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Género
1) 25 de noviembre: día de la No Violencia contra las Mujeres
Ni una muerte más por abortos clandestinos
Después
del Encuentro de Mar del Plata, miles de mujeres volvimos a ganar
las calles contra la violencia patriarcal y para exigir una ley
por el derecho al aborto seguro y gratuito. Esta ley sólo
la conquistaremos con la movilización y la más amplia
unidad de acción en la lucha.
El
25 de noviembre nos encontró en la calle haciendo visible
nuestra lucha contra la violencia hacia las mujeres, una lucha
que debemos dar todos los días y en todas partes contra
el silencio y la "naturalidad" con la que se ejerce
la discriminación y el maltrato. El 36% de las mujeres
del conurbano bonaerense sufre violencia psicológica, física
y/o sexual, y sólo 1 de cada 4 lo denuncia. A esto debemos
sumar la violencia económica, jurídica y social
que nos golpea cotidianamente. Porque violencia también
es recibir un salario 35% menor que el de un varón por
igual trabajo, que nos despidan por estar embarazadas como a María
Luján en Visa, o que criminalicen nuestra pobreza como
ocurrió con Romina, entre otras tantas.
Tomemos un ejemplo concreto: nuestros derechos sexuales y reproductivos.
La barrera cultural, socio-económica y legal nos impide
escapar del mandato de la maternidad, decidiendo si queremos ser
madres o no, cuándo y en qué condiciones. La consecuencia
más brutal es la muerte de casi 500 mujeres al año
por abortos hechos en condiciones inseguras. Muchas más
quedan con secuelas graves.
Esta violencia la ejerce el Estado que, no sólo no realiza
campañas efectivas para prevenir los embarazos no deseados,
sino que a través de la penalización del aborto
convierte a las mujeres en "delincuentes"; la Iglesia
que pretende legislar sobre nuestras vidas; los medios de comunicación
que construyen la condena social hacia nosotras, etc. Por eso
que hayamos elegido movilizarnos en el día de la No Violencia
contra las Mujeres, como cierre de la Campaña por el Derecho
al Aborto Legal, Seguro y Gratuito es muy significativo.
La
marcha y los desafíos que nos quedan por delante
Este 25 de noviembre alrededor de 3.000 compañeras/os marchamos
desde la Plaza de Mayo hasta el Congreso. Fue una movilización
teñida de pañuelos verdes, en la que las consignas
en reclamo de la legalización del aborto fueron protagonistas.
"Ni una muerte más por abortos clandestinos"
fue la más sentida.
Frente a la importante presencia de las mujeres oficialistas de
Barrios de Pie, FTV y CTA, quedó en evidencia la limitación
de algunos sectores de la izquierda que priorizaron el propio
protagonismo a la necesidad de unidad. La ANT propuso hacer la
"contramarcha" con un recorrido en sentido contrario
aludiendo al carácter oficialista y reformista de la Campaña
por el derecho al aborto. Resulta contradictorio que partidos
como el PO que festejan cada legislador ganado, no participen
de esta marcha por "legalista".
Es necesaria una ley para que toda mujer que decida interrumpir
su embarazo pueda hacerlo en forma segura y gratuita en los hospitales
públicos y obras sociales de todo el país. Para
que se acaben las muertes por abortos sépticos y el negocio
millonario en que lo convierte su ilegalidad. Esto no significa
confianza en la "democracia burguesa" ni en sus instituciones,
entendemos la disputa legal en su relación con la lucha
de clases. Como ejemplo, la conquista de la jornada legal de 8
horas y la sanción de la Ley de Reforma Laboral, expresan
dos extremos de la correlación de fuerzas entre la clase
obrera y los patrones.
La lucha por la ley es parte de un proceso de movilización
social, de una disputa cultural contra el patriarcado, para que
no sea letra muerta para las mujeres trabajadoras, sino una herramienta
a utilizar a favor del derecho a decidir sobre nuestra sexualidad
y maternidad. Para que la ley responda a nuestras necesidades,
debe ser elaborada por las organizaciones y no por tal o cual
legislador/a. Esto nos exige construir la unidad en la lucha de
amplios sectores, desafío aún pendiente dentro del
débil movimiento de mujeres y aún no asumido plenamente
por el movimiento social.
30 mil mujeres en el Encuentro Nacional de Mar del Plata
Después de 20 años de encuentros las tareas y los
desafíos por delante siguen siendo muchos. En Mar del Plata
se expresó en participación el avance de las luchas
obreras que se dieron a la largo del año en los lugares
de trabajo, donde las mujeres estamos asumiendo un importante
rol: las trabajadoras de la salud, con el ejemplo de las enfermeras
del Garrahan, las docentes y estatales, las compañeras
de la alimentación, las trabajadoras del pescado, las compañeras
que pelearon las seis horas en el subte.
Desde hace tres años, el ENM es cada vez más masivo
y, en este caso, treinta mil mujeres (diez mil más que
en Mendoza) debatimos en los distintos talleres. Los ejes que
atravesaron nuestras discusiones fueron el rechazo a la llegada
del genocida Bush, la libertad de Romina Tejerina, y la necesidad
de legalizar el aborto.
El aporte de los talleres estuvo sujeto a la composición
y la coordinación de cada uno. La distancia entre los lugares
donde se desarrollaba el Encuentro dificultó el acceso
y la comunicación entre las compañeras.
El gran ausente fue el oficialismo, que el año pasado había
irrumpido con fuerza, mientras que este año se dedicó
de lleno a las elecciones legislativas de octubre. La Iglesia
Católica hizo lo previsible: otra vez intentó romper
el Encuentro, pero ahora sumando evangelistas a la tarea de infiltrarse
a los talleres sobre aborto, impedir su realización, y
repartir volantes de "sí a la vida". Una vez
más, la Comisión Organizadora no cerró las
puertas a estos grupos en nombre de la apertura del Encuentro,
y más allá de algunas confrontaciones aisladas,
seguimos sin dar una respuesta de conjunto a este boicot.
En el marco de la amplitud y heterogeneidad del Encuentro, es
necesario que nos agrupemos los sectores opositores al gobierno,
los que entendemos que la lucha contra el capitalismo y contra
el patriarcado es una sola, los que impulsamos la lucha por el
derecho al aborto. No debemos abandonar la iniciativa de realizar
Asambleas, de crear una herramienta resolutiva dentro del Encuentro
que nos permita coordinar acciones a nivel nacional, potenciar
la unidad intersectorial y dejar un saldo organizativo. En este
sentido, fue un avance la asamblea que se realizó en el
marco de la Campaña por el Derecho al Aborto, en la que
se resaltó la necesidad de impulsar desde abajo este proyecto,
con participación y lucha a nivel nacional. Es necesario
poder empezar a acumular dentro de esta herramienta de masas poniendo
en pie un movimiento de mujeres de lucha, independiente del Estado
y sus partidos.
Nuestro desafío es la lucha por el socialismo, siendo concientes
de que la pelea contra la opresión de género no
comienza el día después de la revolución,
sino ahora mismo ya que será muy difícil modificar
relaciones, prácticas y prejuicios tan arraigados por milenios
de patriarcado y machismo.
Mujeres
de M-IR