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Por tu seguridad y bienestar

Viernes 21 de enero de 2011, por sods

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Hace unos días, el ayuntamiento de Navas del Rey distribuyó un calendario para el año 2011 en el que, en una imagen artificialmente retorcida por el Photoshop hasta lo irreconocible (¡anda que no hay perspectivas deliciosas para contemplar el pueblo!), se publicita el próximo “Centro de Urgencias Extra-hospitalarias”. A los lados del mismo aparecen los símbolos y teléfonos de la Guardia Civil (“¡Viva España, viva el Rey, viva el orden y la ley!”), policía local, bomberos forestales, Protección Civil, centro de salud, Forestales de comarca X (sic). Sólo contemplando este calendario uno se siente como más tranquilo, más sereno, más confiado en nuestro futuro. Y es que las autoridades regionales y comarcales no reparan en gestos a mayor gloria de la seguridad y el bienestar de la ciudadanía.

¿Que estamos ironizando? Qué va. Les pondremos un ejemplo reciente: el 23 de diciembre, a eso de las siete de la mañana, un Volkswagen Polo aparecía volcado a escasos 100 metros de este municipio entrando por la M-855. Un joven caminaba como un zombie por el asfalto, sangrando abundantemente por la cabeza. Ni él, ni nadie, se explicaba cómo había salido del coche por los estrechísimos huecos que quedaban. Un grupo de personas se quedaron con el chico, abrigándole y calmándole. Una, dos, tres llamadas al 1-1-2. “Tranquilo, que ya vienen”, “calma, que ya están avisados”. Cinco, diez, quince minutos… Cuatro, cinco llamadas… Otros conductores dan avisos en la clínica del pueblo, en el cuartel de la Guardia Civil… Veinte, veinticinco minutos… “¡Me duele mucho la cabeza… Me duele mucho la cabeza!” Una de las personas, y dado que el accidentado puede caminar, decide montarle en su vehículo y llevarle personalmente a la clínica, a escasos cinco minutos de paseo desde el lugar del accidente. Allí se quedó el coche, ocupando peligrosamente un carril de la calzada, aún con la radio emitiendo música para nadie.

Las autoridades, como decimos, no reparan en gestos, pero sí en gastos, especialmente cuando se refieren a personal. De qué sirven los edificios, las flamantes y brillantes ambulancias y coches-patrulla, si no hay gente, hombres y mujeres de la sanidad y seguridad públicas que te puedan socorrer. En caso de accidente, no sabemos muy bien qué recomendarle. Llame a los servicios de emergencias; pero si está cerca de un centro de salud o un hospital, quizá sea mejor que se arrastre usted solito hasta la puerta de urgencias. Tranquilamente.