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Comunicado. 2-X-03

Las centrales térmicas de Castilla y León son las más contaminantes de España

El notable incremento de la demanda eléctrica y la pasividad de la Junta de Castilla y León, responsables del aumento de las emisiones de gases contaminantes en la región

Jueves 2 de octubre de 2003

Según la información facilitada por el Ministerio de Medio Ambiente, las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) provocadas por las cuatro grandes centrales termoeléctricas de Castilla y León han aumentado entre 2000 y 2002 el 4,5%, el doble que el incremento de su producción eléctrica. Las 284.775 toneladas de estos contaminantes emitidos en 2002 representan la quinta parte de los producidos en España por centrales térmicas.

De esta forma, Castilla León es la comunidad autónoma que más óxidos de nitrógeno vierte a la atmósfera, y la tercera con mayores emisiones de dióxido de azufre. Las centrales eléctricas de carbón de Anllares (León), Compostilla (León), La Robla (León) y Velilla del Río Carrión (Palencia) produjeron el 32% de las emisiones de NOx atribuibles a Grandes Instalaciones de Combustión en todo el Estado durante 2002.

Destaca la central térmica de Compostilla como la más contaminante de la comunidad, con 39.403 Tm de NOx y 87.730 Tm de SO2, seguida por La Robla, 25.950 Tm y 56.267 Tm respectivamente. La central de Velilla ha vertido 14.414 Tm de NOx y 23.430 Tm de SO2. Figura en último lugar Anllares, con 17.155 Tm de NOx y 20.396 de SO2.

EMISIONES DE LAS CENTRALES TÉRMICAS DE CASTILLA Y LEÓN (2000-02)

Fuente: Ministerio de Medio Ambiente. Energía en Gigavatios hora (GWh) y contaminantes en Toneladas (Tm)

Estas elevadas emisiones regionales han contribuido a que España haya superado en el año 2002 los límites legales de emisiones de óxidos de nitrógeno. Estos límites están definidos para las centrales termoeléctricas en 277.000 toneladas anuales por la Directiva europea 88/609/CEE y el Real Decreto 646/1991. Ambas normas tienen como finalidad mejorar la calidad del aire, prevenir las lluvias ácidas y la contaminación transfronteriza.

Los óxidos de azufre y de nitrógeno provocan problemas en el sistema respiratorio (disminuyen la resistencia a las infecciones, aceleran el envejecimiento del pulmón y facilitan el desarrollo de enfermedades crónicas) y dan lugar a las lluvias ácidas, que producen graves daños sobre los ecosistemas, trasladándose a grandes distancias de las instalaciones donde se emiten. Los NOx son precursores de ozono troposférico, a su vez un potente contaminante que alcanza niveles muy altos en verano.

Las elevadas emisiones de estos contaminantes y otros como las partículas o los metales pesados están degradando la calidad del aire en buena parte de la montaña leonesa-palentina y El Bierzo, incluyendo localidades como Guardo, Ponferrada o León capital. De hecho, Ecologistas en Acción denunció la semana pasada la superación durante 2002 de los valores límite para la protección de la vegetación y los ecosistemas y de los valores tolerados para la protección de la salud humana en varias estaciones de control de la contaminación atmosférica del entorno de las 4 grandes centrales térmicas regionales, lo que debería haber provocado la declaración de estas áreas como Zona de Atmósfera Contaminada y la elaboración de un Plan de Acción tendente a mejorar la calidad del aire, actuaciones competencia de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

El caso más llamativo es el del entorno de la localidad leonesa de La Robla, que durante 2002 y por segundo año consecutivo registró varias superaciones de los umbrales de alerta legalmente establecidos para el dióxido de azufre, sin que por parte de las autoridades autonómicas se procediera a paralizar el funcionamiento de la central térmica de La Robla, propiedad de Unión Fenosa, y ni siquiera se informara como es preceptivo a la población afectada. La situación ha podido ser todavía peor en el entorno de la central térmica de Compostilla, junto a Ponferrada (León), que cuenta con 8 estaciones de control de la contaminación atmosférica cuyos datos han sido hasta la fecha sistemáticamente ocultados por la Junta de Castilla y León.

Para los ecologistas, las causas de esta situación son el desmesurado aumento de la demanda de electricidad desde 1997 (el 5% acumulado anual en Castilla y León), que ha incrementado el uso de las centrales termoeléctricas, y la pasividad de la Junta de Castilla y León, que no ha obligado a los propietarios de la centrales a adoptar ninguna medida correctora. Ante esta situación Ecologistas en Acción ha reclamado por segunda vez al Director General de Calidad Ambiental la celebración de una reunión urgente para analizar la problemática de la contaminación atmosférica en Castilla y León.


Más información:

Miguel Ángel Ceballos, 652 590 782

Manuel Martínez (León), 699 493 830

Francisco López (Palencia), 639 669 560