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Siria: cartas de debilidad y de fuerza

Abdel Bari Atwan

Al-Quds al-Árabi, 24 de octubre de 2005 / CSCAweb, 31 de octubre de 2005
Traducción del Árabe de Jamal Halawa

"Si el objetivo de las presiones americanas sobre Siria es obligarla a colaborar con su proyecto en Iraq (...) la imposición de sanciones y bloqueos podría hacerle colaborar efectivamente, pero con la resistencia y no con el proyecto americano"...

El régimen sirio, después de la publicación del informe del juez alemán Mehlis, se ha quedado más aislado al señalar el informe a los aparatos de seguridad sirios como implicados en el crimen de asesinato de Rafiq Al-Hariri, ex primer ministro libanés; pero sería un error, el menospreciar las fuertes cartas que aun posee el régimen si pudiese tener la espalda resguardada por una pared y ante él no tuviese otra opción más que la autodefensa. La administración de EEUU, ha comenzado a utilizar el contenido del informe para imponer sanciones a Siria a través del Consejo de Seguridad, exactamente igual a como lo hizo en los casos de Libia e Iraq, esperando que el régimen sirio rehúse, como lo hicieron los regimenes libio e iraquí, la total colaboración con la nueva resolución del Consejo de Seguridad que está a punto de formular. Sin embargo, lo que ésta administración ignora, es que el régimen sirio sabe muy bien y debido a la experiencia, que la colaboración bien sea completa o no, conducirá al mismo resultado, es decir, derrocar al régimen a través de sanciones graduales, que comenzarán con la prohibición de la navegación aérea, evolucionarán hacia el bloqueo económico y acabarán con los golpes militares.

La administración norteamericana que está juzgando al presidente iraquí, tiene la intención de juzgar a los pilares del régimen sirio y, tal vez, al mismismo presidente libanés Emile Lahud. Ésta no es una administración honesta, está implicada en un crimen mayor aun que el asesinato del Premier Al Hariri y que es el crimen de ocupar y asesinar Iraq matando a cien mil de sus hijos, transformarlo en un caos sangriento y en un Estado fracasado. No obstante, ello no justifica a Siria ni a ninguna otra parte asesinar al Sr. Al-Hariri ni a cualquier otro ser humano, puesto que Al-Hariri no era un líder que abandonaba las causas de su país ni de su nación, adoptó a la resistencia y no saludó a ningún responsable israelí ni en público ni a escondidas.

En el pasado, las administraciones norteamericanas veían la zona del Oriente Medio desde un punto de mira israelí, y sobre esa visión, perfilaban sus políticas exteriores. Ahora, ha añadido un punto de mira nuevo que es el iraquí, así que, quien no colabore del todo con la ocupación e impida la derrota de su proyecto en Iraq, sería un enemigo al que hay que liquidar. Siria, para su desventura, no colabora como debe con dicho proyecto porque y con toda sencillez, no puede hacerlo. Las cartas de debilidad sirias son conocidas y se resumen en: la dictadura del régimen, la ausencia de libertades, el fuerte control de los aparatos de seguridad, la violación de derechos humanos, una extensa corrupción y un aislamiento árabe e internacional. Sin embargo, las cartas fuertes que posee, parecen ausentes ante los ojos de los estrategas de Washington y demás capitales occidentales, las cuales, podrían resumirse en las siguientes puntualizaciones:

Primera: No existen hasta ahora unas alternativas claras al régimen, y si las hubiese, estas, serían débiles y carentes del consenso social. Cualquier presión americana para imponer sanciones a Siria, puede derivar al mismo resultado en que derivó la presión sobre Irán, donde como alternativa a Jatami, llegó Ahmadi Nayad que es más extremista y conservador. La victoria de Nayad en las elecciones presidenciales, mostró la mala valoración de la administración norteamericana y de sus expertos que habían afirmado que la amplia masa social que había votado a Jatami, se ha vuelto más americanizada y más moderada, y que no iba a aceptar la continuidad del régimen teocrático y conservador, ya que, los pueblos de la zona, se repliegan alrededor de su liderazgo si la amenaza del cambio viene del exterior.

Segunda: El derrumbe de la situación de seguridad en Siria, creará un estado de caos creciente que se extenderá desde Iraq hasta el mediterráneo y realizará el gran sueño del Dr. Ayman Al-Zawaheri, el segundo hombre de la organización de Al Qaeda, y que había sido formulado cuidadosamente en su carta enviada a Abu Musáab Al-Zarqawi, y que luego fue difundida por la administración norteamericana. Es una carta, a nuestro entender, más cercana a la veracidad, es decir, la llegada de la organización a Palestina y a los países limítrofes de Israel, ya que, el pueblo sirio, es uno de los pueblos más (si no es el más) nacionalistas, panarabistas e islamistas, y acogerá con entusiasmo la política del "caos constructivo" adoptada por los neo conservadores para la zona, y para devolverle a Siria, la consideración de ser la plataforma de la resistencia contra el proyecto sionista.

Tercera: Si el objetivo de las presiones americanas sobre Siria es obligarla a colaborar con su proyecto en Iraq e impedir la filtración de los muyahedin y de los seguidores del al-Zarqawi al país, entonces, la imposición de sanciones y bloqueos podría hacerle colaborar efectivamente, pero con la resistencia y no con el proyecto americano, facilitando la entrada de voluntarios e instigando a los hijos de la propia Siria, para combatir en Iraq.

Cuarta: Se ha demostrado por las anteriores experiencias en Libia, Iraq y Sudán, que las sanciones norteamericanas envueltas con resoluciones internacionales, no distinguen entre regímenes y pueblos, razón por la cual, ha crecido el odio hacia las políticas americanas a lo largo y ancho del mundo árabe e islámico. Las sanciones sobre Iraq, Libia y Sudán dieron sus frutos por una sencilla razón y es que EEUU estaba lejos de cualquier reacción castigadora, pero, este no es el caso ahora, porque tienen a ciento cincuenta mil soldados en Iraq y ya no es necesario viajar a Nueva York, Washington o Miami para quien quiere vengarse, tan solo hay que atravesar una de las extensas fronteras desde Siria, Jordania, Arabia Saudí, Turquía o Irán.

La pregunta que se impone ahora es: ¿Cómo administrará el régimen sirio la actual crisis? Habría que tratar los puntos débiles y fortalecer los consistentes, de manera que, pueda atravesar la más peligrosa curva de su historia, con el menor número de pérdidas. Aun es temprano para emitir juicios al respecto, ya que tan solo han pasado tres días desde que salió a la luz el informe de Mehlis (el centro de la actual tempestad). No obstante, lo que se puede prever hasta ahora, es la existencia de un estado de confusión comprensible por las presiones, el aislamiento y las amenazas externas. Lo que llama la atención, es que el régimen sirio, es un régimen de seguridad, colocó la legitimidad política a un lado, no quiere dar pasos internos revolucionarios para profundizar sus raíces populares y prefiere la opción cero que seguía el difunto presidente Hafez Al-Asad, es decir, no moverse ni hacia adelante ni hacia atrás, e impedir así que se cometan errores, aplicando el dicho de "quien no trabaja, no se equivoca". Ésta opción, podía servir en la época de la guerra fría o en la etapa nublosa que la siguió, pero, ya no sirve en estos tiempos cuando EEUU se ha convertido en el vecino de Siria y sus aviones y tanques, violan sus cielos y tierras a diario.