Nota de prensa, 28-03-17
La Comisión Territorial de Medio Ambiente y Urbanismo de Valladolid abordará en su reunión de mañana el impacto ambiental de la ampliación de la fábrica de pinturas de PPG Ibérica en Laguna de Duero, frente a la urbanización La Corala. La multinacional norteamericana ha pedido autorización ambiental para incrementar su producción de 21.000 a 30.000 toneladas anuales de adhesivos y pinturas, en su mayoría al disolvente, lo que conllevará un incremento de sus emisiones a la atmósfera de hidrocarburos volátiles, al sur de Valladolid.
Por otro lado, hoy termina el plazo de información pública de la autorización ambiental solicitada por Renault España para instalar una nueva línea de pintado de paragolpes en su factoría de Carrocerías, que incrementará también de forma importante las emisiones del mismo contaminante en la misma zona del área urbana, al prever la utilización de pinturas al disolvente, mucho más peligrosas y contaminantes que las pinturas al agua.
Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones a ambos proyectos industriales recordando que, por primera vez desde 2007, la aglomeración de Valladolid ha incumplido en el trienio 2014-2016 el valor objetivo para la protección de la salud humana establecido por la normativa de calidad del aire para el ozono, precisamente en la estación de control de la contaminación “Renault 1”, situada entre los municipios de Valladolid y Laguna de Duero y la más próxima a las instalaciones de Renault y PPG que se pretenden ampliar.
Este preocupante aumento de la contaminación por ozono coincide con el incremento de las emisiones al aire de hidrocarburos volátiles por parte de Renault, que casi se han triplicado entre 2012 y 2015 (último año con datos publicados), pasando de 363 a 925 toneladas emitidas. Los hidrocarburos o compuestos orgánicos volátiles (COV) son uno de los contaminantes atmosféricos precursores de la formación de ozono, por lo que el aumento proyectado de las emisiones por parte de ambas empresas no haría sino agravar el problema actual.
Ecologistas en Acción recuerda que la Ley de calidad del aire y protección de la atmósfera establece que no se podrá autorizar la modificación sustancial de instalaciones que incrementen la contaminación de la atmósfera por encima de los objetivos de calidad del aire, por lo que deberían denegarse las autorizaciones ambientales solicitadas por PPG y Renault, al menos mientras la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León se siga negando a cumplir con su obligación legal de elaborar un Plan de mejora de la calidad del aire que permita conocer las causas de la elevada contaminación y adoptar las medidas para rebajarla.
Los ecologistas, que han recurrido esta negligencia administrativa ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, destacan que este problema afecta actualmente a la salud de los 370.000 habitantes de la aglomeración, constituida por la capital vallisoletana y los municipios de Arroyo, La Cistérniga, Fuensaldaña. Laguna de Duero, Renedo de Esgueva, Santovenia de Pisuerga y Zaratán, así como a los montes y cultivos.
La solución a este grave problema ambiental y sanitario, y a otros como el mayor riesgo de accidente industrial o el aumento de la generación de residuos peligrosos en PPG y Renault, pasa respectivamente por la fabricación y utilización en ambas empresas de pinturas al agua, que reducen drásticamente el uso de disolventes orgánicos y por lo tanto también la emisión de hidrocarburos volátiles y la formación de ozono.
Ello con independencia de las medidas que deben adoptar los ayuntamientos afectados y la Junta de Castilla y León para reducir el intenso tráfico urbano e interurbano que soporta la capital regional, la otra gran fuente de contaminantes precursores de ozono, promoviendo un urbanismo de proximidad y el uso del transporte público urbano y metropolitano y la bicicleta como medios de transporte alternativos al coche.
El ozono es un contaminante que provoca por inhalación la reducción de la función pulmonar y un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas, especialmente en niños, ancianos y personas con problemas respiratorios crónicos (asma, bronquitis crónica), así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. La Unión Europea estima en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España por la exposición a niveles de ozono como los respirados por los vallisoletanos en los últimos tres veranos.
Ecologistas en Acción de Valladolid