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LO PROMETIDO POR MARTINELLI ES DEUDA

Panamá, Año VIII, No. 220

10 al 16 de mayo de 2009

En efecto, y tal cual afirma Berna Calvit en su artículo, lo prometido es deuda. Lo que ocurre es que hay deudas incobrables, tal cual ocurrió con las contraídas por Martín Torrijos: “más seguridad, más trabajo y cero corrupción”. Esas promesas, convertidas en deudas, resultaron incobrables y, por el contrario, se convirtieron en sus opuestos: más inseguridad, más trabajo informal y cerro de corrupción. Y es que las campañas electorales, bajo las reglas establecidas por el actual régimen partidocrático de libertades democráticas recortadas y excluyentes, constituyen en verdad un concurso en el que los participantes compiten por ver quién miente más y engaña mejor. El ganador tiene por premio la Presidencia de la República.

Claro está que los pueblos, que no son tontos pero si tienen ilusiones de lograr un cambio de sus miserables condiciones de existencia material, ya sean estas económicas, intelectuales y espirituales, se ven obligados a escoger entre aquello que se les ofrece y resulta más creíble. De ahí que el gobierno de Martín y el PRD, perdida toda credibilidad, es decir descubierta la estafa y el engaño, recibieran el repudio más grande de nuestra historia electoral. Pero, ¿y Martinelli? ¿Cumplirá sus promesas, es decir pagará las deudas contraídas, que por cierto son muchas?

Las deudas contraídas por Martinelli

La primera de ellas vino envuelta en el exitoso estribillo de “entran limpios ysalen millonarios”, en clara alusión al saqueo del Estado por un grupillo de facinerosos que han hecho incluso alarde orgulloso de sus descaradas tropelías y corruptelas millonarias. ¿Se acuerdan de quién a los pocos meses de entrar “limpio” explicó sus novedosos millones con la cínica justificación de “soy un hombre con suerte”? Pues bien, el exitoso estribillo de Martinelli hacía alusión a que tales desafueros serían investigados, denunciados y castigados. Tarea que sería, por cierto, muy sencilla, pues todo el país sabe perfectamente dónde buscar, a quiénes responsabilizar y a cuántos encauzar. Lo prometido es deuda señor Martinelli, y la ciudadanía no esperará mucho para intentar cobrarla.

También se nos debe el prometido audito a las empresas explotadoras de loscorredores y del pueblo panameño, que han ganado centenares de millones y siguen, con una desfachatez ofensiva, abusando del bolsillo de los ciudadanos. Usted prometió, es decir se endeudo con los ciudadanos, afirmando que los corredores serían “recuperados” y su utilización, a partir de entonces, gratuita. No se olvide de ello, pues es una deuda que nadie piensa condonarle.

Tampoco podremos “apuntar en el hielo” su compromiso de auditar la CintaCoimera y los vergonzosos negociados que en ese proyecto se han hecho, además, con tierras del Estado, es decir de todos los panameños, pero que ahora usufructuarán, previo pago del “peaje” convenido, cuatro bellacos. Lo mismo le decimos del señalamiento hecho por usted respecto a las tropelías de Figali en la Calzada de Amador, y de las que todos sabemos quiénes se benefician y sin el menor pudor.

Importante deuda es la contraída respecto a la rebaja de la electricidad máscara del continente, según sus propias palabras. Siendo socios de dichas empresas leoninas, fácil le será auditarlas y dar a conocer sus escandalosas ganancias, antes de iniciar el proceso de recuperarlas. Sobre este asunto nos preocupan especialmente las declaraciones de su banquero gubernamental, el señor Alberto Vallarino, quien está estudiando la posible eliminación del subsidio otorgado a los consumidores de menores recursos. Queremos entender que lo eliminará pues piensa “recuperar” dichas empresas, y no porque piense en “rebajar” los ingresos de los que ya nada ingresan.

Y puesto en ello, le recordamos que lo mismo podría hacer con las empresas de telefonía, una de las cuales se ha llevado del actual desgobierno más de sesenta millones de balboas en proyectos adjudicados de forma directa, es decir, sin licitación alguna. ¿A cambio de qué, mejor dicho a cambio de cuánto?

Muy contenta tiene usted a la ciudadanía con la construcción del Metro como medio de transporte masivo, rápido, limpio y seguro. Pero se le olvido informarnos de si se trata de un transporte público que será administrado, operadoy explotado por una empresa estatal, es decir pública, o, por el contrario, será entregado para el enriquecimiento multimillonario de un pequeño grupejo de sinvergüenzas como son los de Oderbrech, previo pago, claro está, del correspondiente “peaje”, tal como ocurre con la autopista Panamá-Colón.

Por otra parte, su promesa de eliminar el Cálculo Alternativo del Impuestosobre la Renta (CAIR) el pueblo no la ha entendido, pues que sólo se le aplica a las empresas que hasta entonces evadían el pago de los impuestos correspondientes a la Dirección Nacional de Ingresos. Pero, en fin, ya lo entenderemos. Lo que nos preocupa de esta promesa-deuda es que su banquero gubernamental ya nos ha comunicado que está estudiando la posibilidad de cobrar impuestos por los rendimientos de los plazos fijos y las cuentas de ahorro, y usted sabe que eso sería un golpe muy grande al ya dolido bolsillo de las clases medias asalariadas y a los pequeños y medianos empresarios. Y más nos preocupa aún el que su banquero gubernamental esté estudiando la posible subida del ITBM como renta sustituta de los recaudado por el CAIR. No queremos pensar que su reforma tributaria tiene por objetivo reducirle los impuestos a las grandes empresas y fortunas, y subírselo, para compensar, a los más necesitados y empobrecidos, precisamente, por esas políticas definidas como neoliberales.

Como no queremos parecer únicamente interesados en cobrarle lo que nos debe, preferimos no continuar recordándole las facturas que esperamos que sean satisfechas a la mayor brevedad posible. Por nuestra parte, no se preocupe, sabemos y no tenemos la menor sombra de duda sobre la naturaleza incobrable de tales deudas. Por el contrario, preocúpese por la ciudadanía en su conjunto, pues como no las pague descubrirán que han sido nuevamente estafados, y que no tiene usted nada de “independiente” que encabeza “un movimiento” que antepondrá los intereses del pueblo al de los partidos y sus dirigentes. Nosotros, mientras tanto, nos dedicaremos a impulsar el surgimiento de los Comités de Acción Ciudadana para agrupar en ellos a los que, despertando, decidan no volver a ser estafados ni engañados, y luchar por sus derechos desde ahora mismo, desde cada barrio, sindicato, gremio, agrupamiento de profesionales o intelectuales y artistas, de mujeres, indígenas y jóvenes estudiantes.

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