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* Escritor egipcio.

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El secreto mundo de la política

Mahmud Áwad*

Al-Hayat, 6 de noviembre de 2005 / CSCAweb, 21 de noviembre de 2005
Traducción de Jamal Halawa para CSCAweb

"El imperio ha creado su particular verdad en Afganistán, después en Iraq. Ahora en Líbano y Siria; mientras, la 'comunidad de la verdad' está interesada en saber -antes que nada para castigar- quién mató al ex primer ministro libanés Al-Hariri y a sus compañeros. Lo que le interesa al imperio es Siria, para introducirla en la jaula del presentenciado -como ejecutora y asesina- para la guillotina".

Una de las novedades más destacables, realmente, tal vez sea lo que ha ocurrido en el senado norteamericano a primeros del mes en curso. El senado estaba reunido en sesión ordinaria hasta que el líder demócrata, Harry Red, la interrumpiera solicitando suspender el orden del día para debatir lo que él calificó de: demanda del pueblo americano sobre el asunto de la manipulación ejercida por la administración del presidente George Bush con las informaciones de inteligencia antes del 11S, para justificar la invasión y ocupación de Iraq. El líder demócrata dijo que la actual administración republicana manipuló las informaciones para convencer al pueblo americano sobre la necesidad de emprender la guerra, después, trató de destruir a quien se opuso a sus acciones. Acusó a la mayoría republicana del senado de no asumir sus responsabilidades legislativas, al aplazar la investigación sobre la posibilidad de manipulación de la administración George Bush en las informaciones de inteligencia.

De este modo, tuvieron que retirarse del hemiciclo tanto el público como los periodistas y auxiliares de senadores, para celebrar una sesión extraordinaria. Tampoco se permitió a los senadores portar sus teléfonos móviles, suspendiendo la grabación de las cámaras y reduciendo la iluminación de las luces. Ésta y otras medidas contundentes, se aplican tan solo cuando se celebran sesiones que conciernen a la seguridad nacional o la posibilidad de destituir a un presidente. Después de aquella sorprendente sesión secreta, el líder de los senadores republicanos salió echando su ira sobre los demócratas, mientras, el líder demócrata comentaba que han tenido que recurrir a esta medida excepcional, después de haber pasado meses y meses siendo amables con los republicanos, insistiéndoles, en ser leales al compromiso dado de debatir la manipulación de la administración Bush con las informaciones de inteligencia para invadir Iraq.

El origen de dicho compromiso, es una resolución del senado que data del año 2003 para investigar la utilización política del servicio de inteligencia. Los republicanos, aceptaron la resolución el día después de imponer unas condiciones arbitrarias permitidas por su mayoría en el senado. Y mientras que la comisión de inteligencia pudo investigar el fracaso de la CIA y otras agencias, incluso antes de la guerra de Iraq, los republicanos insistieron en que la parte concerniente a la manipulación política con las informaciones de inteligencia (aun siendo éste un asunto básico) se tenía que aplazar hasta después de las elecciones del 2004, ya que su mayor temor fue que evidenciar la manipulación de la administración Bush, podría restar las oportunidades de reelección de los republicanos, así como, la reelección de George Bush en un segundo periodo presidencial. Después de las elecciones, continuaron con los aplazamientos, dando largas, hasta que los demócratas sorprendieron la pasada semana, al insistir sobre la celebración de una sesión secreta.

Dicha sesión, llega después de dirigir cinco acusaciones formales contra el director de la oficina del vicepresidente Dick Cheney, y cuyo fundamento se basa en: cometer perjurio y filtrar a la prensa el nombre de una espía para vengarse de su esposo el ex embajador Joseph Wilson, quien había asegurado (en un informe oficial antes de la guerra de Iraq) la no certeza de los rumores sobre la intención de Saddam Husein de comprarle uranio a Nigeria, siendo estos extremos, divulgados deliberadamente como ciertos, por George Bush y su vicepresidente Cheney al pueblo norteamericano y al mundo. Fue el asunto de la tenencia de armas de destrucción masiva por parte de Saddam Husein, más su intención de adquirir más, la justificación propagandística esgrimida por la administración George Bush y el gobierno de Tony Blair como correa de transmisión para ir a la guerra. En su día, Blair dijo lo siguiente: "La estrategia política (en cuyo corazón están las armas de destrucción masiva), debe ser lo suficientemente fuerte para darle al plan militar un espacio para trabajar." En otras palabras: en cuanto se invada Iraq, la guerra se justificará a si misma. Y ante la nueva realidad impuesta por el éxito de la invasión de Iraq, averiguar las causas de la guerra se convertirá en algo insignificante y sin valor excepto para los historiadores.

