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Elogio epistolar a Pedro Pablo Parrado de un ecologista arrepentido

(En respuesta al artículo "Triunfo en Bruselas", de La Opinión de la Sierra Oeste, Año IV, nº. 4)

Jueves 16 de octubre de 2008, por Javier

El bufón de Pablo Martín (JSM-SMV)Salve, hombrecillo, adalid de la libertad de expresión. Que no tiemble tu mano, tu pluma que es espada justiciera, que aun siendo incapaz de construir dos frases sin una sola falta, has entronizado al Cid Campeador del asfalto y a su fiel escudero al estrellato europeo, a la Champions League. Oh, PPP, hasta al PP dejas pequeño: tu sapiencia nos deslumbra, pues que habéis encontrado en las leyes europeas algo que no existe, y eso tiene gran mérito. Oh, azote de la corrupción, oh, guía del pueblo, oh, el sin mácula, fuente inagotable de verdad e imparcialidad: aunque no sea fácil desentrañar vuestra torturada sintaxis, nos habéis iluminado con el relato sobre el “Triunfo en Bruselas”. Que se enteren esos funcionarios europeos, esa panda de vagos, ese nido de rojos, masones y homosexuales, que más valen un par de cojones que todas las leyes del mundo juntas. Esa gente no tiene criterio alguno para anular el acuerdo con ‘la Brava’, un acuerdo donde, como bien dices (y aquí los ecologistas estarían de acuerdo), “el impacto medioambiental estaba asegurado”. Qué pena nos dan. ¡Olé, torero!, ¡olé, soldadito español! Tus líneas son trincheras, y el tableteo de tu teclado pone en fuga al enemigo, dejando a ecologistas, sociatas y comunistas (esos chivatos) cautivos y desarmados. ¡Oh, heraldo de la cejijuntez!, tu prosa nos eleva a las estrellas –qué más da si no son estrellas, si es caspa eso que brilla–. Qué elegancia, qué estilo; y qué documentado: citar fuentes de la DGT respecto a dos meses… (pero no respecto a 10 años: qué importa que esa misma fuente sostenga que en ese tiempo han muerto 70 personas en la M-501, y no 200, como han voceado nuestros sabios prebostes a los cuatro vientos). ¡Oh, Ronaldinho de las ondas, Raúl de la estenotipia! ¡15.660 firmas a 652!, ¡eso es ganar por goleada! Lástima que esas miles de firmas sean nada ante la universal obligatoriedad de la ley.

Oh, conductor de las masas, mes a mes esperamos tu luz derramada sobre nuestras humildes cabezas. De seguir así, pronto será tuyo el premio Pulitzer. Corramos un estúpido velo, dicho sea de paso, sobre el numerito de la votación en la Comisión de Peticiones, y obviemos que es una votación SIN NINGÚN valor jurídico respecto al proceso que llevará la ilegal autovía ante el Tribunal Europeo. Pero la verdad, ¿qué nos importa si tenemos el don de conformar la opinión? Esos ecololeches, ecolistos, ecosoplones… Desde luego hace falta alguien como tú, oh, Jiménez Losantos local, alguien que los ponga en su sitio. Siempre tocando las pelotas, siempre de aquí para allá con sus pseudoinformes abarrotando los despachos de Bruselas, esos informes de mierda hechos por el Centro Superior de Investigaciones Científicas, la Dirección General de Tráfico o la misma Consejería de Transportes. Seamos serios: el próximo informe, medioambiental, económico, social o del tipo que sea, se lo encargaremos a Chiquito de la Calzada.

Me da vergüenza…, lo confieso…, yo… he sido ecologista. Pero, ¡albricias!, La Opinión de la Sierra Oeste me salvó. Como Saulo he caído del caballo y también quiero ser Pablo, y atacar con furia y saña, como él, a los herejes del Progreso, desertores del Desarrollo y la Civilización. He visto la luz, ¡soy converso! Abandono la ecología y reniego de mi anterior credo. El hombrecillo me ha transformado.

Reniego del aire puro y limpio, reniego de la terquedad vegetal y de la mirada ignorante de los animales que, estúpidamente, no comprenden las leyes del progreso. Reniego del futuro de mis hijos y me uno a los que reman a favor de la corriente, a favor del precipicio.

Ver en línea : La Opinión de la Sierra Oeste - Octubre 2008