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El miedo, la esperanza y la culpa

Año V, N°130

 24 de septiembre al 8 de octubre de 2006

El gobierno nacional y la ACP están ejecutando una abrumadora y multimillonaria campaña mediática a favor del Sí, que está siendo pagada, claro está, con los dineros que el gobierno le saca del bolsillo a los contribuyentes, o, en el caso de la ACP, con dineros que se utilizan dolosamente, puesto que politizan el dinero público que genera como ganancias el Canal de Panamá, y que por tal razón pertenecen al conjunto del pueblo panameño.

Se trata de una campaña carente de razones y razonamientos, ajena por completo a la racionalidad, huérfana de planteamientos y sustento, en la que todo vale, ya sea la utilización de grupitos carentes de representatividad alguna, pero beneficiarios de los 35.00 balboas per capita que se les paga por día para el reparto de camisetas, gorras y volantes en la vía pública. Lo mismo ocurre con los «grupos» que se han inscrito en el Tribunal Electoral para apoyar el Sí: todos sus integrantes cobran 35.00 balboas más la comida del día en el que se inscriben, si es que por el camino los «líderes del grupo» no se quedan parte de los dineros entregados para repartir entre «la militancia».

Por otra parte, se apela al apoyo de gobiernos y «personalidades» extranjeras, muchas de las cuales jamás han puesto un pie en nuestro país, pero que en cambio son beneficiarios directos del gran negociado de la ampliación o de otros suculentos beneficios directamente dependientes y relacionados con el gobierno.

Pero todo ello, siendo grave, muy grave, no es lo peor. El gobierno y su apéndice la ACP están recurriendo a la más burda y censurable manipulación emocional del pueblo panameño. Asustados por el avance del NO, conscientes de lo que significaría para ellos un rechazo consciente del pueblo panameño al descarado intento de estafa, de venta de la Patria, recurren a las más perversas manipulaciones. Para ello utilizan hasta el cansancio los «argumentos» del miedo, los estímulos a las falsas esperanzas y la perversa manipulación de la culpa.

El miedo

En efecto, toda la publicidad del gobierno, y del grupo que tiene secuestrada a la ACP, ha sido orientada a forzar un voto Sí empujado por el miedo que ellos interesadamente generan con los augurios apocalípticos y catastrofistas que dicen ocurrirán en caso de que gane el NO. ¿Cuáles son los mensajes? Que si no lo ampliamos ahora, el Canal se quedará obsoleto; que perderemos irreversiblemente el tren del progreso, que se detendrá el crecimiento económico del país, que las navieras utilizarán otra ruta, y además «que nos robarán el mandao». Todas esas descaradas e imperdonables mentiras no tienen otro objeto que forzar un voto Sí gracias al miedo que intentan inculcar en la población.

La verdad es que la propia ACP, en su Plan Maestro del Canal de Panamá, afirma que gracias a las inversiones que se realizan y se realizarán en los próximos años para la modernización de la vía interoceánica, el Canal permanecerá útil y a plena capacidad hasta el año 2025. De igual manera, las falsas aseveraciones que realizan las más altas autoridades del gobierno en el sentido de que la ruta del Canal de Panamá se ve amenazada por la posibilidad de otros proyectos similares, no han sido sustentadas ni con un solo dato o información concreta. El gobierno y el grupito que tiene secuestrada la ACP deberían mirarse en el espejo de los gobernantes que han tenido que abandonar el poder por mentirle a sus pueblos (José María Aznar, en España, y ahora Ferenk Gyurcsán, en Hungría).

La esperanza

La otra trampa manipuladora de la opinión pública para llevarla maniatada al voto Sí, es la venta de la esperanza, o si se quiere de las ilusiones. Si se observa, la propaganda embriagadora del gobierno, y de los secuestradores del la ACP, no hace otra cosa que crear ilusiones y esperanzas en que la ampliación del Canal generará centenares de miles de empleos… permanentes y estables en el tiempo. De ahí la vergonzosa propaganda que hace decir a mujeres de estratos populares que ellas votan Sí por sus hijos y nietos. O la manipuladora distribución de 200.000 formularios de solicitudes de capacitación para el empleo realizada por el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (INADEH). ¡Qué sinvergüenzas! Con ello no hacen otra cosa que jugar con el hambre que padece el pueblo y el desempleo espantoso que lo azota, prometiéndole falsamente «el cuerno de la abundancia».

Lo mismo nos dijeron cuando aceptaron el vende patria tratado Hay-Bunao Varilla de 1903 y luego el Remón-Eisenhowar, y también dijeron lo mismo cuando privatizaron la electricidad, la telefonía y los puertos. ¿No se acuerdan que así nos transformaríamos en un país del primer mundo?

La verdad es que las obras de construcción del tercer juego de esclusas sólo requerirán, según la propia ACP señala en sus documentos oficiales, 4.340 trabajadores que serán contratados a lo largo del tiempo que dure la obra. En el año 2007 sólo se contratarán a 428 trabajadores, en el 2008 a 736, en el 2009 a 2060, en el 2010 contratarán a 1110, en el 2011 despedirán a 2466, en el 2012 despedirán a 1244, en el 2013 despedirán a 283, en el 2014 despedirán a 217 y quedarán únicamente 124. El resto de los trabajos serán de ocupaciones profesionales y apoyo a los contratistas, y correrán la misma suerte.

La culpa

En la medida en que se avanza hacia la fecha del referéndum,crece el temor del gobierno, del grupito que mantiene secuestrada a la ACP y de los sectores económicamente dominantes, de que el No salga triunfante en la consulta. Es natural. Pese a la multimillonaria campaña propagandística, sus mentiras se están desmoronando día tras día. Y por ello en su desesperación recurren a la última de sus manipulaciones: la culpa. En efecto, en el último tramo de la manipuladora campaña propagandística están preguntando al pueblo si les negará el futuro a sus hijos, si para castigar al gobierno castigará al país, etc. Se trata de hacer sentir culpables a los votantes del No para así torcerles el brazo emocionalmente. ¡Una verdadera canallada! Eso revela la calidad moral de quienes nos gobiernan y que además nos piden que les firmemos el cheque en blanco del Sí a la ampliación.Por ello, una vez más, «yo no vendo mi patria». ¡Panameño, vota no!

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