Index | Resistencia iraquí
Análisis
Resistencia iraquí

* Carlos Varea es miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe. Este texto es la versión actualizada de la comunicación presentada por su autor en la jornadas organizados por 'Gite-Ipres' de Bilbao en octubre y noviembre de 2003 bajo el título "El futuro de Iraq bajo la ocupación" ("Iraken etorkizuna okupazioa eta geo").

Enlaces relacionados

Resistencia iraquí

Diario de la resistencia: octubre-2003

Diario de la resistencia: noviembre-2003

El Consejo de Seguridad 'legitima' la ocupación de Iraq y ratifica la administración colonial de EEUU sobre el país

Phyllis Bennis: 'La resolución 1511: una victoria pírrica para la Administración Bush' - Resolución 1511 de Consejo de Seguridad de NNUU sobre Iraq

El futuro de Iraq se decidirá en Madrid

Iraq, en venta: el FMI y el G-7 negocian con EEUU en Dubai su respaldo a la ocupación

La resistencia responde al intento de EEUU de internacionalizar y legitimar la ocupación de Iraq con una escalada de acciones sin precedente que desbarata los resultados de la 'Conferencia de Donantes' de Madrid

Encuentro del CSCA con la oposición patriótica iraquí

Tariq Ali: La resistencia es el primer paso hacia la independencia de Iraq


Los ocupantes se hunden en Iraq

De la 'internacionalización' de la ocupación a la 'iraquización' de su fracaso

Carlos Varea*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 17 de noviembre de 2003

"La resistencia iraquí ha sido capaz en pocos meses de cambiar objetivamente la situación interna en el país, alterando los planes de estabilización del ocupante. Prácticamente nadie confía ya en el futuro de Iraq bajo la ocupación estadounidense. EEUU y Reino Unido están abocados a afrontar prácticamente en solitario la gestión de una crisis inimaginable en abril, contando para ello apenas con un puñado de colaboracionistas sin legitimidad alguna."

Cascos y fusiles de asalto de seis de los 16 militares estadounidenses muertos en el ataque de la resistencia iraquí contra un helicóptero de transporte Chinook, durante una ceremonia funeraria celebrada el 7 de noviembre de 2003 en una base del ejército de ocupación de EEUU en Iraq

El pasado miércoles 13 de noviembre la Administración Bush ponía en marcha un plan de emergencia a fin de transferir formalmente el poder a nuevas instituciones iraquíes distintas del actual Consejo Gubernativo de 24 miembros, que sería sustituido por un "gobierno provisional" más reducido (de 10 miembros), respaldado por una Constitución que se ha denominado igualmente "interina". Ello supone un cambio radical en las consideraciones anteriores de la Administración Bush, que siempre había planteando la transferencia de poder a un gobierno surgido de elecciones legislativas (previstas inicialmente para finales de 2004), convocadas tras la redacción de una nueva Constitución que según la resolución 1511, aprobada el pasado mes de octubre por el Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU), debería estar lista antes del 15 de diciembre.

Estas nuevas directrices han sido presentadas tras la última visita a Washington de Paul Bremer, el administrador civil estadounidense de la ocupación en Iraq, donde se ha entrevistado con el presidente Bush y sus máximos asesores de seguridad. El gobierno británico ya ha indicado su apoyo al proyecto de rápida transferencia a instancias iraquíes del poder político en Iraq, pocas horas de que el presidente Bush (acompañado de su secretario de Estado, Colin Powell, la asesora nacional de Seguridad, Condoleezza Rice, y el secretario del Tesoro, John Snow) visite el Reino Unido a partir del martes 18 de noviembre.

