Buscando Camino Buscando Camino
Panamá, Año VII, No. 180
4 al 10 de mayo de 2008
Cualquiera puede constatar las largas filas que hacen, desde tempranas horas de la mañana, e incluso de la madrugada, los habitantes de nuestro barrios populares frente a las denominadas “ferias libres” impulsadas por el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA). La visión de tal espectáculo es apocalíptica: miles de personas desesperadas por comprar algunos de los artículos que bajo la marca “Compita” pone a la venta el IMA. La angustia llega a extremos tales que en alguna de ellas la fuerza pública ha tenido que intervenir utilizando incluso gas pimienta para imponer “el orden”. Claro está, “el orden” que se exige no es otro que el de la pasividad y la resignación frente a las tres y cuatro horas esperando para que abran el mercado, para luego descubrir que las existencias se agotan al cabo de pocos minutos, lo que provoca, como es natural, las airadas protestas de una multitud dispuesta a lo que sea con tal de obtener comida barata.
¿Qué es lo que está ocurriendo?
Sencillamente el costo mensual de la canasta básica familiar de alimentos está por la nubes. Al comienzo del gobierno Torrijos (agosto de 2004) dicha canasta tenía un costo de B/. 196.02. Tres años y seis meses después (febrero de 2008), el costo de la misma ha llegado a B/. 243.29, lo que significa un aumento de B/.47.27, es decir que la misma ha tenido un incremento del 24.11 %. Para hacernos una cabal idea de lo que esto significa para los sectores populares, tomemos como ejemplo el costo de la vida (alimentación, vivienda, vestimenta, transporte, luz, agua, salud y educación).Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la misma debe calcularse sumando tres veces el costo de la canasta básica de alimentos, lo que nos da la suma de B/. 729.87. Como el salario mínimo, que es el que gana la inmensa mayoría de los panameños, es actualmente de B/ 310.00, eso quiere decir que, una vez el trabajador asume el costo de la canasta básica familiar de alimentos, le quedarán B/ 67.00 con los que tendrá que hacer frente a los B/. 486.00 que le costará pagar su vivienda, comprar algo de ropa, hacer frente al transporte diario, pagar los servicios de agua, luz y teléfono, y enfrentar el cuidado de su salud y los servicios educativos.
¿Cómo se logra el milagro de la multiplicación de los panes que significa hacer frente a gastos que totalizan B/.486.00 con sólo B/.67.00 ? Pues muy sencillo, rebajando drásticamente su consumo alimenticio, residiendo en una vivienda que más merece el nombre de pocilga, conectándose ilegalmente a una “telaraña” eléctrica, eludiendo el pago del agua si es que dispone de tal beneficio, y olvidarse de comprar ropa, cuidar su salud y enviar a sus hijos a la escuela. Agréguese a ello, si no fuese suficiente, que los salarios han perdido un 20% de su capacidad adquisitiva como resultado de la inflación. Dicho de otra manera, con un Balboa adquiero mercancías por lo que ayer nos costaba 0.80 centésimos.
¿Cuáles son las consecuencias sociales de todo lo anterior?
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 700.000 panameños están subnutridos, y durante el último año50.000 ciudadanos que no eran pobres han engrosado las filas de los pobres. Pero, en verdad, ¿qué significa ser pobre? Según el Ministerio de Economía y Finanzas ser pobre es tener un ingreso anual inferior a los B/.953.00, es decir que viven con menos de 79 balboas al mes, o sea con menosB/.2.63 al día. Tomando tales criterios oficiales, podemos decir que de los 75 distritos que tiene el país, más de la mitad de la población de 46 distritos son pobres.
Pero aún hay más. Existen, por si usted no lo sabía, los extremadamente pobres, que son aquellos que sobremueren con menos de B/.544.00 al año, es decir con menos de B/.44.05 mensual, o sea B/.1.46al día. Más de la mitad de la población de 16 distritos viven en extrema pobreza. Por supuesto, todos los datos anteriores son una simple muestra de lo que está ocurriendo con la población panameña, gracias a las políticas de privatizaciones, apertura de mercados, flexibilización laboral, reducción del gasto social, etc. Todo ello, por supuesto, empeorará cundo se firme el TLC, y nuestros productores agropecuarios y profesionales de muy diversa naturaleza queden completamente desprotegidos. Como se ve, nadie nos dijo que la Patria Nuevaprometida consistía en convertir al país en un mar de pobreza. Más del 40% de la población panameña sobrelleva una miserable existencia viviendo con menos de B/.79.00 al mes o con menos de B/.44.05 mensuales. Se trata de los denominados “pobres” y “extremadamente pobres”.
El 60% restante de la población panameña no es pobre. No importa que usted gane un miserable salario de B/150.00 al mes, o tenga, como muchos, una jubilación que no llega a los B/. 200.00. Tampoco importa que usted, como la gran mayoría de los que tienen un empleo, gane menos de B/.729.00, que es el mínimo necesario para cubrir el costo de la vida. Lo importante, lo único importante, es que el país “está volando” con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 11.2%, y usted, tal como puede comprobar por las cifras del propio Ministerio de Economía y Finanzas, no es pobre.
Pero no se alegre todavía. En julio le suben la tarifa eléctrica, a finales de año le incrementarán en un 50% el recibo del agua, cada quince día le suben el costo del galón de diesel y el de gasolina, pronto enviarán a la Asamblea la ley que dará inicio al proceso de privatización de la salud, y la inflación no tiene visos de detenerse.
Mientras todo ello ocurre y se agrava día a día, el circo electoral monta su mejor espectáculo. Uno escucha, el otro ofrece el río, el puente y la descentralización de todo lo descentralizable, la otra nos entrega su corazón, el de más allá becará a todos lo niños del país, y el de más acá cambiará el país en 90 día. De todo ello sólo hay dos cosas muy claras: en el próximo quinquenio la facción neoliberal que acceda al poder administrará cerca de 50.000 mil millones de balboas, y ello sin contar con los negocios que lleva aparejada la miel del poder, tales como los megapuertos, ventas de las acciones de CW, la privatización del reciclaje de la basura, etc., etc. Y lo otro que también está claro es que necesitamos con urgencia un diálogo popular y ciudadano que siente las bases para romper el monopolio del poder que detenta la partidocracia neoliberal. Nadie debe sustraerse de esta última tarea.
