Huellas de las
manos de las víctimas del refugio al-Amiriya grabadas
por el calor de la explosión en la pared. En este bárbaro
ataque de la Fuerza Aérea de EEUU durante la Guerra del
Golfo murieron 403 civiles, de ellos 142 menores de diez años
IRAQ sufre hoy un brutal proceso de intervención
imperialista inédito en la Historia contemporánea,
verdadero asedio a la usanza medieval con el que se ha pretendido
rendir a una nación por hambre, enfermedad y violencia.
DESDE agosto de 1990 Iraq está sometido a un
régimen de sanciones económicas impuesto por el
Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU) que viola
toda la normativa internacional sobre Derechos Humanos individuales
y colectivos, al castigar indiscriminadamente y de manera generalizada
a su población. Según evaluaciones fidedignas,
el embargo contra Iraq ha causado la muerte a un millón
y medio de personas, más de la mitad de ellas niños
y niñas menores cinco años.
ADEMÁS, entre el 17 de enero y el 28 de febrero
de 1991, Iraq fue arrasado por una intervención multinacional
liderada por EEUU en la que se destruyó sistemáticamente
y de manera premeditada la infraestructura civil y los medios
de producción del país: en las 109.876 misiones
de bombardeo (una cada 34 segundos) se atacaron, con un tonelaje
de bombas que duplicó al de la guerra de Vietnam, 22.000
instalaciones civiles de todo tipo, desde puentes y presas hidrográficas
a universidades y museos. Según el informe de NNUU de
15 de julio de 1991 S/22799, los daños civiles causados
a Iraq por la coalición multinacional superaron los 22
mil millones de dólares. La guerra dejó además
la mortífera herencia de 300 toneladas de residuos radiactivos
de uranio empobrecido, que ya están afectando y afectarán
durante generaciones muy gravemente a su población.
TRAS la guerra, el embargo contra Iraq ha continuado
hasta el día de hoy, al tiempo que se han sucedido nuevos
ataques (el último, contra Bagdad, en febrero de 2001)
y bombardeos prácticamente diarios en las llamadas "zonas
de exclusión área", ilegalmente mantenidas
por EEUU y Gran Bretaña al norte y sur del país.
EEUU y Gran Bretaña pretenden perpetuar el embargo con
medidas indefinidas de control tecnológico, financiero
y comercial del país, imponiéndole además
el pago de compensaciones de guerra arbitrarias superiores a
300 mil millones de dólares. El objetivo es anclar a Iraq
durante décadas en el subdesarrollo, manteniendo a su
población en la miseria y la mendicidad internacional
por medio de fórmulas "humanitarias" tan perniciosas
e ineficaces como el programa "petróleo por alimentos"
(resolución 986 del CS) o las -ahora denominadas- "sanciones
inteligentes".
DURANTE la agresión contra Iraq de 1991 se produjeron
varias matanzas de civiles, como el ataque contra el mercado
de Faluja, perpetrado por la avión británica el
17 de febrero, y que causó la muerte a 130 civiles y 68
heridos; o los ataques ordenados por el general McCaffrey contra
unidades militares y vehículos civiles tras el alto el
fuego, además del asesinato de prisioneros iraquíes.
Pero el ataque contra el refugio de al-Amiriya -un barrio de
la periferia de Bagdad- puede ser considerado el símbolo
de aquella guerra que combinó la sofisticación
tecnológica de la maquinaria militar más moderna
con la brutalidad más inhumana de las conquistas coloniales
del pasado.
EN la noche del 13 de febrero de 1991, la fuerza aérea
de EEUU lanzó dos misiles contra el refugio de al-Amiriya.
Era el vigésimo octavo día de la guerra, de la
que aún restaban otros 16 hasta el alto el fuego. En el
ataque murieron 403 personas, de ellas 142 menores de diez años.
