Iraq
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Iraq - Nota de CSCAweb

El ataque contra Iraq podría ser solo cuestión de tiempo

Nota informativa del CSCA

CSCAweb, 4 de noviembre de 2001

Ante las evidencias de que los envíos de cartas con ántrax serían obra de grupos nazis estadounidenses, la Administración Bush y los medios de comunicación norteamericanos están avanzando la consideración de que no es necesario hallar una conexión directa entre los atentados del 11 de septiembre e Iraq para justificar un ataque contra este país que produzca el cambio de régimen. EEUU y Gran Bretaña habría seleccionado ya 300 objetivos, que serán atacados con 1.000 misiles

En un reciente artículo en The Washington Post (del 27 de octubre [1]) los periodistas Bob Woodward (uno de los dos que sacaron a la luz el escándalo "Watergate") y Dan Eggan informaban que miembros del FBI y la CIA tenían el convencimiento de que los envíos postales con esporas de ántrax en Washington, Nueva York y Florida eran obra de grupos nazis norteamericanos, "(...) probablemente no conectados con Osama Ben Laden y la organización terrorista al-Qaeda" . Un miembro de estos servicios de información norteamericanos indicaba en el citado artículo que "Todo parece conducir hacia una fuente doméstica [de los envíos] (...) Nada parece encajar con una operación de tipo exterior terrorista". Un antiguo miembro de Naciones Arias, microbiólogo, fue condenado en 1997 por obtención ilegal de gérmenes de peste bubónica y detenido de nuevo al año siguiente por transportar una modalidad inocua de ántrax. Abiertamente antigubernamentales, grupos nazis norteamericanos como Acción Aria han mostrado su apoyo a los ataques del 11 de septiembre. La aproximación -si no organizativa, al menos ideológica- de grupos neonazis con el islamismo radical no debe sorprender: el nexo sería el antijudaísmo, que los primeros procuran enmascarar como apoyo a la lucha del pueblo palestino frente a Israel (véase el Informe del CSCA sobre infiltraciones neonazis en la solidaridad con Palestina). En la actualidad las webs de los grupos neonazis mundiales muestran su apoyo o su comprensión hacia los atentados del 11 de septiembre y su oposición a la intervención contra Afganistán, postura que asocian con la defensa de la causa palestina y de las especificidades "civilizatorias" (Islam, Europa-raza aria) y el antinorteamericanismo [2].

Implicar a Iraq

Hasta hace pocos días, máximos responsables norteamericanos habían señalado a la red al-Qaeda de Ben Laden como responsable de los envíos con ántrax, y a Iraq como el Estado que habría proporcionado las esporas, tal y como filtraba The Guardian en su edición del 14 de octubre (véase la Nota Informativa del CSCA del 15 de octubre de 2001). Citando fuentes de la CIA y los servicios secretos del Pentágono, el diario británico indicaba que necesariamente un Estado tendría que haber proporcionado a la organización de Ben Laden el ántrax incluido en las cartas remitidas supuestamente por los miembros de la organización al-Qaeda a medios de comunicación de EEUU y a un senador, y que ese Estado no podía ser otro que Iraq. Informaciones posteriores del 25 de octubre aportadas por la propia Administración Bush sobre el tipo de espora utilizado en los envíos postales parecían indicar que solo Iraq, EEUU y Rusia podría haber producido una modalidad de bacteria de ántrax que se mantuviera en suspensión en el aire y se dispersara ampliamente una vez abiertas las cartas. Como mostraba una encuesta realizada al día siguiente en EEUU, a raíz de estas deducciones, las tres cuartas partes de los estadounidenses se mostraban favorables a un ataque contra Iraq para acabar con el régimen de Sadam Husein.

En esta misma línea de implicación de Iraq en los atentados del 11 de septiembre, es la que manifestaba desde mediados de octubre, en la CNN y en medios escritos norteamericanos, Richard Butler, jefe durante seis años de la desaparecida comisión de desarme para Iraq de Naciones Unidas (NNUU), la UNSCOM, y en la actualidad Alto Comisionado de la OSCE para las Minorías Étnicas [3]. Butler afirmaba recientemente que si bien Bin Ladem y Sadam Husein "tienen objetivos claramente diferentes, (...) [ambos] están en guerra con América y comparten los mismos objetivos: expulsar a los norteamericanos fuera del Golfo"[4]. De hecho, las especulaciones actuales sobre el origen iraquí del ántrax se justifican mediáticamente en los informes por él elaborados desde su cargo en la UNSCOM desde 1995, si bien cabe recordar que Butler tuvo que dimitir tras confirmarse las acusaciones contra él de utilización de su cargo para espiar para EEUU y de manipular la información recogida en Iraq sobre su desarme, a fin de justificar la prolongación de las sanciones y nuevos ataques contra el país, como la operación anglo-norteamericana "Zorro del Desierto" de diciembre de 1998, que desbarató hasta el día de hoy el sistema de inspecciones de NNUU en Iraq.

