Con el santo y seña "Mahsa, Mujer, Vida, Libertad", Irán recupera su Zeitgeist

NAZANÍN ARMANIAN 16 SEPTIEMBRE 2023 Público

Una mujer participa en una protesta contra el régimen islámico de Irán tras la muerte de Mahsa Amini, en Estambul, Turquía, el 10 de diciembre de 2022. Dilara Senkaya / REUTERS

El asesinato de la joven kurda iraní Mahsa Amini a manos de los Guardianes de la Revolución Islámica (GRI), el 16 de septiembre, y bajo el falso pretexto de ser una bad-heyab ("mal-hiyab"), no sólo dividió la historia de la Teocracia Totalitaria Islámico-Chiita (TTICH) en un "antes" y un "después", sino que manifestó la insuperable brecha existente entre el poder y la sociedad: una junta militar-clerical de extrema derecha y de corte medieval frente a un Irán con "espíritu de época" (el concepto hegeliano de Zeitgeist) que desde su Revolución Constitucional de 1905 -que le convirtió en el primer país de Asia en tener un parlamento-, no ha parado de luchar por un sistema moderno, justo, igualitario y democrático de gobernanza.

Este año hemos estado ante el movimiento de protesta geográficamente más amplio de la historia del régimen islámico, extendido a 138 ciudades en la totalidad de 31 provincias de Irán.

Para desmentir que era un régimen de asesinos y que ni habían tocado a Mahsa, los GRI mataron con disparos directos a al menos 600 iraníes que se rebelaron en protesta por aquel vil crimen (71 eran menores de entre 10 y 17 años), ahorcaron a diez hombres como pedagogía del terror, y encarcelaron y torturan a decenas de miles: a varios -como Esra Panahi, muchacha de 15 años, y Javad Ruhi, de 35 y condenado a muerte- los mataron bajo la tortura; a Nika Shakrami, de 16 años, con signos evidentes de violación "legítima", le tiraron en un descampado una semana después de su secuestro. Alegaron que no eran más que "enemigos" (¡cierto, del fascismo!), y fueron al "otro mundo" a causa de "infartos", "enfermedades crónicas" o "suicidio".

Cerca de 700 manifestantes recibieron disparos en los genitales y en los ojos. Muchos se quedaron al menos ciegos de un ojo, como la niña de cinco años Elaheh Tavakolian, que recibió unos 20 perdigones cuando jugaba en el balcón de su casa en Isfahán, después de que los agentes dispararan a los vecinos por corear consignas contra el régimen. Tagiya (disimulo, mentir en árabe), que es el derecho que el chiismo concede a sus líderes para engañar a los demás y no sentir remordimiento, echaba humo.

Después, la TTICH llevó al patíbulo a otras 697 personas (datos oficiales) por un amplio catálogo de delitos-pecados redactado por la Inquisición Islámica, lo que implicó un aumento del 36% respecto al año anterior. ¿Sabían que éste es el principal régimen del mundo en ejecutar a mujeres y menores? En las dos últimas décadas ha ahorcado un promedio de 15 mujeres al año, ¡bastante menos que lo registrado en las décadas anteriores! Los verdugos no descansan: cobran sus horas extras, y en dólares.

Con este saldo, la primera sublevación anti-teocrática del mundo, además liderada por mujeres, desmontó el cuento de las "singularidades de la musulmana" -¡encantada de su estatus de infrahumana, ocultado justamente por el velo!- tejido por occidentales supremacistas y nostálgicos del colonialismo y la extrema derecha islámica más misógina, mal llamada "fundamentalista".

Lo que ha cambiado en el poder

 Los iraníes han dado por terminado el islamismo (que intentó un simulacro de sistema político, sobre todo con el presidente de EEUU, Barak Hussein Obama), proponiendo un caminar paralelo al resto del planeta, que representa en su conjunto la actual civilización humana: han anunciado la muerte de este cuerpo putrefacto, y se disponen de enterrarlo.

Así, destruyen la Santa Alianza entre el imperialismo y la extrema derecha religiosa (disfrazado de antiamericanismo) establecida durante la Guerra Fría contra la izquierda mundial. Se trata del choque de civilizaciones (el verdadero) entre los representantes del rey Salomón o Hammurabi -que más bien sobreviven gracias a la asistencia de las potencias mundanas que de poderes divinos-, la Inteligencia Artificial y el telescopio James Webb.

* Ya se ha cruzado, definitivamente, la línea que separa un sistema totalitario de una dictadura: el primero cuenta con una base social (incluso entre los "desheredados", como el franquismo o el nazismo), mientras que el segundo es una simple organización criminal apoyada por una pequeña oligarquía que en Irán está hoy representada por los GRI.

