ULTIMAS PUBLICACIONES
Home / Editoriales Anteriores / Enseñanzas de la huelga magisterial ( y II)

Enseñanzas de la huelga magisterial ( y II)

Año V, N°129

17 al 23 de septiembre de 2006

 Finalizada la huelga magisterial, lo adecuado es abordar sus aprendizajes. Lo primero es que, con la excepción de la provincia de Veraguas, la huelga terminó muy debilitada.

Indicábamos en el editorial anterior, en coincidencia con reflexiones expresadas en el Ventana Docente de la Asociación Democrática de Educadores, que dicha situación tenía su explicación en una manera equivocada de actuar de parte importante de la dirigencia. En provincias como la de Panamá, la declaración de huelga vino a ser de conocimiento de gran parte de los docentes por la radio y la televisión, quienes no tuvieron ni arte ni parte en tal decisión. Pese a llegar a congregar posteriormente en la Escuela República de Venezuela a un importante número de activistas, el cierre de ese centro educativo no permitía que se efectuaran verdaderas asambleas participativas, producto de esa incomodidad desgastante a que eran sometidos los docentes al tener que estar de pie y a expensas de las inclemencias climáticas.

La orientación de dejar de firmar en las escuelas y colegios tampoco ayudaba al fortalecimiento de la huelga. Por el contrario, facilitó la labor intimidatoria del Ministerio de Educación hacia maestros y profesores. Abandonados en centros educacionales en que se presentaban a firmar, sin por ello dar clases, desoyeron orientaciones como la de no ir a sus centros escolares, lo que aconteció en razón de que en la provincia de Panamá tales lineamientos nunca les fueron directamente consultados.

A ello se sumaba un estar en la Escuela República de Venezuela sin norte ni oficio, ya que no se organizaron desde la dirigencia sistemáticas actividades de divulgación hacia los centros educacionales, en las que pudieran tener una decisiva participación los activistas presentes. Y mucho menos se realizaron las necesarias asambleas por escuelas y colegios, con padres y madres de familia para sumarlos a la lucha, posibilidad que tenía como condición necesaria el incorporar en un pliego de peticiones, a la par del reclamo salarial docente, las reivindicaciones y reclamos que sobre la condición física de los planteles tenían los acudientes.

No falto quien les dijera estas cosas a la dirigencia magisterial, pero no existió el espacio para asambleas democráticas en las que estas reflexiones y aportes fueran sometidos a la decisión de las bases. Hasta se les propuso inútilmente trasladar el centro de la lucha al Paraninfo Universitario, para que mejores condiciones hicieran posible que las bases tomaran directamente en sus manos el rumbo de la huelga.

No ocurrió así, y eso explica por qué no se pudo lograr que el gobierno se moviera sustancialmente más allá de los $90 pactados y aceptados inconsultamente por el CUM. Un ejemplo de que si había condiciones para apostar a ganar más, lo muestra la fortaleza del movimiento en Veraguas. Es que allá las cosas si se hicieron de otra manera: buena preparación previa de la huelga, comunicaciones hacía los acudientes, asambleas participativas en un local adecuado en el que 400 sillas permitían pensar y decidir sin agotamientos fácilmente evitables, nutridas acciones de calle, en fin, maneras de actuar que de haber sido la tónica general en el resto del movimiento, hubieran creado las condiciones para obligar al gobierno a superar el límite de B/.90.00.

Pese a los errores reseñados, la correlación de fuerzas y la cercanía del referéndum impidieron que prosperara la pretensión de quienes desde el gobierno propugnaban el aniquilamiento del movimiento magisterial. Convertir esta especie de empate en condiciones que permitan enfrentar los empeños privatizadores por venir, será posible a condición de que los gremios magisteriales que han actuado de una manera acertada ayuden al conjunto a asumir los aprendizajes necesarios.

About admin

Enviar una respuesta

Su dirección email no será publicada. Required fields are marked *

*

Scroll To Top