El fin de la
guerra estadounidense en Iraq
Cómo devolver
las tropas a casa e internacionalizar la paz
Phyllis Bennis*
y Erik Leaver
Instituto
de Estudios Políticos, 12 de enero 2005
CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 24 de enero de 2005
Traducción para CSCAweb de Yolanda Sánchez López
"El
final de la ocupación estadounidense de Iraq significa
la retirada de las tropas estadounidenses y su regreso a casa.
Todos ellos. Inmediatamente. Las tropas estadounidenses son la
causa principal de la violencia en Iraq y no la solución
a ella. Las casi 150,000 tropas estadounidenses actualmente en
Iraq deberían irse fuera del país y regresar a
casa por el 4 de julio de 2005, permitiendo a Iraq celebrar su
propia independencia"...
"Hay
una vieja doctrina militar llamada la Primera Regla de Agujeros:
Si usted se encuentra en uno, deje de cavar."
(Contraalmirante Eugene Carroll de la Marina de EEUU)
Los que abogan "seguir
el curso" o "internacionalizar la guerra" están
demasiado ocupados en cavar más profundo. Una verdadera
solución para la Guerra de Iraq debería comenzar
con el final de la ocupación estadounidense. Entonces,
y sólo entonces, podremos hablar de "internacionalización
de la paz".
Pero esto propone preguntas
serias. ¿Cómo debería terminar la ocupación
e internacionalizar la paz? ¿Incluso si la guerra está
mal, se pondrían las cosas peor si EEUU abandona? ¿Habiendo
invadido y ocupado Iraq, cuáles son nuestras responsabilidades
sobre la población iraquí? ¿Cómo
pueden ser reducidas al mínimo las posibilidades para
el comienzo de una guerra civil? Bennis y Leaver ofrecen avances
que siguen principios progresivos a la vez que ofrecen avances
realistas para ayudar a sacar del territorio a EEUU en la posición
de la autoridad de la ley, y así ofrecer a la población
de Iraq la mejor posibilidad para poder reconstruir su país
devastado y dirigirse hacia la paz, la justicia y la seguridad.
EEUU en
Iraq: Dos Años de Guerra
La Guerra de Iraq tiene, como
la Guerra de Vietnam de hace una generación dividió
profundamente a la población de Estados Unidos. La invasión,
la ocupación y la guerra continuada han causado la muerte
de más de 1.300 jóvenes y hombres que sirven en
el ejército de los EEUU. Más de 10,000 han sido
seriamente perjudicados. Miles vuelven a casa con daños
mentales y emocionales. Los derechos civiles, en particular los
de los inmigrantes árabes y árabes americanos,
han sido restringidos. 151 mil millones de dólares en
dólares estadounidenses fiscales, gastados en la guerra,
y no digamos los 100 mil millones de dólares que
El Congreso pronto solicitará, han causado estragos
sobre la economía y han intensificado el déficit
dramáticamente.
Los iraquíes han sufrido
mucho más. Su país ha sido roto por asaltos militares
y sigue languideciendo bajo una ocupación violenta y una
guerra brutal. Las ciudades como Faluya prácticamente
han sido destruidas por militares americanos, con la excusa de
"liberar" la ciudad, ahora desierta, de 300.000 habitantes.
La ruina de Faluya, y de casi todo el territorio de Iraq, causada
por las fuerzas estadounidenses recuerda las palabras del gran
escritor Tácito, que siguió a los legionarios de
Roma, cómo ellos hicieron basura las ciudades remotas
del Imperio. "Los Romanos trajeron la devastación"
escribió él "y ellos lp llamaron la paz"
A pesar de la supuesta "Transferencia
de la autoridad" al gobierno interino iraquí en junio
del 2004, la ocupación militar estadounidense y sus representantes
políticos mantienen el control de la población
iraquí, de su economía, sistemas sociales y sistemas
políticos. Según investigadores estadounidenses,
más de 100.000 civiles iraquíes han fallecido como
consecuencia de la ocupación y la guerra. El número
de muertos iraquíes confirmado por los británicos
oscila entre las 15.000 17.400 muertes específicas
causadas por la violencia militar. El 30 de enero las elecciones,
si finalmente se cumplen, no cambiarán esta realidad.
