Buscando Camino Buscando Camino
Panamá, Año VIII, No. 229
18 de octubre de 2009
El gobierno de Ricardo Martinelli ha llegado a sus primeros cien días con un respetable 86% de opinión pública que califica de buena y/o excelente su gestión, según revela encuesta aparecida el 15 de octubre. Una lectura más atenta de dicha indagación señala que un porcentaje similar confía en que, con más tiempo, podrá resolver los problemas del país. La vena crítica de quienes han sido encuestados se revela en que la mayoría de consultados(as) ya indica que el gobierno está cumpliendo algunas de sus promesas. De manera similar, en el tema de seguridad, considerado por los(as) encuestados(as) como el principal problema del país, un 70% opina que no ha habido avances.
El abultado triunfo electoral, unido a las corruptela que parcialmente se han destapado, ocurridas en la administración Torrijos, explica tales márgenes de aceptación, detrás de los cuales se encuentra una alta expectativa ciudadana que, por ahora, tiene efectos a favor del nuevo gobierno, lo que nos permite entenderlas indulgencias temporales hacia instituciones muy denostadas como la Asamblea de diputados, o que un 37% vea en las contrataciones directas urgencia por brindar soluciones.
Esas mismas expectativas apuntan hacia la posible temporalidad de esa indulgencia por parte de los(as) electores(as). En el mismo renglón de las contrataciones directas, amén del 25% que ya lo percibe como corrupción y en beneficio de intereses privados, resalta un 35.8% que no se pronuncia…por ahora; la mitad no ha notado una rebaja de la luz, un 69% manifiesta su desacuerdo con el nepotismo practicado por la administración Martinelli, así como un 57.4% considera que la labor del alcalde Bosco Vallarino es mala o muy mala.
Este personaje es a las claras el talón de Aquiles de la actual administración, desde su doble nacionalidad por la que el propio Martinelli tuvo que evidenciar su control del órgano legislativo para favorecer que tomara posesión del cargo de alcalde, pasando por escándalo del cheque de B/4,000 para su esposa, la pretensión sostenida de destruir la cinta costera efectuando los carnavales en la misma, sus infortunadas declaraciones sin elementos probatorios al tenor del allanamiento de una “sala de masajes” que afirmo estaba vinculada con las FARC, así como el tener de jefe de la policía municipal a una persona condenada por delitos de narcotráfico.
Hay otras alertas que la encuesta detecta que están funcionando en la ciudadanía, como es el que un 40% si percibe la intromisión del presidente en los otros órganos del Estado, o que la franja de independientes comienzan un alejamiento del gobierno.
En resumen, estamos frente a un gobierno con alta aceptación, con una ciudadanía todavía a la espera del cumplimiento de las promesas electorales, impactada en su conciencia tanto por los desastres de la anterior administración, destapados por el nuevo gobierno, como por algunos gestos y medidas como el programa de “100 para los 70”, sin que por ello haya perdido los reflejos que podrían activarse según el decurso de la gestión gubernamental. Retrocesos en temas como la compra del avión presidencial, así como la rápida visita del propio presidente a Isla Colón frente a la emergencia de un movimiento importante de protesta, muestran que la cúpula gubernamental desea evitar lo más posible ese despertar.
Quienes no gozan de un margen de espera es la cúpula del PRD. La encuesta revela que ninguno de quienes encabezan sus corrientes internas tiene la aceptación de la mayoría de ese colectivo. La obligada renuncia del CEN del PRD viene dada después de múltiples incidentes y roces con sectores de su membresía, que les atribuyen, con sobrada razón, las responsabilidades del estrepitoso fracaso electoral de mayo del presente año. La obcecada pretensión de Balbina Herrera de erigirse como líder de la oposición, su resistencia a renunciar del CEN, así como su candidatura para el CEN de transición han sido pasos en firme hacia la debacle del otrora partido mayoritario.
Expresión de esa particular manera en que se refracta en el PRD la crisis de la partidocracia, han sido también los roces entre Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos. El primero atacó al segundo con el caso CEMIS y el segundo respondió soterradamente con el tema de las autoconcesiones de casinos cuando Pérez Balladares era presidente. Finalmente, sólo la entrada en escena del gobierno, quitándole las concesiones que usufructuaba Pérez Balladares, así como la afectación de otro negociado en el que mantiene intereses, tal cual es el de la “ecológica” empresa Ocean Pollution, amén de la amenaza de encarcelarlo, llevaron a ambos rivales a guardar el hacha de guerra entre ellos, tal vez por aquello que cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo.
Pero quien más ha resentido un salto al vacío fue el propio Martín Torrijos, otrora aspirante a modificar la constitución para competir en el 2014 a un nuevo período presidencial, por ende dispuesto a evitar el triunfo de su propia candidata, con tal de quedarse de mandamás del PRD. Sepultado en el fondo de las encuestas, reafirma el dicho popular que “tongo botao no pone boleta”, aprestándose a zarpar raudo y veloz del país para disfrutar de los millones mal habidos a cuenta del erario público, escape que será posible gracias a la cómplice inacción de la administración Martinelli.
La elección del nuevo CEN del PRD ha confirmado, con la necesaria renuncia de última hora a sus aspiraciones por parte de la Ingeniera Balbina Herrera, la debacleque vive dicho partido, en el cual todavía se mantiene y pudo tener votos un “personaje” de la calaña de la señora Calcagno.