A su regreso de Washington, Bremer se ha reunido con el Consejo Gubernativo iraquí, cuyo presidente de turno, Jalal Talabani (UPK) indicaba el sábado 15 de noviembre que el "gobierno de transición" emanado del Consejo Gubernativo (aunque según la cadena ABC este gobierno podría surgir de una asamblea formada por delegados locales, convocada la próxima primavera) estará formado el 30 de junio de 2004 -fecha según Bremer, del fin de la ocupación- y que las elecciones se celebrarán antes de que finalice el 2005, de las que surgirán un gobierno ya definitivo. Talabani ha indicado que "El nuevo gobierno [iraquí] tendrá la tarea de negociar con las fuerzas de ocupación sobre cómo regular sus presencia en el país" [1]. Por su parte, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, de gira por las bases estadounidenses en Japón, ha aclarado que este nuevo calendario no significa la inminente retirada de las tropas estadounidenses de Iraq, que habrán de completar un segundo reemplazo de un año, hasta su salida en 2006.

La 'iraquización' del conflicto: ¿Vietnam de nuevo?

Formalmente EEUU y Reino Unido pretenden con todo ello recuperar la confianza de la población iraquí, estableciendo nuevas instancias oficiales internas que mejoren la negativa imagen que tiene el Consejo Gubernativo, un órgano creado por los ocupantes y que ha sido incapaz de superar la naturaleza sectaria y fragmentaria que los propios ocupantes le otorgaron, como se ha puesto de manifiesto -para irritación de Bremer y del conjunto de la Administración Bush- en la imposibilidad de avanzar en un borrador de Constitución, cuyo contenido ha de contemplar desde las reivindicaciones federalistas de las organizaciones kurdo-iraquíes UPK y PDK a la exigencia de los sectores religiosos conservadores sunníes y shi'íes del Consejo de que incluya preceptos de la ley islámica. Un informe de la CIA, filtrado por los medios de comunicación durante la visita de Bremer a Washington, indicaba que el Consejo Gubernativo tiene muy escaso apoyo entre la población iraquí, que lo ve como una instancia dependiente de los ocupantes.

Sin embargo, si esta ha sido la razón formal esgrimida, el cambio de estrategia se debe sin duda a la crítica situación que vive Iraq como consecuencia de las acciones de la resistencia. De hecho, no es la primera rectificación de los ocupantes en lo que va de mes.

Así, según avanzaba el Washington Post el día 5 de noviembre, Bremer habría aceptado finalmente la propuesta del Consejo Gubernativo iraquí -inicialmente rechazada por EEUU- de formación de una milicia paramilitar iraquí que auxilie a las fuerzas de ocupación en las tareas de seguridad y lucha contrainsurgente en Iraq. Esta milicia, que podría incluir miembros de cuerpos de seguridad no baasistas del anterior régimen, estará integrada básicamente por milicianos de distintas organizaciones iraquíes aliadas de EEUU y Reino Unido, motivo éste por el cual Bremer se había opuesto en un principio a la idea.

La medida debe interpretarse como un reconocimiento de la APC de su incapacidad de hacer frente a la situación de inseguridad que las acciones de la resistencia están ocasionando, particularmente después de que EEUU no parezca lograr la formación de un tercer destacamento multinacional con tropas de más países, debido precisamente a las acciones guerrilleras, muy particularmente tras el ataque contra la sede del contingente de carabineros italianos y soldados rumanos de Nasiriyah: tras Turquía, Japón anunciaba -al día siguiente de este ataque contra el contingente italiano- que posponía el envío de los 300 policías militares comprometidos para fin de año; Corea del Sur ha decido no ampliar por encima de los 3.000 efectivos inicialmente previstos el contingente a enviar a Iraq; Dinamarca ha anunciado que no ampliará su actual contingente de 410, como le habían pedido dos asociaciones militares; y Portugal ha enviado a Basora y no a Nasiriyah -como estaba previsto- poco más de un centenar de policías de élite. Precisamente el ataque de Nasiriyah se producía al día siguiente de que el secretario de Defensa Rumsfeld afirmara en Washington que la Administración estadounidense esperaba que 14 países respondieran positivamente a su petición de envíos de tropas a Iraq [2].

