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La crisis y el proyecto nacional

Año IV, N°107,

16 al 22 de enero de 2006

La crisis de gobierno que trajo por resultado la renuncia del ex ministro Cortizo, y con ello la consiguiente divulgación del acuerdo secreto mediante el cual se entregaba a la voracidad de las multinacionales norteamericanas la seguridad vegetal, animal, y la de todos los panameños, impidió que el gobierno, tal cual lo había acordado con los norteamericanos desde el pasado mes de septiembre, pudiera firmar el nefasto TLC con los Estados Unidos. Pero debemos estar claros: el gobierno quiso y no pudo, gracias al tamborito que montaron los ganaderos y los productores de leche, y detrás de ellos todos los sectores productivos que saben perfectamente que dicho tratado constituye inexorablemente su muerte anunciada. La confluencia de tales sectores con los intereses del movimiento popular y el de las capas medias, aunque fuese coyunturalmente, dinamitó toda posibilidad de una nueva venta del istmo… al menos en esta fracasada novena ronda de negociaciones.

Respecto a ello, y por boca del propio Martín Torrijos, que declaró inmediatamente que «el gobierno no ha tomado una decisión al respecto», los panameños debemos preparar la resistencia de inmediato, máxime cuando ya se sabe que, gracias a los poderes extraordinarios, se está elaborando un decreto ley que pone en manos de una nueva institución, separada del Mida y del Ministerio de Salud, el manejo «científico» de todo lo relativo a la salud animal y vegetal. Dicho en buen panameño, pretenden envaselinarnos el dichoso acuerdo, y tal violación tiene fecha de cumpleaños: el martes 28 de febrero, casualmente martes de carnaval.

La crisis se profundiza

Al escándalo que ha significado el descubrimiento de las mentiras y engaños gubernamentales, hay que agregar el atraco que resulta del aumento inaceptable de la energía eléctrica, perpetrado gracias a la complicidad de un poder ejecutivo que gobierna en función de los intereses económicos personales del grupito de los amigos de Martín , en menoscabo del interés nacional. Y si alguien lo duda, indáguese quiénes son los accionistas propietarios de algunas de las termoeléctricas y quienes tienen concesiones para gigantescas hidroeléctricas que se construirán en el inmediato futuro, es decir bajo el gobierno de Martín Torrijos.

Súmense, además, los impactos económicos catastróficos que tendrán tanto la nueva ley del Seguro Social como la reforma fiscal impuesta a tambor batiente, ambas con el único fin de satisfacer exigencias de los organismos financieros internacionales de cara a la ampliación del canal…. y el bolsillo de los amigos de Martín. Como se ve y se entiende, excepto por ellos, la acumulación de agravios mantiene al país en un estado de efervescencia social que puede, de un momento a otro, y por cualquier causa, transformarse en una movilización nacional orientada a detener, y tal vez revertir, las políticas neoliberales de privatizaciones de bienes y servicios, apertura de mercado, etc. Todas ellas orientadas a la desnacionalización del Estado, y al incremento, por esa vía, de las ganancias del gran capital, tanto nacional como internacional, especialmente del norteamericano.

Porque lo que hay que entender, y explicar hasta la saciedad, es que tales políticas conspiran contra la mayoría de la nación : obreros, campesinos, sectores agropecuarios e industriales, profesionales, etc., son víctimas desiguales de tales políticas, pero víctimas al fin y al cabo.

Construyendo un proyecto nacional

Si lo anterior resultara cierto, y a nuestro juicio lo es, las políticas neoliberales, aplicadas a rajatabla por los gobiernos de la partidocracia (Endara, Pérez Balladares, Mireya Moscoso, y ahora Martín Torrijos), son las responsables directas del desempleo, la informalidad laboral y la marginalidad, cuyas consecuencias pueden observarse en el espantoso cuadro de pobreza y extrema pobreza que afecta, estamos seguros, a más del 60% de la población, y en el brutal y exacerbado agravamiento de la desigual distribución del ingreso nacional. Esto último explica el por qué hay crecimiento económico, y pese a ello aumenta el desempleo y la pobreza. O dicho en otras palabras, las políticas neoliberales hacen más ricos a los más ricos, y más pobres a los más pobres. ¡Para eso fueron concebidas y para eso son aplicadas!

Es por lo anterior que en la coyuntura de lucha contra la ley reformatoria de la Caja de Seguro Social pudimos ver, por primera vez, gigantescas movilizacionesnacionales, y no sólo por su expresión geográfica sino también por la participación de muy diversos sectores sociales. Ello puso de manifiesto, ni más ni menos, que la mayoría nacional se sintió agredida por la política neoliberal del gobierno y se identificó con la necesidad de echar por tierra la reforma de la CSS.

Pasada esa lucha, aunque esta vez sin movilizaciones, la mayoría de la nación se identificó nuevamente con la defensa de nuestras normas fito y zoosanitarias, y gracias a ello se pudo detener, aunque momentáneamente, la nueva venta del istmo. Y lo mismo ocurre ahora con las protestas, pronto masificadas, contra el atraco descarado del alza de la energía eléctrica.

Pero, ¿qué es lo que está ocurriendo? Podemos afirmar que empieza a construirse una mayoritaria voluntad nacional , que evoluciona hacia la comprensión de que las políticas neoliberales afectan, desigualmente, claro está, a las clases y capas sociales nacionales, es decir aquéllas vinculadas al mercado interno. Se trata del primer paso hacia la construcción en positivo de un proyecto nacional que exprese la voluntad mayoritaria de la nación, y con el que esa mayoría se sienta identificada. Se trata de un proceso largo y complejo , pero que ya empezó. Su construcción requiere de la articulación democrática de muy diversos sectores sociales, y de un programa de reformas profundas y radicales, de naturaleza también democrática, impulsado directament e por la mayoría del pueblo. Ese proyecto, perfectamente viable en el actual contexto nacional e internacional, está cada día más al alcance de la mano de nuestra historia, y requerirá del concurso de todos y todas, con la excepción de esa ínfima minoría de los hasta hora son depredadores impunes de la Nación.

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