Comunicado conjunto 18-09-2020:
Desde hace años, vecinos y vecinas de la zona norte de Valladolid, y también de Santovenia de Pisuerga, vienen detectando episodios de fuerte olor a amoniaco, especialmente por la noche, que cada vez son más frecuentes. La intensidad es de tal magnitud, que provoca picor de ojos, nariz y garganta, y tos, obligando a cerrar puertas y ventanas de las viviendas. Esta situación puede comprobarse revisando los registros del 010 y 112, con múltiples avisos por este problema.
Está demostrado que las emisiones de amoniaco proceden de las instalaciones de Befesa Aluminio, S.L.U situadas al norte de Valladolid [1], una empresa dedicada al tratamiento y recuperación de chatarras, residuos de aluminio y escorias salinas, que ya ha sido investigada por este motivo, siendo en este momento objeto de investigaciones penales. La propia declaración ambiental de la empresa plantea como uno de sus objetivos reducir las emisiones de amoniaco, con medidas como la instalación de nebulizadores, el cerramiento de naves y el tratamiento de gases, todas ellas a llevar a cabo antes de junio de 2020.
Nada de esto se ha llevado a cabo, a la vista de los resultados: las emisiones al aire de amoniaco procedentes de las escorias salinas y el paval, así como las filtraciones salinas a las aguas subterráneas, que aparecen contaminadas por esta causa según estudios publicados por la Junta de Castilla y León, sólo pueden resolverse con el almacenamiento sobre solera y bajo cubierta de dichos residuos peligrosos, impidiendo su humectación que es la que provoca las emisiones al aire y a las aguas señaladas. Las actuaciones se han limitado a construir una pequeña marquesina para cubrir parcialmente los residuos, que a la vista de los recientes episodios, ha servido de muy poco, o nada.
Esta situación se ve agravada al gestionar no sólo los residuos de nuestra comunidad, sino también las hasta 180.000 toneladas al año procedentes de Aragón, Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid o País Vasco, e incluso importados de Alemania, Italia o Portugal, que no siempre tiene salida en la industria cerámica donde se reciclan, por lo que son objeto de vertidos incontrolados periódicos, el último de los cuales se ha documentado en una antigua gravera de Rueda (Valladolid).
Tras la aprobación por la Comisión de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León el pasado 16 de septiembre de la revisión, modificación y unificación de las autorizaciones ambientales de la empresa, las organizaciones firmantes exigimos que dicha autorización garantice la protección del medio ambiente y de la salud de las personas, por encima de los intereses económicos de la empresa, limitando la recepción de residuos peligros de fuera de la comunidad, y eliminando, o reduciendo al mínimo las emisiones de amoniaco y las filtraciones, así como los vertidos incontrolados de paval.