El círculo vicioso de
las rutas de 'paz'
Comité de
Solidaridad con la Causa Árabe*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 17 de junio de 2005
"La
ruta de la paz es falaz al pretender mantener y ampliar la injusticia
cotidiana. Las rutas de paz ancladas en el estatus quo y en el
avance sionista sólo sirven para limitadas carreras diplomáticas
y la erupción de la rebeldía. Por eso, es preciso
romper el plan de normalización sionista y hacer emerger
la posibilidad de una Palestina con todos los derechos, sin un
sionismo incompatible con los derechos inalienables del pueblo
palestino"
Los medios de comunicación
y los Gobiernos occidentales se manifiestan sobre la buena marcha
de las negociaciones entre palestinos e israelíes. Parecería
que tratan de imponer una imagen de conformidad sobre éstas,
ocultando que se quiere imponer por la fuerza una política
contraria a los pueblos y a sus necesidades. Ya sea con la guerra
contra el pueblo de Iraq, el incumplimiento extenso de las resoluciones
de las Naciones Unidas favorables al pueblo palestino o, por
el contrario, el obligado acatamiento de aquellas, bajo la amenaza
de sanciones si son del gusto de promotores imperiales.
La política estadounidense
apoyando la política israelí de nuevos asentamientos
en Jerusalén es una muestra más de una práctica
de hechos consumados. Por otra parte la Unión Europea
sigue con su Acuerdo de Asociación con Israel y quiere
ampliar su grado de acuerdos económicos, políticos
o académicos, dándole más cobertura, si
cabe, a una política que no respeta los derechos humanos
y está convirtiendo los territorios ocupados en un conjunto
desestructurado de guetos separados por el Muro del Apartheid.
La violación de los derechos humanos es una constante;
palestinos muertos, palestinos presos: unos salen a cuentagotas
y otros con la represión israelí entran. Los asesinatos
y la destrucción de más de 23000 casas desde 1967
constituyen una agenda de destrucción silenciada por los
medios de información; se anuncian 88 viviendas en la
Jerusalén árabe y se sigue judaizando la ciudad.
A pesar de que el Gobierno israelí pueda poner en práctica
la retirada de Gaza, sigue la construcción del Muro, ampliándose
entre Jerusalén y Belén, haciendo patente las intenciones
del Gobierno Sionista para construir el Gran Israel y unos territorios
palestinos dispersos e inviables para constituir un Estado. La
construcción supone una anexión de territorios
en sus más de 720 kilómetros, la destrucción
de medios de cultivo y destruir su economía, con el fin
de procurar la miseria y el hambre al pueblo palestino. Estos
datos son apenas comprensibles si no somos capaces de imaginarnos
las condiciones de vida que se están produciendo allí,
humillación y degradación sistemática; expulsión
o emigración son las pretensiones israelíes como
ya hicieron con todos los refugiados palestinos.
Mientras eso ocurre ante nuestros
ojos, se intenta trasladar a la opinión pública
una imagen, repetida muchas veces de proceso de paz. Cuando,
en realidad los problemas de la ocupación se mantienen
o agravan. Nuestros dirigentes, incluyendo al Secretario de las
NNUU, Sr. Annan, se siguen aproximando a la realidad con viajes
pretendidamente equidistantes, conformándose con declaraciones
pero sin arrancar un ladrillo de injusticia. La Unión
Europea está dispuesta a seguir aceptando a Israel, a
pesar de su política segregacionista, a pesar de que las
propias normas de la UE deberían impedir el incumplimiento
de la legalidad internacional.
Por lo tanto, la ruta de la
paz es falaz al pretender mantener y ampliar la injusticia cotidiana.
Las rutas de paz ancladas en el estatus quo y en el avance sionista
sólo sirven para limitadas carreras diplomáticas
y la erupción de la rebeldía. Por eso, es preciso
romper el plan de normalización sionista y hacer emerger
la posibilidad de una Palestina con todos los derechos, sin un
sionismo incompatible con los derechos inalienables del pueblo
palestino.
Y hay que empezar a lograr
ese futuro. El Acuerdo de Asociación con Israel, en su
artículo segundo, dice que dichos acuerdos se suspenderán
si se producen violaciones de derechos humanos y los países
de la Unión Europea, entre ellos nuestro país,
comercian o donan armas a un Estado ocupante. Es hora de abandonar
la equidistancia y el turismo de safari, romper las verjas de
la injusticia y el Acuerdo de Asociación entre Israel
y la Unión Europea y fortalecer los compromisos con el
pueblo palestino.
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