EEUU concentra máximos mandos militares en
países del Golfo, un indicio más de que la Administración
Bush puede atacar Iraq a partir de mayo
Nota informativa CSCAweb
(www.nodo50.org/csca)
9 de febrero de 2002
El desplazamiento desde
sus bases en EEUU y su concentración en la región
del Golfo de los máximos mandos de las Fuerzas Aéreas,
Navales, Cuerpo de Marines y del Ejército del Comando
Central estadounidenses, así como las declaraciones de
máximos responsables de la Administración Bush
sobre su determinación de provocar la caída del
régimen de Sadam Husein, indican que EEUU podría
desencadenar a partir de mayo una guerra de grandes proporciones
contra Iraq, cuando menos similar en intensidad a la de 1991
El pasado día 3 de febrero fuentes del Pentágono
informaban que el máximo responsable del Cuerpo de Marines
para el área de Asia Central y Golfo Pérsico, el
general Hailston, había desplazado su cuartel general
desde EEUU a Bahrein, en la Península Arábiga.
Con ello, la totalidad de los máximos responsables militares
de las Fuerzas Aéreas, Navales y del Ejército del
Comando Central -además del mencionado Cuerpo de Marines-
se han instalado en los últimos meses en la región,
en lo que se considera una clara indicación de que EEUU
estaría preparando, tras el final de su intervención
militar en Afganistán, una nueva guerra de mayores dimensiones
contra algún país de la zona, en concreto, contra
Iraq.
El Pentágono no había ordenado semejante movimiento
y concentración de mandos militares a la zona desde la
Guerra del Golfo de 1991. Más de un millar de mandos,
analistas, responsables logísticos y especialistas de
los distintos cuerpos de las fuerzas armadas de EEUU se encuentran
en la actualidad en puestos de mando en la Península Arábiga.
Todos los mandos traslados están bajo las órdenes
del general Tommy R. Franks, comandante en Jefe conjunto del
Comando Central de las fuerzas armadas de EEUU, cuyo cuartel
general se encuentra en la base aérea de MacDill, en Tampa,
Florida, donde sigue residiendo, si bien efectúa frecuentes
viajes al Golfo.
El área de intervención del Comando Central
se sitúa en torno al Mar Rojo y el Océano Índico,
e incluye 25 Estados. Hasta este momento, el Comando Central
difería de los otros tres mandos regionales de las fuerzas
armadas de EEUU -los de Europa, América Latina y Pacífico-
en que sus cuarteles generales no estaban situados en su región
de intervención a fin de evitar irritar a gobiernos locales.
Tan solo la V Flota de la Armada, también incluida en
el Comando Central , tiene base permanente en la región,
en Bahrein.
Concentración de máximos
mandos
A finales de enero de este año, el Pentágono
tomó la decisión de mover al general Hailston y
a casi la mitad de sus 500 oficiales a Bahrein. El teniente general
Earl B. Haliston es el comandante en jefe del Cuerpo de Marines,
con mando directo sobre casi los dos tercios de sus efectivos
mundiales, distribuidos principalmente en California, Hawai y
Okinawa.
Haliston es el último de los máximos mandos
del Comando Central que, bajo las órdenes del general
Franks, se han instalado recientemente en la región. Otros
mandos bajo las órdenes del general Franks habían
sido traslados con anterioridad a la zona desde sus cuarteles
generales en EEUU.
El teniente general T. Michel Moseley, al mando de la Fuerza
Aérea, se encuentra ya en la base Príncipe Sultán,
situada en las afueras de Riyah, la capital saudí, mientras
que el teniente general Charles F. Wald se había trasladado
desde EEUU a Arabia Saudí a mediados de septiembre del
pasado año a fin de dirigir en este país un centro
avanzado de operaciones aéreas, donde en la actualidad
trabajan 300 militares estadounidenses.