En plena ofensiva insurgente y, consecuentemente, de repliegue de sus aliados, la Administración Bush tienen el problema de la renovación de sus efectivos en Iraq. De hecho, el anuncio de la aceptación de Bremer de la milicia paramilitar iraquí anticipó en muy pocas horas la presentación por el Pentágono de un proyecto de reducción de tropas estadounidenses en Iraq a partir del próximo año, que deberían pasar desde los actuales más de 130.000 efectivos a 100.000 en mayo, según indicó el 5 de noviembre el vicepresidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de EEUU, el general de marines Peter Pace. Esta reducción se basaría en la aceleración del proceso de adiestramiento de efectivos de seguridad iraquíes que, siendo en la actualidad de unos 100.000, podrían llegar a los 170.000 en mayo de 2004. El Pentágono espera poder reemplazar al menos una de sus cuatro divisiones ahora desplegadas en Iraq con este contingente local. El Departamento de Defensa afronta la sustitución de tropas que pronto cumplirán un año de servicio en la zona, para lo cual está ya efectuando nuevos llamamientos a filas de reservistas de los distintos cuerpos militares del país, incluido el de Marines, a fin de servir en Iraq el próximo año. Ya en pleno período preelectoral en EEUU, el goteo de muertos y heridos de militares estadounidenses nutre la caída de la aceptación popular sobre la gestión del presidente Bush de la situación en Iraq (por primera vez desde el inicio de la invasión ya mayoritariamente en contra), forzando a la Casa Blanca a prever planes de rotación y reducción de su contingente en Oriente Medio.

Esta aceleración del traspaso de competencias políticas y de seguridad a instancias iraquíes creadas y mantenidas bajo la tutela de los ocupantes ha sido denominada iraquización del conflicto, en clara referencia a la estrategia seguida en Vietnam en su día por EEUU que, como se recordará, en un recorrido inverso al que ahora pretende realizar Bush hijo en Iraq, concluyó con la directa implicación de los estadounidenses en la guerra tras demostrarse la imposibilidad de que el gobierno y el ejército survietnamitas frenaran al Vietcong [el ejército guerrillero en Vietnam del Sur]. Probablemente, en Iraq ocurra lo mismo. La nueva estrategia de iraquización del conflicto pretende legitimar -refundar- instancias internas iraquíes a fin de facilitar a medio plazo una retirada de los ocupantes de Iraq, si bien manteniendo el control efectivo sobre el país y la preservación de los intereses que promovieron la guerra y la ocupación. Es, en suma, un recurso bien conocido en la Historia del pasado siglo de la región y del propio Iraq: promover un proceso de independencia nacional formal, tutelado que desactive una emancipación real contraria a los intereses de la metrópoli. En Iraq, ese mismo proceso concluyó con el derrocamiento de la monarquía pro-británica en 1958 por parte de militares republicanos nacionalistas.

El fracaso de la 'internacionalización' de la ocupación

Pero la iraquización es sobre todo la alternativa obligada de la Administración Bush y de la ACP ante el fracaso de la internacionalización de la posguerra de Iraq.

Ciertamente, tras la toma de Bagdad y el anuncio final de los grandes combates el primero de mayo por parte del presidente Bush a bordo del portaviones Lincoln, EEUU y Gran Bretaña contemplaban la gestión de la posguerra iraquí de manera hegemónica y en beneficio de sus propios intereses: una guerra llevada a término al margen y en contra de la comunidad internacional les autorizaba a ello. La aprobación por parte del CS de la resolución 1483 en mayo respondía a esta lógica: pese a que EEUU debió asumir el pago de la deuda externa de Iraq contraída con Alemania, Rusia y Francia para lograr el voto afirmativo de estos países a la resolución, su contenido estaba hecho a la medida de los agresores de Iraq: legitimaba a posteriori la invasión y la propia ocupación, otorgando a los ocupantes la condición de "Autoridad", al tiempo que cancelaba el programa "Petróleo por alimentos -y, con ello, todo papel de NNUU en el Iraq de la posguerra-, creando alternativamente las instancia económicas (el Fondo de Desarrollo para Iraq, en concreto) que iban a permitir a EEUU y Reino Unido gestionar sin supervisión real exterior alguna la renta petrolífera iraquí [3]. La designación por Bremer del Consejo Gubernativo iraquí inmediatamente después de aprobada la resolución 1483 fue más una concesión a los organismos financieros internacionales y a NNUU (que así lo reclamaban para poder intervenir en Iraq) que una previsión de rápido traspaso de poder a los iraquíes.