Con una guerra lanzada a despecho
de las Naciones Unidas y violando el derecho internacional, así
como la Constitución estadounidense, EEUU y fuerzas de
coalición son contratados en un modelo de anarquía
que viola tanto la ley estadounidense como la internacional,
funcionarios estadounidenses y americanos de EEUU se jactan de
ser una gran democracia, que vive bajo la autoridad de una ley
con un gobierno responsable al servicio de su gente. Si esto
es cierto, los ciudadanos son responsables de las acciones del
gobierno estadounidense.
En todo el mundo, la gran mayoría
de las personas y de los gobiernos se opusieron a esta guerra.
En EEUU, la mayoría de la población, y cada vez
más líderes políticos y militares, creen
que la guerra fue una equivocación desde el principio
o que no merece la pena el precio de ésta. Pero muchos
no saben qué hacer. Incluso si la guerra es una equivocación,
¿empeorarán las cosas si los EEUU se marchan? Habiendo
invadido y ocupado Iraq, ¿cuáles son nuestras responsabilidades
frente a los iraquíes?
El final
de la ocupación estadounidense en Iraq es la única
solución a esta crisis en aumento
El final de la ocupación
estadounidense de Iraq significa la retirada de las tropas estadounidenses
y su regreso a casa. De todos ellos. Inmediatamente. Las tropas
estadounidenses son la causa principal y no la solución
de la violencia en Iraq. Las casi 150.000 tropas estadounidenses
actualmente en Iraq deberían salir del país y regresar
a casa para el 4 de julio de 2005 permitiendo a Iraq celebrar
su propia independencia.
La resistencia iraquí ha ido creciendo, haciéndose
más fuerte y popular durante los dos últimos años
en respuesta a la invasión estadounidense y a la ocupación.
En noviembre de 2003 el Pentágono estimó que había
aproximadamente 5.000 militantes de la resistencia iraquí.
En diciembre de 2004 el "gobierno interino" iraquí
estimó que el número había aumentado aproximadamente
hasta 40.000 militantes activos y 200.000 partidarios de la resistencia.
La presencia continuada de
las tropas estadounidenses ha reforzado, no debilitado, a la
resistencia. Los ataques de la resistencia matan a muchos más
civiles iraquíes que tropas estadounidenses, pero el objetivo
de casi todos los ataques va dirigido a instituciones e individuos
asociados con - y vistos como colaboradores - las fuerzas de
ocupación estadounidenses. Estos incluyen a policías,
otras fuerzas de seguridad, funcionarios del gobierno interino
apoyado por los EEUU, traductores y empleados civiles de EEUU
y de los militares de la "coalición".
Con la retirada de las fuerzas
de ocupación y su consecuencia, el fin de las estructuras
iraquíes que los apoyan, el objetivo principal de los
ataques de la resistencia desaparecerá. Los despliegues
actuales en Iraq incluyen 150.000 soldados estadounidenses, aproximadamente
30.000 soldados de la "coalición" de aliados
de EEUU, a menudo reacios, y 20.000 militares estadounidenses
contratados. El modelo es claro: el aumento de tropas provoca
una resistencia mayor, no menor.
Tal y como se han incrementado
los niveles de tropas estadounidenses y de la resistencia, aumenta
el peaje de las víctimas. Durante los tres primeros meses
que siguieron a la supuesta "cesión" de autoridad
al gobierno interino iraquí colocado por EEUU, el número
de víctimas militares de EEUU, subió como un cohete,
de 449 a 747 al mes. Y la cifra de los civiles iraquíes
muertos sigue aumentando. Investigadores de la Universidad Johns
Hopkins publicaron un estudio en el diario británico médico
"The Lancet" que indicaba que en octubre de 2004 habían
muerto más de 100.000 civiles iraquíes a consecuencia
de la guerra y la ocupación.
La dinámica de la lucha
entre la resistencia y EEUU y las terribles pérdidas humanas,
probablemente no cambiarán en un futuro próximo.
Las dos partes del plan en dos fases de la administración
Bush: las elecciones programadas y dejar a los iraquíes
a cargo de su propia seguridad, fallan debido a la ocupación.
Los pacifistas de EEUU y del
resto mundo apoyan las elecciones como un componente de democratización.
Pero no todas las elecciones son legítimas o democráticas.