Asimismo, el almirante Calland movió a comienzos de
octubre su cuartel general de operaciones especiales desde la
mencionada base de McDill a un lugar desconocido en la región,
inicialmente en el interior de Afganistán o en algún
punto vecino a este país. Calland está al mando
de las fuerzas especiales denominados "Equipos A" (o
Navy Sheal), cuyos efectivos se unieron a los milicianos
antitalibán en las operaciones en el interior de Afganistán
desarrolladas durante la última fase de la intervención
terrestre en este país, efectivos que ya han sido sustituidos
por miembros ordinarios de las fuerzas armadas estadounidenses
pero que permanecen en la zona.
Por último, el general Mikolashek, que dirige las fuerzas
del Ejército en la región, instaló su cuartel
general en Kuwait el 11 de noviembre junto con la mayoría
de su 700 oficiales, antes ubicados en el Fuerte MacPherson,
también en EEUU.
En la actualidad, hay unos 4.000 soldados estadounidenses
en Afganistán, y varios miles más estacionados
en países limítrofes como Paquistán o Uzbekistán.
Recientemente se ha incrementado la presencia en la Península
Arábiga [1]: más de 20.000 militares de
los distintos cuerpos de las fuerzas armadas de EEUU se encuentran
además en la zona del Golfo. EEUU tiene asimismo preposicionado
equipamiento militar en Kuwait, Doha y Qatar [2], además
de sus unidades navales en el Golfo.
El ataque contra Iraq, en mayo
Fuentes militares israelíes citadas por el diario israelí
Yediot Aharonot del 4 de febrero dan por seguro que EEUU
atacará Iraq en mayo, indicando que el Pentágono
habría recibido del presidente Bush la orden de iniciar
los preparativos para una nueva guerra. El diario israelí
indicaba asimismo que EEUU estaría coordinando la nueva
intervención contra Iraq con la oposición. Miembros
de la oposición iraquí se encuentran en Washington
en la actualidad, entrevistándose con distintas instancias
oficiales estadounidenses, incluida la CIA.
Junto con esta concentración de mandos en torno a Iraq,
las últimas declaraciones de máximos responsables
de la Administración Bush tras las amenazas vertidas por
el presidente en su discurso ante el Congreso sobre el Estado
de la Unión contra el "Eje del Mal" (Irán,
Iraq y Corea del Norte), confirmarían que una nueva guerra
contra Iraq, cuyo objetivo sería el cambio de régimen
interno, es algo más que una hipótesis.
Así, el secretario de Estado Colin Powell -hasta ahora
paloma de la Administración Bush- afirmaba ante
una de las comisiones del Congreso el 6 de febrero, una semana
después del discurso de Bush, que la Administración
estadounidense está comprometida en derrocar al régimen
iraquí y que, en tal sentido, "el presidente [Bush]
está examinando un amplio rango de opciones", sin
descartar la militar [3]. Powell indicó que si
EEUU decide finalmente atacar Iraq "está dispuesto
a hacerlo en solitario" si no recibe el apoyo de sus aliados.
Las palabras de Powell son la más clara indicación
de un máximo responsable de la Administración Bush
de que EEUU está considerando la opción militar
contra Iraq, y confirmaría además, como informaba
la revista Newsweek recientemente [4], que sobre
este punto se ha alcanzado el consenso entre los sectores menos
proclives a una intervención -que encabezaba el propio
Powell- y los más duros -con el ministro de Defensa Rumsfeld
y el vicepresidente Cheney a la cabeza.
Más explícito aún ha sido el principal
asesor del secretario de Defensa y jefe del Defense Policy
Board del Ministerio, Richard Perle. Perle declaraba a la
edición alemana del Financial Times durante la
celebración de la Conferencia de Seguridad de Munich,
en la primera semana de febrero, que incluso si Iraq aceptaba
la exigencia de EEUU del retorno al país de los inspectores
de armamento de Naciones Unidas -la principal exigencia formulada
por EEUU a Bagdad [5]-, la Administración Bush
puede desencadenar una guerra contra Iraq: "No hay nada
que Sadam Husein pueda hacer para convencernos de que en el futuro
no vendrá ningún peligro de Iraq" [6].