La emergencia a partir del verano de la resistencia y su impacto militar y económico sobre los planes de los ocupantes (esencialmente, al provocar el mantenimiento en mínimos de la exportación petrolífera, por debajo de los niveles previos a la guerra [4]), forzó a regañadientes a la Administración Bush a retornar al marco de NNUU en busca de dinero contante con el que paliar las carencias básicas de la población y más tropas para hacer frente a la insurgencia armada, fenómenos ambos, por lo demás, que se retroalimentan.

Así, la resolución del CS 1511 de 16 de octubre [5] otorgó al envío de tropas a Iraq por parte de terceros países un barniz de legitimación internacional con el que aliviar la oposición interna en los respectivos países. Por su parte, en la Conferencia de Donantes de finales de octubre de Madrid la denominada "comunidad internacional" aceptaría la lógica asistencial que la Administración Bush pretendía dar a la denominada reconstrucción de Iraq [6], una vez que -violando de nuevo la normativa internacional- se hubiera procedido a modificar radicalmente el modelo económico y social del país a fin de animar a los inversores extranjeros, tal y como se formalizó durante la cumbre conjunta del FMI y del G-7 de Dubai de finales de septiembre, donde se anunció -casi literalmente-que Iraq estaba "en venta" [7].

Sin embargo, la escalada insurgente de las semanas posteriores a la Conferencia de Donantes ha hecho fracasar la pretensión estadounidense de internacionalizar la ocupación [8], anulando tanto la cobertura legal del CS como los resultados de la propia cita de Madrid. Las acciones de la resistencia, que combinan -de manera coordinada o no, pero muy eficazmente y con una clara lógica de intervención estratégica- el hostigamiento a las tropas de ocupación con acciones selectivas (sin duda, brutales en ocasiones) contra instancias internacionales claves en el proceso de internacionalización de la ocupación, han forzado la paulatina evacuación del personal diplomático y de buena parte de los funcionarios integrados en la APC de países aliados de EEUU durante la guerra (como ha sido el caso de España), de los miembros de NNUU y de ONG internacionales (como el propio Comité Internacional de la Cruz Roja, tras el ataque a su sede en Bagdad del 27 de octubre [9]), amén del retraimiento de muchos países en su decisión de enviar tropas a Iraq, ya comentado.

La ofensiva insurgente

El informe de la CIA antes citado sobre la situación en Iraq [10], redactado por los miembros de la agencia en Bagdad, indica que la resistencia iraquí está ganando en apoyo popular, en efectivos (hasta 50.000, se afirma en el documento) y en eficacia, una consideración que -además de demostrarse día a día sobre el terreno en el interior de Iraq- ya había sido apuntada con anterioridad por los mandos militares estadounidenses en Iraq, la última vez, el pasado 2 de octubre, por el teniente general Ricardo Sánchez, máximo responsable militar de la ocupación, quien indicó entonces que la resistencia "[...] esta evolucionando, es más letal, más sofisticada y tenaz" [11]. El general John Abizaid, jefe del Comando Central de EEUU, reducía a 5.000 el número de efectivos guerrilleros en Iraq el jueves día 13 de noviembre, pero admitía que las acciones resistentes cuentan ya con "[...] un cierto nivel de coordinación a muy altos niveles, aunque no estoy tan seguro como para afirmar que [haya] un liderazgo de la resistencia a escala nacional, al menos aún no todavía. Puede desarrollarse pero no creo que aún exista" [12].