Una elección no puede ser legal cuando tiene lugar bajo
la ocupación de fuerzas militares extranjeras y durante
la guerra. Como está planificado, las elecciones del 30
de enero en Iraq están diseñadas para proporcionar
una capa de credibilidad y legitimidad al control estadounidense
de Iraq. Los EEUU esperan que elijan un gobierno "amigo"
que dé la bienvenida a las bases militares de EEUU en
Iraq, todo ello legitimado por el borrador de una constitución
al estilo estadounidense.
Seguramente los iraquíes
tienen que ser responsables de su propia seguridad. Pero ésto
sólo puede suceder en una nación realmente soberana.
Los oficiales estadounidenses desmantelaron las fuerzas de seguridad
existentes el 17 de mayo de 2003, poco después de la invasión
de Iraq. Pero la policía iraquí y las fuerzas
militares que intentan crear los EEUU han fracasado en proporcionar
seguridad a la población iraquí y parece que sólo
puede empeorar. Las fuerzas de seguridad de Iraq luchan en una
guerra que pone a quien esté físicamente cerca
o asociado con la ocupación estadounidense en un gran
riesgo. Al mismo tiempo, los soldados y oficiales de policía
carecen del entrenamiento adecuado. Una medida del problema puede
verse en la cifra de muertos. Más de 1.500 reclutas de
las fuerzas de seguridad y 750 policías iraquíes
han muertos. Las fuerzas de seguridad iraquíes patrocinadas
por EEUU no pueden tener éxito mientras EEUU lidere una
guerra en tierra iraquí.
La historia iraquí proporciona
algunas lecciones útiles. Los británicos gobernaron
Iraq, oficialmente, bajo mandato de la Sociedad de Naciones de
1922 a 1932 y, no oficialmente, a través de generales
pro-británicos y la monarquía de 1932 hasta la
revolución 1958. Hicieron hincapié en el control
del petróleo iraquí por medio de los poderosas
fuerzas militares pro-británicas. La primacía de
los militares entre la sociedad iraquí ayudó a
preparar la etapa política para el ascenso del partido
Ba'ath iraquí y, tarde o temprano, el de Saddam Hussein.
Convirtiendo en prioritario el aumento de la capacidad militar
y de la policía iraquí, puede parecer atractiva
en este momento pero, a argo plazo, esto puede poner al descubierto
nuevos problemas.
Como con cualquier guerra de
guerrillas, no es probable que la resistencia iraquí sea
derrotada por medios militares. Las claves para cambiar la
terrible situación actual de los iraquíes deben
ser soluciones políticas y diplomáticas.
¿Qué
pasará cuando las tropas estadounidenses se retiren?
Nadie puede decir con certeza
qué pasará cuando las tropas estadounidenses se
retiren. Pero si la Administración decide "Seguir
el Rumbo", los soldados de EEUU seguirán muriendo
y matando. La reconstrucción de Iraq permanecerá
estancada. Cualquier elección celebrada bajo ocupación
militar extranjera y el "gobierno" iraquí elegido
sería ilegal. Los gobiernos regionales se paralizarían.
Y, en conjunto, la situación del país continuaría
como hasta ahora.
Mientras no haya una certeza
absoluta sobre las consecuencias de una retirada total, pueden
esperarse cambios probables La resistencia es multi-facética.
Esto incluye una amalgama de nacionalistas iraquíes, democráticos
y lo contrario, ultrajados por la ocupación ilegal extranjera
de su país. Unos son antiguos miembros descontentos del
partido Ba'az. Los otros son islamistas, tanto shiíes
como sunníes, sosteniendo una gama de opiniones religiosas
que ven la lucha contra la ocupación estadounidense de
Iraq tanto una obligación nacional como religiosa. Y algunos
son luchadores extranjeros, aliados con algunos iraquíes,
aparentemente son fundamentalistas islámicos extremistas,
que ven una oportunidad de convertir Iraq en una parte de un
califato Islámico.
En la medida en que la resistencia esté unificada de forma
absoluta entre sus sectores étnicos, religiosos y políticos
más dispares, la unidad aparece limitada a la oposición
compartida contra la ocupación estadounidense. Sin la
ocupación como un enemigo exterior, aquellos sectores
mucho más pequeños de la resistencia que están
motivados, en gran parte, por el extremismo religioso y responsables
de parte de la peor violencia contra civiles, probablemente se
aislarían de los sectores más amplios de la resistencia.
Un resultado probable sería una reducción significativa
-aunque no un final inmediato de la violencia, con la salida
de los objetivos claves de la violencia, la ocupación
estadounidense y sus partidarios iraquíes.
