Buscando Camino Buscando Camino
Panamá, Año VII, No. 195
21 al 27 de septiembre de 2008
Invitado por la Universidad de Panamá, llegó a nuestras tierras el primer presidente de un país latinoamericano, salido de los pueblos originarios de este continente. Sin entrar a mayores profundidades, evidencia las fecundas posibilidades que existen en la participación electoral de quienes levantamos un discurso y sostenemos una práctica contra el modelo neoliberal.
Es propicia la ocasión para enlazar con reflexiones del pasado editorial, en el que consignábamos que el paro efectuado el pasado 4 de septiembre no logró constituirse en un evento que ocasionara la participación popular, probablemente por llamar precisamente a una acción como era la de paro, que está lejos de las posibilidades hoy de las mayorías asalariadas, que no cuentan desde hace más una década con la fortaleza gremial que les permita el ejercicio de tal medida, salvo en sectores como la construcción, docentes, salud y transporte.
Ello con el agravante de que en esta ocasión, si pasamos revista, en el sector salud la participación médica no se asemeja a la que se dio durante la lucha efectuada por el gremio en noviembre de 2007. En el caso de los trabajadores administrativos de la CSS, precisamente el sector que prendió la chispa en el 2003 contra las reformas neoliberales quepretendía imponer Mireya Moscoso, no hubo paro efectivo en las instalaciones más importantes, salvo excepciones en las que destaca ANFACSS de Colón.
La regular convocatoria de la concentración efectuada por la Coordinadora impulsada por FRENADESO este 18 de septiembre en la Asamblea Nacional, confirma la aprensión de que de ese intento de paro de advertencia no había salido fortalecido el movimiento social, como parece evidenciar la escasa participación de educadores, médicos y transportistas en esa acción en la Asamblea.
El que no se haya iniciado todavía un proceso de movilizaciones similares a las que existieron en el año 2005, debería llevar al aprendizaje de que habría que proponer acciones asequibles al conjunto del movimiento social, no solamente a una parte combativa del mismo. No hacerlo afecta incluso iniciativas, como la convocada en la Asamblea, que serían asequibles y nutridas, si no existiera el precedente de una convocatoria anterior a una acción por encima de las posibilidades reales de las mayorías afectadas por el alto costo de la vida y la pérdida de poder adquisitivo.
También es necesario asumir que esas mayorías no se harán participes, a menos que una campaña de reuniones y asambleas, donde adopten decisiones, impulse y organice tal participación. Un ejemplo aleccionador es el del sector educativo en la ciudad de Panamá, en el que tal consulta siempre fue una norma del movimiento magisterial, siendo las acciones acordadas escuela por escuela, colegio por colegio, y solamente después de tal proceso eran convocadas por la dirigencia magisterial, aquellas que habían sido mayoritarias en la consulta.
La sensación en la base magisterial de no haber sido consultada, no ayuda ni ayudará a promover una exitosa convocatoria, como aquellas en las que existiendo tal mecanismo -como ocurrió en luchas anteriores- los educadores salían de sus centros escolares de manera masiva hacia las acciones de lucha así acordadas. Por su parte, la masividad de las asambleas efectuadas en Veraguas, Colón y Panamá Oeste, guardan relación con la importante participación de docentes ese 4 de septiembre. En cambio, las escasas 300 personas que asistieron a la asamblea correspondiente a Panamá centro y San Miguelito, permite explicar la escasa participación docente en la manifestación del 4 y la concentración del 18.
El que esto esté sucediendo es lamentable, pues la coyuntura electoral en que ya están inmersos la mayoría de quienes componen la Asamblea, los haría vulnerables a una fuerte y sostenida presión. Habría que trabajar por convocar una gran manifestación a la Asamblea, con suficiente tiempo que permita recorrer centros de trabajo, comunidades, escuelas y colegios, y que sirva por su masividad y fuerza, para detonar un proceso ascendente de movilización social.
Tal voluntad tendría que ir acompañada de una rectificación de parte de la dirigencia de FRENADESO, que hasta ahora ha tenido una posición divisionista hacia ULIP, el otro agrupamiento de fuerzas populares. El argumento esgrimido para no unificar fuerzas es que en ULIP coexisten organismos sociales y corrientes políticas. Además de desfasado y despolitizador, tal argumento podría aplicarse al propio FRENADESO.
La visita de Evo Morales permite vislumbrar un buen ejemplo de que es perfectamente legítimo disputar la conciencia popular en todos los terrenos, tanto en el de las luchas como en el electoral. Esa fue su práctica desde grandes protestas sociales, a las que se le dio continuidad en el terreno electoral.
No significa lo antes dicho que consideremos que la participación electoral es una panacea, por el contrario, en Panamá es un terreno vedado por innumerables trabas a las expresiones populares.De allí que sea inconcebible que no exista, no solamente una voluntad para una accionar común en las luchas, sino para lograr una democratización de las normas electorales que permita, con el tiempo que el reto requiere, prepararse para disputar el terreno electoral desde alternativas ciudadanas y populares.
