Palestina y la guerra inminente
Adam Hanieh*
14 de febrero de 2003 de 2003, Middle East
Report Online
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Muchos
palestinos temen que la inminente guerra contra Iraq será
utilizada como una excusa para acelerar este proceso mediante
un 'bloqueo total' de la población. Los residentes de
los TTOO recuerdan muy bien la Guerra del Golfo de 1991, cuando
Israel impuso 40 días de toque de queda continuo. Muchos
sospechan que esta vez las cosas serán mucho peor, al
utilizar Israel el toque de queda y los cierres para expulsar
a pueblos enteros fuera de la línea del muro, para deportar
presos y activistas políticos y llevar a cabo detenciones
masivas. Lo que es casi seguro es que Israel, leyendo las señales
que vienen de Washington y de Londres, buscará las máximas
ventajas para cualquier negociación política que
pueda seguir al fin de la guerra."
Citando "muchos informes de inteligencia"
sobre posibles ataques contra civiles en el interior de Israel,
el 10 de febrero el ejército israelí ha impuesto
un "cierre total" de los Territorios Ocupados (TTOO)
durante los días en que se celebra la fiesta musulmana
Eid al-Adha, que acababa el 14 de febrero. Esta medida, aplicada
por última vez el día de las elecciones israelíes,
el pasado 8 de enero, ha prohibido a los palestinos viajar entre
las ciudades y aldeas de Cisjordania y Gaza y ha restringido
bruscamente la tradición extendida de las visitas familiares
que constituyen una parte importante del Eid. Pero la última
prohibición israelí no ha acabado con la libertad
de movimientos para los palestinos, como muchas noticias han
informado, porque esa libertad apenas ha existido desde hace
casi 12 meses. El "cierre total" se suma al cierre
efectivo [impuesto] desde casi el comienzo de la segunda Intifada
palestina que prohíbe a la mayoría de palestinos
entrar a Israel así como un laberinto de cierres "internos"
[entre los TTOO] que raramente se salta un día de fiesta.
Silenciosamente, Israel ha estado aplicando un
sistema de control sobre la libertad de movimiento de los palestinos
desde las invasiones de Cisjordania y Gaza, en la primavera de
2002. Controles similares estaban ya establecidos mucho antes.
Basados en una serie de prolongados toques de queda en la mayoría
de las ciudades y aldeas palestinas y en cientos de puntos de
control accesibles solo con permisos expedidos por Israel, el
sistema resulta kafkiano en su totalidad y recuerda a
la época anterior a los Acuerdos de Oslo de 1993, cuando
el ejército israelí "administraba" -
en nombre y de facto- los TTOO. Los movimientos de cada
uno de los 3.6 millones de palestinos de Cisjordania y Gaza están
regulados por una burocracia militar israelí a menudo
respaldada con la fuerza letal.
Confinados en sus casas
Lo que esto significa sobre el terreno es que una
mayoría de palestinos no salen de los escasos kilómetros
de sus ciudades o pueblos. Cientos de miles de personas han pasado
del 2002 al 2003 confinados por la fuerza en sus hogares debido
a los toques de queda impuestos por el ejército. En Nablus,
una ciudad de 126.000 habitantes, el ejército ha declarado
el toque de queda durante tres de cada cuatro horas al día
desde el 21 de junio de 2002. Más de 320.000 palestinos
habitantes de Cisjordania han pasado, de hecho, más tiempo
bajo el toque de queda que libres de él durante los últimos
ocho meses. Entre el 18 de diciembre de 2002 y el 19 de enero
de 2003, según las estimaciones del Creciente Rojo Palestino,
un promedio de 430.910 personas han sido confinadas en sus casas
cada día.
Para los palestinos que no viven bajo el toque
de queda, el movimiento entre las ciudades y los pueblos está
extremadamente restringido y es a menudo imposible. Tras las
invasiones [israelíes] de marzo y abril del 2002, el gobierno
israelí comenzó a requerir a cualquier persona
que quisiera viajar entre localidades [de los TTOO] presentar
un permiso expedido por las autoridades militares israelíes.