Es probable que la retirada
de tropas estadounidenses condujera al derrumbamiento de al menos
algunas partes del actual "gobierno" impuesto por EEUU,
del primer ministro Iyad Allawi, pero algunas de sus instituciones,
incluyendo la policía, los militares y otras agencias
de seguridad, bien podrían sobrevivir con gente diferente,
no corrompida por la asociación con la ocupación
estadounidense, que surge desde dentro para afirmar el
nuevo liderazgo. Y sin un enemigo exterior que ocupe el país,
será también más probable que la clase de
nacionalismo secular, durante mucho tiempo dominante en Iraq,
prevaleciera otra vez como la fuerza política más
influyente (aunque seguramente no exclusivo) en el régimen
iraquí emergente, a diferencia de las tendencias islamistas
virulentas actualmente en aumento entre los iraquíes que
afrontan la desesperación de la ocupación y represión
y el empobrecimiento creciente.
Un Plan
para la Retirada: Directrices políticas para EEUU
En el período comprendido
entre el anuncio de una fecha segura para la retirada de tropas
y la terminación de la retirada real:
El ejército de los
Estados Unidos debería:
Cese de todas las acciones
ofensivas y marcha de los centros de población. Saliendo
todos del país, las tropas estadounidenses deberían
cambiar de frente inmediatamente hacia las fronteras iraquíes,
donde tropas iraquíes en un ejército iraquí
reconstituido , incluyendo a la mayor parte de los antiguos soldados
desmovilizados por Paul Bremer, trabajarían para asegurar
las fronteras. La verdadera retirada estadounidense debería
realizarse tan rápidamente como fuera posible para reducir
al mínimo los peligros tanto para las tropas como para
los civiles iraquíes que pueden ser puestos en peligro
por la continuación de la violencia.
El cierre las 14 o más
bases militares permanentes y/o a largo plazo que EEUU ha establecido
en Iraq. Una resolución paralela del Congreso debería
afirmar el principio de no injerencia y no intervención
para EEUU en Iraq, y apoyar la retirada completa de las tropas
estadounidenses de Iraq.
La Administración
estadounidense debería:
Insistir en que el
"gobierno interino" de Iraq, dependiente de EEUU,
aplace inmediatamente las elecciones nacionales previstas para
el 30 de enero. Las llamadas al aplazamiento llegan ya de representantes
gubernamentales iraquíes, incluyendo al presidente interino,
y numerosos oficiales internacionales y militares de EEUU. Una
vez que las tropas estadounidenses estén saliendo del
país, deberían animar a las Naciones Unidas, y
proporcionarle el apoyo financiero, político y militar
internacional preciso para trabajar con las instituciones iraquíes
para preparar elecciones para los gobiernos locales y provinciales
en un breve período de tiempo. El objetivo debería
ser el de permitir una transferencia inmediata de las decisiones
locales, incluyendo las necesidades humanitarias, educación
y prioridades de reconstrucción, a administraciones
locales, retrasando la elección de una Asamblea nacional
y el comienzo de un gobierno nacional hasta que la retirada estadounidense
sea total.
Anuncio de reducción
de la embajada estadounidense en Bagdad al tamaño y la
autoridad "normales. Serán retirados todos los consejeros
estadounidenses actualmente en ministerios iraquíes. Una
vez haya un gobierno realmente independiente en Bagdad, EEUU
debería pagar a consejeros internacionales escogidos por
aquel gobierno para ayudar en ministerios de gobierno u otras
áreas de trabajo.
Declarar que no tiene ninguna
intención de mantener el control, oficialmente o por sustitutos,
sobre el petróleo iraquí, yacimientos petrolíferos
o la capacidad de producción petrolífera. Mientras
que la Administración ha anunciado esto antes, la reclamación
nunca podía ser tomada en serio mientras la ocupación
estadounidense permanezca en el control de Iraq.
El Congreso debería:
Recortar los gastos de EEUU
para la guerra de Iraq, comenzando con un recorte en la financiación
del Pentágono para todos los costes excepto la protección
personal directa de las tropas estadounidenses, como las protecciones
corporales y los vehículos blindados, y los gastos de
transporte para la retirada de Iraq. Es decir, un recorte completo
en gastos armamentísticos. El Congreso debe oponerse a
discutir un nuevo proyecto de ley de gastos suplementarios, prevista
en 100 mil millones de dólares, hasta que el Pentágono
haya presentado un informe detallado de gastos para que, entonces,
la discusión pueda ser debatida punto por punto para identificar
y eliminar todos los gastos que no sean expresamente para la
protección de las tropas y su retirada. Esa discusión
sobre el informe debería implicar a todo el Congreso,
y no limitarse al Comité de las Fuerzas Armadas y subcomités
relevantes.
