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Tucumán: protesta por la muerte de una mujer a la que una comisaría no le recibió una denuncia de violencia de género

Viernes 21 de octubre de 2022

Noelia Sosa, de 30 años, madre de dos chicos, se quitó la vida tras ser rechazada en la comisaría de la ciudad de Trancas, cerca del límite con Salta. Los vecinos salieron a las calles en reclamo por la inacción policial.

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Reclamo ante la comisaría de Trancas. Noelia se quitó la vida después de que no fue escuchada allí

David Correa 18 de octubre de 2022 elDiarioAR

Noelia Soledad Sosa tenía 30 años, dos hijos de 6 y 8 años, y trabajaba en una estación de servicio de su ciudad, Trancas, 70 kilómetros al norte de San Miguel de Tucumán, cerca del límite con Salta. Este domingo 16, al mediodía, fue hasta la comisaría para denunciar a su pareja por violencia de género pero los agentes no se la tomaron, justificando la decisión en que no estaba el agente responsable de ese tipo de gestión. Que regresara en otro momento, por la tarde. La mujer se retiró a su departamento y se quitó la vida. Antes, escribió una carta pidiendo perdón por su decisión, según reveló una pariente cercana.

Desde que la noticia se hizo pública en la pequeña ciudad, conocida en la región por su tradicional Festival Internacional del Caballo, el enojo y la bronca ocupó las calles, malestar que creció con las horas al conocerse situaciones que se están investigando. Por ejemplo, que mientras a la mujer no le quisieron recibir la denuncia, sí se la aceptaron a la pareja, quien se presentó -casi en el mismo momento, junto con una abogada- para sostener que ella lo había atacado y le había provocado lastimaduras en los brazos, fruto de una discusión, de acuerdo a una fuente judicial consultada por este medio.

El cuerpo fue entregado a la familia en los primeros minutos del lunes, después de que actuó la División Criminalística de la Policía, cuando la noticia ya estaba en cada casa tranqueña. Ante el impacto de lo sucedido, un grupo de amigos convocó a una concentración para la tarde en la plaza del pueblo, de 9.900 habitantes, para exigir el esclarecimiento de la muerte y protestar en contra de la inacción policial. Los manifestantes marcharon hacia la comisaría, en donde increparon a los policías de turno, hubo momentos de tensión pero no hubo situaciones de violencia. “Aún no entendemos por qué no actuaron, por qué los policías la dejaron sola y vulnerable, por eso salimos a la calle, por bronca, por rabia, porque esta desgracia, este dolor, se podría haber evitado”, le dijo a elDiarioAr, Carla López, de 28 años, prima hermana de Noelia y una de las organizadoras de la marcha. La movilización pasó por la casa de la pareja, en donde algunos de los participantes hicieron pintadas en su contra.

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Noelia Sosa. Tenía 30 años.

“Fue a pedir ayuda”

La última persona que habría visto con vida a la mujer fue Ernesto Campos, su cuñado, a quien encontró luego de tratar en vano de hacer la denuncia. “Ella me dijo que estaba muy mal porque su pareja la había atacado. Me contó que la tomó del cabello, la arrastró por la casa y que luego le destrozó el celular. No entiendo por qué no hicieron nada. Fue a pedir ayuda a la comisaría pero no la escucharon, la corrieron. Desesperada y angustiada volvió a su casa y se mató. No hay derecho a que hicieran eso”, narró.

López contó que los hijos no eran de la pareja actual de su prima, sino de una relación anterior. Que aun cuando en el pueblo se sabía del vínculo que unía a ella con este hombre, heredero de una firma importante que se dedica a la producción de ganado, entre otras actividades relacionadas con el campo, no era común verlos en la calle de la mano o en algún bar o confitería. Sí pasaban algunos días de la semana juntos en el departamento en donde vivía Noelia. En la pequeña ciudad aseguran que el joven empresario se fue el mismo domingo y habría testigos que lo vieron cargar dos valijas en su camioneta. Desde entonces, nada se sabe de su paradero. Consultada sobre si su prima había comentado en la familia de situaciones de violencia de la pareja, comentó que nunca lo manifestó pero desde su muerte algunas de sus amigas más cercanas contaron que a ellas sí les había advertido de hechos violentos y del dolor y la tristeza que eso le provocaba.

