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EEUU tiene la pretensión de rehabilitar ante la opinión pública internacional el régimen de sanciones contra Iraq para recuperar su control sobre este país y el conjunto de Oriente Medio, procediendo para ello a su mero retoque cosmético

Gran Bretaña y EEUU presentan al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el borrador de una nueva resolución sobre el embargo a Iraq

Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

24 de mayo, 2001

El pasado 23 de mayo, el Reino Unido presentó conjuntamente con EEUU una propuesta de resolución sobre el embargo a Iraq al resto de los 15 miembros del Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU). La propuesta cuenta ya con el explícito rechazo de Rusia -país que ha presentado una resolución alternativa-, mientras que Francia y China han mostrado sus reticencias, planteando la necesidad de un debate en profundidad sobre su contenido y la posibilidad de introducir enmiendas al borrador presentado. EEUU y Gran Bretaña pretenden que la resolución se apruebe antes de que concluya la actual fase semestral del programa "petróleo por alimentos", el próximo 3 de junio. Rusia, Francia y China han indicado que la discusión necesariamente habrá de prolongarse más allá de esa fecha

La propuesta de resolución anglo-norteamericana recoge la idea de la nueva Administración Bush y del gobierno Blair de "sanciones inteligentes" contra Iraq, un nuevo quiebro con el que la EEUU y Gran Bretaña pretenden -al igual que ocurriera en su día con la resolución 986, en la que se basa el programa humanitario "petróleo por alimentos"- perpetuar el embargo contrarrestando al tiempo las críticas internacionales por la prolongación de las sanciones y su impacto humanitario sobre la población iraquí (véase La nueva estrategia de EEUU contra Iraq: Reforzar el embargo, más agresiones militares). De hecho, el borrador de la resolución mantiene (como ya se reiterara en el resolución 1284 de diciembre de 1999, aprobada en su día con la abstención de Rusia, Francia y China -véase: "Iraq: 10 años de guerra y sanciones, 10 años de genocidio-) los mecanismos de control estratégico -financiero, tecnológico y comercial- sobre Iraq, al tiempo que introduce nuevas medidas sobre los países limítrofes, Jordania, Siria y Turquía. El borrador no incluye nuevas exigencias en relación a la reanudación de las inspecciones armamentísticas, ya contempladas en la resolución 1284.

He aquí un repaso de los principales aspectos del borrador:

Bienes civiles y de "doble uso"
El borrador de la resolución plantea el fin de las restricciones de venta y suministro a Iraq de bienes y productos de uso civil, pero incluye mantener una lista de productos de "doble uso" (es decir, susceptibles tanto de uso civil como militar). Tras conocer el contenido de esta lista, Francia, Rusia y China han indicado que es muy amplio, y que permitirá a EEUU y Gran Bretaña seguir controlando las importaciones de Iraq e impedir su plena normalización socioeconómica y productiva. De hecho, la resolución 1284 de diciembre de 1999 ya incluía esta medida y ello no ha evitado que la cantidad de dinero en contratos bloqueados por EEUU y Gran Bretaña haya seguido aumentando, para irritación manifiesta del propio Kofi Annan. En el marco del programa "petróleo por alimentos", un comité especial (el llamado Comité de Sanciones) del Consejo de Seguridad -que reproduce el derecho de veto de éste- determina si un contrato firmado por Iraq y una compañía internacional incluye productos o piezas susceptibles de uso militar. Así, desde que se pusiera en marcha el programa humanitario, en diciembre de 1996, Gran Bretaña y EEUU han podido por este procedimiento bloquear más de 3.000 millones de dólares en contratos que han considerado que incluyen productos susceptibles de uso militar, que van desde el campo de las telecomunicaciones y el suministro eléctrico al agrícola y veterinario o de la industria petrolífera.

Control financiero
El borrador de resolución incluye el mantenimiento del control financiero de Iraq, es decir, que el dinero obtenido por la venta de petróleo iraquí seguirá ingresándose en la cuenta abierta por el Secretariado General de NNUU en la BNP francesa, dinero con el que se pagan los contratos aprobados por el comité antes mencionado del CS, las compensaciones o indemnizaciones por la Guerra del Golfo, las gastos administrativos de las comisiones y agencias humanitarias de NNUU, etc. Por tanto, el gobierno iraquí, seguirá sin tener acceso y control del dinero obtenido por sus exportaciones de crudo y derivados.

