Este tipo de aplicación (fumigación aérea) requiere medidas preventivas importantes, como evitar masas de agua (donde el diflubenzurón es mucho más dañino) márgenes de ríos y zonas habitadas.
Trabajos recientes demuestran que el diflubenzurón altera de forma importante las comunidades de artrópodos en el suelo y afecta gravemente a las abejas y los saltamontes.