Buscando Camino Buscando Camino
Panamá, Año IV, No. 90
15 al 21 de agosto de 2005
Ya no deben existir dudas de que el actual gobierno que preside el mandatario Martín Torrijos, está no sólo plenamente identificado y comprometido con la visión neoliberal que diseñaron para este país los organismos financieros de crédito y que heredara de sus antecesores, sino que además, al asumirla como propia, la percibe como el “leitmotiv” de su gobierno. Esto explica perfectamente todas y cada una de las medidas y acciones que ha adoptado desde que se hiciera, luego del respaldo mayoritario en las urnas, del control del aparato estatal. Su reforma tributaria, evidencia indiscutible del incumplimiento de las promesas electorales, conlleva una reducción significativa de la planilla del Estado que no ha encontrado óbice suficiente en la ausencia de reglamentación, para ponerse en marcha. De esta manera, el gobierno del “team” Martín conduce y condena al desempleo a miles de humildes panameños que junto a sus familias, creyeron sinceramente en la promesa de “más empleo”. Los intentos de imponer primero con una brutal represión contra los sectores populares y luego con el simulacro de ejercicio democrático en que el gobierno ha convertido la llamada “mesa del diálogo por la Caja del Seguro Social”, confirma que nada detendrá la decisión de los actuales gobernantes de cumplir la agenda neoliberal. Hay y habrá algunos cambios cosméticos a la ley 17, no dudamos de ello, pero la esencia nefasta y antipopular de la misma se mantendrá intacta (aumento de la edad de jubilación y del número y densidad de las cuotas).
El gobierno actual, marchando en un contrasentido de los mejores intereses de la Nación autorizó, so pretexto de la defensa del Canal de Panamá, que 3500 efectivos de 15 países bajo el mando del genocida Comando Sur y durante nueve días (del 10 al 18 de agosto), ensayen en territorio panameño tácticas antiterroristas. Tal parece que Nueva York, Madrid y Londres no les enseñan nada a los estrategas del Pentágono. Las maniobras Panamax 2005 son totalmente ineficaces contra el terrorismo internacional y sólo pueden servir para consolidar la subordinación militar y política de los países participantes y para cobrar la vida –hasta ahora—de tres humildes marinos panameños. Esta facilidad impresionante con la que el gobierno de Martín Torrijos expone a todos los panameños a represalias de los enemigos de la administración Bush, está lejos de obedecer a una lógica soberana e independiente. Si así fuese, no se continuaría dilatando de modo cruel y perverso el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba y se anularía de inmediato el indulto que la corrupta Moscoso concediera al autodenominado “comisario Basilio”.
Como parte de la política abiertamente neoliberal que contra el pueblo viene ejecutando Martín y su “team”, ya se calientan motores para retomar en los próximos meses las negociaciones del nefasto TLC con los Estados Unidos, ahora que el Fast Track fuera extendido hasta julio del 2007 y se aprobara el CAFTA-RD por el congreso norteamericano. Otro tema donde también se pisa el acelerador son los supuestos estudios de factibilidad para la ampliación del Canal; proyecto éste que tiene en el reelecto Alemán Zubieta como administrador de la ACP, su más apasionado apologista. Dentro de este contexto no deja de tener importancia la reciente rubrica por parte del gobierno del Acuerdo de Chapultepec y la derogación de las llamadas “leyes mordaza”; que en un poco común esfuerzo gubernamental trataron de ser presentadas a toda la sociedad panameña como un ejemplo de evidente identificación con la libertad de prensa, cuando en el fondo son acciones dirigidas a preservar y privilegiar la libertad de empresa y la de los dueños de los medios de comunicación. Es precisamente esa libertad de hacer negocios la que viene apuntalando la sistemática campaña de descrédito de las propuestas y acciones de FRENADESSO y la ausencia total de condena y rechazo por la injusta prisión que guarda la periodista Judith Miller por el caso Palme en Estados Unidos. A esto se le suma el reciente fallo irracional del Juzgado Duodécimo del Circuito de lo Civil que autorizó un secuestro económico al periodista Jean Marcel Chéry a favor del magistrado de la Corte Suprema Winston Spadafora. Este último caso ilustra de manera elocuente a quién y para qué sirve la tan mentada libertad de prensa en Panamá y como se imparte justicia con los ojos abiertos.
Aunque la última encuesta de Dichter & Neira refleja que la aceptación de la gestión presidencial presenta una ligera mejoría con relación a las encuestas anteriores, está percepción –a nuestro juicio—sólo será momentánea. Aquí viene creciendo como la espuma la cantidad de panameños y panameñas que sienten que fueron embaucados con el slogan de “cero corrupción”. Porque en esencia, el actual gobierno no tiene ni la voluntad ni la decisión política para encausar con seriedad a los que durante la administración Moscoso literalmente asaltaron los fondos públicos, mucho menos para combatir con energía los actos de corrupción de la administración presente. Eso explica como se atreve la ex – presidenta Mireya a reaparecer desafiante antes las cámaras de televisión criticando la gestión de Martín Torrijos y como el banquero Vallarino empieza a venderse como la mejor y única opción de la oposición arnulfista.