La pobreza del 85% de la población en uno de los países más ricos del planeta no se debe sólo a la incompetencia de unos hombres salidos de las madrazas -cuyos conocimientos no superan los detalles de los métodos del exorcismo del Demonio y la vida íntima de Eva-, sino del saqueo a mano armada de los fondos de un país cuyos partidos progresistas fueron prohibidos justamente para impedir cualquier control popular.

 Devolver las patrullas de la Policía moral (compuesto por hombres violadores y delincuentes talibanianos) a las calles, diez meses después de su retirada, simplemente fue para disfrazar el Estado policial y la militarización: ninguno de los motivos de esta medida es moral o religioso.

El "VeloCortinaDeHumo" reapareció en junio, cuando se destaparon varios escándalos de los hombres de Dios, entre ellos el del ayatolá Ahmed Alamolhoda, asesor del caudillo Ali Jamenei, quien había registrado a su nombre 1.000 hectáreas de tierras en Mashhad y se había apropiado de otras 5.700 escrituras de propiedades ajenas, entre otros robos. Además, si el velo es el sometimiento de la mujer al régimen, con no llevarlo se visibilizaría la oposición del pueblo hacia a la teocracia.

 Sólo en julio enviaron mensajes de texto a un millón de mujeres por conducir sin el velo; a unas 4.000 les retiraron los permisos y a cerca de 2.000 les confiscaron sus coches, afirma la Policía. A una iraní la condenaron a "lavar cadáveres" en una morgue por no llevar esa bandera del fascismo sobre su cabeza y otra fue obligada a presentar un certificado de salud mental de un psicólogo islamista si quería recuperar su empleo.

 Extender las medidas represivas: en la víspera del aniversario de Mahsa, la TTICH arrestó a miles de activistas, abogados, profesores, estudiantes, sindicalistas y artistas (como el cantante Mehdi Yarrahi, por su canción Quítate el velo), así como a los familiares de las víctimas de las protestas, a los que ha prohibido celebrar recordatorios.

Que Nilofar Hamedi y Elaha Mohammadi, las periodistas que dieron la noticia del asesinato de Mahsa sigan en la cárcel, y que entre los profesores expulsados de la universidad se encuentre el experto en la Inteligencia Artificial Ali Sharifi Zarchi, presidente de la Olimpiada Internacional de Informática, sustituido por un lumpen, recitador del Corán y adulador personal del caudillo (sus homólogos indoctos en España colocan a los toreros de concejal de cultura y civismo) indican lo que el expresidente Mohammad Jatami llama "la autodestrucción" del régimen: se refería al aumento de la velocidad de la descomposición irreversible del totalitarismo.

Sólo este año, y en el marco de la huida masiva de los profesionales al extranjero, cerca de 6.000 médicos abandonaron Irán, uniéndose a ocho millones de iraníes que han tenido que dejar su tierra.

 Ataques bioterroristas en las escuelas, la mayoría femeninas, que afectaron a 7.000 estudiantes y causaron la muerte de al menos tres adolescentes. El objetivo era aterrorizar a las estudiantes que protagonizaron las escenas de quema de velos y realizar un experimento contra toda la población como otra de las medidas para aplastar la resistencia.

 Fortalecer el cuerpo de los GRI y sus paramilitares falanges (Basiy, "reclutas") con subidas salariales.

 Suspender las clases presenciales en las universidades, uno de los principales bastiones de la lucha por las libertades.

  Endurecer la ley del aborto, prohibiendo los instrumentos y las pruebas de detección de anomalías graves en el feto durante el primer trimestre del embarazo, lo que supone otro duro ataque contra la mujer.

 Militarizar Baluchistán, además de Kurdistán. El 8 de mayo, fecha en la que la gente conoció la noticia de la violación de una niña de 15 años por un comandante de Policía, miles de personas se manifestaron contra el régimen. Al menos 108 baluches, entre ellos una veintena de menores, fueron asesinados por los disparos policiales. Desde entonces, las "protestas de los viernes" no han parado en esta provincia, la más empobrecida del país -en 2021, cuando la fotógrafa baluch Maryam Mohammadzadeh publicó un reportaje sobre la terrible vida de estos ciudadanos, fue despedida-.

 El régimen no sólo ha sido incapaz de recuperar el control, sino que lo ha perdido aún más: una de cada cinco mujeres en la capital de Irán no es que sea una Bad-Heyab (lo son el 90% de las mujeres del país); es que ni siquiera lo lleva.

  Utiliza la presión económica para conseguir obediencia: decenas de establecimientos comerciales y culturales han sido precintados y multados por admitir a mujeres sin velo, arrebatando a cientos de trabajadores su único sustento. La empresa de comercio por internet Digikala fue cerrada por la foto de una de sus empleadas sin la maldita prenda.