Es muy difícil conseguir un permiso sin tener una tarjeta
magnética obtenible solo en alguna a de las Oficinas locales
de Coordinación de Distrito (OCD), que están, igualmente,
bajo control militar israelí. Puede llevar semanas obtener
esa tarjeta, en parte debido a que las OCD hacen una criba con
los solicitantes que han sido "políticamente activos",
una designación que abarca a la mayoría de la población
palestina. Las tarjetas no son en sí ninguna garantía
para obtener el permiso, ya que las restricciones basadas en
la edad, el sexo y el área de residencia también
cambian regularmente dependiendo de la situación política
imperante. Ni siquiera poseer un permiso es garantía de
que se vaya a permitir el movimiento a través de los puestos
de control, ya que las entradas y salidas más importantes
a y de las ciudades están cerradas sin que medie una razón
declarada, lo que impide a todo el mundo incluso a aquellos
con permisos- atravesarlos. Todos los permisos pueden ser cancelados
por la decisión del ejército israelí.
El sistema de tarjetas y permisos tiene variadas
y serias ramificaciones. En primer lugar, la mayoría de
los palestinos están excluidos de poder obtenerlos debido
a sus simpatías políticas, a su activismo político
(incluso aunque fuera de décadas anteriores) o a otras
restricciones arbitrarias que se aplican al producirse las solicitudes.
Así, a cualquiera que desee viajar dentro
de las áreas de Cisjordania se le obliga a tomar rutas
indirectas y extremadamente peligrosas. Un desplazamiento típico
entre Ramala y Nablus, por ejemplo, que debe llevar menos de
una hora, puede costar un día entero de caminatas por
pistas de barro y a través de los campos. Cualquiera que
sea cogido sin permiso puede hacer frente al encarcelamiento.
Los soldados israelíes abren fuego regularmente contra
la gente que intenta viajar por esas vías.
Además, el sistema burocrático está
en si mismo creado para fomentar la dependencia de las autoridades
israelíes. La Savak, los servicios de inteligencia de
Israel en Cisjordania y Gaza, juega un papel central en las entrevistas
y en los vetos de las solicitudes de permisos y de tarjetas mecánicas.
Los agentes israelíes aprovechan para conseguir información
y, en algunos casos, para reclutar colaboracionistas. El sistema
subvierte cualquier normativa administrativa, favoreciendo la
dependencia de las "conexiones" con el ejército
israelí.
Incluso, este sistema de toques de queda, cierres
y permisos permite a Israel aplicar sistemáticamente castigos
colectivos y presión sobre toda la población. Dependiendo
de la coyuntura política, Israel puede paralizar todo
movimientos y actividad en algunas áreas de Cisjordania
y Gaza cerrando los puestos de control, cancelando los permisos
e imponiendo toques de queda.
Otras veces, las restricciones se relajan relativamente
para recompensar a aquellas áreas donde el activismo político
y la resistencia han disminuido. Debido a que los toques de queda
y los cierres pueden causar seria escasez de alimentos, esas
medidas alientan y refuerzan la sumisión palestina a las
normas israelíes, literalmente por medio de la amenaza
del hambre.
Desastre humanitario
Los métodos de castigo colectivo han producido
un desastre humanitario sin precedentes en Cisjordania y Gaza.
Casi el 75% de la población palestina vive en la actualidad
con menos de 2 dólares al mes (la cantidad que NNUU fija
para marcar la línea oficial de la pobreza). Como innumerables
informes locales, internacionales y de NNUU han señalado,
las políticas de cierre y toques de queda han estrangulado
la economía palestina mediante la interrupción
laboral, la paralización de los mercados y la prohibición
de la libre circulación de bienes. Estos niveles de pobreza
se han más que triplicado desde el comienzo de la Intifada,
a finales de septiembre de 2000.
Según un reciente informe del Banco Mundial,
el nivel de desempleo, incluyendo a la gente que ha estado buscando
trabajo desesperadamente y que ha desistido finalmente, alcanzaba
a finales de 2002 a más del 50% de la población
de Gaza y Cisjordania. En algunas zonas de la Franja de Gaza
la tasa de desempleo ha ascendido hasta el 70%. La tasa de dependencia,
referida al número de personas que dependen de una persona
con trabajo, se ha doblado durante los tres último años
situándose en la actualidad en más de ocho [personas
por trabajador].