Pago de compensaciones por la Guerra del Golfo
La resolución de alto el fuego de la guerra de 1991 obligaba a Iraq a pagar indemnizaciones por los perjuicios causados por la crisis iraco-kuwaití y la posterior Guerra del Golfo. Resoluciones posteriores determinaron que Iraq ha de destinar un tercio de sus exportaciones a tal fin, porcentaje que se redujo a un 25% recientemente debido a crítica situación humanitaria que vive la población iraquí. Desde el inicio del programa "petróleo por alimentos", Iraq se ha visto obligado a destinar más dinero al pago de esta deuda de guerra que el que ha recibido en productos humanitarios. Pues bien, el borrador de la resolución anglo-norteamericana recupera el anterior porcentaje del 30%: EEUU ve complacido como este dinero tiene como destinatario a sus corporaciones industriales-militares y compañías petroleras (por ejemplo, la Kuwait Oil Company) y a sus aliados regionales (Israel y Kuwait).

Iraq recibirá además autorización para pagar sus cuotas como miembro de NNUU, tal y como Bagdad había solicitado recientemente.

Medidas de control adicionales sobre Estados y compañías extranjeras
EEUU contempla con preocupación el incremento del contrabando de mercancías y petróleo entre Iraq y los países vecinos, así como el acceso del gobierno iraquí a dinero en efectivo, obtenido del pago por parte de las compañías extranjeras de un porcentaje sobre los contratos firmados con Iraq en el marco del programa "petróleo por alimentos".

Desde el fin de la Guerra del Golfo, dada la precaria situación de Jordania, Iraq tiene autorización de NNUU para mantener su suministro de crudo a este país (70.000 barriles diarios) en las condiciones previas al conflicto, es decir, subvencionado (la mitad gratis y la otra mitad a la mitad de sus precio internacional). Asimismo, desde finales del pasado año, Iraq y Siria han reabierto el oleoducto común y establecido un régimen de exportaciones beneficioso para ambos países fuera del control de NNUU. El borrador de resolución plantea limitar a 150.000 barriles diarios la cantidad de petróleo que Iraq podrá vender a Siria, Jordania y Turquía. El dinero obtenido por esta venta deberá ingresarse asimismo en cuentas nacionales de estos tres países igualmente controladas por NNUU. Mientras que Siria y Jordania ya han rechazado cualquier medida en tal sentido-gravemente lesivas para su propia economía-, Iraq ha amenazado con paralizar sus exportaciones petrolíferas.

En segundo lugar, la resolución insta al Secretario General de NNUU a revisar los mecanismos de control de las fronteras terrestres y marítimas de Iraq con sus vecinos a fin de proceder a su reforzamiento y evitar con ello el contrabando de mercancias. Para ello se prevé destinar fondos adicionales que provendrán -cómo no- del dinero de las exportaciones de petróleo iraquí ingresado en la cuenta controlada por NNUU.

Por último, también el Secretario General habrá de proceder a establecer una lista cerrada de las compañías petrolíferas y empresas internacionales que estarán autorizadas para comercializar el petróleo iraquí y firmar contratos comerciales en el marco del programa "petróleo por alimentos". Esta lista habrá de ser aprobada por el CS. El objetivo de esta medida es eliminar a las compañía extranjeras que han aceptado pagar porcentajes de dinero fuera de la cuenta de la BNP controlada por NNUU por la concesión de estos contratos por Iraq. El gobierno iraquí, apoyado en esta reivindicación por la Agencias especializadas de NNUU, viene insistiendo en que es imposible normalizar la situación socioeconómica en el país si no entra y circula dinero en efectivo (cash), tal y como sí permite NNUU en la zona kurda. Con el dinero así obtenido, el gobierno iraquí ha logrado aumentar los sueldos de los funcionarios -a fin de mantenerlos en el sector público- y pagar pensiones a familiares de muertos y a heridos de la Intifada palestina.

Vuelos civiles
La resolución sigue limitando los vuelos civiles con Iraq. El borrador determina que se establecerá una lista de países -aún no designados- desde los que se podrá volar a Iraq, siempre y cuando la carga de los aviones sea inspeccionada previamente por personal de esos países en presencia de observadores de NNUU. Siria ha establecido desde hace unos meses vuelos regulares (cinco por semana) Damasco-Bagdad-Damasco sin autorización del CS, y Jordania podría hacerlo el próximo mes.

Tras el ataque de febrero de este año, la resolución anglo-norteamericana ahora presentada es la primera iniciativa de la nueva Administración Bush en relación a la cuestión iraquí. Y al igual que aquélla nueva agresión militar, con el trasfondo de la nueva Intifada y la quiebra del proceso de paz árabe-israelí, el objetivo encubierto de la nueva Administración Bush es impedir y revertir la normalización de relaciones políticas y económicas entre Iraq y otros países, muy especialmente, sus vecinos árabes. Como puede apreciarse, con su habitual cinismo, EEUU tiene la pretensión de rehabilitar ante la opinión pública internacional el régimen de sanciones contra Iraq para recuperar su control sobre este país y el conjunto de Oriente Medio, procediendo para ello a su mero retoque cosmético.