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DE ENCUESTAS Y PARTIDOCRACIA

Panamá, Año VII, No. 199

16 al 29 de noviembre de 2008

 

Avances de la encuesta de Dichter y Neira parecen indicar que se mantiene la tendencia al alza de la candidatura de Ricardo Martinelli, rondando el 38% de preferencia del electorado, la de la ingeniera Balbina Herrera estaría descendiendo para colocarse en un 30%, por debajo del techo electoral del PRD, además de una significativa caída del candidato del partido Panameñista.

Ese repunte de una candidatura tan tradicional no habla de la salud de la partidocracia imperante. Por el contrario, habla de los ingentes esfuerzos de Ricardo Martinelli de presentarse como independiente, obligado a desaparecer de su propaganda en los medios masivos cualquiera alusión al partido de su propiedad y al que tiene como aliado. Habla, también, del precio que está pagando la candidatura de la ingeniera Balbina Herrera por su enfeudamiento al gobierno de Martín Torrijos, al cual acompaña en su descenso.

En última instancia, evidencian el desgaste del sistema excluyente de partidos políticos, del inmenso espacio de desencanto que existe, tanto en los “afiliados” a los partidos como en los no afiliados, al cual recurre tramposamente el candidato en mención.

El nuevo ataque público del alcalde capitalino, Juan Carlos Navarro, al presidente Martín Torrijos en ocasión del 10 de noviembre, afirmando que si el PRD perdía las próximas elecciones era la gestión del presidente la responsable de tal avatar, es otro síntoma más de esa crisis de la partidocracia, que avanza contaminando al mayor y, hasta ahora, más eficaz instrumento político de estabilidad del sistema de dominación imperante en Panamá, el PRD.

Al hacer pública su oferta de ser el vicepresidente de Balbina Herrera, el alcalde Navarro pone en tensión la relación de la candidata con el presidente, el cual ha ordenado su exclusión de la campaña electoral. Ambos aspiran a la candidatura presidencial en el 2014, previa reforma constitucional en el caso de Martín Torrijos. De lograr el alcalde Navarro la vicepresidencia, en caso de que ganara el PRD las elecciones, quedaría en una posición de poder adecuada para obstaculizar las aspiraciones de quien pasaría a ser solamente el secretario general de ese partido. Por otra parte, de no conceder tal petición, la candidata del PRD se arriesga a que siga dándose el trasvase, que ya se inició, de quienes votaron en las primarias por el alcalde Navarro hacia el caudal de Martinelli.

Quienes desde las alturas del PRD manifiestan que esta es una reyerta episódica, mal ocultan la crisis que anidan. Este no es el mismo PRD de la época torrijista, hay 280,000 nuevos afiliados, la juventud partidaria actual es de clase media con recursos, muy distinta a la de aquellos que dieron origen a ese colectivo político desde las filas del movimiento estudiantil, entre otros factores. Para botón de muestra están la abstención en las primarias partidarias, el aval de cerca de 182,961 afiliados a una candidatura tan conservadora como la de Juan Carlos Navarro, además del ya mencionado trasvase de parte de esos electores hacia la candidatura de Martinelli. Incluso se comenta de una encuesta interna donde un 33% del partido se niega a votar por la candidata triunfadora en sus primarias. Todo lo anterior pone en duda aquello de que “nadie se sale del PRD, y el que lo hace es un cadáver político”.

Contra la candidatura de Martinelli conspira su escasa estructura partidaria, lo que podría ser un elemento a considerar para un repunte de la candidata del PRD, eso sí, dependiendo de la profundidad de las fracturas que, desde la diversidad de intereses, atraviesan esa colectividad. Ese panorama está destinado a irse despejando  a la brevedad, seguramente hacia final de este mismo año.

Merece la pena prestar atención a las reacciones que han surgido al presentar el Dr. Jované su candidatura al Tribunal Electoral. Por un lado el Magistrado Pinilla ataca de manera directa ese esfuerzo, reivindicando las restricciones que impone el Código Electoral. Pero por otra parte, el exmagistrado Márquez Amado contradice al Tribunal, indicando la inconstitucionalidad de tal restricción para quienes no formen parte de partido político alguno, como también lo manifiesta el Dr. Miguel Antonio Bernal, candidato independiente a la alcaldía capitalina.

Está servido el escenario con una controversia que ayuda a liquidar las trabas legales que imposibilitan la participación electoral de fuerzas colocadas contra el neoliberalismo y la corrupción imperantes, abriendo así el camino de sinergias que hagan posible el surgimiento de un movimiento sociopolítico que, apostando desde las luchas y la labor de organización de base de la ciudadanía, permita trasladar esas energía al necesario combate en el terreno electoral, para disputar esa inmensa franja independiente que hoy fluye hacia una tramposa candidatura como la de Martinelli.

La necesidad de tal participación se hace más evidente con el fiasco del “debate” presidencial reciente. Una Balbina sin propuestas concretas ni discurso, un Juan Carlos Varela con algunas, pero sin el mínimo entusiasmo y credibilidad, un Martinelli sin ninguna, pero ganando puntos haciendo las veces de contragolpeador, ¡cuánto daño les haría una candidatura con discurso desde el campo de las demandas ciudadanas y las luchas populares!

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