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El gobierno ataca y el pueblo se defiende

Panamá, Año IV, No. 86

23 al 29 de mayo de 2005

Presentado el proyecto de reformas a la Seguridad Social

Tal como estaba previsto, el gobierno ha presentado un Proyecto de Ley reformatorio de la Ley Orgánica de la CSS cuya naturaleza es profundamente antipopular, puesto que descarga todo el peso de la reforma en los asalariados, con especial saña en los más pobres y las mujeres. De esa manera, el gobierno transita el retorcido camino de la agresión pura y dura contra el derecho a la vida del conjunto del pueblo y, por consiguiente, con ello nos advierte que ha optado por la vía de la imposición.

La jubilación después de la muerte

Al aumentar en tres años la jubilación de los hombres y en cinco la de las mujeres, y paralelamente pasar de la exigencia de un mínimo de 180 cotizaciones (15 años) a 300 25 años ), el gobierno condena a la inmensa mayoría del pueblo a cobrar su primer cheque de jubilación después de la muerte. Piénsese en las decenas de miles de trabajadores/as del comercio que sólo cotizan seis o nueve meses al año, pues los patronos los despiden y vuelven a contratar para que no adquieran así derechos laborales. Tómese en cuenta a los trabajadores de la construcción, la caña y el banano que trabajan en similares condiciones. Considérese el elevado desempleo y la precariedad (incierto e inseguro) del empleo, y se tendrá una idea aproximada del infierno a que nos quieren condenar. Imagínese a una maestra de 62 años lidiando con un aula de 40 o 50 alumnos de primaria, por poner un solo ejemplo.

En su intento de hacernos tragar este venenoso purgante, el gobierno nos habla de «gradualidad» y «escalonamiento» en la aplicación de las reformas, como si con ello pudieran confundirnos sobre la gravedad de su proyecto. En verdad, lo que se busca con ello es dividir al pueblo y fraccionar la resistencia y la protesta: adultos mayores contra jóvenes, mujeres contra hombres, asalariados con empleos estables contra los desempleados y los de empleos inestables, trabajadores del campo contra los de la ciudad, etc. Téngase presente que aquéllos/as que el 1° de enero de 2007 no hayan reunido los requisitos para la jubilación, verán aumentado en un año la edad y en 60 ( años) las cotizaciones necesarias, y así año tras año nos apretarán las tuercas. ¿De qué «gradualidad» estamos hablando? Se trata, a todas luces, de la gradualidad de la muerte.

Un grave recorte en los beneficios

Sólo dos ejemplos bastarán para saber hasta donde el gobierno pretende transformarnos a todos en menesterosos: quien teniendo la edad de jubilación, y no pudiera cumplir con las exigencias de años de cotización ( 25), solicite la indemnización correspondiente, se le otorgará el equivalente a una mensualidad por año de cotización de la jubilación que le hubiese correspondido, recortando en un 50% la indemnización que señala la Ley Orgánica vigente. Lo mismo ocurrirá con la indemnización por invalidez.

Por otra parte, y a partir de la nueva ley, la madre del asegurado sólo podrá ser incluida como beneficiaria a partir de que cumpla los 60 años , limitante inexistente en la Ley Orgánica vigente.

Gobierno y patronos seguirán controlando y espoliando a la CSS

En la propuesta presentada, el gobierno sigue nombrando a la Junta Directiva y al Director General de la CSS, al que ahora otorga ilimitados poderes. Con ello se reafirma que no piensan en sacar sus manos de la CSS, sino que, por el contrario, refuerzan su control político, económico, financiero y administrativo sobre la misma. Por otra parte, al mantener la estabilidad laboral únicamente para aquéllos funcionarios que tengan un mínimo de 5 años o más de servicios continuos e ininterrumpido, el gobierno se garantiza la continuidad de los despidos y nombramientos masivos, para que así cada quinquenio el gobierno de turno pueda satisfacer las exigencias de empleo por parte de su «clientela». Lo anterior se ve agravado, ahora, porque el artículo 39 de la nueva ley regula la «indemnización laboral», mediante la cual se permite la destitución masiva o selectiva de los funcionarios con estabilidad. ¡Que sepan los funcionarios y dirigentes gremiales «incómodos» que tienen el tiempo contado!

Al darse a conocer el Proyecto de Ley, la patronal (CONEP) manifestó su profundo descontento porque no se contempla la privatización de los fondos del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), suculento negocio que se les ha negado para favorecer a la fracción dominante más vinculada al gigantesco negocio de la ampliación del Canal. Al fin y al cabo, el proyecto del gobierno responde a las exigencias de los organismos financieros internacionales para que, obteniendo el Estado una mejor calificación del «riesgo país», se puedan otorgar los créditos multimillonarios que se necesitan para la faraónica obra.

Para compensarlos, el gobierno ha flexibilizado la normativa que regula las inversiones y depósitos a plazo fijo de la CSS, de manera que se beneficien de ello los bancos y empresas nacionales y extranjeras. Por otra parte, limita la posibilidad de que la CSS incursione en el mercado hipotecario, e imposibilita que lo haga en el de préstamos personales, en especial a jubilados, a fin de proteger los intereses del capital financiero nacional.

La resistencia popular

Al rechazar la propuesta popular, cuyos ejes centrales son los de abrir el mercado hipotecario y de préstamos personales – en especial a jubilados- a las inversiones de la CSS, además de destinar un porcentaje de los ingresos del Canal al programa de IVM y perseguir con dureza la evasión, la subdeclaración y la apropiación indebida de la cuota obrera, los actuales gobernantes han optado por la imposición que, necesariamente, se tendrá que apoyar en la represión.

Frente a todo lo anterior, cada día que pasa crece el dique de la resistencia popular, sumándose a la lucha lo más consciente y combativo del pueblo panameño. Para derrotarlos se debería convocar para el próximo fin de semana un encuentro nacional de dirigentes que incorporé, sin sectarismos de ninguna clase y en un marco auténticamente democrático , a todos aquéllos/as que quieran luchar por una verdadera autonomía y contra el aumento de la edad de jubilación y de la densidad de las cuotas. Sólo un frente único del conjunto del pueblo podrá hacerlos retroceder.

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