La privación económica ha inflingido
efectos negativos sobre la salud de la población. Un estudio
de Care International del pasado enero recoge que la malnutrición
crónica infantil en menores de 6 a 59 meses de edad se
eleva al 17.5% en Gaza y al 7.9% en Cisjordania. La malnutrición
crónica se mide por la tasa de peso del menor en relación
a su edad y es un indicador de fracaso en el crecimiento que
puede derivar en serias e irreversibles consecuencias para el
crecimiento y en retrasos de desarrollo.
Los masivos problemas sanitarios a los que hacen
frente Cisjordania y Gaza se aprecian en la frecuencia de casos
de anemia en menores entre los 6 y los 59 meses de edad. La anemia
es completamente constante para este grupo de edad con un 43.8%
en Cisjordania y un 44% en Gaza. De acuerdo con Christian
Aid, en algunos pueblos de Gaza, el 63% de los niños
son anémicos. La deficiencia de hierro es la causa más
común de anemia, provocada prematuramente durante el embarazo
de las madres, así como por la fatiga y disminución
física y mental de la productividad.
El personal médico y las ambulancias ven
como regularmente los soldados israelíes les niegan el
libre movimiento en los cruces de control. El 1 de febrero, según
la Media Luna Roja palestina, "un jeep del ejército
de Israel dio el alto a una ambulancia a punta de pistola cerca
de Yenin. La ambulancia, que transportaba a cinco pacientes,
fue detenido durante dos horas y media. Cuando el conductor de
la ambulancia se negó a hacer bajar a los enfermos, fue
golpeado en la cara y en el abdomen mientras un soldado israelí
apuntaba con una pistola su cabeza. El soldado amenazó
con disparar al conductor si no hacía bajar a los enfermos
de la ambulancia. Como resultado, un enfermo de cáncer
y un anciano afectado de cardiopatía fueron obligados
a bajar y a buscar un medio de transporte privado para llegar
al hospital". Episodios como este se repiten cotidianamente
a lo largo de Cisjodania y Gaza.
Además de los efectos sanitarios y económicos
del cierre y el toque de queda, la vida diaria normal se ha interrumpido
en muchas zonas. UNICEF informa que durante la primera parte
del año escolar 2002-2003, más de 226.000 menores
y más de 9.300 profesores no pudieron llegar a sus clases.
Casi en el mismo periodo, se cerraron al menos 580 escuelas debido
a los toques de queda y a los cierres del ejército israelí.
Muros y cantones
Estas políticas no son medidas de emergencia
ad hoc establecidas para "garantizar la seguridad"
o "prevenir ataques terroristas", como el gobierno
de Israel pretende. La estrategia de Israel de controlar el territorio
palestino y a los palestinos se ha desarrollado sistemáticamente
durante los últimos años; de modo más particular
con el sistema de cierres, toques de quedad y los permisos, desde
abril de 2002. La división permanente que Israel hace
en Cisjordania y Gaza en una serie de cantones separados
por muros de cemento, autovías y asentamientos [de colonos]
israelíes, son políticas necesarias para mantener
el control sobre el terreno. El gobierno de Israel espera que
una población palestina conducida a la pobreza y a la
desesperación aceptará este archipiélago
de centros de población desconectados , dependientes de
y controlados por Israel, como los contornos de un futuro "Estado"
palestino.
Cisjordania consiste hoy en 64 enclaves separados,
cuyo movimiento interior está regulado militarmente por
el ejército israelí a través del sistema
antes descrito. Más aún, Israel ha comenzado a
construir lo que se conoce como "el Muro del Apartheid"
[1] , una cadena de cemento de diez pies de altura que
se extenderá por más de 223 millas a lo largo de
todo Cisjordania. En contra de lo que se dice a menudo acerca
de que éste será un muro "de separación"
entre la línea del armisticio de 1967 que separa Cisjordania
de Israel (la Línea Verde), las estimaciones de una coalición
de ONG palestinas del medioambiente y de los derechos humanos
son que al menos un 10% de la tierra de Cisjordania será
confiscada para la construcción del muro. De facto,
muchos de los actuales asentamientos ilegales ubicados en la
parte occidental del muro serán anexionados por y para
Israel. Varios miles de palestinos se encontrarán viviendo
en una zona militar entre el muro y la Línea Verde.