La mayoría de nosotros se acuerda de la famosa sesión del Consejo de Seguridad del cinco de Febrero de 2003, donde Colin Powell (entonces, ministro de exteriores de EEUU), se sentó y a su lado George Tenet (director de la CIA), para ofrecer una proyección dramática de las informaciones documentadas sobre las armas de destrucción masiva de Iraq. Una proyección audio-visual acompañada de imágenes recogidas por los satélites, grabaciones de conversaciones telefónicas y confesiones documentadasetcétera. Aquello fue poco antes de la guerra, pero después, se posó el presidente George Bush extasiado entre sus soldados a bordo de un portaviones para anunciar el 1º de Mayo del 2003 el éxito de la misión y el fin de la guerra con una victoria clara. No obstante, con el desarrollo de los acontecimientos sobre el terreno, el continuo goteo de muertos y heridos americanos y el ascenso de resistencia iraquí contra la ocupación, ya nadie se fijaba sobre la realidad de la inexistencia de las armas de destrucción masiva, las cuales, jamás habían existido. El primer pretexto expuesto públicamente por los responsables de la administración fue, que el régimen de Saddam Husein, podía haber evadido las armas de destrucción masiva hacia la vecina Siria. Ésta señal, fue un temprano indicio sobre otras intenciones, pero ésta es otra historia. Cuando Colin Powell afirmó (después de su destitución) que lo expuesto en aquella sesión del Consejo de Seguridad en Febrero del 2003, representaba la mayor deshonra de su vida, nadie paró largo tiempo para revisar lo ocurrido y toda ésta cuestión, quedará resumida, algún día, en algunas líneas, o tal vez páginas, registradas por el propio Powell en sus futuras memorias y donde reconocerá, que había sido engañado por la CIA y el presidente a la vez.

En otoño del 2004, quedaron grabadas en mi mente algunas palabras de un periodista norteamericano que en un periódico distinguido, durante una discusión que tuvo con un alto responsable de la administración Bush, y quien había solicitado no mencionar su nombre. El alto responsable dijo al hilo de las interrogantes del periodista lo siguiente: "Vosotros, las gentes del periodismo, comentaristas y escritores vivís en lo que yo llamaría 'la comunidad de la verdad'. Sois gentes que creéis en que las soluciones aparecen a través del estudio de la realidad comprensible. El mundo ya no funciona de ésta manera. Nosotros ahora somos imperio, y cuando actuamos y trabajamos, creamos nuestra verdad particular. Mientras vosotros estáis estudiando a la verdad (aunque fuera de un modo sabio si quieres), nosotros actuamos, una vez más, creando otras nuevas verdades, y así es como se forman las cosas. Nosotros somos la expresión del movimiento de la historia, y a todos vosotros, se os dejará tan sólo estudiar lo que hacemos." De ahí, no era nada extraño el enfado del líder de la mayoría republicana en el senado la pasada semana por la insistencia de la oposición demócrata en celebrar una sesión secreta para debatir la manipulación de la administración sobre las informaciones de la CIA, que luego fue utilizada para justificar la invasión de Iraq. La misma mentalidad continúa, la mentalidad de ir primero a cambiar las realidades sobre el terreno, después, apoyarse sobre el hecho consumado por una parte, y sobre la desmemoria de la opinión pública por la otra. Sin embargo, la administración de George Bush, si que tiene una fuerte memoria, particularmente, contra sus adversarios. Lo que hizo el director de la oficina del vicepresidente Dick Cheney desenmascarando la labor de la esposa del ex embajador Joseph Wilson, dentro de la CIA (y que es un crimen federal según las leyes de EEUU), es un ejemplo sencillo de cómo trata la administración a sus adversarios y opositores. Pero, los adversarios de ésta administración no son tan sólo sus opositores políticos. Hemos seguido el pasado mes, por ejemplo, a Brent Skowcroft, ex consejero de seguridad nacional del presidente George Bush padre, cuando dijo: "que la autentica anormalidad dentro de la administración, la representa Dick Cheney, le conozco desde hace treinta años y le considero un amigo. Pero ahora ya no le reconozcodifundir, por ejemplo, la democracia al estilo americano, no debería ser utilizado como pretexto para usar la fuerza en el exterior." Skowcroft, es un republicano puro, y continúa con su amistad con George Bush padre. Él también, fue quien introdujo a Condolezza Rice, la actual ministra de exteriores, en el gobierno. Tal vez sea por eso, por lo que se detuvo con sus críticas hasta los límites del vicepresidente. Pero otro republicano, el ex tesorero Paul O'Neil, dimitió temprano de la administración de Bush hijo, para publicar más tarde, un libro donde descubre el carácter introvertido de los hombres de la administración y el empeño de la administración, hasta niveles anormales, en extremar el secretismo en sus relaciones con los demás, estableciendo las mismas, sobre la base de que la lealtad al presidente personalmente y a la administración, está por encima de cualquier otro compromiso. El ex ministro resumió sus impresiones en lo siguiente: "ésta gente es asquerosa y tiene una amplia memoriapero yo, ya soy viejo ahora, además, soy suficientemente rico. No hay nada que puedan hacer para dañarme."