Sin embargo, las aseveraciones reiteradas durante estas dos semanas de que, para su envío, el ántrax tenía que haber sido previamente tratado con una tecnología que solo EEUU, Rusia e Iraq podían disponer, son desmentidas en el artículo de Woodward y Eggen por el propio portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer, quien indica que el tipo de ántrax enviado a la oficina del senador Daschle podría ser producido por cualquier laboratorio mínimamente sofisticado. Cabe recordar en este sentido los ataques con ántrax y gas nervioso de la secta japonesa Aum Shinrikyo en 1993 y 1995.

Tras Afganistán, el asalto final a Iraq

Pese a todo ello y a que el Fiscal General Ashcroft ha venido negando que hubiera prueba alguna de la conexión entre los autores de los ataques del 11 de septiembre y los de los envíos de ántrax, un sector de la Administración Bush persiste en establecer la conexión de Iraq con la red de Ben Laden a fin de justificar lo que ya antes del ese día era su explícita opción: lanzar una ofensiva militar contra Iraq con apoyo de la oposición exterior a fin de instalar en Bagdad un régimen sometido a EEUU.

Este sector está encabezado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y su vicesecretario, Paul Wolfowitz, e integrado además por la asesora presidencial en Seguridad, Condolezza Rice. Todos ellos se han expresado reiteradas veces tras los ataques del pasado 11 de septiembre a favor de que la campaña bélica "antiterrorista" iniciada por EEUU en Afganistán incluya en una segunda fase a Iraq.
De hecho, ahora se ha sabido que, apenas una semana después de los ataques contra Nueva York y Washington, se reunía durante dos días el denominado "Consejo de Política Defensiva" (Defense Policy Board) -un grupo de análisis compuestos por ex altos cargos de anteriores Administraciones norteamericanas, entre ellos, Henry Kissinger, James Schlesinger y Dan Quayle- con el propio secretario de Defensa Rumsfeld y con su vicesecretario Wolfowitz, a fin de evaluar las opciones militares contra Iraq. En sus conclusiones se incluye la necesidad de ataques aéreos por parte de la fuerza aérea estadounidense y la entrada de tropas de tierra de EEUU en el Kurdistán y en el sur del país: en la zona norte, bajo control kurdo, Washington instalaría un gobierno del opositor Congreso Nacional Iraquí (CNI, con base en Londres), y en el sur se establecería un cordón militar en torno a los campos petrolíferos de Basora, con cuyo crudo se financiaría el gobierno provisional y el asalto final contra Bagdad. La concluyo con el envío a Bush de una carta urgiéndole a proceder a acabar con el régimen iraquí antes de iniciar la intervención contra Afganistán: "Evitar asumir tal esfuerzo constituiría una decisiva renuncia en la guerra contra el terrorismo" [5].

A la reunión del Consejo de Política Defensiva no fue invitado el secretario de Estado Colin Powell, quien parece querer intentar de nuevo, como estrategia alternativa -o complementaria- a la de los "halcones" del Pentágono y la Casa Blanca, la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de NNUU de un nuevo régimen de sanciones contra Iraq (las llamadas "sanciones inteligentes") al término de la actual fase semestral -la décima- del programa "petróleo por alimentos", el 30 de noviembre (véase: "Gran Bretaña y EEUU presentan al Consejo de Seguridad el borrador de una nueva resolución sobre el embargo a Iraq", comunicado del CSCA de 24 de mayo de 2001). Rusia impidió este año un primer intento anglo-norteamericano de aprobación de un nuevo sistema de sanciones estratégicas contra Iraq (véase: "Grave revés para la estrategia de EEUU de imponer en el Consejo de Seguridad una nueva resolución de endurecimiento de las sanciones contra Iraq", comunicado del CSCA de 7 de julio de 2001).

