Palestina

Este texto ha sido remitido por el autor para CSCAweb y traducido por Agustín Velloso

Palestina

 

Perspectivas palestinas tras la elección de Sharon

Mayed Nasar
Vicepresidente de la Unión de Comités de Trabajadores de la Salud de Palestina y director médico del Hospital de Beit Sahour

Palestina, 10 de marzo de 2001

Ariel Sharon ha asumido el poder en Israel. Ha sido capaz de formar un gobierno de unidad nacional junto con el partido Laborista además del Shas y otros. ¿Qué pueden esperar los palestinos de este gobierno? Si observamos lo hecho por ambos respecto a los palestinos y lo que se conoce como "proceso de paz", ¿hay alguna diferencia? La comparación no carece de riesgos, ya que no hay dos partidos iguales. Sin embargo, el que ahora los dos partidos grandes se hayan unido en el gobierno, ¿no lleva a concluir que las diferencias principales son suficientemente pequeñas como para permitir un gobierno de coalición? ¿Era el gobierno laborista realmente diferente del gobierno del Likud respecto de las preguntas anteriores?

¿Y cuáles son las diferencias? Sobre todo si prestamos atención al trabajo diario y a los hechos concretos y no a los programas electorales o a los discursos políticos. Finalmente ¿cuáles son los puntos de referencia a la hora de firmar juntos o por separado un acuerdo definitivo con los palestinos?

Los palestinos usan las resoluciones de las Naciones Unidas y la legitimidad internacional como sus puntos de referencia. ¿Cuáles son los de Israel?, ¿y los del Likud y del Partido Laborista?. ¿Difieren entre sí?, ¿qué significa una paz "posible" en Oriente Medio para ellos?, ¿qué significa una paz "relativamente" justa?. ¿Se puede conseguir esta paz mediante la fuerza bruta y basada en el (des)equilibrio de poder?. ¿Es la paz una transacción económica en un mundo globalizado, o es la paz comprometida con la legitimidad internacional la base de un acuerdo histórico?

La experiencia de los últimos diez años ha sido la de un periodo en el que Israel ha llevado a cabo actos sobre el terreno. Tanto el Likud como el Partido Laborista. Incluso el actual y así llamado "proceso de paz" ha sido usado sin rodeos por ambos partidos para asegurar y aumentar la hegemonía israelí y finalmente legalizar la ocupación. Los hechos sobre el terreno son:

  • La confiscación continua de tierras y la construcción de asentamientos.
  • El (eterno) rechazo de Israel a cumplir con la legalidad internacional.
  • El rechazo de Israel a reconocer los legítimos derechos de los palestinos.
  • El rechazo de Israel a asumir su responsabilidad en las demandas de los palestinos y los refugiados.
  • Los permanentes robo de tierras, terrorismo de Estado y destrucción
  • Sin embargo, lo que ocurre ahora en los Territorios Ocupados es responsabilidad única del primer Ministro saliente Barak. Parece que hay una fobia respecto del futuro de los palestinos cuando Ariel Sharon llegue al poder. Como si todo hubiese sido perfecto antes de eso. La inmensa mayoría de los palestinos piensa que no hay diferencias entre uno y otro. (Según un agricultor palestino, "Sharon te da el veneno puro, mientras que Barak te da el mismo veneno en un bocadillo"). Los palestinos han sufrido ambos gobiernos durante los pasados 50 años y el Laborista tiene más responsabilidad en la catástrofe que sufren. Empezando por Ben Gurion y siguiendo por Abba Eban, Golda Meir, Rabin, Perez y ahora Barak.

    Historiadores independientes de cualquier parte del mundo, así como los nuevos historiadores en Israel han demostrado que el Partido Laborista es realmente el cerebro de la confiscación de tierras y la construcción de asentamientos, así como de "la política de traslado". (Rahebam Zeevi, del partido Israelí "Moledet", en el periódico Al Quds, 5-3-2001). Hace poco el Primer Ministro saliente y su gobierno laborista decidieron construir varios cientos de viviendas en diferentes partes de los territorios ocupados. Sin embargo, Barak no se granjeó la confinza del público israelí. Para el 41% del público israelí, los dos candidatos no se diferenciaban entre sí y decidieron no acudir a la votación. El 75% de los palestinos en Israel boicotearon las elecciones. (Aunque Barak pidió disculpas por el asesinato de 13 palestinos, ciudadanos de Israel, y prometió que Israel debería ser el Estado de todos sus ciudadanos!!!). Sólo el 37% de los votos fue para Barak. Sharon ganó con una fuerte mayoría de los votos judíos. ¿Qué va a suceder? Que el partido del Likud, junto con el gobierno de unidad nacional, pronto estará pidiendo una colonización intensiva de tierras palestinas.