Parar la guerra desenfrenada
que ha causado el extenso gasto, el fraude y el abuso. Esto quiere
decir la cancelación de todos los contratos existentes
con firmas estadounidenses, comenzando con los relacionados directamente
con la Casa Blanca - firmas conectadas como Bechtel y Halliburton.
Los Futuros contratos se limitarán a empresas iraquíes.
Cancelar o revocar todos los
contratos para EE UU y otras corporaciones extranjeras que trabajan
en Iraq. Contratistas y trabajadores iraquíes, con asistencia
regional (jordana, egipcia, del Golfo, etc.), si fuera
necesario, serán contratados inmediatamente para
el pago de los fondos disponibles del Fondo de Desarrollo de
Iraq y el nuevo Fondo de Reparaciones y Reconstrucción
financiado por EEUU. El modelo para este trabajo de reconstrucción
debería ser el esfuerzo nativo iraquí que en 1991
reconstruyó en menos de un año las infraestructuras
devastadas por la Tormenta del Desierto.
Asegurar que todos los fondos
iraquíes incluyendo loa ingresos del petróleo
y el dinero de las cuentas congeladas anteriormente- son eliminados
del control del gobierno estadounidense y devueltos al control
iraquí en cuanto sea realmente independiente y el gobierno
de postocupación funcione. Hasta ese momento, las Naciones
Unidas deberían controlar aquellas cuentas internacionales.
El Congreso y la Administración,
conjuntamente, deberían:
Devolver a Iraq cualquier fondo
que permanezca en el Fondo de Desarrollo para Iraq, controlado
por EEUU, en cuanto un gobierno realmente independiente funcione,
sólo después de la retirada estadounidense. El
fondo, creado del petróleo iraquí (incluyendo el
fondo Petróleo por Alimentos) y otros activos tomados
por las fuerzas invasoras estadounidenses en la primavera de
2003. así como cuentas congeladas transferidas de otros
países al control estadounidense, que hasta ahora ha pagado
prácticamente por todos los proyectos de reconstrucción
controlados por EEUU en Iraq. Mientras tanto las Naciones Unidas,
mejor que EE UU, manejarán los fondos.
Crear un fondo Financiado por
EE UU de miles de millones de dólares para reparaciones
y reconstrucciones en Iraq..
El control inicial de aquel fondo debería estar en manos
de NNUU, con el entendimiento claro de que será devuelto
al control iraquí en cuanto un gobierno independiente
de postocupación funcione.
Anunciar que la cancelación
de deudas para Iraq no dependerá de la aceptación
iraquí de programas de ajuste estructural impuestos por
el FMI u otras medidas de austeridad dirigidas a la privatización
y liberalización enérgica de la economía
iraquí. Todas las decisiones relativas a la economía
de posguerra de Iraq permanecerán en manos iraquíes.
Un Plan
para "Internacionalizar la Paz"
Las obligaciones de EEUU, británicos,
australianos y otros miembros de la "coalición"
para Iraq van mucho más allá de la retirada de
EEUU y las tropas de la "coalición" y el final
de la ocupación ilegal. EEUU en particular tiene una deuda
financiera masiva con Iraq. Con el tiempo, esa obligación
debe ser reembolsar a Iraq el coste del derrumbamiento de su
economía, como consecuencia de las sanciones económicas
orquestadas por EEUU entre 1990-2003; por el daño de la
invasión y ocupación 2003-2005; y los fondos de
reconstrucción estadounidense prometidos financiarían
mucho más allá de la miseria hasta ahora liberada.
La acción de internacionalizar
la paz significa que después de la guerra, EEUU debe aceptar
la responsabilidad primaria de apoyar - económica y diplomáticamente,
pero sin ejercer el control - una campaña realmente internacional
para ayudar a reconstruir Iraq. Esa campaña en gran parte
se centrará en organizaciones regionales (la Liga Árabe
y la Organización de la Conferencia Islámica) y
multilaterales (NNUU, incluyendo el Programa de Desarrollo de
NNUU para la Ayuda para la Reconstrucción y el Departamento
de Operaciones Pacificadoras para la ayuda temporal de seguridad).
