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LA GRAN BATALLA POR LA CAJA DE SEGURO SOCIAL

Año II, Número 26

21 al 27 de julio de 2003

 

La presidenta de la República ha declarado que presentará, antes de que termine su período presidencial, una propuesta que «salvará» la CSS y que la misma excluye la privatización y el aumento de la edad de jubilación de las mujeres. Pocos días antes, el Viceministro de Economía del MEF, Domingo Latorraca, declaraba que «el nombramiento de Juan Jované había sido un error».

Ambas declaraciones ponen al descubierto lo que hemos venido denunciando insistentemente: primero, que el Prof. Juan Jované, al margen del juicio que tengamos de su gestión, constituye un obstáculo que se hace necesario remover para posibilitar la ejecución de las medidas antipopulares pactadas con el Fondo Monetario Internacional.En segundo lugar, que el gobierno tiene una propuesta concreta que implementará al margen del «diálogo», y que lo hará después de las elecciones de mayo de 2004, evitando así el costo electoral que tales medidas tendrían.

Por otra parte, conviene esclarecer el fondo de las declaraciones presidenciales, tanto por lo que dicen como por lo que callan. Afirmar que se respetará la edad de jubilación de la mujeres no es otra cosa que una declaración interesada en ganar votos para el ungido que, dicho sea de paso, los necesita desesperadamente. ¿Qué garantías tenemos de que, pasadas las elecciones, cumpla tal promesa quien no ha cumplido ninguna bajo su presidencia? Y aún si la cumpliera, ¿por qué no nos revela todas las otras medidas que incluye dicha propuesta? ¿No será porque respetando la edad de jubilación de las mujeres se aumentarán los años de cotización mínima, lo que invalidaría en los hechos la promesa hecha? ¿No será porque será reducido el número de dependientes y el cuadro básico de medicamentos? ¿O tal vez se trata de reducir el monto de las jubilaciones? El costo de todas estas medidas antipopulares supondrá un pesado fardo en las espaldas de todos los ciudadanos, en especial sobre el de las mujeres, que sufren una mayor inestabilidad laboral, devengan salarios más deprimidos y son padres/madres en un significativo porcentaje.

Por otra parte, respecto a la promesa de que la CSS no será privatizada, ¿ qué quieren decir en concreto con ello? Los tiempos de la Patria Boba han terminado. El gobierno mireyista sabe perfectamente que privatizar la CSS nada tiene que ver con la supuesta venta de sus activos, o con entregarle a la empresa privada la administración general de la institución. Con ello se pretende confundir deliberadamente a la población. La privatización de la CSS es un proceso ya iniciado con la compra a la empresa privada de servicios de salud que por su bajo presupuesto la institución no puede brindar. Ahora se trataría de profundizar al máximo dicho proceso y de entregar a las empresas administradoras de fondos de pensiones la administración total o parcial del fondo de Invalidez, vejez y muerte (IVM). ¿ Que otra cosa, si no, significan las propuestas denominadas «mixtas», que entregan los salarios mayores de 400.00 balboas a programas «voluntarios de capitalización», en la que el asegurado aportará voluntariamente y recibirá de jubilación lo que haya generado de renta la inversión privada de tales fondos, sometiendo a los «ahorristas» a los vaivenes riesgos del mercado y a cobrar su jubilación mientras dure su capital y no mientras dure su vida?

En cuanto a los asalariados que devenguen salarios de 400.00 o menos, estos verán reducido el porcentaje a cobrar al final de su vida laboral, puesto que privatizar significa romper con el concepto de solidaridad entre unas generaciones y otras, introduciéndose el concepto selvático de «sálvese el que pueda», propio de las políticas neoliberales que pretenden reducir al mínimo el «gasto social» para garantizar así el pago de la deuda externa

Ante el fracaso de su embestida última, el gobierno y los gremios empresariales necesitan tiempo para

remover el obstáculo que significa el Prof. Juan Jované. Pero el gobierno y los gremios empresariales necesitan con aún mayor desesperación que se mantenga la mesa de diálogo que apadrina el PNUD. Con ello legitimarían las antipopulares medidas con las que piensan agredir al conjunto del pueblo panameño, tal como hicieron con las nefastas reformas tributarias. En dichas «mesas de diálogo» se alcanza el consenso sobre aquéllos aspectos que implican reformas carentes de costos, para entonces, alegando que no hay consenso en las que sí tienen costos, llevar el proyecto de ley a la Asamblea para que ese órgano corrupto decida. Así se hizo con las reformas tributarias y así nos ha ido.

El primer paso para detener y revertir el previsto ataque contra la salud y la calidad de vida del pueblo panameño, concretizado en las reformas ya acordadas secretamente entre el gobierno y los gremios empresariales sobre la CSS, es romper con la trampa que significa el «diálogo» y retirarse del mismo, tal como ya lo ha hecho el Foro Mujer y Desarrollo. Cada día que pase sin tomar esta medida, es un día más en que el movimiento obrero, popular y ciudadano se empantana en esa trampa nefasta del «diálogo», corriendo el peligro de legitimar, aún sin quererlo, las reformas antipopulares que se nos vienen encima.

El segundo paso importante, luego de retirarse de ese diálogo tramposo, es proceder a la unificación del democrática y organizada del movimiento obrero, popular y ciudadano, entendiendo que ese gran bloque social debe integrarse en torno a los gremios de la salud y de la educación, que serán los más afectados y tienen además la fuerza suficiente para impulsar una lucha generalizada contra las medidas gubernamentales y patronales. Esa gran alianza ciudadana es posible y puede detener las reformas antipopulares, sobre todo si la alianza es abierta a todo aquél que quiera luchar.

El tercer paso importante es el de elaborar una propuesta obrera, popular y ciudadana, unitaria y creíble, que ofrezca al país una reforma que garantice el carácter solidario, público y verdaderamente autónomo de la CSS, evitando así que los costos de la reforma recaigan una vez más sobre los asalariados y los más pobres.

El cuarto paso es proceder a impulsar una movilización nacional que levante la propuesta obrera, popular y ciudadana, único camino para pasar a la ofensiva y lograr derrotar la propuesta gubernamental y patronal, abriendo de esa manera el camino para la aprobación de una reforma que responda a los intereses generales del conjunto de la población.

La gran batalla que se aproxima por una CSS que responda a las necesidades de la gran mayoría, sólo podrá ser ganada arrinconando sectarismos de grupo, apoyándose en la organización democrática y unitaria, y en la movilización popular. No nos han dejado otro camino.

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