El impacto fue tal en Tucumán que este martes a las 11, el Ministro de Seguridad de la provincia, Eugenio Agüero Gamboa, ofreció una conferencia de prensa en la que comunicó que el gobernador interino Osvaldo Jaldo “está preocupado por el tema y quiere que se esclarezca. Se ha perdido una vida y hay que ver determinar las responsabilidades”. En relación a la falta de contención de los policías a la joven, señaló que “respeta la forma de pensar de la gente que marchó por las calles de Trancas pero que todo debe ser investigado”. Junto al funcionario se encontraba el Jefe de la Unidad Regional Norte, Joaquín Girvau Olleta, de quien depende la comisaría de Trancas, que informó que se removió y se puso en disponibilidad a los cinco policías que estaban en el turno en el que Noelia Sosa fue a la dependencia. Agregó que se iniciaron sumarios administrativos para determinar las razones de por qué no se cumplieron los protocolos que protegen a las víctimas de violencia de género.

El abogado Ricardo Scheuermann es quien representa, por ahora, a la familia Sosa. Dos familiares se comunicaron en las últimas horas para que los asesore, hasta tanto se defina si efectivamente actuará en su representación. “El personal de la comisaría debió haberla protegido desde un primer momento y después dar intervención a la Justicia. Es común que cuando una mujer va a realizar una denuncia de estas características recibe la respuesta de que no está el oficial de turno. Eso ya no se puede tolerar más”, sostuvo. Y agregó, “es preciso que se haga una autopsia para determinar de manera fehaciente cuáles fueron las causas de su muerte. Quizás, hasta pudo ser instigada a quitarse la vida”, conjeturó.

elDiarioAr consultó sobre este caso a la abogada tucumana Soledad Deza, quien se hizo cargo en 2016 de la defensa de Belén, la joven que estuvo presa por un aborto espontáneo durante dos años en una cárcel tucumana, y logró su absolución. “Este caso es brutal, es doloroso, es la foto paradigmática de todo lo mal que se pueden hacer las cosas. Por ejemplo, dictar la Ley Micaela, necesaria, no es la respuesta a todo, mientras no se erradiquen los patrones culturales que evitan o neutralizan la aplicación de políticas en contra de la violencia de género. Esto debe hacer pensar a las autoridades provinciales sobre las necesidades de poner en marcha acciones que midan si se aplican y dan resultados la ley de Educación Sexual Integral (ESI) y otro tipo de capacitaciones que van en esta misma dirección. Urge medir el grado de eficacia porque eso marca un rumbo, un horizonte de gestión”, reclamó.

En relación al accionar policial, la letrada, que fue reconocida por la Asociación Internacional de Bioética con el premio “Servicio a Otros”, por su contribución a la promoción de los derechos de las mujeres, indicó que Noelia debió ser asistida desde el mismo momento en que llegó a la comisaría, aunque no pudiera concretarse la denuncia por la ausencia de un agente especializado en estos casos. “La institución policial debe garantizar el abordaje desde otros organismos provinciales, hacerse cargo del pedido de auxilio y exigir al Estado una respuesta institucional que luego se asegura con la declaración”, dijo.

Finalmente, reflexionó acerca de las barreras que a veces impiden que se conozcan los pedidos de ayuda de las víctimas. “El Poder Judicial debe desterritorializar el acceso a la justicia; por ejemplo, en Tucumán hay cerca de 80 juzgados de paz distribuidos de punta a punta del territorio provincial, pero solo tres centros judiciales. Esta es una forma de acotar el acceso a la Justicia. En los juzgados deberían estar al frente abogados y abogadas que sean capaces de responder a denuncias de víctimas de violencia para que no haya necesidad de ir a una comisaría o destacamento. Esta es una barrera casi infranqueable para quienes no viven en centros urbanos, es una barrera geográfica que atenta contra la igualdad ante la ley”.

También este medio dialogó con la psicóloga Vicky Disatnik, referente de la entidad tucumana “Casa de las Mujeres Norma Nassif”, que asiste a mujeres en riesgo. “Trancas estalló en furia, dolor y rabia por la violencia que no cesa, se tapa y apaña. Una joven vecina le puso fin a esa violencia de la manera más cruel. A eso nos empujan a las mujeres cuando no nos escuchan, cuando miran al costado, cuando tapan a los violentos y los justifican. No se puede permitir que la Policía siga ignorando a las mujeres cuando intentan hablar y denunciar”, reflexionó. Y agregó que miembros de esa organización se acercarán a la familia Sosa para acompañarlos en las marchas y en lo que sea necesario.

Amigos y familiares convocaron a una nueva marcha por las calles del pueblo para pedir justicia por Noelia. La tranquila ciudad, cuya economía se mueve al ritmo de la actividad tambera y de la cría de ganado vacuno, no volverá a ser la misma por un tiempo, al menos, hasta que el caso que conmueve a Tucumán sea esclarecido.

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