Muchos palestinos de Gaza ya viven en zonas militares
como esa. En el área de Mawasi, una franja de tierra de
siete millas en el suroeste de la Franja de Gaza, alrededor de
7.000 palestinos están dispersos entre 12 asentamientos
[de colonos] israelíes. Mawasi ha dependido tradicionalmente
de la cercana ciudad de Jan Yunis para el comercio, el empleo
y los servicios pero desde el comienzo de la Intifada Yan Yunis
ha sido casi inaccesible. Actualmente, los hombres menores de
40 años y las mujeres menores de 35 tienen prohibido moverse
para traer alimentos excepto los sábados de 8.00 a 10.00
h. de la mañana y de 14.00 a 16.00 de la tarde. Un destino
parecido puede esperar a aquellos palestinos atrapados entre
"el Muro del Apartheid" y la Línea Verde.
En la primera fase de la construcción del
muro, en el norte de Cisjordania, unos 30 pueblos verán
desaparecer sus tierras más fértiles. En diciembre
de 2002, 2.500 acres de tierra habían sido arrasadas
para el muro y 83.000 árboles extraídos. Sirva
para ilustrar lo que se pretende conseguir con el muro: la más
grande ciudad palestina, Qalqilya, quedará por completo
rodeada por el muro con un solo punto de acceso y salida. Los
palestinos se quejan a menudo de que debido al sistema de cierres
y toques de queda, los TTOO parecen una prisión; el muro
que se está construyendo alrededor de Qalqilya está
convirtiendo la metáfora en realidad.
La guerra inminente
En este contexto, el "tensamiento de las medidas
de seguridad" durante la fiesta de Eid al Adha solo subraya
el hecho de que los palestinos en los TTOO ya viven bajo un sistema
de control total. La vida diaria se circunscribe absolutamente
a este sistema que regula toda actividad económica, social
y política, mientras permite a Israel continuar sin obstrucciones
la construcción de su visión de un futuro "Estado
palestino". Israel ha demostrado repetidamente su habilidad
para cercar la vida palestina a su voluntad mediante simples
medidas administrativas combinadas con duras medidas militares.
Muchos palestinos temen que la inminente guerra
contra Iraq será utilizada como una excusa para acelerar
este proceso mediante un "corte total" de población.
Los residentes de los TTOO recuerdan muy bien la Guerra del Golfo
de 1991, cuando Israel impuso 40 días de toque de queda
continuo. Muchos sospechan que esta vez las cosas serán
mucho peor, al utilizar Israel el toque de queda y los cierres
para expulsar a pueblos enteros fuera de la línea del
muro [2], para deportar presos y activistas políticos
y llevar a cabo detenciones masivas. Lo que es casi seguro es
que Israel, leyendo las señales que vienen de Washington
y de Londres, buscará las máximas ventajas para
cualquier negociación política que pueda seguir
al fin de la guerra. Tras la Guerra del Golfo, la primera Intifada
acabó y los Acuerdos de Oslo desviaron la atención
mientras el plan israelí de cantonalizar Cisjordania
empezó a configurarse sobre el terreno. Se dice que la
historia se repite a si misma, primero como tragedia y después
como farsa. Si todos los indicadores resultan correctos, esta
vez la farsa será todavía más trágica.
Notas:
1.
Véase en CSCAweb:
- Israel
formaliza su política de 'apartheid' y cantonalización
de la población y los Territorios palestinos con el inicio
de la construcción de un muro en torno a Cisjordania
- Ilan
Pappé: El muro en el corazón de Palestina
- Once
mil palestinos y miles de hectáreas de cultivo quedarán
entre la 'Línea Verde' y el muro que el gobierno Sharon
está levantando para aislar Cisjordania de Israel
2. Véase en CSCweb: Ilan Pappe: De la 'Nakba'
de 1948 al 'transfer' de 2003: culminar el proyecto sionista
aprovechando la guerra contra Iraq

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