 Agredir a las mujeres con una nueva ley del Velo, que incluye condenar a las "delincuentes" a penas de entre cinco y diez años de cárcel o al pago de cuantiosas multas, así como expulsarles de sus trabajos, confiscar sus pasaportes, privarlas de sus derechos de ciudadanía (en la provincia de Lariyan han ordenado a los centros de salud no atenderlas) y de actividades en las redes sociales, etc. Estas medidas de extorsión están intensificado la feminización de la pobreza en un país donde sólo el 12% de sus mujeres forman parte de la fuerza laboral. El capitalismo islámico medieval es una amenaza para el propio capitalismo. Van a aplicar una mayor separación entre los sexos en los campus universitarios, parques y lugares de ocio.

 La TTICH acaba de recibir un duro golpe a su fanfarronería ante EEUU tras el anuncio de Biden de que, en vez de devolver los 6.000 millones de dólares de los fondos iraníes confiscados en los bancos de Irak y Corea del Sur, le entregaría al régimen alimento y medicina (¡al igual que en los peores momentos de las sanciones contra Irak!) a cambio de la liberación de seis ciudadanos iarní-estadounidense encarcelados por la TTICH. Que hasta la cantidad del petróleo que Irán puede vender, el precio del pan y té que consumen los iraníes o el valor de su moneda (un dólar equivale a unos 455.000 riales) se fije en la Casa Blanca demuestran la falsedad de la "independencia" del estado islámico, el único del mundo -y por estúpido, además de farsante- que no tiene relaciones diplomáticas con la superpotencia occidental.

En lo que ha cambiado la sociedad

 A pesar del terror reinante, decenas de miles de obreros, campesinos, estudiantes y pensionistas siguen saliendo a las calles para reclamar sus derechos por todo el país. Cuando un pueblo pierde el miedo, el poder se pone a temblar.

 Mostrar al mundo que, la juventud iraní, española, indonesia y palestina tienen las mismas aspiraciones, preocupaciones y desafíos: representan ese Zeitgeist. ¡Pobre Jomeini, que pensó que al vestir a las féminas iraníes con la ropa de la era de Fátima y la virgen María, o al obligar a los hombres a llevar barba para parecerse a los discípulos de Jesús y Moisés, podría realizar un viaje al siglo VII, llevándose consigo a la nación iraní para "allá" y en su macabra fantasía poder gobernarla!

 Crear un movimiento irreversible de resistencia social, sobre todo entre la generación joven que se ha dado cuenta de dos asuntos fundamentales: 1) que su vida diaria nunca mejorará con la teocracia gerontocracia cavernícola; y 2) que los derechos de las mujeres son el fundamento para la liberación de la sociedad, en todos sus aspectos. ¿Podría la mitad de las clases trabajadoras -los hombres- acabar con la explotación del capitalismo? En este sistema, los que "no tiene nada que perder salvo sus cadenas" son las mujeres jóvenes, sin ninguna esperanza por conseguir un empleo, una vivienda, y formar una familia. Decenas de miles de ellas, en un impresionante desafío a la sexualidad del islam, están viviendo en pecado blanco con sus amores. ¡Su lucha ha conseguido que los hombres iraníes puedan llevar pantalones cortos!

 Han revertido el poder: ahora es el pueblo quien determina la agenda de la teocracia. De nuevo, la mayoría de los miembros del equipo nacional femenino de baloncesto de Irán no cantó el himno de la TTICH en su partido contra Mongolia durante la competición de la Copa Asia.

 El arresto de decenas de firmantes de la carta Demandas Mínimas, publicada por una veintena de asociaciones civiles y profesionales, que incluía la liberación de todos los presos políticos, libertad de expresión y reunión, abolición de la pena de muerte e igualdad de género completa, fue la última oferta de los iraníes a la TTICH de una transición negociada. Ahora van a por derrocar el fascismo, lo que no implica derrotarlo vía una imposible reforma, algo que se intentó varias veces.

 La TTICH ha mostrado que no puede ser clasificado dentro de la categoría de "Estados" cuyos cometidos incluyen garantizar la seguridad pública, los derechos a la justicia, empleo, salud, educación, o libre circulación de sus ciudadanos. Se trata, al igual que el nazismo, de una organización mafiosa armada formada para obtener riqueza.

Mientras, EEUU y la Unión Europea coinciden con Rusia y China en apuntalar a la TTICH para impedir la estabilización del Golfo Pérsico. Sin embargo, el genio ya ha salido de la botella, y ni Alá podrá devolverle al lugar al que fue confinado durante cuatro interminables décadas.

La revolución secular y democrática iraní, con la voz feminista y federalista, avanzará por la simple lógica de las leyes sociales.