Sin Tregua / N°12 Diciembre 2005 / Enero 2006

Sección: Género
1) 25 de noviembre: día de la No Violencia contra las Mujeres
Ni una muerte más por abortos clandestinos

Después del Encuentro de Mar del Plata, miles de mujeres volvimos a ganar las calles contra la violencia patriarcal y para exigir una ley por el derecho al aborto seguro y gratuito. Esta ley sólo la conquistaremos con la movilización y la más amplia unidad de acción en la lucha.

El 25 de noviembre nos encontró en la calle haciendo visible nuestra lucha contra la violencia hacia las mujeres, una lucha que debemos dar todos los días y en todas partes contra el silencio y la "naturalidad" con la que se ejerce la discriminación y el maltrato. El 36% de las mujeres del conurbano bonaerense sufre violencia psicológica, física y/o sexual, y sólo 1 de cada 4 lo denuncia. A esto debemos sumar la violencia económica, jurídica y social que nos golpea cotidianamente. Porque violencia también es recibir un salario 35% menor que el de un varón por igual trabajo, que nos despidan por estar embarazadas como a María Luján en Visa, o que criminalicen nuestra pobreza como ocurrió con Romina, entre otras tantas.
Tomemos un ejemplo concreto: nuestros derechos sexuales y reproductivos. La barrera cultural, socio-económica y legal nos impide escapar del mandato de la maternidad, decidiendo si queremos ser madres o no, cuándo y en qué condiciones. La consecuencia más brutal es la muerte de casi 500 mujeres al año por abortos hechos en condiciones inseguras. Muchas más quedan con secuelas graves.
Esta violencia la ejerce el Estado que, no sólo no realiza campañas efectivas para prevenir los embarazos no deseados, sino que a través de la penalización del aborto convierte a las mujeres en "delincuentes"; la Iglesia que pretende legislar sobre nuestras vidas; los medios de comunicación que construyen la condena social hacia nosotras, etc. Por eso que hayamos elegido movilizarnos en el día de la No Violencia contra las Mujeres, como cierre de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito es muy significativo.

La marcha y los desafíos que nos quedan por delante
Este 25 de noviembre alrededor de 3.000 compañeras/os marchamos desde la Plaza de Mayo hasta el Congreso. Fue una movilización teñida de pañuelos verdes, en la que las consignas en reclamo de la legalización del aborto fueron protagonistas. "Ni una muerte más por abortos clandestinos" fue la más sentida.
Frente a la importante presencia de las mujeres oficialistas de Barrios de Pie, FTV y CTA, quedó en evidencia la limitación de algunos sectores de la izquierda que priorizaron el propio protagonismo a la necesidad de unidad. La ANT propuso hacer la "contramarcha" con un recorrido en sentido contrario aludiendo al carácter oficialista y reformista de la Campaña por el derecho al aborto. Resulta contradictorio que partidos como el PO que festejan cada legislador ganado, no participen de esta marcha por "legalista".
Es necesaria una ley para que toda mujer que decida interrumpir su embarazo pueda hacerlo en forma segura y gratuita en los hospitales públicos y obras sociales de todo el país. Para que se acaben las muertes por abortos sépticos y el negocio millonario en que lo convierte su ilegalidad. Esto no significa confianza en la "democracia burguesa" ni en sus instituciones, entendemos la disputa legal en su relación con la lucha de clases. Como ejemplo, la conquista de la jornada legal de 8 horas y la sanción de la Ley de Reforma Laboral, expresan dos extremos de la correlación de fuerzas entre la clase obrera y los patrones.
La lucha por la ley es parte de un proceso de movilización social, de una disputa cultural contra el patriarcado, para que no sea letra muerta para las mujeres trabajadoras, sino una herramienta a utilizar a favor del derecho a decidir sobre nuestra sexualidad y maternidad. Para que la ley responda a nuestras necesidades, debe ser elaborada por las organizaciones y no por tal o cual legislador/a. Esto nos exige construir la unidad en la lucha de amplios sectores, desafío aún pendiente dentro del débil movimiento de mujeres y aún no asumido plenamente por el movimiento social.

30 mil mujeres en el Encuentro Nacional de Mar del Plata

Después de 20 años de encuentros las tareas y los desafíos por delante siguen siendo muchos. En Mar del Plata se expresó en participación el avance de las luchas obreras que se dieron a la largo del año en los lugares de trabajo, donde las mujeres estamos asumiendo un importante rol: las trabajadoras de la salud, con el ejemplo de las enfermeras del Garrahan, las docentes y estatales, las compañeras de la alimentación, las trabajadoras del pescado, las compañeras que pelearon las seis horas en el subte.
Desde hace tres años, el ENM es cada vez más masivo y, en este caso, treinta mil mujeres (diez mil más que en Mendoza) debatimos en los distintos talleres. Los ejes que atravesaron nuestras discusiones fueron el rechazo a la llegada del genocida Bush, la libertad de Romina Tejerina, y la necesidad de legalizar el aborto.
El aporte de los talleres estuvo sujeto a la composición y la coordinación de cada uno. La distancia entre los lugares donde se desarrollaba el Encuentro dificultó el acceso y la comunicación entre las compañeras.
El gran ausente fue el oficialismo, que el año pasado había irrumpido con fuerza, mientras que este año se dedicó de lleno a las elecciones legislativas de octubre. La Iglesia Católica hizo lo previsible: otra vez intentó romper el Encuentro, pero ahora sumando evangelistas a la tarea de infiltrarse a los talleres sobre aborto, impedir su realización, y repartir volantes de "sí a la vida". Una vez más, la Comisión Organizadora no cerró las puertas a estos grupos en nombre de la apertura del Encuentro, y más allá de algunas confrontaciones aisladas, seguimos sin dar una respuesta de conjunto a este boicot.
En el marco de la amplitud y heterogeneidad del Encuentro, es necesario que nos agrupemos los sectores opositores al gobierno, los que entendemos que la lucha contra el capitalismo y contra el patriarcado es una sola, los que impulsamos la lucha por el derecho al aborto. No debemos abandonar la iniciativa de realizar Asambleas, de crear una herramienta resolutiva dentro del Encuentro que nos permita coordinar acciones a nivel nacional, potenciar la unidad intersectorial y dejar un saldo organizativo. En este sentido, fue un avance la asamblea que se realizó en el marco de la Campaña por el Derecho al Aborto, en la que se resaltó la necesidad de impulsar desde abajo este proyecto, con participación y lucha a nivel nacional. Es necesario poder empezar a acumular dentro de esta herramienta de masas poniendo en pie un movimiento de mujeres de lucha, independiente del Estado y sus partidos.
Nuestro desafío es la lucha por el socialismo, siendo concientes de que la pelea contra la opresión de género no comienza el día después de la revolución, sino ahora mismo ya que será muy difícil modificar relaciones, prácticas y prejuicios tan arraigados por milenios de patriarcado y machismo.

Mujeres de M-IR