El refugio albergaba cada noche a familias iraquíes del
barrio, pero también a otras jordanas, sirias y egipcias,
las cuales, en aquel frío invierno de la guerra, más
que la protección contra los bombardeos aliados, buscaban
en los refugios calor, luz y agua potable en un ciudad sin suministros
desde hacía casi un mes. Un primer misil perforante abrió
un agujero en el techo por el único punto vulnerable de
la construcción, su instalación de ventilación,
cuya ubicación exacta fue proporcionada a la aviación
estadounidense por la empresa finlandesa que había construido
el refugio años atrás. Apenas unos minutos después,
un segundo misil penetró por el boquete abierto por el
primero, produciendo una bola de fuego de 4.000 grados que abrasó
a sus ocupantes, de muchos de los cuales tan solo quedaría
-como en Hiroshima y Nagasaki- su silueta grabada por el calor
en techos y paredes.
EEUU justificó el ataque aduciendo que el refugio
albergaba un centro de comunicaciones militar, una falsedad que
la prensa internacional desmintió categóricamente.
El Pentágono finalmente reconoció que se había
tratado de un error. Sin embargo, el ataque fue premeditado.
El primer misil se construyó ex profeso para el objetivo.
Bagdad era una ciudad abierta, abandonada entonces por la mayoría
de sus habitantes, que habían buscado seguridad en el
campo y otras ciudades. El objetivo del ataque era aterrorizar
a la población civil, provocando un sentimiento de vulnerabilidad
que facilitara una rendición absoluta.
POR todo ello, a fin de que el recuerdo de las víctimas
del pueblo iraquí y de los crímenes cometidos contra
éste perdure en la memoria y en la conciencia de la comunidad
internacional, el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA) ha asumido el compromiso de promover la creación
en Madrid de un centro que recibirá el nombre de Centro
de Documentación e Iniciativas Internacionales al-Amiriya
en recuerdo de las víctimas del refugio de Bagdad bombardeado
el 13 de febrero de 1991, símbolo de las agresiones sufridas
por el conjunto del pueblo iraquí en estos años.
EL Centro al-Amiriya recopilará información
y promoverá iniciativas sociales y legales internacionales
en relación a los delitos de Genocidio, Crímenes
de Guerra y Crímenes contra la Humanidad cometidos por
responsables de EEUU y sus países aliados contra el pueblo
de Iraq, tanto de aquellos derivados de las agresiones militares
de 1991 y posteriores, como de las sanciones económicas
aplicadas desde agosto de 1990 contra el país, tomando
para ello como base el Acta de Acusación elaborada por
Ramsey Clark para el Tribunal Internacional organizado por la
Campaña Estatal por el Levantamiento de las Sanciones
a Iraq en Madrid los días 16 y 17 de noviembre de 1996,
así como su Veredicto Final condenatorio.
ASIMISMO, el Centro al-Amiriya desarrollará
o colaborará con iniciativas similares, sociales o judiciales,
de denuncia de actos criminales cometidos por EEUU contra otros
pueblos, animando la recuperación del espíritu
que inspiró la creación del Tribunal Russell, el
Tribunal Permanente de los Pueblos y el Tribunal Antiimperialista
de Nuestra América, los procesos contra la OTAN por su
agresión contra Yugoslavia de 1999, así como las
demandas por agresión militar, sabotajes y embargo de
Nicaragua (1984) y Cuba (1999) contra EEUU, o la más reciente
presentada en Bélgica contra Ariel Sharon por las matanzas
de Sabra y Chatila de 1982.
EL CSCA propone al resto de organizaciones del Estado
español que participan en la Campaña Estatal por
el Levantamiento de las Sanciones a Iraq que asuman y apoyen
en el marco de la mencionada Campaña esta iniciativa.
EL CSCA hace un llamamiento a la participación
de organizaciones y personalidades de todo el mundo -muy especialmente
de aquéllas vinculadas con el ejercicio del Derecho- en
esta iniciativa solidaria, a fin de que sus objetivos puedan
alcanzarse con eficacia, en un esfuerzo común con el que
rindamos homenaje al pueblo iraquí por su capacidad de
resistir con dignidad ante tan adversa e injusta situación,
y contribuyamos a un futuro de prosperidad y plena soberanía
para sus generaciones venideras.
Comité
de Solidaridad con la Causa Árabe
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