Woosley, en Londres

Asimismo, se confirma que fue el propio secretario de Defensa quien envió a Londres, tras los ataques del 11 de septiembre, a un equipo de funcionarios encabezados por el ex Director de CIA James Woosley, con el objetivo de obtener pruebas de la conexión entre el gobierno iraquí y los atentados del 11 de septiembre o, más ampliamente, como ha declarado al The New York Times, "(...) establecer alguna evidencia de que Iraq está implicado en acciones terroristas contra nosotros [EEUU], [lo que] no significa [solamente] el 11 de septiembre"[6], una consideración que se abre paso en los medios de comunicación norteamericanos. Woolsey ha mantenido siempre la implicación de Iraq en el primer atentado contra las torres del World Trade Center en 1993. Woolsey se ha reunido varias veces en Londres con el CNI, que ha asumido buscar las pruebas de la conexión entre Iraq y Ben Laden [7].

La segunda línea de implicación de Iraq con Ben Laden se basa en el supuesto encuentro de Mohamed Atta, uno de los pilotos suicidas de los atentados del 11 de septiembre, con un diplomático iraquí en Praga en junio de 2000, encuentro del que han dado cuenta los servicios de inteligencia checos (véase la Nota Informativa del CSCA del 15 de octubre de 2001). Si bien Woolsey cree que Iraq ha podido proporcionar a los miembros de al-Qaeda documentación falsa tanto para el atentado de 1993 como para los del 11 de septiembre, el ex jefe de la UNSCOM Butler -siguiendo con su larga tradición de "servicio" a los sectores más duros contra Iraq de las sucesivas Administraciones norteamericanas- ha llegado a afirmar que probablemente Iraq habría proporcionado las esporas de ántrax a la red al-Qaeda de Ben Laden durante esas citas en Praga, remitiéndose a fuentes de -nada menos- el gobierno egipcio [8]. Siguiendo con este goteo de intoxicación mediática internacional, The Express señalaba en su edición del 26 de octubre que el ántrax entregado en Praga habría sido almacenado en Alemania por la célula de al-Qaeda. Iraq desmentía de nuevo, el 1 de noviembre, las declaraciones efectuadas en tal sentido por el ministro checo de Interior, de inminente visita a Washington.

1000 misiles para 300 objetivos

El 28 de octubre subió el tono del responsable de Defensa Rumsfeld: "Esta Administración no tiene miedo de pronunciar la palabra 'Iraq'. Iraq ha estado en la lista de [países y organizaciones] terroristas durante años. No hay duda que Iraq es un Estado que ha cometido actos terroristas y que ha apadrinado actos terroristas. [Sadam Husein] claramente, como líder de una país terrorista, es una amenaza para otras países en el mundo, incluyendo EEUU". Y a la pregunta de si Iraq será atacado, Rumsfeld responde: "El presidente [Bush] ha dicho que esta es una guerra contra las redes del terrorismo a lo largo del globo" [9].

De hecho, en las dos últimas semanas, la Administración Bush y los medios de comunicación norteamericanos están avanzando la consideración de que no es necesario hallar una conexión entre los ataques del 11 de septiembre o la red al-Qaeda e Iraq. Como escribía Daniel Finkelstein en The Times del 29 de octubre: "La cuestión de deponer a Sadam [Husein] no se basa en los sucesos del 11 de septiembre. No tenemos que convencer a la gente de que debemos empezar una nueva guerra contra Iraq. Tenemos que convencerles de que debemos acabar la última guerra con Iraq, que no lo hemos hecho y que el no hacerlo es extremadamente peligroso". Editoriales y muchos otros "comentaristas" de los grandes medios estadounidenses coinciden con Finkelstein.

Iraq ha indicado la semana pasada que tiene el convencimiento de que el país va a ser atacado por EEUU y Gran Bretaña y que ya se han seleccionado para ello 300 objetivos, que serán destruidos con 1.000 misiles. El ataque contra Iraq puede ser solo cuestión de tiempo.


Notas:
1. En: www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A59509-2001Oct26.html.
2. Igual ocurre en el Estado español. Las webs de los grupos neonazis españoles están agrupadas en el nodo
www.red-vertice.com.
3. Véase, por ejemplo, el artículo de Butler reproducido en El Mundo de 19 de octubre.
4. Daily Telegraph, 1 de noviembre de 2001.
5.
The Guardian, 16 de octubre de 2001.
6.
En:
http://www.smh.com.au/news/01110/19/opinion/opinio2.html.
7. The Times, 29 de octubre de 2001
8. The Guardian, 16 de octubre de 2001.
9. The Times, 29 de octubre de 2001.