Quizás sea cierto, pero el mundo entero está expuesto al daño de una administración imperial, cuyo presidente, cree que el cielo le ha asignado con una misión evangélica para guiar a la humanidad hacia el camino recto, que jamás podría ser recto, si no es norteamericano. Y para cumplir con su misión, no importa que mueran dos mil americanos en Iraq (para no hablar de la cifra de cien mil muertos iraquíes), ni que el imperio gaste dos mil millones de dólares a la semana para preservar a los ciento setenta mil soldados en medio de un pueblo que les repudia, ni que el control sobre Afganistán se convierta, tan solo, en controlar a Kabul, la capital. Todo aquello, fueron los prólogos de una historia que ya conocemos, pero los epílogos, aun los desconocemos. Tal vez por eso, la administración ha adoptado el principio de: "creamos las realidades primero", luego, es posible que discutamos los pretextos. Incluso para discutir sobre los pretextos, la mayoría republicana ha embaucado durante largo tiempo hasta que fue sorprendida la semana pasada por una sesión secreta del senado, sin embargo, y según la teoría del referido alto responsable de la administración Bush, la cuestión principal es: "Nosotros ahora somos imperio, y cuando actuamos y trabajamos, creamos nuestra verdad particular. Mientras vosotros estáis estudiando a la verdad (aunque fuera de un modo sabio si quieres), nosotros actuamos, una vez más, creando otras nuevas verdades, y así es como se forman las cosas. Nosotros somos la expresión del movimiento de la historiaetc."

El imperio ha creado su particular verdad en Afganistán, después en Iraq. Ahora en El Líbano y Siria, mientras, la "comunidad de la verdad" está interesada en saber, antes que nada y para castigar, a quien mató al difunto ex primer ministro libanés Al-Hariri y sus compañeroslo que le interesa al imperio es Siriapara introducirla en una nueva jaula con barrotes. Es la jaula del presentenciado, en la que Siria (más precisamente Siria, sin que haya ningún otro implicado) es la ejecutora, la asesina y la solicitada para la guillotina. Siria es sospechosa como lo son otras partes, pero la administración norteamericana actúa de una forma que a mí me recuerda a aquel antiguo juez romano que empezaba sus juicios interpelando al acusado con toda solemnidad: ¿has dejado de pegar a tu mujer? Contéstame con una sola palabrasi o no. En ambos casos, el acusado es culpableporque de cualquier forma pegaba a su mujer.