Tras el derribo de dos helicópteros estadounidenses Black Hawk el sábado 15 de noviembre [13], el número de militares estadounidenses muertos en noviembre por acciones de la resistencia se eleva hasta 58, frente a 33 en octubre y 23 en septiembre. La cifra de bajas mortales en combate desde el 1 de mayo es 179. La escalda insurgente ha sorprendido sin duda a la Administración Bush, que ha procurado presentarla como marginal (vinculada a residuos del anterior régimen) o exterior (nutrida por militantes árabes o vinculada a la red al-Qaeda). Pero lo cierto es que la resistencia iraquí muestra al cumplirse seis meses de la proclamación formal del final de la guerra una capacidad operativa que no puede explicarse más que como reflejo de su propia potencialidad y de un apoyo popular -cuando menos- considerable [14]:

- La resistencia se expande territorialmente y contra contingentes de ocupación de otros países, fuera de lo que se ha denominado el "Triangulo sunní", una denominación con la que los ocupantes han pretendido durante los primeros meses de ocupación presentar -restringir- el fenómeno insurgente a residuos del anterior régimen o "seguidores de Sadam Husein". Especialmente significativa desde el fin del verano ha sido la escalada en la zona norte del Kurdistán iraquí, particularmente en Mosul, la segunda ciudad en tamaño poblacional del país, donde los operativos nocturnos de la guerrilla son estrictamente militares. La reiteración -en menor medida pero ascendente- de ataques en Basora o en la zona centro-sur del país bajo control polaco demuestran la ampliación del área de actuación de la resistencia: el Reino Unido perdía el pasado 31 de octubre un soldado en una acción de la resistencia, elevando a 12 la cifra de muertos desde el primero de mayo; Polonia a un oficial el 5 de noviembre en las proximidades de la localidad de al-Moussayih, a 40 kilómetros al norte de Karbala, en lo que era la primera baja mortal del contingente polaco, compuesto por más de 20.000 militares y bajo cuyo mando se encuentran 9.000 efectivos de 22 país, incluida la brigada hispano-centroamericana Plus Ultra [15].

- La resistencia se acomoda rápidamente a las nuevas técnicas de autoprotección de los ocupantes, que han descartado poder desarmar a los insurgentes dado el volumen de armamento que se estima permanece oculto. Sus acciones incluyen cada vez operativos más complejos, con la combinación de atentados con bomba contra destacamentos militares seguidos de emboscadas, en las que grupos insurgentes muy numerosos mantienen enfrentamientos a veces de varias horas con los ocupantes: la sorpresa y el control del territorio palian el desequilibrio militar y tecnológico. "[La situación] Está empeorando, en el sentido de lo [que] hoy [ha ocurrido]. Estamos viendo mucha mayor sofisticación en el uso de explosivos fabricados contra las tropas de la coalición", reconocía Bremer a la cadena CNN tras el derribo el 2 de noviembre del primer helicóptero abatidos en noviembre. La amenaza de derribos a aviones y helicópteros ha imposibilitado la reapertura de los aeropuertos de Bagdad y Basora. Además, la resistencia recurre a ataques con morteros contra emplazamientos fijos de los ocupantes (base militares), incluida la denominada "zona verde" en Bagdad, que ha sido bombardeada reiteradamente en las últimas semanas, hasta el punto de que las autoridades de ocupación han vuelto a cerrar al tráfico el día 13 de noviembre el puente que da acceso al complejo, situado en la margen derecha del Tigris. Este perímetro de máxima seguridad alberga las dependencias civiles y militares de la APC, así como el hotel ar-Rashid, donde viven atrincherados buena parte de sus funcionarios y personal diplomático, y que fue atacado el 26 de octubre cuando el vicesecretario de Defensa Wolfowitz se encontraba en su interior.

