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SURGE EL MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO POPULAR (MDP)

Panamá, Año VIII, No. 223

31 de mayo al 13 de junio de 2009

Luego de un largo período de intervención común en distintos y variados sectores sociales, de elaboración política y dirección colegiada, las organizaciones denominadas Camino Alternativo(responsable de la publicación del boletín electrónico Buscando Camino)Movimiento de Unidad BarrialOrganización de Mujeres en el Barrio Unidad Estudiantil Revolucionaria, han decidido unificarse para dar paso a una sola organización política que hemos denominado Movimiento Democrático Popular (MDP). De igual manera han confluido en el MDP corrientes organizadas de docentes, obreros, indígenas, ambientalistas y cristianos de base. Se trata de un largo y complejo proceso de reagrupamiento democrático de hombres y mujeres de varias generaciones y distintas experiencias y formación, pero que han perseguido siempre el objetivo común de transformar la sociedad en la que vivimos por otra en la que prime la solidaridad frente a la competencia, la libertad ante cualquiera forma de opresión, la honestidad y la rendición de cuentas como valores contrapuestos a la corrupción, y la justicia expedita como forma de acabar con la impunidad imperante. De más está decir que nuestro esfuerzo se dirige a la conquista de un modelo de sociedad fundamentado en las más amplias libertades democráticas y ciudadanas, por una parte, y, por otra, en la primacía del interés público o social frente al privado. A nuestro juicio, dicho modelo de sociedad solo puede ser construido a partir de la legitimidad que otorga el libre y democrático consentimiento de la mayoría del pueblo panameño.

El MDP se construye como una organización democrática que, por ello mismo, respeta y acata la voluntad mayoritaria de sus miembros, la cual se expresa en asambleas que discuten y adoptan la orientación política y eligen a los órganos de dirección, aceptando que el respeto a las minorías exige su representación proporcional en estos últimos. No sé puede postular una sociedad fundamentada en las más amplias libertades democráticas desde una organización sectaria que se dirige autoritariamente. Y es por ello que nos construimos como organización a partir de ser facilitadores e impulsores de la movilización y organización independiente de la ciudadanía en la lucha por la defensa de sus derechos y la satisfacción de sus necesidades.

El MDP define al actual sistema político como una democracia neoliberal de libertades restringidas. Con ello queremos decir que todos los partidos políticos que forman parte integral del actual sistema político, al igual que los órganos de gobierno surgidos a su amparo, participan de un pacto consistente en mantenerexcluidas de la vida política nacional a todas las fuerzas opuestas a las propuestas ya teóricamente derrotadas del “Consenso de Washington”, es decir la apertura indiscriminada de mercados, la flexibilización laboral, las privatizaciones y, con ellas, la desnacionalización del Estado, así como su decrecimiento por la vía de la eliminación o reducción de las inversiones en los servicios sociales básicos, los cuales son transferidos a la esfera privada en detrimento del conjunto del pueblo, en especial de los sectores sociales más necesitados. Por todo ello, el MDP proclama su más absoluta independencia política, organizativa y programática de la partidocracia.

Consecuentes con lo anterior, postulamos por la necesaria refundación democrática del Estado, lo que sólo será posible mediante un proceso constituyente que libere a las todas las fuerzas políticas y sociales excluidas del actual sistema político, democratizando así la vida política nacional, y posibilitando, por fin, la libre expresión de la voluntad popular. La rendición de cuentas y la aplicación de justicia expedita, acabando así con la impunidad; la revocatoria de mandato, la convocatoria de consultas ciudadanas vinculantes a nivel nacional, distrital y de corregimientos, serán, entre otros, algunos de los valores democráticos que defenderemos para que queden inscritos en la nueva Constitución a la que aspiramos.

Para el MDP la lucha política electoral y la movilización y organización independiente de la ciudadaníaconstituyen facetas inseparables de una misma lucha por defender los derechos ya conquistados por el pueblo panameño, aunque amenazados constantemente por la partidocracia, y satisfacer la necesidades más apremiantes de las mayorías, al tiempo que procuramos posibilitar la puesta en pie de un bloque social capaz de conquistar la legitimidad democrática necesaria para cumplir con las tareas históricas que nos plantea el Siglo XXI. Ese bloque social, convocado a cumplir tareas políticas, sociales y económicas históricas pendientes, sólo se afianzará en la realidad a partir de que realmente exprese los intereses y necesidades de un conglomerado de diversos sujetos sociales, entre los cuales podemos señalar, entre otros, a los trabajadores de la ciudad y el campo, a las clases medias asalariadas, a la pequeña y mediana empresa, y a nuestros olvidados y excluidos indígenas de las comarcas.

Estamos convencidos de que únicamente este nuevo pacto social, sellado entre los sujetos integrantes de dicho bloque histórico, puede alcanzar la fuerza y la legitimidad democrática necesaria para arrastrar tras de sí a la inmensa mayoría del pueblo panameño. Pero ello sólo será posible en la misma medida en que se trate de un acuerdo que respete la autonomía e independencia de sus diversos integrantes, sin hegemonismos castrantes ni autoproclamaciones infantiles, para lo cual la erradicación de los vicios aberrantes del “pensamiento único” se constituirá en una tarea imprescindible.

Los integrantes del MDP somos conscientes de que somos tan sólo un pequeño afluente del gran río que conforman todos los que claman por un cambio radical en la conducción política del país, en el camino de generar los cambios estructurales que son urgentes y necesarios para reorientar la educación, la salud, la inversión pública y los ingresos provenientes del Canal en beneficio de las grandes mayorías y los sectores productivos de la ciudad y del campo. ¡Basta ya de responder con la represión a las exigencias legítimas y a las necesidades urgentes e insatisfechas de la población! Y es por ello que llamamos al diálogo franco, abierto, democrático y respetuoso, a todos aquéllos que tienen los mismos anhelos y objetivos. Las condiciones están dadas y son propicias.

En efecto, la crisis de representación política por la que atraviesa la partidocracia es profunda y aparentemente irreversible. A tal extremo que el presidente electo, en un mágico acto de birlibiloque o encantamiento, tuvo que disfrazarse de “candidato independiente” para evitarse el voto castigo que afectó a la partidocracia en su conjunto. Pero ese encantamiento durará lo que un caramelo en la puerta de una escuela, lo que abrirá el espacio necesario para construir una fuerza alternativa capaz de ofrecerle al país mejores días.

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