    El gobierno laborista no ha conseguido la "paz" en los dos últimos años. El anterior de Netanyahu (Likud) tampoco consiguió la "paz" en Oriente Medio. El gobierno laborista anterior con Rabin y luego con Peres no consiguió la "paz". (En aquel entonces el gobierno laborista empezó una inmensa colonización y consiguió dividir Hebrón, lo que hizo de la ciudad un punto permanentemente volátil con 400 colonos judíos y soldados israelíes y 140000 palestinos).

    Cuando Barak llegó al poder el mundo "suspiró" aliviado pensando que haría lo que no hizo Netanyahu: conseguir la paz. Esta creencia resultó erróneamente aumentada por la coalición con el Meretz, que se presentaba como el "heredero del movimiento Paz Ahora ".

    Según Eli Goldschmidt, jefe de publicidad de la campaña de Barak: (The Guardian, 12-2-2001) "Si hay un gobierno de unidad nacional, se hará evidente que las diferencias entre el Partido Laborista, como principal partido de la izquierda, y el Likud, como el principal de la derecha, no son tan grandes ". Ahora hay ese gobierno y no parece haber diferencias.

    Durante el régimen de Rabin-Peres se firmó una declaración de principios, pero sólo se pudo firmar después de que el Likud se unió a la Conferencia de Madrid y aceptó (aunque no convencido de verdad) las resoluciones de las Naciones Unidas 242, 338 y la fórmula paz por territorios. Aparentemente el Likud quería negociar eternamente sin llegar a un acuerdo. ¿No estaban los laboristas negociando así como si hicieran a su vez la mejor política del Likud?

    No importa cuántos cambios de gobierno tenga Israel, la política es siempre la misma: confiscación de tierras, construcción de asentamientos y negociaciones sin fin. Cada acuerdo firmado por un primer ministro era rechazado después por el siguiente.

    La Autoridad Palestina, por otro lado, no ha querido ser la cabeza de turco de esa política. Ha aceptado casi todo lo que ha sugerido Estados Unidos. Su capacidad de hacer concesiones parecía ilimitada, hasta que no había más que ceder. Las negociaciones alcanzaron un punto en el que Israel tenía que afrontar los aspectos más importantes y tomar un decisión final: la retirada de su ejército a las fronteras del 4 de junio de 1967, (el derecho a volver de) los refugiados, el desmantelamiento de los asentamientos y por último Jerusalén. Llegó la hora en que Israel había de tomar una decisión y no había gobierno ni primer ministro deseoso de tomarla. ¿La tomará el gobierno de unidad nacional, o seguirá negociando eternamente y llevando a cabo acciones sobre el terreno?

    Barak se ha mostrado incompetente en su trato con su propio gobierno y su partido. Durante su mandato no se firmó un acuerdo de paz y una nueva y sangrienta Intifada comenzó. Fue incapaz de pararla. Lanzó amenazas a todos los países árabes y llevó a la zona a un paso de una nueva guerra. Únicamente Estados Unidos fue capaz de pararle. Perdió la mayoría en la Knesset, dimitió y no fue reelegido. Finalmente tuvo que retirarse de la vida política. Como resultado, el Partido Laborista está dividido y bajo la amenaza de acabar marginalizado. Ahora, el nuevo gobierno, con apenas unos días en el poder, lanza amenazas a Siria, Irán e Iraq.

    Israel se ha visto forzado finalmente por sí mismo a revelar que las diferencias entre el Partido Laborista y el Likud no son tan grandes. Incluso Sharon está aprendiendo a hablar ahora suavemente. Con una mayoría de 73 escaños en la Knesset, junto con los laboristas, también condena a los pequeños partidos de la derecha por demasiado extremistas.

    Cuando Sharon se marche, cuando el gobierno de unidad nacional finalice, los palestinos seguirán estando en el mismo sitio. ¿Qué programa político ofrecerá entonces el Partido Laborista al público israelí? ¿Qué ofrecerá el Partido del Likud? ¿Qué puede ser lo peor?

    Las tácticas de Israel para aplastar la Intifada continuarán de la misma forma, con más fuerza, con más bloqueos y asedios, cortes de carreteras y de entradas, cavando trincheras alrededor de pueblos y ciudades, cerrando las fronteras, matando más e hiriendo a más gente, deteniendo a miles y saboteando la vida económica de los palestinos. Todo con un fin: la rendición de éstos. No importa si hay un gobierno laborista o del Likud o uno de unidad nacional.