- Las acciones de la resistencia se incrementan, no disminuyen, y ello pese a la política de operativos masivos represivos de las fuerzas de ocupación (cierre militar de barrios y localidades), lo cual indica necesariamente apoyo y cobertura popular [16]. Las redadas que ya no van dirigidas contra los máximos dirigentes aún no capturados del anterior gobierno, sino contra cuadros medios y militantes baasistas, la cantera que EEUU considera nutre principalmente los grupos insurgentes. Al concluir el verano la media de ataques al día de la resistencia era de entre 15 y 20, en la primera semana de noviembre se había reducido a 29, tras el aumento hasta 37 de la anterior. En la segunda semana de noviembre ha vuelto a superar los 30 ataques diarios.

Los derribos por parte de la resistencia de cuatro helicópteros Chinook y Black Hawk los días 2, 7 y 15 de noviembre no solo han incrementado la cifra de víctimas mortales del mes de noviembre sino la sensación de absoluta inseguridad que vive Iraq. La respuesta de EEUU ha sido declarar Iraq de nuevo "zona de guerra", recurriendo a la aviación y la artillería para bombardear zonas en el norte y centro del país, incluida la capital. En lo que va de mes el Pentágono ha puesto en marcha tres operativos contrainsurgentes denominados Ivy Cyclone, Iron Hammer y Ivy Cyclone II, éste último inmediatamente después del derribo de los dos helicópteros el sábado 15 y en el que se han empleado por primera vez desde el fin de la guerra misiles guiados por satélite [17].

En una demostración más de lo que el propio general Abizaid ha llamado "un sentimiento de urgencia" respecto a la ofensiva insurgente en Iraq, el Pentágono decidía reestablecer de nuevo en Qatar la sede de mando del Comando Central, devuelta a Tampa (Florida) una vez considerada que la ocupación estaba bien consolidada. El propio Abizaid se trasladará esta semana con algunos de sus subordinados a el emirato a fin de coordinar estos operativos ya estrictamente bélicos contra la resistencia [18], que cabe imaginar provocarán en la población civil un mayor rechazo a la presencia de los ocupantes.

Una resistencia ya victoriosa

La resistencia iraquí ha sido capaz en pocos meses de cambiar objetivamente la situación interna en el país, alterando los planes de estabilización del ocupante. Prácticamente nadie confía ya en el futuro de Iraq bajo la ocupación estadounidense: ningún gobierno, instancia internacional, ONG o empresa puede garantizar ni la seguridad de su personal ni los réditos de su permanencia en el país. EEUU y Reino Unido están abocados a afrontar prácticamente en solitario la gestión de una crisis inimaginable en abril, contando para ello apenas con un puñado de colaboracionistas sin legitimidad interna alguna, desprestigiados por su apoyo durante una década a la política genocida de sanciones de las sucesivas Administraciones estadounidenses y luego a la invasión, y sin proyecto unitario para su país, más allá del de vincularse a los designios de los ocupantes.

Las especulaciones sobre la composición de la resistencia iraquí eluden habitualmente la consideración esencial de que crece y se nutre de la tradición nacionalista y anticolonial del propio pueblo iraquí. Sin lugar a dudas la resistencia es esencialmente un fenómeno interno, con componentes exteriores limitados (mayoritariamente sirios), en ningún caso vinculada la red al-Qaeda [19] o a cualquier otro grupo externo que en estos pocos meses no habría podido establecerse tan solidamente (territorial y numéricamente) en el país; y si bien sus componentes cabe suponer que son mayoritariamente baasistas, no es razonable imaginar que haya podido desarrollarse en tan poco tiempo dependiente de un liderazgo centralizado asociado al anterior régimen, ni que desaparezca con éste, tal y como indicaba hace poco Phebe Marr, investigadora estadounidense autora de The Modern History of Iraq. En opinión de esta autora, los baasistas iraquíes no están combatiendo a las fuerzas de ocupación por "pasadas lealtades", sino por un sentimiento nacionalista. A ellos se están incorporando elementos de la llamada oposición patriótica del exterior, aglutinados en la Alianza Nacional Iraquí (baasistas disidentes, comunistas opuestos a la línea del PCI -que forma parte del Consejo Gubernativo-, naseristas, nacionalistas, islamistas reformadores e independientes) [20].

