Voz nº1996

En Nicaragua, el presidente Arnoldo Alemán, de conocida tendencia derechista y progringa, rechazó la ayuda de médicos y suministros que ofrecía Cuba con el argumento de que se trataba de herramientas politiqueras del Frente Sandinista.

Nunca se sabrá cuántas víctimas cobró el huracán Mitch desde que iniciara su recorrido el 26 de octubre con fuerza de turbina, alcanzando vientos de 300 kilómetros por hora, hasta abandonar Centro-américa para disiparse en el Golfo de México el dos de noviembre. Su fuerza fue incontenible. El 28 de octubre estacionó en Honduras durante 24 horas con vientos máximos de 160 kilómetros por hora, golpeando por efecto dominó a Nicaragua y a Guatemala.
El saldo en pérdidas humanas resulta escalofriante, a pesar de que las estadísticas reales nunca podrán saberse, pues bajo los ríos embravecidos y el lodazal que abarcó centenares de kilómetros quedaron millares de personas. Se calculan 5.000 muertos en Honduras, 11.000 desaparecidos y 550.000 personas sin hogar.
Nicaragua es la segunda en el trágico registro de la muerte y la miseria con 4.000 muertos, 2.000 desaparecidos y 420.000 personas sin hogar. En Guatemala, Belize, El Salvador y Costa Rica se calculan 500 nuertos y un desconocido número de personas arruinadas y sin hogar. Honduras fue el país más afectado a causa de las peores inundaciones registradas en 200 años.
En medio del clamor de los damnificados persistió sin embargo el interés político de los gobernantes. Mientras funcionarios del gobierno en Honduras y Guatemala inflaban las cifras para canalizar la ayuda mundial, en Nicaragua el presidente Arnoldo Alemán, dirigente del derechista Partido Liberal se negó a recibir ayuda de médicos y suministros ofrecidos por el gobierno de Cuba, argumentando que eran herramientas politiqueras del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Su actitud causó indignación en ese país.
Centroamérica, retrasada en su desarrollo varias décadas con respecto al resto del mundo y centenares de años en relación con las potencias más desarrolladas, retrocedió económicamente a causa del huracán Mitch, por lo menos medio siglo. A tal término que para Honduras y Nicaragua, los más afectados, el expresidente Jimmy Carter propuso condonar su deuda externa, estimada en 16.000 millones de dólares.
El panorama de lágrimas, desesperación y muerte que asoló Centroamérica, puede repetirse en cualquier país latinoamericano, impotente para preservar la vida de su población de los desastres naturales.
La colonización española y portuguesa y la neocolonización efectuada por las potencias imperialistas con Estados Unidos a la cabeza, han dejado a estos pueblos, como ocurrió en la India a causa de los ingleses, expuestos a la miseria y el hambre y al permanente riesgo de su vida por fenómenos naturales.
Males del subdesarrollo, diría Eduardo Galeano, quien afirmaba en 1.970 que en América Latina había más de 110 millones de personas en condiciones de grave pobreza, de las cuales 70 millones podían considerarse indigentes. Contó 50 millones de desocupados y 100 millones de analfabetas. Para el 2.000, año en el cual Latinoamérica tendrá 650 millones de personas, los indicadores caminarán al ritmo acelerado generado por el modelo neoliberal.
El huracán Mitch convirtió a Centroamérica en un cementerio. Hoy, los muertos descansan sepultados bajo el barro agitado por sus aguas.Quienes no pueden descansar son sus familiares que sobrevivieron la catástrofe y que miran impotentes al mundo en busca de una solución a su orfandad.V

Uruguay.

UN POCO DE DIGNIDAD

Un ejemplo que deberían imitar los parlamentarios del tradicionalismo bipartidista colombiano, tan acostumbrados a hacerle genuflexiones a los embajadores gringos de turno en Colombia, que intervienen con todo el descaro en los asuntos internos del país.

Montevideo (PL).- Un grave incidente político se registró en la residencia del Embajador de Estados Unidos aquí, cuando nueve parlamentarios locales se retiraron molestos de un almuerzo, al considerar que sus anfitriones estaban tocando temas fuera de lugar.
El almuerzo preparado por la representación de la Casa Blanca en Uruguay contó con la participación de cinco senadores y cuatro diputados, que militan en los partidos políticos Colorado (gobierno), Nacional o Blanco (cogobierno) y del Frente Amplio de Izquierda.

Los anfitriones invitaron también a dos asesores norteamericanos del embajador estadounidense Christopher Ashby, así como brasileños y argentinos.

El incidente se produjo cuando los invitados no uruguayos criticaron una nueva ley de propiedad intelectual que actualmente se encuentra a estudio del parlamento local.
El invitado norteamericano criticó duramente la iniciativa legislativa uruguaya que se encuentra en estudio y dando señas de un gran conocimiento de la misma, opinó que por lo menos 10 de sus puntos deberían ser cambiados.

El senador Danilo Astori expresó al representante del gobierno estadounidense: “No quiero ser descortés señor embajador, pero en Uruguay las leyes las discutimos en el poder legislativo y en territorio uruguayo”. “Hubiésemos recibido con mucho gusto a los expertos en el parlamento, y conocemos perfectamente las leyes de otros países en la materia”, finalizó expresando Astori visiblemente molesto ante el embajador Ashby.

En un clima que se deterioraba cada vez más, el embajador norteamericano trató de justificar ante los uruguayos las expresiones de los otros invitados afirmando que se trataba de un “aporte” al debate nacional.