Conservar las tradiciones

A mediados de los años 70, Navas del Rey acogía un discreto prostíbulo a mitad de camino entre el casco urbano y el “antiguo” puerto de San Juan, “Las Vallas” (hoy en ruinas).

Con el paso del tiempo y la apertura del “nuevo” puerto de San Juan, se abrió otro local a pie de esa nueva carretera, “Los Faroles”, que subsiste a día de hoy.

Luego llegó “Capri”, hoy “El Skándalo”, en el polígono industrial y también a pie de la M-501. Una mezcla algo surrealista de los carteles de las naves, superpone el anuncio de “bar de copas” con “venta de antigüedades” y la luminaria de un aparente fuego artificial.

La tradicional hospitalidad de Navas del Rey con las casas de lenocinio alcanza el máximo esplendor cuando la nave propiedad de Jaime Peral, actual alcalde con las siglas del P.P., y tras un contrato de alquiler, se convierte en la sede del “Varadero”, saltando a los medios de comunicación por las denuncias de las mujeres allí explotadas, que consiguieron el precinto del local y la detención de sus gestores.

Al influjo de esta tendencia aparentemente próspera, el cercano municipio de Colmenar del Arroyo reconvierte un tradicional restaurante, “El Chaparral”, a pie de la M-501 (convertida en autovía ilegal), en un nuevo local de "celebraciones muy especiales" y "despedidas de solteros".

Esta concentración de “espacios para el amor” provoca la visita de los reporteros del programa G-20 de Telecinco, que ofrecen un espectáculo bochornoso grabado con cámara oculta entre el vecindario de Navas del Rey.

Apenas hace unos días, el local del “Varadero” una vez reconvertido en “Lover”, ha abierto sus puertas y a la vista del logo, repitiendo actividad. A su vez, el cercano “El Skándalo” reabre el local y dentro de la lucha de competencias, rescata para su campaña publicitaria otra “entrañable tradición”, la de la esclavitud, anunciando la “subasta de una mujer” en la fiesta de inauguración.

Es evidente que el paso del tiempo no hace tambalear las costumbres y tradiciones de un pueblo, por denigrantes que sean, así que siendo prácticos, solicitemos a las autoridades competentes (donde quiera que se hallen) que declaren la prostitución en Navas del Rey como “yacimiento de empleo” y se habiliten los consiguientes cursos de formación bajo los epígrafes de “meretriz”, “proxeneta (oficial y ayudante)”, “portero de prostíbulo”, etc.

Seguiría argumentando bondades de esta gloriosa tradición, pero la nausea se hace insoportable… ustedes me disculpen.