En torno a la resistencia a la ocupación habrá de aglutinarse la única alternativa posible para Iraq: aquella que permita finalmente formular un proyecto nacional que preserve la esencia social del Estado iraquí con las aspiraciones democráticas e integradoras de su población. Más allá del debate sobre la conveniencia o corrección de algunas de ellas, la línea divisoria que las acciones de la resistencia están estableciendo dentro y fuera de Iraq no es la que separa a los partidarios de Sadam Husein de sus detractores, sino a quienes resisten la ocupación de quienes la aceptan y colaboran con ella, pretendiendo negociar con los ocupantes su salida del país. Como indicaba el escritor e intelectual paquistaní Tareq Alí en un reciente artículo: "La resistencia es el primer paso para la liberación nacional"[21]. Siempre ha sido así. Y tras la debacle de la derrota, la resistencia iraquí alienta vigorosamente la resistencia de los pueblos de la región, muy particularmente en Palestina.

Victoriosa ya, nos corresponde prestarla todo nuestro apoyo, toda nuestra confianza.

Notas:

1. The Guardian, 16 de noviembre, 2003.
2. Associated Press, 13 de noviembre, 2003.
3. Véase en CSCAweb:
El Consejo de Seguridad 'legitima' la ocupación de Iraq y ratifica la administración colonial de EEUU sobre el país
4. La resistencia sigue impidiendo la normalización de la exportación petrolífera vía Turquía, situando en grave aprieto económico a los ocupantes. Iraq exporta ahora menos de la mitad de lo que exportaba el día previo al inicio de la invasión, menos de 1 millón de barriles al día. Las pérdidas en ingresos se estiman en siete millones de dólares al día.
5. Véase en CSCAweb:
Phyllis Bennis: 'La resolución 1511: una victoria pírrica para la Administración Bush' - Resolución 1511 de Consejo de Seguridad de NNUU sobre Iraq
6. Véase en CSCAweb el texto de Hebert Docena:
El futuro de Iraq se decidirá en Madrid
7. Véase en CSCAweb:
Iraq, en venta: el FMI y el G-7 negocian con EEUU en Dubai su respaldo a la ocupación
8. Véase en CSCAweb:
La resistencia responde al intento de EEUU de internacionalizar y legitimar la ocupación de Iraq con una escalada de acciones sin precedente que desbarata los resultados de la 'Conferencia de Donantes' de Madrid
9. Véase el "Diario de la resistencia" de ese día en:
Diario de la resistencia iraquí - Octubre de 2003
10. The Guardian, 13 de noviembre, 2003.
11. Véase en CSCAweb:
Diario de la resistencia iraquí - Octubre de 2003
12. NBC, MSNBC and News Service, 13 de noviembre de 2003.
13. News Release CJTF-7 Coalition Press Information Center, Notas Informativas 03-11-22 y 23.
14. Véase en CSCAweb:
Diario de la resistencia iraquí - Noviembre de 2003
15. Consúltense los "Diarios de la resistencia" en CSCAweb de octubre (
Diario de la resistencia iraquí - Octubre de 2003) y noviembre (Diario de la resistencia iraquí - Noviembre de 2003).
16. Los ocupantes ofrecen recompensas de 10.000 dólares por información sobre los insurgentes (Associated Press, 14 de noviembre, 2003).
17. BBC News, 16 de noviembre de 2003.
18. NBC, MSNBC and News Service, 13 de noviembre de 2003.
19. La reivindicación por al-Qaeda del ataque contra el cuartel de Nasiriyah no parece creíble.
20. Sobre la oposición patriótica véase en CSCAweb:
Encuentro del CSCA con la oposición patriótica iraquí y notas al mismo.
21. Traducido en CSCAweb:
Tariq Ali: La resistencia es el primer paso hacia la independencia de Iraq