El Consejo de Seguridad aprueba prorrogar cinco
meses el programa 'petróleo por alimentos' para Iraq
Grave revés para la estrategia
de EEUU de imponer en el Consejo de Seguridad una nueva resolución
de endurecimiento de las sanciones contra Iraq
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, 7 de julio de 2001
El pasado 3 de julio, el Consejo de Seguridad decidió prorrogar
por cinco meses el programa humanitario para Iraq "petróleo
por alimentos", una medida que deber ser considerada como una grave
derrota de la estrategia de EEUU contra ese país. La amenaza de Rusia
de ejercer su derecho al veto si EEUU y Gran Bretaña intentaban imponer
la aprobación de una resolución de endurecimiento del régimen
de sanciones contra Iraq antes del 3 de julio, ha sido determinante. Como
muestra de su satisfacción, se espera que Iraq reanude inmediatamente
sus exportaciones de petróleo, suspendidas desde el 4 de junio en
protesta por la suspensión entonces del programa humanitario.
El martes 3 de julio, el Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas
(NNUU) decidió por unanimidad prorrogar por cinco meses el programa
humanitario para Iraq conocido como "petróleo por alimentos"
(resolución 986), una medida que deber ser considerada como una grave
derrota de la estrategia de EEUU y Gran Bretaña de imponer en el
organismo internacional una nueva resolución de reforzamiento de
las sanciones contra Iraq en la línea de las denominadas por estadounidenses
y británico "sanciones inteligentes".
El pasado 23 de mayo de 2001, Gran Bretaña -con el apoyo de EEUU-
presentó al CS un borrador de resolución para la reestructuración
y endurecimiento del régimen de sanciones contra Iraq con la pretensión
de que fuera aprobado antes del 3 de junio, fecha en que concluía
la fase semestral de aplicación del programa humanitario "petróleo
por alimentos (véase: "Gran
Bretaña y EEUU presentan al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
el borrador de una nueva resolución sobre el embargo a Iraq").
El programa "petróleo por alimentos", en vigor desde diciembre
de 1996, se renueva semestralmente por resolución aprobada por el
CS (véase: "Concluye la VIII
Fase del programa 'Petróleo por alimentos' mientras persiste la crisis
humanitaria tras diez años de sanciones").
Ante la oposición abierta de Rusia al borrador presentado por
Gran Bretaña y las reticencias de Francia y China, que planteaban
la apertura de una negociación sin presiones sobre su contenido,
el Consejo aprobaba el 1 de junio una nueva resolución (la 1352)
que renovaba el programa humanitario por un único mes -hasta el día
3 de julio-, con la esperanza de que se lograra un consenso entre sus miembros
antes de esa fecha. Iraq, que había exigido entonces la renovación
automática del programa "petróleo por alimentos"
por una nueva fase semestral, decidió suspender sus exportaciones
de petróleo el 4 de junio, con una pérdida estimada desde
entonces de 2 mil millones de dólares en ingresos en la cuenta que
controla NNUU.
Mientras que Francia se aproximaba a la posición anglo-estadounidense
(para irritación de Iraq, que ha criticado abiertamente la postura
francesa), Rusia amenazó finalmente con ejercer su derecho de veto
si EEUU y Gran Bretaña se empeñaban en forzar la aprobación
antes del 3 de julio de una resolución que además se preveía
de endurecimiento de las sanciones.
Iraq se ha mostrado muy satisfecho con la resolución de renovación
del programa "petróleo por alimentos" por los cinco meses
que restan del semestre, una resolución que además no incluye
mención alguna de previsión de reforma del régimen
de sanciones contra Iraq, igualmente por imposición de Rusia. La
previsión es la inmediata reanudación de las exportaciones
iraquíes tras este mes de suspensión.
Iraq ha sido especialmente elogioso con la posición mantenida
por Moscú en estos dos meses y, como hemos indicado, abiertamente
crítico con Francia. Iraq considera -no sin motivos- que ésta
es sin duda la primera derrota de la estrategia de la nueva Administración
Bush hijo contra Iraq. Pero el gran derrotado ha sido su secretario de Estado,
Colin Powell, frente al de Defensa, Donald Rumself (véase: "La nueva estrategia de EEUU contra Iraq:
Reforzar el embargo, más agresiones militares").
El primero ha defendido como central en la estrategia contra Iraq de
la nueva Administración lo que él denominó como "revigorizar"
las sanciones (o "sanciones inteligentes"), es decir, endurecer
el control estratégico sobre el país a través de nuevas
resoluciones del CS en la línea de la resolución 1284 de diciembre
de 1999, que supuso una nueva vuelta de tuerca en el control tecnológico,
financiero y comercial de Iraq sin límite temporal alguno. Por su
parte, Rumself y su vicesecretario, Wolfowitz, apoyan la línea abiertamente
intervencionista contra Iraq del vicepresidente Richard Cheney, siendo firmes
partidarios de que EEUU incremente su compromiso con la oposición
iraquí. Este evidente revés de EEUU en el Consejo de Seguridad
-amplificado además por la imposibilidad de lograr una reanudación
de las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina pese a la intervención
directa de la CIA (véase: "Documento
Tenet': la CIA imponen a la AP e Israel un plan de seguridad para poner
a la Intifada")- ha permitido a los partidarios de un cambio violento
de régimen interno en Iraq dentro de la Administración estadounidense
incrementar su presión sobre el presidente Bush para que adopte una
línea aún más agresiva.
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