Perle declaró asimismo que la reciente guerra contra
Afganistán puede ser un buen modelo para una nueva intervención
contra Iraq: campaña masiva de bombardeos aéreos,
operaciones especiales de comandos en el interior del país
y el recurso a las fuerzas opositoras para que lleven el mayor
peso de la guerra terrestre hasta Bagdad. "Las potenciales
fuerzas combatientes serían los kurdos en el Norte y los
chiítas en el Sur [del país]", indicó
Perle, bajo un liderazgo unificado, el Congreso Nacional Iraquí.
Perle, remitiéndose a la reticencia europea en apoyar
una nueva guerra contra Iraq mostrada en la Conferencia de Múnich,
señalo que: "Si tenemos que elegir entre defender
EEUU sin nuestros aliados o no defendernos a nosotros mismos
con nuestros aliados, escogeremos defendernos".
Reunión EEUU-Rusia en Ginebra
Sorprendentemente, todas estas declaraciones se producían
al mismo tiempo que Rusia y EEUU abrían en Ginebra, el
día 6 de febrero, una reunión de tres días
a fin de alcanzar un acuerdo sobre un nuevo sistema de sanciones
contra Iraq -las denominadas "sanciones inteligentes"[7]-,
sistema que debería ser aprobado por el Consejo de Seguridad
(CS) a finales de mayo, cuando concluya la XI fase del "programa
petróleo por alimentos", fecha a partir de la cual
se sitúa -no casualmente- el desencadenamiento de la nueva
intervención de EEUU contra Iraq. El logro de este acuerdo
debería, en teoría, disuadir a EEUU de iniciar
esta nueva guerra contra Iraq.
En esta reunión, EEUU y Rusia deberán llegar
a un acuerdo sobre una lista de productos que seguirán
precisando de la autorización previa del CS para su venta
a Iraq por terceros países. Iraq, que ha reiterado nuevamente
su disposición a un diálogo "sin condiciones"
con Naciones Unidas (tal y como informó el secretario
general de la Liga Árabe, Amrou Moussa, a Kofi Annan el
día 4 de febrero en Nueva York a su regreso de Iraq),
teme que Rusia, en el contexto de las nuevas relaciones internacionales
impuestas por la Administración Bush tras el 11-S, acepte
finalmente la aprobación en el CS de este nuevo sistema
de sanciones que, rechazado un año atrás por Moscú
[8], determinará graves restricciones de soberanía
a Iraq en aspectos estratégicos como el financiero y la
gestión de la renta petrolífera, y comerciales
y de acceso a la tecnología.
Gira de Cheney en marzo
El vicepresidente Cheney visitará a mediados de marzo
11 países de Oriente Medio en la que será su primera
salida al exterior tras el 11-S. El objetivo del viaje -que incluirá
además de Israel, a los cuatro países vecinos de
Iraq: Turquía, Jordania, Arabia Saudí y Kuwait-
será "discutir los futuros pasos en la guerra global
contra el terrorismo", según fuentes oficiales estadounidenses
[9]. No cabe duda de que Cheney procurará lograr
el apoyo de sus aliados regionales a una nueva guerra contra
Iraq.
Notas:
1. Véase: EEUU acumula tropas en
Kuwait y media entre los partidos kurdo-iraquíes preparándose
para un posible asalto contra Iraq, Nota Informativa de CSCAweb, 20 de diciembre, 2001.
2. Véase: ¿Por
qué quiere EEUU ampliar Rota?, Comunicado del CSCA, 8 de marzo, 2001.
3. "Iraq in the Crosshairs", A Dow Jones Newswires
Analysis, Washington, 7 de febrero, 2002.
4. Véase: Consenso
en la Administración Bush para el cambio de régimen
en Iraq Nota Informativa
CSCAweb 23 de enero, 2002.
5. Idem.
6. Citado en: www.albawaba.com
7. Véase: Claves
de la estrategia de la nueva administración Bush contra
Iraq tras el ataque a Bagdad, Comunicado del CSCA, 19 de febrero, 2001
8. Véase: Grave
revés para la estrategia de EEUU de imponer en el Consejo
de Seguridad una nueva resolución de endurecimiento de
las sanciones contra Iraq,
Comunicado del CSCA, 7 de julio, 2001.
9. Reuters, 6 de febrero.
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