En respuesta a:
30 de mayo de 2016
Aisladas e indefensas, las empleadas domésticas sin papeles que trabajan como internas sufren una situación de vulnerabilidad que es aprovechada por depredadores sexuales.
HENRIQUE MARIÑO Público 30-05-2016
Heydy tiene veintidós años, ojos manga y una deuda de 2.800 euros. En Guatemala era una (...)