La estimación inicial
de NNUU para la reparación de daños de la guerra
a Iraq, no incluyendo la reconstrucción de los daños
causados por las sanciones, era 200 mil millones de dólares.
Con los daños adicionales de meses recientes, en particular
la destrucción de Faluya, Washington debe estar preparada
para financiar todos aquellos proyectos, con la ayuda británica,
australiana y otros miembros de la "coalición",
pagando al menos el equivalente a lo que EEUU y sus aliados han
pagado para destruir Iraq.
Pero el pago por el coste total
de la reconstrucción de Iraq no da a EEUU el derecho a
controlar como se usan, ni a mantener soldados de EEUU de la
"coalición", contratistas militares o corporaciones
estadounidenses en suelo iraquí. El objetivo será
que los trabajadores iraquíes y sus empresas sean los
primeros receptores de fondos estadounidenses, y sólo
aquellas entidades iraquíes tendrían el derecho
de subcontratar o reclutar la asistencia regional o internacional
basada en su propia evaluación de necesidades.
Reducir
al mínimo las Posibilidades de Guerra civil
El paso más importante
hacia la prevención de la guerra civil requiere que las
tropas de EEUU se retiren de Iraq, y la disminución del
nivel total de violencia por la eliminación de su objetivo
principal. Es improbable, sin embargo, que la violencia desaparezca
completamente con el final de la ocupación, o que los
militares iraquíes puedan reconstruirse al instante mientras
las tropas estadounidenses se retiran. Por consiguiente, habrá
una necesidad de ayuda internacional - incluyendo algún
tipo de pacificación temporal y/o la ayuda en seguridad
hasta que las propias fuerzas de seguridad iraquíes sean
viables. Aquella ayuda en seguridad temporal sobre el terreno
no puede ser impuesta por las fuerzas de EEUU (o la "coalición"
dirigida por EEUU). Las Organizaciones realmente multilaterales
regionales e internacionales deben proporcionarlo.
Una combinación fuerzas
de pacificación de cascos azules de NNUU, con fuerzas
temporales pertenecientes a la Liga Árabe y/o la Organización
de la Conferencia Islámica proporcionarían la legitimidad
internacional así como la responsabilidad regional. El
efecto sería reducir las tensiones regionales y animaría
a países vecinos a proporcionar apoyo en el proceso de
reconstrucción de Iraq.
Washington rechazó una
oferta reciente de Arabia Saudí para ayudar a crear una
fuerza regional en Iraq. Pero claramente hay buena voluntad por
parte de otros países de la región para implicarse.
Ya que EEUU entró en Iraq sin un plan para asegurarse
el apoyo a otros estados vecinos, a pesar del hecho de que uno
de los objetivos de la invasión era "extender la
democracia" en Oriente Medio, no es sorprendente que la
guerra y la ocupación hayan aumentado considerablemente
el antagonismo regional hacia EEUU. Además, la persistente
hostilidad estadounidense hacia Irán sigue haciendo daño
a las perspectivas para la cooperación regional postocupación.
Una vez llegue a su fin la ocupación de Iraq, aunque
no antes, los esfuerzos estadounidenses para reparar su categoría
dañada en la región pudieran tener una posibilidad
de éxito. Un esfuerzo serio de EEUU para apoyar los esfuerzos
regionales (la Liga Árabe y la OIC, que incluye tanto
a Irán como a Turquía) e internacionales, sin controlarlos,
sería un principio importante.
Mirar Adelante
Todos los argumentos posibles
en el Iraq devastado por la guerra de hoy plantean riesgos potenciales.
Habiendo emprendido una invasión y ocupación de
Iraq ilegales, EEUU no tiene buenas opciones. El mantenimiento
de la ocupación estadounidense, asesinando y muriendo
en Iraq, viola las leyes estadounidenses y el derecho internacional,
así como la Carta de NNUU y las Convención de Ginebra.
Obviamente. esta no es la forma de avanzar.
La retirada de tropas estadounidenses,
y el fin de la ocupación, son las únicas opciones
que devuelven a EEUU al lado del imperio de la ley, y da a la
población iraquí la mejor posibilidad de reconstruir
su país devastado y moverse hacia la paz, la justicia
y la seguridad.
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