a esa mayor demanda. La solución de fondo, repite, es generar las condiciones para un aumento de la inversión. Pero, mientras tanto, hay que hacer algún movimiento para resolver el problema en el corto plazo. Por esa razón, Lavagna estaría de acuerdo en esta oportunidad con que avance un acuerdo de cúpulas que defina reglas de juego en materia de precios y salarios". (Página/12, 1/11/05).
Entre las propuestas que barajaba Lavagna -y que hasta el momento no han sido desestimadas- se prevé una reducción del gasto público real (no realizar ninguna erogación extra para fin de año -como se hizo en años anteriores con una suma "especial" para Navidad a jubilados y "beneficiarios" de planes sociales-) y una nueva Ley de Accidentes de Trabajo cuyo borrador lo llevaba el equipo de Lavagna; mientras que ya se redujo de 180 a 150% el monto de las indemnizaciones por despido.

¿Por qué se plantea el Pacto Social?
La intención de empresarios y burócratas sindicales es prevenir y controlar la puja distributiva y garantizar las ganancias patronales, sellando un acuerdo por arriba para que no se disparen las luchas por abajo.
Si bien han aparecido luchas que han significado hitos en la pelea salarial, como fueron las luchas de telefónicos y subtes entre otras, lo cierto es que el conjunto de nuestra clase no ha salido aun a pelear por un salario igual a la canasta familiar. Por ello, sostenemos que el Pacto Social actuaría más como medida preventiva y no porque actualmente haya un desborde de luchas salariales.
La UIA planteaba dos motivaciones por las cuales llevar adelante este acuerdo: “La primera es que teme que se desate un proceso de fuertes reivindicaciones salariales que termine erosionando la rentabilidad obtenida desde la devaluación. Es decir, quiere proteger lo que ganó hasta ahora.(...) La segunda motivación, en el corto plazo, es su inquietud por una eventual espiralización de la inflación”. (Página/12, ídem).
Por su parte, la CGT busca ponerse a la cabeza de la negociación salarial, acordando recetas ancladas en indicadores económicos, que lejos están de responder a las necesidades salariales de los trabajadores. La CGT, en su planteo de conciliación de clases, pretende atar a los laburantes de pies y manos para garantizar el modelo de acumulación capitalista, basado en la superexplotación, la precariedad laboral y salarios de hambre.
No menos conciliación expresa la CTA, que si bien no se ha sentado a sellar ningún pacto social -porque tampoco la invitaron- en los hechos consolidó el mayor acuerdo con el gobierno al cerrar todos los conflictos de estatales y docentes con sumas que no superan siquiera el límite de la pobreza.

La realidad es una sola
El 70% de los trabajadores tiene ingresos inferiores a los 800 pesos, que está por debajo de la canasta de pobreza, el 30% de los que trabajan gana por encima de la canasta de pobreza y sólo el 10% de ellos gana más de 1500 pesos. Este es el resultado de la última Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, donde se habla de un fenómeno social "nuevo" (comillas nuestras), el de la "pobreza con empleo" (Clarín 11/11/05). Por ello la necesidad de prevenir la disputa por la puja distributiva; de esta manera lo que pretende acordar la UIA con la CGT es que la crisis la sigamos pagando los trabajadores.
Un documento del mismo Ministerio de Trabajo aporta un elemento interesante, a contramano de los argumentos patronales: "Pese a la baja productividad, la rentabilidad empresaria creció de manera extraordinaria, pues no dependió de la inversión en innovación productiva sino de otros factores como la modificación de los precios relativos generada por la devaluación y la suba de los precios internacionales". Es decir que ninguno de ellos está perdiendo, lejos de ello siguen manteniendo importantes márgenes de ganancia. En el mismo documento se aclara que "un aumento salarial puede producirse con cargo al excedente extraordinario heredado sin provocar necesariamente inflación" (negritas nuestras). Queda claramente definido, de esta manera, la trampa a la que recurren reiteradamente empresarios y economistas al decir que el aumento salarial genera inflación, y que en esa carrera pierde el salario. Más bien continúa acentuándose lo que desarrollábamos en anteriores números de ST, que mientras "los precios suben por ascensor, nuestros salarios lo hacen por escalera".

Vamos por las ganancias patronales
Así salíamos a la calle con el ST Nº10, proclamando la necesidad de los trabajadores de avanzar en la unidad de clase en la lucha por el salario y en disputar a la patronal su acumulación.
Las luchas que desarrollaron distintos sectores nos permitieron acumular en experiencia. Construir políticas de frente único es el desafío principal que las distintas corrientes políticas tenemos para la recuperación de sindicatos, juntas internas y cuerpos de delegados, para profundizar el desarrollo de los organismos ya arrancados de las manos a los burócratas. La fragmentación de nuestra clase es una estrategia que utiliza la patronal, y su conciliador la burocracia sindical, para seguir manteniendo su margen de ganancia y disciplinados a los trabajadores, y muchas veces nuestros propios sectarismos estimulan la dispersión y división de nuestra clase y del campo popular. Allí reside la importancia del frente único. Hace unos meses atrás señalábamos que este año se caracterizaría por la lucha salarial; la realidad lo ha demostrado. Sólo priorizando la unidad en los organismos de clase, la acumulación de experiencia en organización y la lucha por una parte cada vez más importante de trabajadores, nos permitirá torcer el brazo a la patronal, al estado y a la burocracia sindical.
Desde M-IR estamos convencidos del papel protagónico que tiene el sector industrial de nuestra clase en la disputa abierta por las ganancias patronales. Poco a poco empiezan a aparecer conflictos en distintas fábricas de diferentes ramas industriales y de variada dimensión por cantidad de laburantes. Apostar al desarrollo de estas luchas, priorizando la organización de los trabajadores en sus lugares de trabajo, dirigiendo el conflicto sobre las bases de la democracia obrera, no sólo permitirá lograr nuestras reivindicaciones inmediatas sino que nos permitirá dar un salto cualitativo en la lucha de clases.


Mariana Santos