    La insistencia del gobierno de Israel (y de EEUU) en emplear el mismo lenguaje para pedir a los palestinos que cesen la violencia y vuelvan a la posición anterior al 28 de septiembre y a seguir con las negociaciones de paz, sin tocar las "líneas rojas" de Israel y culpando a los palestinos por toda la sangre derramada, muestra que Israel (y EEUU) ven la Intifada como un asunto de revueltas, sin una dimensión política, algo así como una "ruptura de todas las leyes y límites establecidos por ambos" Según esta argumentación, no se debería permitir las "revueltas" y como tales han de ser confrontadas con fuerza y guerra. Todo está dirigido a hacer que los palestinos doblen las rodillas.

    La falsedad de esta argumentación, compartida por el Partido Laborista y por el Likud, es que no se ocupa del movimiento palestino en su dimensión histórica en el sentido de que es una nación que lucha por su libertad y su independencia.

    La respuesta israelí al movimiento de resistencia contra la ocupación (Intifada) se puede describir de la mejor manera con el plan Master que Israel preparó hace 5 años bajo el nombre clave de "Campo de Espinas". El Partido Laborista y el Likud adoptaron este plan de la misma manera y lo llevan a cabo de la misma manera. Lo más probable es que las personas que están detrás de él pensaran (con acierto) que era sólo una cuestión de tiempo el que los palestinos empezasen a resistirse a los planes expansionistas de Israel. Este plan revela claramente el carácter expansionista y racista de Israel, que es igualmente compartido por el Partido Laborista y por el Likud.

    De acuerdo a este plan, -véase Anthony Cordesman, del Center for Strategic and International Studies, Washington (9 de noviembre de 2000)- la Intifada debería aplastarse a toda costa. El desalojo de los palestinos está permitido. La muerte de varios miles está calculada. Incluso la cooperación la ANP para aplastar a su propia gente despiadadamente, sin mirar el respeto a los derechos humanos, se menciona. "Ellos (la ANP) han de parar la violencia civil incluso si ello significa en ocasiones emplear la fuerza bruta según las normas de la policía occidental".

    El mismo informe admite que "puesto que Israel no está dispuesto a realizar ninguna concesión real o, como dice Cordesman, no las puede hacer, sólo hay dos alternativas, bien hay una paz con violencia, o una guerra". Es interesante observar que estas dos alternativas se ofrecen desde el lado israelí unilateralmente, sin distinción entre un partido del otro. Ambas son buenas para Israel en la medida en que Israel dicta los términos.

    Ambas opciones las comparten y aprueban el Partido Laborista y el Likud. Ambos gobiernos verán que la Operación Campo de Espinas se lleva a cabo. Realmente, ésta ya ha comenzado. Se han dado los siguientes pasos:

  • Refuerzos masivos de las fuerzas de ocupación en los puntos de choque.
  • Empleo de otras fuerzas para asegurar las colonias y las carreteras clave.
  • Empleo de helicópteros artillados y francotiradores.
  • Bombardeo y ataques de artillería contra objetivos importantes.
  • Acciones de caza y captura en áreas palestinas.
  • Destrucción selectiva de instalaciones importantes.
  • Aislamiento de las zonas pobladas más importantes.
  • Bloqueo económico e interrupción de transacciones financieras, movimientos de trabajadores y de gas y combustibles.
  • Doblegar a la población cortándoles el agua y los suministros.
  • Control de los medios de comunicación.
  • Asesinatos.
  • Como los palestinos no se van a rendir, cabe esperar:

  • Aumento de la represión
  • Empleo de fuerzas militares entrenadas en guerrilla urbana
  • Retirada temporal de los colonos de zonas expuestas y de poco valor.
  • Arresto de personal de la ANP y vuelta a una nueva administración militar.
  • Evacuación forzosa de palestinos de "áreas sensibles".
  • Israel puede elegir entre la guerra y la paz. Entre los asentamientos y la seguridad. Entre la confiscación de tierras y la seguridad. Pero es dudoso que pueda tener todo a la vez.

    A la vista de todas estas medidas y opciones, los palestinos pueden no tener otra salida que seguir con su movimiento de resistencia. La balanza de poder en la zona no puede dar lugar más que a un escenario como el descrito. Sin embargo, en tanto que los palestinos no se rindan a los dictados israelíes, la ecuación seguirá abierta. Donde Barak fracasó y terminó, Sharon comienza y acaba. Probablemente su gobierno no durará mucho. De nuevo habrá al menos un gran perdedor en el gobierno israelí: Simón Peres, ¡el pacifista de Oslo! Como siempre.